2017-18 Fernando.-(Más calmado PDF

Title 2017-18 Fernando.-(Más calmado
Author Julio Fernández
Course Introducción Histórica al Derecho Romano
Institution Universidad de Sevilla
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Warning: TT: undefined function: 32COMENTARIO DE TEXTOFERNANDO. -(Más cal mado y l evement e despr eci at i vo. ) ¿Sabes l o que t e di go? Que el t i empo l o di r á t odo. Y que t e empl azo. (URBANO l e mi r a. ) Sí, t e empl azo par a dent r o de... diez años, por ej empl o. Ver emos, par a ent ...


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COMENTARIO DE TEXTO FERNANDO.-(Más calmado y levemente despreciativo.) ¿Sabes lo que te digo? Que el tiempo lo dirá todo. Y que te emplazo. (URBANO le mira.) Sí, te emplazo para dentro de... diez años, por ejemplo. Veremos, para entonces, quién ha llegado más lejos; si tú con tu sindicato o yo con mis proyectos. URBANO.-Ya sé que yo no llegaré muy lejos; y tampoco tú llegarás. Si yo llego, llegaremos todos. Pero lo más fácil es que dentro de diez años sigamos subiendo esta escalera y fumando en este «casinillo». FERNANDO.-Yo, no. (Pausa.) Aunque quizá no sean muchos diez años... Pausa. URBANO.-(Riendo.) ¡Vamos! Parece que no estás muy seguro. FERNANDO.-No es eso, Urbano. ¡Es que le tengo miedo al tiempo! Es lo que más me hace sufrir. Ver cómo pasan los días, y los años..., sin que nada cambie. Ayer mismo éramos tú y yo dos críos que veníamos a fumar aquí, a escondidas, los primeros pitillos... ¡Y hace ya diez años! Hemos crecido sin darnos cuenta, subiendo y bajando la escalera, rodeados siempre de los padres, que no nos entienden; de vecinos que murmuran de nosotros y de quienes murmuramos... Buscando mil recursos y soportando humillaciones para poder pagar la casa, la luz... y las patatas. (Pausa.) Y mañana, o dentro de diez años que pueden pasar como un día, como han pasado estos últimos..., ¡sería terrible seguir así! Subiendo y bajando la escalera, una escalera que no conduce a ningún sitio; haciendo trampas en el contador, aborreciendo el trabajo..., perdiendo día tras día... (Pausa.) Por eso es preciso cortar por lo sano. ANTONIO BUERO VALLEJO, Historia de una escalera

Realizado con las aportaciones de 2º Bachillerato A 1. Señale y explique la organización de las ideas contenidas en el texto. Desde un punto de vista externo, se observa a simple vista que estamos ante un texto dramático por los nombres en mayúscula de cada personaje antes de su intervención (FERNANDO.- URBANO.-) y el uso de acotaciones en letra cursiva (Más calmado y levemente despreciativo.). La cohesión se logra a través de la lógica del diálogo (“Parece que no estás muy seguro. FERNANDO.-No es eso…”), por el uso de recurrencias léxicas (digo-dirá, llegado-llegaré, murmuran-murmuramos) y semánticas (sindicato, proyectos, trabajo;escalera,casinillo, vecinos, casa, luz, contador), de repeticiones (lejos, diez años, escalera), de pronombres catafóricos (“¿Sabes lo que te digo? Que el tiempo lo dirá todo.”, “Es lo que más me hace sufrir. Ver cómo…”) y anafóricos (“Por eso es preciso cortar por lo sano”). Desde un punto de vista interno, se observan dos partes: - Primera (FERNANDO.-(Más calmado…no estás muy seguro). Fernando reta a Urbano para ver quién de los dos, en el plazo de diez años, habrá acertado en sus planteamientos a la hora de decidir cómo van a vivir su vida; Urbano se muestra derrotista y pusilánime ante la idea (ideas secundarias). - Segunda (FERNANDO.-No es eso… por lo sano.). Fernando reconoce que tiene mucho miedo de que el paso del tiempo no venga acompañado del cambio que tanto desea para su vida y eso le produce una inmensa angustia e impotencia (idea principal).

Por consiguiente, atendiendo a la organización de las ideas, el fragmento presenta una estructura inductiva, ya que la idea principal se sitúa al final del texto y resume toda la conversación: el miedo a no poder salir de la miserable vida que llevan los personajes lo envuelve todo (“¡sería terrible seguir así! Subiendo y bajando la escalera, una escalera que no conduce a ningún sitio”). Paula Hernández

2. a) Indique el tema del texto. EJEMPLO 1 Temor a la ausencia de cambio con el paso del tiempo. Claudia Martínez

EJEMPLO 2 Miedo ante el paso del tiempo y un futuro igual al presente. María Martínez

EJEMPLO 3 El deseo del paso del tiempo como motor de cambio. Manuel Romero

2. b) Resuma el texto. Dos vecinos discuten sobre las posibilidades de éxito para salir de la situación en la que ambos se hallan y detestan. Fernando, más optimista, se apuesta con Urbano que, en diez años, lo conseguirá; pero este lo cree imposible. Ante esto, Fernando confiesa sus miedos y la angustia que le produce el no poder lograr sus metas en la vida. 3. Comentario crítico del contenido. Antonio Buero Vallejo (1916-2000) es considerado, junto a García Lorca y Valle-Inclán, uno de los hitos señeros de la literatura dramática española. Desde 1949, en que se da a conocer con esta obra, Historia de una escalera, hasta 1999, cuando se representa su última obra, Misión al pueblo desierto, la producción de Buero Vallejo abarca cincuenta años de estrenos ininterrumpidos cuyo impacto, tanto social como estético, lo convierten en el dramaturgo más importante de la segunda mitad del siglo XX. De ello, da cuenta el hecho de que haya sido el único autor de teatro galardonado con el Premio Cervantes (1986) y el premio Nacional de las Letras Españolas (1996), entre otras muchas distinciones. Es el iniciador del teatro de compromiso activo con la obra que nos ocupa, en la que aborda el tema del fracaso de las ilusiones y la falta de horizontes vitales en una sociedad llena de desesperanza, terquedad, egoísmo y mezquindad. Por esta obra, recibió el Premio Lope de Vega en 1949. El fragmento que comentamos pertenece al acto I, en el que vemos la escena del cobrador de la luz y los visibles problemas económicos de la vecindad, a excepción de Don Manuel. Es la presentación de los personajes, con sus características y limitaciones: la frustración social vista desde dos actitudes contrarias, la de Fernando y la de Urbano; el primero es soñador y ambicioso y el segundo, un escéptico que no cree en el cambio a no ser que este se haga por medio de la lucha en grupo. Desde mi punto de vista, toda esta trama (y, por ende, este fragmento) es una muestra de la total subjetividad manifiesta en toda la obra, puesto que, a través del desarrollo de estos personajes, el autor desgrana su visión del mundo que lo rodea y de la época que le ha tocado vivir (“URBANO.-Ya sé que yo no llegaré muy lejos; y tampoco tú llegarás.”); de ese modo, el paso del tiempo, el miedo que despierta, las dudas de Fernando y Urbano son los que atenazan, en verdad, a nuestro autor. Al mismo tiempo, nosotros, los lectores /espectadores, estamos, en cierta medida, obligados a posicionarnos o, al menos, a

plantearnos algunas cuestiones esenciales sobre esos anhelos por conseguir una vida mejor, que, a pesar de los años transcurridos, compartimos plenamente con nuestros personajes. En consecuencia, considero que la intención del autor es remover las conciencias ante el temor paralizante de que el tiempo, imparable, no dé paso a un futuro mejor (“¡Es que le tengo miedo al tiempo! Es lo que más me hace sufrir. Ver cómo pasan los días, y los años…, sin que nada cambie”) y que la vida se convierta en un túnel sin salida. Los distintos modos de reaccionar (“yo no llegaré muy lejos; y tampoco tú llegarás” o “cortar por lo sano”) propician que la finalidad de esta obra se cumpla en mí totalmente, porque siento el mismo miedo que Fernando en la obra: me da miedo de que mi vida se convierta en una monotonía, de que todo sea igual siempre, de no llegar a ser lo que me proponga, de no ser feliz. Sin embargo, como muchos jóvenes, aunque frustrados en parte por el sistema educativo español o las pocas mejoras sociales que ofrecen nuestros políticos, tengo la ambición de intentar que el tiempo no pase en vano y, para alcanzar mis aspiraciones, en un futuro más próximo o más lejano, la llave es la actitud, que abre las puertas: soy un “soñador colectivo” que se siente seguro de poder cambiar de vida, triunfar y ascender y lo puedo conseguir con esfuerzo, solidaridad y un buen trabajo en equipo. Me reafirmo en que esta forma de elocución escogida, el diálogo, la propia de los textos teatrales, es una manera excelente de que el lector entre en relación con el autor, con la época que se presenta y, lo mejor, con él mismo, pues esas preguntas y esas discusiones son también las nuestras. Así, la adecuación al género dramático, magnífica, crea un mundo que se confronta con el mío propio: unos personajes cuyo nombre, en mayúscula y negrita (FERNANDO.-) aparece antes de su intervención; las acotaciones en cursiva para recrear los gestos (URBANO le mira.); el espacio (“fumando en este «casinillo»”) y el tiempo aludido (diez años atrás, en diez años…); todo ello, combinado con el lenguaje culto y descriptivo de las acotaciones y con unos diálogos cercanos, de gran expresividad dramática a través de simbolismos muy interesantes (la escalera, el descansillo), nos recuerda la importancia de la función de la literatura, en cualquiera de sus manifestaciones, en una sociedad. Los temas planteados en estas líneas son de total actualidad: la pobreza, la falta de libertad del hombre marcado por su destino, la resignación, el rencor ante la realidad, la incomprensión entre padres e hijos, el miedo, el paso del tiempo… Además, la visión de esta época, de aquellos años tan dolorosos para la sociedad española, la han recreado perfectamente numerosos documentales o series (el emitido en TVE 1 “Los años vividos” o Amar en tiempos revueltos). En ellos, se aprecia este clima de crispación social. En todo caso, es muy frecuente que nos formulemos ciertas preguntas existenciales o que sintamos que el tiempo nos “ahoga”; como estudiante, a veces, me agobio con la rapidez con que se me pasan las horas, los días y las semanas y con el temor de que no puedo evitarlo ni controlarlo. En el ámbito literario, encuentro muchos ejemplos: Anatomía del miedo de José Antonio Marina estudia, por medio de una historia, los tipos de miedos existentes y comienza diciendo: “El día que yo nací, mi madre parió dos gemelos: yo y mi miedo.”; ¿Es posible una cultura sin miedo? de Francisco Mora es una reflexión sobre el miedo y sus significados con una perspectiva que corre a lo largo de ese puente que une humanidades y neurociencia; Donde tus sueños te lleven de Javier Iriondo enseña que, solo superando el pasado, se puede uno librar de la carga emocional que impide alcanzar los objetivos: se puede ser todo lo que uno se proponga; El paso del tiempo de Antonio Altarriba narra con historias e imágenes cómo dos personajes crean mundos fantásticos donde vivirán grandes aventuras en las que se abordan varios temas, el más influyente es el paso silencioso del tiempo, que recorre toda la obra. El cine, igualmente, ofrece sus propios tratamientos de las mismas temáticas: En busca de la felicidad, con un mensaje de optimismo, paciencia y esperanza ante el intento y superación para salir adelante desde la pobreza casi absoluta del protagonista, quien menciona: “No permitas que nadie te diga que eres incapaz de hacer algo, ni siquiera yo. Si tienes un sueño, debes conservarlo. Si quieres algo, sal a buscarlo, y punto. ¿Sabes?, la gente que no logra

conseguir sus sueños suele decirles a los demás que tampoco cumplirán los suyos”; Slumdog Millionaire, basada en una historia real, un chico, que nace en los suburbios de Bombay y que, inicialmente, estaría destinado a una vida desgraciada, consigue, no obstante, salir de ella e incluso con sorpresas por el camino; Cinderella Man, la historia de un boxeador mediocre que toca fondo en la depresión de 1929 y no tiene nada para dar de comer a su familia, pero no se rinde, decide volver a coger los guantes: “Necesito creer que puedo controlar nuestras vidas, que si las cosas están mal, podemos cambiarlas”; Boyhood presenta a una serie de personajes que irán creciendo, envejeciendo, cambiando su manera de hablar e incluso su actitud y me recuerdan a Fernando y su temor de que nada cambie y todo siga igual. En la música, he encontrado, asimismo, algunas referencias: “What are you waiting for?” de Nickelback, dice “¿no quieres aprender a lidiar con el miedo?” y sugiere creer en los sueños y avanzar. Fito&Fitipaldis siempre plasma muy bien aspectos de la vida y formas de pensar del ser humano; en “Antes de que cuente diez”, canta: “Lo que me llevará al final serán mis pasos no el camino… que la vida se nos va como el humo de ese tren…antes de que cuente diez… dejé de volar, me hundía en el barro y entre tanto barro me encontré”. La banda de música Keane me ha recordado esta situación, con su canción “Everybody's changing” expone lo que afecta a Fernando: "Tan poco tiempo... todo el mundo está cambiando y yo no siento lo mismo". En cambio, la originalidad, a mi juicio, es nula, por diversas razones. En primer lugar, en esas fechas, los libros cargados de crítica social eran numerosos: La Familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela (1942), Nada de Carmen Laforet (1945), La sombra del ciprés es alargada de Miguel Delibes (1948), La Colmena de Camilo José Cela (1951), Los cipreses creen en Dios de Gironella (1953), El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio (1955), Muertes de perro de Francisco Ayala (1958), Tiempo de silencio de José Luis Martín Santos (1962), etc. En segundo lugar, si bien la presencia del tópico literario del “Tempus fugit” (el tiempo huye) se remonta a los orígenes de la literatura y alcanza, en la nuestra, su punto álgido en el Barroco (Góngora: “Ayer naciste, y morirás mañana” o Quevedo), también llega hasta la poesía más actual (Antonio Machado, Luis Cernuda, Ángel González, García Montero…). Recuerdo, en concreto, el poema “A un olmo viejo” de Antonio Machado, con el mismo deseo de nuestro personaje de que florezca la vida, de que sea posible ese cambio. En tercer lugar, el desarrollo de personajes que tratan de romper con lo establecido para intentar lograr sus metas tampoco es algo novedoso: el Lazarillo, más social, La Regenta o Madame Bovary, desencantadas por la imposibilidad de hacer realidad sus sueños… Por último, series televisivas que gozan y han gozado de enorme éxito (Siete vidas, La que se avecina, Aquí no hay quien viva, Aida o Cuéntame) utilizan un vecindario para representar la vida cotidiana de varias familias y las relaciones entre estas y todo ello se convierte en un espejo de la sociedad en su conjunto. Por lo que respecta a las ideas secundarias, me gustaría destacar varias de ellas que me han llamado la atención por diferentes motivos. Por un lado, el miedo que me ha causado la monotonía de la que habla Fernando (“Hemos crecido sin darnos cuenta, subiendo y bajando la escalera, rodeados siempre de los padres, que no nos entienden; de vecinos que murmuran de nosotros y de quienes murmuramos... Buscando mil recursos y soportando humillaciones”), porque no quiero que mi vida sea así, no quiero ser como un pez al que arrastra la corriente sin más; anhelo estar lúcido, despierto, tener una vida plena. Por otra parte, la sinceridad de Urbano, al ser capaz de decir en voz alta: “Ya sé que yo no llegaré muy lejos; y tampoco tú llegarás. Si yo llego, llegaremos todos”, me ha asombrado. No comprendo esa prepotencia ni me parece que lleve a ningún lado y, si lo consideráramos humildad, pensando que se considera el peor de todos los seres humanos, tampoco lo veo una actitud sana. De la misma manera, la competitividad y la tensión que se desprenden del texto (FERNANDO-. [...] Veremos, para entonces, quién ha llegado más lejos...) me han evocado la película El lobo de Wall Street, donde se puede ver cómo el deseo de éxito como único objetivo en la vida tuerce la moral del ser humano, un poco como ocurre en

nuestra obra. Por último, la importancia que tiene para mí el pensar en qué ocuparé mi vida o adónde llegaré sin caer en la rutina o el aburrimiento me han conducido hasta el libro de Mr. Wonderful titulado Cosas no aburridas para ser la mar de feliz, que me proporciona consejos, o Siete pasos para el éxito en la vida de la doctora Isabel GómezBassols. No acepto que la España actual, como la de hace 70 años, sea igual: personas descontentas que quieren cambiar sus vidas y cuyas circunstancias y falta de valor no se lo permiten. En conclusión, este fragmento nos posibilita reflexionar sobre algunas cuestiones capitales con las que, tarde o temprano, todos debemos confrontarnos: la iniciativa o falta de ella en la vida, el paso del tiempo, las carencias y miserias sociales y culturales, el pesimismo versus optimismo… Quiero subrayar la importancia de los sueños como motor en la vida diaria; pero sin perder el sentido de la realidad, con los pies en la tierra y unas buenas raíces, que son nuestra formación, que, con esfuerzo y trabajo, permite ir adueñándonos del futuro. Al final de la obra, Buero parece dar muestras de una lejana esperanza en el futuro y yo me aferro a esa idea, que el propio autor expresó y que yo parafraseo para decirle a Urbano: “La fe nunca es inútil. La fe mueve las montañas y produce las señales. Por su poder vivimos”. Conque, no voy a rendirme hasta conseguir cuanto me proponga en el futuro; así, cuando mire hacia atrás, estaré orgulloso de mis logros y, mientras, procuraré disfrutar del momento y centrarme en lo que estoy viviendo. Como decía Shakespeare: “El tiempo es muy lento para los que esperan, muy rápido para los que temen, muy largo para los que sufren, muy corto para los que gozan; pero para quienes aman, el tiempo es eternidad.” Manuel Romero, Ángela Vellido, Sara Mesa, Luis Atassi, Laura Gámez, Rocío Chaves, María Martínez, Paula Hernández, Natalia Castillo, Gonzalo Martínez, Dominic Catrinescu, Álvaro Corral, Claudia Martínez, Assumpa García, Blanca Mrowczynski-Van Allen, Ainhoa Castro, Belén de Dulanto...


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