23-06-niños-teórico yaaaa PDF

Title 23-06-niños-teórico yaaaa
Course Clinica con niños
Institution Universidad Nacional de La Rioja
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apuntes de psicologia...


Description

1 23/06

Niños teórico

AF nace en Viena en 1895, muere en Londres en 1982, sexta y última hija de Freud. El caso fue presentado en la asociación psicoanalítica de Londres en 1927, comenzó su práctica con niños en 1923. Los dos textos más importante los escribió en el 1979 “normalidad y patología en la niñez” y 1980 “el yo y los mecanismos de defensa” El título del caso la remitió a algo que su padre le decía a ella, que era una pequeña demonio o una demonio negra. Datos grales Para comprender un hecho clínico hay que tener en cuenta distintos modelos, es imposible acercarse a la clínica sin un modelo teórico. Siempre lo vemos a partir de algo que pensamos, para observar debemos tener elementos teóricos de un modelo. Es decir debemos tener elementos de representación y pensamiento, eso es un modelo, que nos va a guiar en la observación. El modelo es una organización que nos permite un orden para percibir los fenómenos pero no es algo rígido, sino que hay que confrontar lo que observamos con la teoría y de la teoría a la práctica. Un modelo es una construcción imaginaria que nos va a permitir una cierta construcción real. Esta construcción, parte de una convicción teórica del analista/observador, que se va inscribir en su historia personal, en su subjetividad, para que pueda ser autentica y pueda transmitir la verdad a su paciente. Son fundamentales las primeras entrevistas o entrevistas preliminares, son inaugurales que van a dejar su marca desde el inicio. Dice Freud en “Estudios sobre la histeria”, en los comienzos: “Yo mismo me sorprendo al comprobar que mis observaciones de enfermos se leen como novelas y que no llegan, por así decirlo el sello de la seriedad propio de los escritos de los hombres de ciencia”. Hacemos esta cita porque vamos a partir de una pregunta. ¿Qué es un caso? Para la medicina un caso pertenece a un sujeto representativo de una enfermedad, para nosotros un caso representa la singularidad misma del ser que sufre y se dirige a nosotros. Es el relato de una experiencia singular, escrita por un terapeuta para dar testimonio de un encuentro con su paciente y apoyar una innovación teórica, un caso es un escrito que apunta a ser leído y discutido. En la clínica especifica con niños tenemos que buscar las interrelaciones entre lo intrapsíquico (proceso interno del niño) y su realidad externa que nos permite el análisis de su icc y la búsqueda de la génesis del trauma. Vamos a dividir los casos en:  

Neuróticos: tienen conflicto, que resolvieron ese conflicto edípico; que funcionan con el mecanismo de la represión. Trastornos: incluyen otro tipo de patologías. Donde el hecho traumático tiene una imposibilidad en cuanto a su representación psíquica, por lo tanto va haber un déficit previo a la constitución edipica, anterior a los 3 años. En estos casos decimos el trauma se presenta, no se representa.

2 La niña del demonio (6 años) AF tuvo que observar a una niña durante 3 semanas para informar a los padres si las dificultades eran una consecuencia de un defecto congénito o si se trataba de una neurosis particularmente grave. Lo primero que aparece es una definición diagnóstica, que es lo que se suele hacer cuando comenzamos la evaluación de cualquier consulta. Había dudas en cuanto al origen de la sintomatología de la niña. Observándola con detenimiento comprobé que sufría una neurosis obsesiva extraordinariamente grave, a la vez conservaba una inteligencia y una lógica muy aguda. “Tengo un demonio dentro de mí, ¿puedes sacármelo?” AF- Me quedé atónita ante una respuesta tan inesperada, pero luego le contesté que era posible, pero difícil y si quería que lo intentase tendría que decir cosas que no le resultarían agradables, naturalmente era decir lo que le pasaba por la mente. “Si me dices que es la única manera, acepto”. Se da un primer contrato entre la propuesta de AF y la niña. Para eso hacía falta tiempo, transcurrida las 3 semanas los padres vacilaron entre confiar en AF o buscar otros caminos, la niña se inquietó mucho y logró convencer a los padres la necesidad de seguir yendo a AF. Cierto día me contó una lucha con su demonio donde había logrado un extraordinario triunfo y de pronto exigió mi aprobación. “Anna ¿no soy más fuerte que mi demonio? ¿No puedo dominarla sola?” No vacilé en responderle que sin dudas ella era mucho más fuerte sin mi ayuda. Después de reflexionar durante unos instantes me dijo: “pero es claro que te necesito para no ser tan infeliz cuando debo ser más fuerte que él”. Todo lo que le restaba a ella, tener contrarrestar sola su malestar. El análisis transcurre entre sueños y ensueños. “Quisiera no haber nacido nunca” “Quisiera morirme”. “A veces me imagino que estoy muerta y que vuelvo a nacer como animal o muñeca”. Si vuelvo a nacer en muñeca ya sé a quién querría pertenecer, a una niña muy buena como la que antes estaba con mi niñera. No me importaría que me tratase como se trata a las muñecas, yo sería un bebé encantador, podrían hacer conmigo lo que quisieran, la niña me querría por sobre todas las cosas. Y si en navidad le regalasen otra mueca yo seguiría siendo su preferida. Es necesario agregar que tiene dos hermanas menores, que son objeto violento de sus celos. Había una vez un conejito al que su familia no trataba bien, querían mandarlo al carnicero para que lo mataran, pero él se enteró a tiempo. Tenía un automóvil viejísimo pero que aún funcionaba. Se subió al auto y se escapó, asi llego a una encantadora casita en la que vivía una niña (dice su propio nombre) que oyó llorar, esta bajó a abrirle y lo dejó entrar, desde entonces se quedó a vivir con la niña. Aquí aparece el sentimiento de no ser querida, representándose a sí misma en este ensueño diurno bajo dos aspectos, como el conejito mal querido y la niña que trata bien al conejo. Pronto el análisis revelo el odio a la madre, contra el que se había protegido creando su demonio, representación impersonal de todas sus tendencias hostiles. A través de fantasías transferenciales en las que se alternaba el amor con la hostilidad, “tú solo me amabas a mí y yo solo a ti y siempre estábamos juntos, los demás eran muy ricos y nosotras muy pobres. No teníamos nada, ni siquiera vestido, solo nos quedó el sofá y en él dormíamos las dos juntas y éramos muy felices” También decía “no le creas nada a esa AF pues te miente, no te ayudara y solo te pondrás peor,

3 además te cambiará la cara y serás mucho más fea. Ahora estas muy cansada, quédate en la cama y no vayas a verla”. Por un lado está la transferencia positiva de ser la preferida, la única, la que duerme con ella. Y por otro los temores y toda la representación negativa frente a la terapeuta. Una vez que la analista logro convencerla de que hiciera hablar a su demonio en el análisis, la niña empezó a expresar innumerable fantasías anales, al principio vacilando y luego cada vez más decidida al admitir la falta de toda censura de su parte. Poco a poco las sesiones se volvieron un depósito de las fantasías que la oprimían. “La hora que paso contigo es la hora de recreo, en la cual no necesito dominar a mi demonio, pero también descanso cuando duermo”. Esta liberación se manifestaba en su nueva manera de ser, despierta y vivaz. Porque cuando llegó la encontró decaída y menos expresiva. Paralelamente, en su casa empezó a expresar multitud de ocurrencias anales, hasta entonces celosamente ocultas bajo el disfraz del demonio que la poseía. No se privaba al sentarse en la mesa, de hacer comparaciones de la comida con la materia fecal que asqueaban a todo el mundo. La niñera le advierte a la analista lo que está sucediendo y le pide consejos de qué actitud adoptar. La falta de experiencia de AF hizo que no le atribuyera mayor importancia a la situación y aconsejó no reprenderla y ni reprobarla, sino que dejar pasar lo que decía como si no la hubiesen escuchado. Ante la falta de toda censura, la niña perdió los estribos y no vaciló en comenzar a cometer todo tipos de maldades y expresar en familia las fantasías, expresiones, comparaciones anales, que antes solo manifestaba en sus sesiones. Al poco tiempo, esta actitud la hizo insoportable para su familia, que uno a uno abandonaba la mesa en silencio dejándola sola. Mi pequeña paciente se conducía como una perversa o una adulto demente, colocándose fuera de la comunidad humana. AF había evitado que la castiguen y el resultado es ahora una insoportable. Al mismo tiempo la niña se había convertido en una diablilla alegre, juguetona y mal educada y en modo alguno contenta de sí misma. ¿Qué hacer? cometí un error dice AF al atribuir al superyó de la niña una inhibición de los impulsos para el cual no tenía la fuerza necesaria. (Había un esbozo del sy heredero del CdE, pero no estaba configurado totalmente, por lo tanto no tenía la fuerza que AF creía) Había malogrado el análisis, la niña había extendido su recreo al día entero y ya no se interesaba en ir a sesión ni traer material útil, puesto que lo descargaba durante todo el día. AF decide entonces volver a instalar el demonio, en primer lugar le dice a la niñera, que tengan un poco más de paciencia, que ella la podría volver a encaminar a la niña pero no podía garantizarle cuanto tiempo llevaría. En la sesión siguiente adopta una actitud enérgica diciéndole que había roto nuestro pacto, las dos creímos que deseábamos contarle esas cosas para librarse de ella, pero por lo visto no era así. Por mi parte no tenía nada que objetar pero entonces no veía para que me necesitaba, ahora le tocaba a ella decidirse. La niña muy pálida y pensativa vuelve a mostrar la misma comprensión que al inicio del tratamiento. “Si es como tú dices nunca volveré a decir estas cosas en casa”. Nuevamente apareció su control obsesivo y de mala y perversa se convirtió en una niña inhibida, taciturna e indiferente, que cada tanto actuaba como una poseída tirándose al suelo y gritando desaforadamente. Estas transformaciones se sucedieron varias veces en el curso del análisis, donde los ensueños diurnos empezaron a revelar sus fantasías sádicas. Un ejemplo, recorría su casa de punta a punta destrozando todo

4 lo que encontraba a su paso y decapitando a cuantas personas encontraba en su camino. Decapitar a la gente era el pasatiempo favorito del demonio, a quien además le gustaba comer excremento y todo tipo de inmundicia. Hasta que logramos que encuentre un término medio entre la perversidad diabólica y la inhibición neurótica dirá AF.

Silvia Fendrik AF descubrió en el análisis de la niña del demonio todo los elementos que configuran de una neurosis obsesiva grave, cada uno de los triunfos del demonio era seguido por ataques de angustia y arrepentimiento, una escisión de la personalidad infantil, bajo la presión del miedo a la pérdida del amor y las intensas fantasías incestuosas con la madre, padre, hermanos y deseos homicidas. Lo que quiere resaltar la maniobra en la transferencia donde AF reinstaura la demanda de análisis o la responsabilidad de la niña frente a sus actos tanto del analista (por la responsabilidad y la ética) y el compromiso del propio paciente, así este sea un niño que tenga la posibilidad de tomar conciencia de que le pasa y qué requiere, por lo cual está en tratamiento. La marca de cada caso entre el niño y el profesional que lo asiste, por eso hablamos de esa singularidad donde ponemos énfasis. Requerimos de una clasificación diagnostica, pero no lo hace anónimo, sino teniendo nosotros una representación teórica y clínica vamos a la observación. Ese caso va a tener lo particular. El modelo debe tener una flexibilidad, que nos da herramientas para ir construyendo juntos aquello que va transcurriendo en el proceso, al ritmo posible del vínculo, NO al vínculo impuesto por el analista ni por el niño. Todo el encuadre de la asistencia viene de la matriz vincular de la madre suficientemente buena, no perfecta, aquella que pudo ilusionar y desilusionar, y que permita que ese espacio potencial (entre madre y bebé, y entre terapeuta-niño) se transforme en un lugar transicional, creativo, de juego, de aprendizaje y de conocimiento.

¿Cómo era la relación con la madre? Había ambivalencia, que también aparece en la transferencia como una repetición de lo que le pasaba, o estaba muy cerca de la madre o se sentía totalmente excluida sin las posibilidades de lo que se logra en el tratamiento, qué es un lugar que contemple a ambos extremos desde un lugar matizado, no tan disociado, como si fueran dos como nos dice Winni, un self dividido, un psiquismo que no puede interiorizar lo bueno y lo malo junto. ¿Por qué nos interesa lo que dice Fendrik? Nos interesa lo que plantea Frendrik porque rescata de una manera muy fuerte la actitud, y la conecta con la responsabilidad y ética del analista, esto de poder maniobrar y reinstalar la demanda modificando el curso del tratamiento. Y poder hacer responsable a la niña, para poder volver al encuadre que sostiene la posibilidad de la cura, que es lo que al principio sucedió y termina perdiéndose.

Neurosis obsesiva grave, ese grave pone énfasis en una no constitución solida de la estructura neurótica, esa prueba que ella termina teniendo, en cuanto a que no había una capacidad del superyó en un represión. (AF le había adjudicado mayor capacidad al sy de la niña)

5 Práctico Es importante reconocer quien es el paciente, no surge en los primeros encuentros, sino que se va abrir y trabajar. Al niño hay que tomarlo como consultante, porque tiene mucho de los padres que se ponen en los hijos. La consulta de un niño siempre es una herida narcisista. Poder pensar la hipótesis diagnostica. En qué temas se preguntaría para profundizar el caso. Hay posibilidades de juego o no. Si juega con algo o si toca todo y no hace nada....


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