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I. Introducción Podemos definir las Técnicas de Trabajo Intelectual (TTI) como los recursos y medios que facilitan el aprendizaje del alumnado, ya sean métodos o hábitos de estudio, o estrategias de aprendizaje; y es gracias a estas técnicas que se le garantiza al alumnado unas herramientas que le permitirán aprender a aprender. Las TTI vienen recogidas en la Orden ECD/65/2015, concretamente en el Anexo 1, punto 4 «Aprender a aprender», que define la competencia como «fundamental para el aprendizaje permanente que se produce a lo largo de la vida y que tiene lugar en distintos contextos formales, no formales e informales» (O. ECD/65/2015, de 29 de enero). Se caracteriza por su habilidad para iniciar, estructurar e insistir en el aprendizaje, e implica tanto a la capacidad para motivarse a aprender, como el conocer y controlar los procesos de aprendizaje para ajustarlos a las demandas del aprendizaje. Las TTI pueden darse en cualquiera de los procesos del aprendizaje, y son independientes del área curricular en las que se imparten y de los métodos a utilizar. En las últimas tendencias de investigación, se ha ido desplazando el foco de atención sobre papel del profesor dentro de esta dinámica hacia los propios procesos internos del alumnado con el fin de lograr un aprendizaje de calidad y significativo. Esto sitúa al profesor como un agente encargado de orientar al alumno a través de las técnicas instruccionales, para poder así alcanzar el aprendizaje significativo por su cuenta. Se ha de ser consciente de que en cualquier escenario siempre es el estudiante quien ha de poner en marcha y llevar a cabo los procesos mentales para lograr un aprendizaje de calidad. Los profesores han de tener en cuenta las TTI como método troncal a aplicar en un proceso de aprendizaje significativo más efectivo en el alumnado. Si bien resulta fácil minusvalorar su importancia, la desconsideración de la implementación de las TTI en la metodología del aula puede llevar a los alumnos a no integrar la nueva información con sus estructuras de conocimientos previos, no establecer las relaciones adecuadas entre los conceptos y principios destacados, o no llegar a ser consciente del nivel y adecuación del conocimiento que se ha adquirido. Asimismo, es necesario destacar que las técnicas instruccionales se presentan a modo didáctico, y ha de ser el propio profesor quien determine y seleccione aquella más adecuada para facilitar los procesos psicológicos implicados en el aprendizaje de los contenidos abordados. 1

II. Técnicas instruccionales y aprendizaje significativo En el capítulo 6 del manual, Técnicas instruccionales y aprendizaje significativo, se pretende aportar al profesor de las técnicas necesarias para el favorecimiento del aprendizaje significativo en el alumnado. El aprendizaje significativo es un tipo de aprendizaje que integra nuevos conocimientos dentro de las estructuras ya formadas de manera sustancial y consciente. Se contrapone al aprendizaje mecánico, que incorpora conocimientos de manera arbitraria sin sentido por la carencia del mismo, por la incapacidad de dotarle de sentido, o por la no intención de hacerlo. En las últimas décadas se ha tratado de buscar qué técnicas del profesorado caracterizan la enseñanza eficaz. Según los estudios de Brophy (2001 en García Ros, 2018:172), las características de esta serían: centrar los objetivos en facilitar la comprensión y redes de ideas fundamentales interconectadas entre sí; proporcionar orientaciones para alcanzar objetivos múltiples con los distintos tipos de conocimiento de manera jerarquizada y con métodos de enseñanza activos que impliquen al alumnado; utilizar técnicas basadas en la interrogación que impliquen a los estudiantes, promoviendo así estrategias metacognitivas; favorecer usar la terminología propia y la experiencia previa; plantear actividades auténticas que faciliten a los estudiantes el desarrollo y la aplicación de los conocimientos en situaciones de su vida cotidiana; proporcionar las instrucciones y orientaciones oportunas antes de iniciar las actividades; prestar especial atención a establecer y evaluar la progresión a través de las trayectorias de aprendizaje de la disciplina; y utilizar técnicas de aprendizaje colaborativo en grupos de trabajo. Otros principios generales sobre los que poner el foco de cara a una promoción del aprendizaje significativo efectiva, según investigaciones más recientes (Brophy, 2006) serían el clima del aula, las oportunidades para aprender, el alineamiento instruccional, o el aprendizaje cooperativo entre otros. Las técnicas instruccionales cuentan con tres fases, cada una con objetivos diferenciados, que facilitarán la planificación y estructuración del aprendizaje significativo. Se trata de la fase de activación o preinstruccional, fase instruccional o de desarrollo y fase de retroalimentación. Estas fases son esenciales en el proceso de aprendizaje y enseñanza, y son válidas para cualquier materia curricular. 1) En la fase de activación, tiene como objetivo básico el activar los conocimientos previos de los aprendices, conectar los nuevos conocimientos 2

con sus estructuras cognitivas, relacionar la nueva información con experiencias y situaciones significativas, centrar su atención sobre la información nuclear y proporcionar una estructura organizativa que favorezca el aprendizaje de los nuevos contenidos. En el manual, se mencionan tres técnicas

instruccionales

para

lograr

estos

propósitos

mencionados:

organizadores previos, cuyo propósito es el facilitar a los estudiantes que establezcan conexiones entre sus conocimientos previos y la nueva información a través de una estructura organizada de la nueva información que incorpora esos conceptos más general e inclusores; focalizar la atención y promover la motivación al iniciar los temas, por medio de una introducción motivante que fomente el interés o la utilidad de los nuevos contenidos a tratar, relacionándolos con situaciones ya familiares; y el uso de objetivos y precuestiones, puesto que presentar los objetivos de aprendizaje al iniciar los temas garantiza al estudiante una visión general de lo que se ha de esperar, y puede replantearse qué aprender y qué es importante para centrar su atención y recursos cognitivos sobre esos conocimientos específicos. 2) La fase instruccional o de desarrollo, tiene por objetivo el promover el aprendizaje significativo de los conocimientos implicados en los distintos temas. Se proponen las siguientes técnicas para facilitar el proceso de la nueva información a asimilar: a. Claridad y organización de las presentaciones. Por medio de distintos recursos que permitan captar y seguir la organización de la propia presentación (por ejemplo, el énfasis o la reiteración en los contenidos importantes, o los apoyos gráficos), se facilita la comprensión de los conceptos y el establecimiento de relaciones significativas entre los mismos. b. Utilizar códigos de representación variados. Pedir a los estudiantes que generen imágenes mentales de la información verbal presentada en la clase facilita la relación e integración de los conceptos implicados en una estructura coherente y organizada. c. Proporcionar nemotecnias Facilitan el recuerdo de la nueva información por medio de la asociación con algo sencillo de recordar. d. Mapas conceptuales y organizadores gráficos

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Son diagramas jerárquicos que sirven para visualizar las ideas o conceptos y sus relaciones entre ellos. Es un recurso muy versátil y tiene objetivos muy diversos, ya que sirve tanto como recurso didáctico, como actividad de aprendizaje, como estrategia de aprendizaje y como estrategia de evaluación. e. Técnicas basadas en la interrogación Sirve tanto para identificar el nivel de conocimientos previos e introducir un concepto en la clase, para comprobar el grado de comprensión de los estudiantes, como para evaluar el nivel de aprendizaje adquirido. f. Técnicas basadas en el modelado. Facilita la adquisición del conocimiento procedimental, junto a proporcionar prácticas secuencializadas y ofrecer retroalimentación al estudiante sobre su nivel de aprendizaje y ejecución. g. Prácticas de aprendizaje. Su ejecución es una variable fundamental para explicar los procesos de aprendizaje, y su distribución en el tiempo resulta más eficaz que su concentración intensa. h. Fomentar habilidades cognitivas de alto nivel. i. Promoción de la metacognición. La capacidad de los estudiantes para poner en funcionamiento estos procesos metacognitivos relacionados con la planificación, supervisión y control de la propia actuación al aprender es crucial para determinar el nivel de logro alcanzado y para obtener un aprendizaje efectivo.

3) En la fase de retroalimentación, se proporciona información al estudiante sobre la adecuación o inadecuación de sus respuestas ante un ejercicio académico. De este modo, puede verificar si son o no correctas, evaluar el proceso que ha llevado a cabo y poder así aprender para las próximas veces que deba llevarlo a cabo. Por ello, es importante evaluar las respuesta que se ofrecen comparadas con el nivel que se pretende alcanzar, ofrecer una descripción sobre el desarrollo del ejercicio, comentar sobre el progreso que haya podido tener lugar y sobre todo animar a continuar estudiando y haciendo gala del progreso que ya se ha acometido. III. Mapa conceptual 4

IV. Conclusión Para finalizar este breve escrito, se intentará reflexionar sobre la puesta en práctica de ambas técnicas de estudio. Por un lado, durante la redacción del resumen resulta provechosa puesto que obliga una o múltiples lecturas del texto de manera concienzuda a la vez que se subrayan los conceptos más esenciales y se busca concentrar de manera concisa las definiciones. Sin embargo, en ocasiones puede resultar o bien escueto si se ciñe mucho la cantidad de palabras, o bien demasiado extenso si se pretende añadir cada uno de los aspectos mencionados en el texto original. Además, cuando los textos ya vienen de por sí esquematizados y resumidos, como en el caso de los manuales, puede resultar complicado no repetir la misma estructura y terminología en el desarrollo del resumen. En el caso del mapa conceptual, el hecho de tener que buscar las palabras clave y conceptos esenciales en el texto e interconectarlas entre sí permite una comprensión de la estructura global del tema. No obstante, personalmente encuentro el desarrollo de este tipo de esquema un tanto engorroso, llegando incluso a confundir relaciones al observar demasiadas líneas de conceptos que emergen del mismo cuadrado. Además, en ocasiones se emplea más tiempo en reorganizar la estructura y los conceptos que en comprender el tema a tratar, e incluso las definiciones pueden resultar escuetas o inexistentes por el formato del mapa. De cualquier manera, considero esencial conocer la existencia y saber desarrollar ambos tipos de técnicas, puesto que facilitan la comprensión y memorización de los contenidos de manera palpable, y resultan técnicas obligatorias para poder abarcar el material de grandes temas de manera efectiva, siempre que vengan acompañados de un estudio adicional para poder desarrollar los conceptos.

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V. Bibliografía García Ros, R. (2010). Técnicas instruccionales y aprendizaje significativo. En VidalAbarca, E., García Ros, R. y Pérez González, F. (Ed.), Aprendizaje y desarrollo de la personalidad (pp. 169-219). Madrid, España: Alianza. Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, por la que se describen las relaciones entre las competencias, los contenidos y los criterios de evaluación de la educación primaria, la educación secundaria obligatoria y el bachillerato. Boletín Oficial del Estado, 29 de enero de 2015, núm. 25, pp. 6986 a 7003.

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