Apuntalamiento PDF

Title Apuntalamiento
Course Psicologia general
Institution Fundación Barceló
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El concepto de apuntalamiento. Apuntalamiento, es un concepto de Freud. Para Kaës, en el mismo Freud hay por lo menos tres etapas en la construcción de este concepto, que además ha sido retrabajado por otros autores, como Laplanche, el mismo Kaës y otros. Para Kaës, este concepto define un proceso o situación por la cual: es una posición del cuerpo al que le falta el apoyo, y lo encuentra pasando a la vertical por la oblicua de la posición intermedia (un arbolito que se cae y le ponen una estaca que lo va enderezando hasta que crezca derecho). En primer lugar, es un movimiento, un pasaje de un estado a otro. No es un estado en sí. Hay algo que falta y que se encuentra en ese mismo movimiento. Y hay algo, para encontrar eso, que funciona como intermediario. La raíz de la lengua europea es ST, que es la misma que se usa en la palabra estaca y estar. Por lo tanto, en la palabra francesa queda bien convocada esta idea de sostener con estacas lo que amenaza derrumbarse. El proceso de apuntalamiento siempre habla de un tiempo intermediario entre un estado de debilidad o de falencia y un estado de mayor autoestructuración, auto-apoyo. Desde este punto de vista, Kaës dice que el psiquismo es un proceso permanente de seguridad, crisis, desapuntalamiento, búsqueda de reapuntalamiento, proceso de reapuntalamiento. Movimientos de cierre y apertura todo el tiempo. Desde ya que esto funciona más o menos bien (o más o menos mal) de acuerdo a la disponibilidad de apuntalamientos que existan. El concepto de transicionalidad. La relación del puntal con lo apuntalado, del objeto apuntalado con el objeto apuntalador, es de dos elementos abiertos cada uno de ellos sobre una de sus caras y separados entre sí por lo que Kaës llama una entre apertura. Un espacio intermediario de transición apto para el pasaje de un nivel a otro, pasaje que como vimos hace un rato, requiere una transcripción. No es simplemente una copia. Las cosas no están pegadas en una situación de verdadero apuntalamiento, de verdadera transicionalidad, sino que están separadas por una interfase donde se produce el trabajo y el movimiento de la transcripción. Este es otro modo de trabajar el concepto de lo intermediario. Es importante que tengan en cuenta las características de este espacio de transición. No tiene que ser demasiado abierto, porque si es demasiado abierto no permite la esperanza razonable de que se va a tomar contacto y hacer algo con el otro. Es lo que hace un rato decíamos que se produce con el marasmo. Hay una necesidad del bebé de encontrar alguien que lo ame y el otro está tan lejos, o directamente no está, que se produce el cataclismo psíquico y el organismo biológico muere. El objeto transicional nunca se abandona del todo. Siempre está disponible. Hace poco una paciente de sesenta años pasó por una etapa de mucha angustia y una amiga le había regalado una muñeca con una pollera, que me describió muy bien. Y en esa etapa de mucha angustia la única forma en que podía dormirse era llevándose esa muñeca a la cama. Y era una persona de sesenta años que durante mucho tiempo no usó objetos transicionales. Pero el objeto transicional tiene justamente esa característica: cuando uno lo necesita sigue estando aunque uno durante años no le haya dado pelotas.

Winnicott dice: la experiencia cultural es una extensión de la idea de fenómenos transicionales y de juego. Al utilizar la palabra cultura pienso en algo que se hereda, pienso en algo que la parte común de la humanidad a la que pueden contribuir individuos y grupos y de la que cada uno de nosotros podrá obtener algo si tenemos un lugar donde poner lo que encontramos. Es en el espacio transicional donde se puede reproducir el juego y la creación. Y la creación puede ser vinculada con el imaginario radical de Castoriadis, donde la imaginación es capaz de inventar cosas. La relación de apuntalamiento implica siempre un espacio intermediario, un espacio de transición y de transcripción. El intermediario no es una cosa, no es un objeto, sino un movimiento, un proceso, un trabajo. Un trabajo de transcripción. Este espacio intermediario tiene que ser apto para el pasaje de un elemento al otro (de las dos orillas de la relación de apuntalamiento). En el ejemplo básico de la clase anterior estaba la cuestión o el movimiento de pasaje de lo biológico a lo psíquico. También tenemos que pensar como propio -o pertinente a la relación de apuntalamiento- el pasaje del psiquismo individuado (el psiquismo que tiene como sede al sujeto individual) a lo institucional, al grupo y al histórico-social. Este pasaje es siempre una transcripción: nunca va a ser un reflejo ni una copia exacta o puntual de lo que halla en uno de los lados hacia el otro. No es una impresión calcográfica ni nada que tenga que ver con esta relación de copia. Este concepto de espacio intermediario y de transcripción es extremadamente importante, ya que se pueden fundar las operaciones en psicología social justamente como operaciones que trabajan en este espacio intermediario. Trabajan en este espacio intermediario apuntando a construirlo (cuando este no existe, porque bien puede suceder una situación social donde no exista un espacio de trabajo y de transcripción). También, cuando ya existe, la operación psicosocial puede apuntar a colaborar para sostenerlo, y apuntar a que en él se produzca un trabajo útil a los fines del agrupamiento y de las subjetividades o de las personas que están implicadas en ese grupo o institución. Es en los espacios intermediarios donde se produce la articulación entre el empuje de la presión deseante de los sujetos (en este caso, el deseo de tener un lugar, una organización, un espacio social en donde algo de su necesidad se resuelva) con las formulaciones provistas por el imaginario social. En este caso, fueron provistas por el imaginario social en la medida en que fueron inventadas en el movimiento mismo de su creación. Y estas significaciones que se generan allí no son un doble, ni una repercusión ni una copia de alguna realidad preexistente. No son creadas con nada, porque efectivamente las rutas existen, las movilizaciones sociales existen, la idea de juntarse y hacer fuerza existe. Todo esto existe. Algunos dicen que en realidad esto es poner un palo en la rueda en las rutas al Mercosur. Esto podría ser válido para algunas rutas, no para cualquiera, pero esto podría pensarse a nivel simbólico. Si para mucha gente el Mercosur aparece como el significante de un régimen que se desarrolla pero te deja al margen, poner una traba ahí es todo un gesto de significación. Bueno, todo esto se inventa. No con nada, con elementos preexistentes. Pero hay una organización propiamente creativa e inventiva en este movimiento.

Kaës dice que los apuntalamientos son la historia en cada persona de sus desamparos, porque del desamparo que implica el nacimiento se sale a través del apuntalamiento en relación con la madre. De la crisis de esa relación se sale a través del apuntalamiento que implica el grupo más amplio, el padre como representante del Edipo, etc. Y de la infancia se sale cuando la crisis que uno tiene en relación a la familia de origen (que implica toda una situación de rebeldía, de 28 denuncias de las falencias de los padres, todo ese tipo de cosas por las que pasamos) se sale a través del apuntalamiento de esas cosas que uno está buscando en espacios sociales más variados, otros grupos de pertenencia o de referencia, etc. Es importante que tengan en cuenta que el apuntalamiento, además de ser recíproco (madre en el hijo, hijo en la madre) siempre es en red, reticular, múltiple. Los puntos que señala Kaës de esta red son el propio cuerpo, la madre en tanto función materna (que luego va a aparecer en representantes simbólicos: Kaës sostiene que en un plano regresivo el grupo está en la línea de la madre, en la función de amparar y contener), el grupo, la cultura y las obras colectivas de las instituciones. O sea, que los apuntalamientos de la subjetividad se dan repartidos en red en todos y cada uno de estos lugares. Cuando uno está enfermo, y por lo tanto hay algo de apuntalamiento en el propio cuerpo que falla, trastabilla, se va a la cama, que además de ser un lugar físicamente cómodo es un lugar lleno de simbolismo: uno se tapa con una frazada y eso evoca la relación continente del antro materno. De modo que cuando un apuntalamiento falla, se refuerza la necesidad de que suplan los otros apuntalamientos de la red a aquel que en ese momento está en carencia.

- --- desamparo - --- angustia social - --- protección - --- apoyo

El desamparo, la angustia social, protección y apoyo. Encontramos aquí el campo conceptual del apuntalamiento. El psiquismo es un movimiento de apoyos y desapoyos, de aperturas y cierres, de construcción y destrucción, de crisis y creación. Esto es indudablemente otras de las bases psicoanalíticas de la grupalidad. Si recuperamos la noción de crisis, lo podemos formular así: crisis, en tanto la relación del sujeto con el plano psicosocial, va a ser un juego permanente de apoyos y desapoyos, de aperturas y cierres, de construcción y destrucción, de crisis y creación. Por ejemplo, los trastornos. Hoy esta situación social gravísima respecto de la desocupación y subocupación, que también se manifiesta bajo la forma de trastornos psíquicos, no son sólo una pantalla o una situación de clausura: es sobre todo la expresión de una crisis social y de la capacidad de elaborar una solución a esta crisis en la medida que una estructura social de recepción se

preste a la elaboración de esa experiencia de ruptura (de ruptura de las seguridades y certezas del apuntalamiento, que hasta el momento de su crisis brindaban ciertas instituciones sociales). Entonces, desde ese punto de vista, se podría redefinir al psicólogo social o las operaciones en psicología social, como colaborador en la construcción de estas estructuras de recepción respecto de las vivencias y situaciones de crisis, donde en el espacio de la transicionalidad, en el juego de la creación, podría operarse para ayudar a construir la red de apuntalamientos múltiples del psiquismo, o de la psique, en las diversas instituciones sociales. Volviendo a Käes: La institución nos precede, nos sitúa y nos inscribe en los vínculos y sus discursos, socavando la ilusión centrista de nuestro narcisismo, nos estructura y establecemos relaciones con ella que sostienen la identidad.. Por lo tanto, la institución es un sistema de vinculación, en el cual el sujeto es parte interviniente y parte constituyente…sistema poli – nuclear y ensamblado, en el cual, el continente del sujeto es el grupo y el grupo es el contenido de un meta – continente, llamado institución. En las instituciones se cumple un esfuerzo constante para construir representaciones comunes y matrices identificatorias, proporcionar un status de parte y de conjunto, vincular los estados no integrados, proponer objetos de pensamiento que tienen sentido para los sujetos a los cuales está destinada la representación y que generan pensamientos sobre el pasado, el presente y el porvenir, indicar los límites y las trasgresiones. La institución es antes que nada, una formación de la sociedad y de la cultura, oponiéndose a lo establecido por la naturaleza., siendo el grupo una formación intermediaria entre el sujeto y la institución. Pero no podemos de plantear los sufrimientos y malestares que se producen los mismos. Ya Freud en “El malestar en la cultura” dice: La insatisfacción del hombre por la cultura se debe a que esta controla sus impulsos eróticos y agresivos, especialmente estos últimos, ya que el hombre tiene una agresividad innata que puede desintegrar la sociedad. La cultura controlará esta agresividad internalizándola bajo la forma de Superyo y dirigiéndola contra el yo, el que entonces puede tornarse masoquista o autodestructivo. 1 Freud había escuchado decir de cierta persona que en todo ser humano existe un sentimiento oceánico de eternidad, infinitud y unión con el universo, y por ese solo hecho es el hombre un ser religioso, más allá de si cree o no en tal o cual credo. Tal sentimiento está en la base de toda religión. Freud no admite ese sentimiento en sí mismo pero intenta una explicación psicoanalítica -genética- del mismo. Captamos nuestro yo como algo definido y demarcado, especialmente del exterior, porque su límite interno se continúa con el ello. El lactante no tiene tal demarcación. Empieza a demarcarse del exterior como yo-placiente,

diferenciándose del objeto displacentero que quedará 'fuera' de él. Originalmente el yo lo incluía todo, pero cuando se separa o distingue del mundo exterior, el yo termina siendo un residuo atrofiado del sentimiento de ser uno con el universo antes indicado. Es lícito pensar que en la esfera de lo psíquico aquel sentimiento pretérito pueda conservarse en la adultez. Sin embargo dicho sentimiento oceánico está más vinculado con el narcisismo ilimitado que con el sentimiento religioso. Éste último deriva en realidad del desamparo infantil y la nostalgia por el padre que dicho desamparo suscitaba. 2 El peso de la vida nos obliga a tres posibles soluciones: distraernos en alguna actividad, buscar satisfacciones sustitutivas (como el arte), o bien narcotizarnos. La religión busca responder al sentido de la vida, y por otro lado el hombre busca el placer y la evitación del displacer, cosas irrealizables en su plenitud. Es así que el hombre rebaja sus pretensiones de felicidad, aunque busca otras posibilidades como el hedonismo, el estoicismo, etc. Otra técnica para evitar los sufrimientos es reorientar los fines instintivos de forma tal de poder eludir las frustraciones del mundo exterior. Esto se llama sublimación, es decir poder canalizar lo instintivo hacia satisfacciones artísticas o científicas que alejan al sujeto cada vez más del mundo exterior. En una palabra, son muchos los procedimientos para conquistar la felicidad o alejar el sufrimiento, pero ninguno 100% efectivo. La religión impone un camino único para ser feliz y evitar el sufrimiento. Para ello reduce el valor de la vida y delira deformando el mundo real intimidando a la inteligencia, infantilizando al sujeto y produciendo delirios colectivos. No obstante, tampoco puede eliminar totalmente el sufrimiento. 3 Tres son las fuentes del sufrimiento humano: el poder de la naturaleza, la caducidad de nuestro cuerpo, y nuestra insuficiencia para regular nuestras relaciones sociales. Las dos primeras son inevitables, pero no entendemos la tercera: no entendemos porqué la sociedad no nos procura satisfacción o bienestar, lo cual genera una hostilidad hacia lo cultural. Cultura es la suma de producciones que nos diferencian de los animales, y que sirve a dos fines: proteger al hombre de la naturaleza, y regular sus mutuas relaciones sociales. Para esto último el hombre debió pasar del poderío de una sola voluntad tirana al poder de todos, al poder de la comunidad, es decir que todos debieron sacrificar algo de sus instintos: la cultura los restringió. Freud advierte una analogía entre el proceso cultural y la normal evolución libidinal del individuo: en ambos casos los instintos pueden seguir tres caminos: se subliman (arte, etc.) se consuman para procurar placer (por ejemplo el orden y la limpieza derivados del erotismo anal), o se frustran. De este último caso deriva la hostilidad hacia la cultura.

4 Examina aquí Freud qué factores hacen al origen de la cultura, y cuáles determinaron su posterior derrotero. Desde el principio, el hombre primitivo comprendió que para sobrevivir debía organizarse con otros seres humanos. En 'Totem y Tabú' ya se había visto cómo de la familia primitiva se pasó a la alianza fraternal, donde las restricciones mutuas (tabú) permitieron la instauración del nuevo orden social, más poderoso que el individuo aislado. Esa restricción llevó a desviar el impulso sexual hacia otro fin (impulso coartado en su fin) generándose una especie de amor hacia toda la humanidad, pero que tampoco anuló totalmente la satisfacción sexual directa. Ambas variantes buscan unir a la comunidad con lazos más fuertes que los derivados de la necesidad de organizarse para sobrevivir. Pero pronto surge un conflicto entre el amor y la cultura: el amor se opone a los intereses de la cultura, y ésta lo amenaza con restricciones. La familia defiende el amor, y la comunidad más amplia la cultura. La mujer entra en conflicto con el hombre: éste, por exigencias culturales, se aleja cada vez más de sus funciones de esposo y padre. La cultura restringe la sexualidad anulando su manifestación, ya que la cultura necesita energía para su propio consumo. 5 La cultura busca sustraer la energía del amor entre dos, para derivarla a lazos libidinales que unan a los miembros de la sociedad entre sí para fortalecerla ('amarás a tu prójimo como a tí mismo'). Pero sin embargo, también existen tendencias agresivas hacia los otros, y además no se entiende porqué amar a otros cuando quizá no lo merecen. Así, la cultura también restringirá la agresividad, y no sólo el amor sexual, lo cual permite entender porqué el hombre no encuentra su felicidad en las relaciones sociales. 6 En 'Más allá del principio del placer' habían quedado postulados dos instintos: de vida (Eros), y de agresión o muerte. Ambos no se encuentran aislados y pueden complementarse, como por ejemplo cuando la agresión dirigida hacia afuera salva al sujeto de la autoagresión, o sea preserva su vida. La libido es la energía del Eros, pero más que esta, es la tendencia agresiva el mayor obstáculo que se opone a la cultura. Las agresiones mutuas entre los seres humanos hacen peligrar la misma sociedad, y ésta no se mantiene unida solamente por necesidades de sobrevivencia, de aquí la necesidad de generar lazos libidinales entre los miembros. 7 Pero la sociedad también canaliza la agresividad dirigiéndola contra el propio sujeto y generando en él un superyo, una conciencia moral, que a su vez será la fuente del sentimiento de culpabilidad y la consiguiente necesidad de castigo. La autoridad es internalizada, y el superyo tortura al yo 'pecaminoso' generándole angustia. La conciencia moral actúa especialmente en forma severa cuando algo salió mal (y entonces hacemos un examen de conciencia). Llegamos así a conocer dos orígenes del sentimiento de culpabilidad: uno es

el miedo a la autoridad, y otro, más reciente, el miedo al superyo. Ambas instancias obligan a renunciar a los instintos, con la diferencia que al segundo no es posible eludirlo. Se crea así la conciencia moral, la cual a su vez exige nuevas renuncias institnuales. Pero entonces, ¿de dónde viene el remordimiento por haber matado al protopadre de la horda primitiva, ya que por entonces no había conciencia moral como la hay hoy? Según Freud deriva de los sentimientos ambivalentes hacia el mismo. 8 El precio pagado por el progreso de la cultura reside en la pérdida de felicidad por aumento del sentimiento de culpabilidad. Sentimiento de culpabilidad significa aquí severidad del superyo, percepción de esta severidad por parte del yo, y vigilancia. La necesidad de castigo es una vuelta del masoquismo sobre el yo bajo la influencia del superyo sádico. Freud concluye que la génesis de los sentimientos de culpabilidad están en las tendencias agresivas. Al impedir la satisfacción erótica, volvemos la agresión hacia esa persona que prohíbe, y esta agresión es canalizada hacia el superyo, de donde emanan los sentimientos de culpabilidad. También hay un superyo cultural que establece rígidos ideales. El destino de la especie humana depende de hasta qué punto la cultura podrá hacer frente a la agresividad humana, y aquí debería jugar un papel decisivo el Eros, la tendencia opuesta. Este trabajo, en conjunto con Psicología de las masas y análisis del yo que había escrito en 1921, se reconoce entre las obras más relevantes de Freud en el área de la psicología social y se considera uno de los textos críticos más influyentes del siglo XX en ciencias sociales. El tema principal entonces, es el irremediable antagonismo existente entre las exigencias pulsionales y las restricciones impuestas por la cultura.2 Es decir, una contradicción entre la cultura y las pulsiones donde rige lo siguiente: mientras la cultura intenta instaurar unidades sociales cada vez mayores, restringe para ello el des...


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