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Autobiografía referencial sobre aspectos de mi vida y académicos en la niñez y adolescencia. Recorrido por el ámbito estudiantil y laboral en la edad adulta....

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AUTOBIOGRAFÍA. INTRODUCCIÓN. El presente trabajo es una autobiografía de mi vida en la que voy a narrar mis vivencias como personal y como profesional de la educación dentro del mundo de la cultura escrita, en este sentido quisiera transitar y darle sentido a mí relato, ya que crecí y sigo viviendo en el mundo de las letras. Es un recorrido centrado con mis hábitos de lectura y escritura desde muy temprana edad, reflexionar sobre las formas de adquisición propias y aquellas que como docente de educación primaria he utilizado para llevar adelante concienzudamente mi profesión. Es menester que, como mediadores de conocimientos, es necesario reflexionar sobre nuestra práctica como persona, para reconocer las carencias con las cuales egresé del profesorado hace ya mucho tiempo. Los recuerdos de mi propia educación fueron un pilar fundamental sobre el cual pude ejercer mis primeros años como maestra de grado aplicando aquellos modos y estrategias de cómo mis maestros me enseñaron. La falta de preparación que sentí al principio se fue poco a poco disipando, la experiencia fue forjando caminos, y como dice un dicho popular… “los niños aprenden a pesar del maestro”. El paso del tiempo para reconocer las carencias y virtudes te llevan en un momento a cambiar las viejas rutinas por nuevas prácticas con la finalidad de transformar nuestro quehacer docente. De este modo, con un recorte centralizado en educación, el cual sigue siendo el eje de mi vida; narro en ésta autobiografía con mis propias palabras las experiencias por las que pasé dentro del mundo de la lecto-escritura, tarea no tan fácil, ya que toda vivencia fue cambiando, mutando. Desde que en mis primeros años como alumna y donde intervinieron incontables docentes que contribuyeron e inspiraron mi elección futura luego de finalizar la escuela secundaria. Ésta propuesta de trabajo me ha llevado a reflexionar sobre algunos interrogantes: ¿Cuándo, dónde y con quiénes aprendí a escribir?, partiendo desde esta premisa puedo responder como fue el aprendizaje de mi escritura dentro de mi educación básica; de la que como docente recién egresada del Instituto de Formación Docente recuperé experiencias sobre viejas formas de enseñar que contribuyeron en un momento dado a ciertos modelos de aprendizaje de lectura y escritura. He escrito distintos textos en mi infancia, en la adolescencia y durante mi adultez, que contribuyeron a sentir gusto por escribir; aunque reconozco que me resulta más fácil expresar mis ideas oralmente que por escrito, quizás por la propia exigencia de respetar las formas y tener que utilizar más tecnicismos y un lenguaje formal académico. Por otro lado, menciono que la llegada de las TICS han cambiado mis prácticas escritas como estudiante de Bibliotecología en ese momento, como docente y cómo pequeña escritora, pues me han dado pautas para mejoras mis escritos, así he ido relacionando mis experiencias letradas con mi concepción del proceso de Enseñanza- Aprendizaje.

AUTOBIOGRAFÍA Mi nombre es …………………….., vivo en el partido de …………., en la Provincia de Buenos Aires, Argentina. Nací en la ciudad de Tigre y concurrí al Colegio San José desde los 4 años al Jardín de Infantes hasta terminar mi 7° grado de la Escuela Primaria. Al mudarnos cursé la Escuela Secundaria, el Instituto de Formación Docente y la Tecnicatura en Bibliotecología en Gral. Pacheco, Belén de

Escobar y en Campana respectivamente. Durante mi infancia he pasado vacaciones con la familia en la ciudad de Alta Gracia en la provincia de Córdoba, más allá de recorrer distintos bellos lugares y fascinantes paisajes. Quizás ese rinconcito entre las sierras fue y es mi lugar en el mundo; mi favorito. Ese lugar dónde fui feliz durante tantos veranos. Solíamos ir los integrantes de mi familia materna más cercana, mi papá, mis tíos y mi prima; casi mi hermana ya que nos criamos juntas. Las reuniones familiares entuvieron presentes entre las de parte paterna y materna por separado, en contextos similares, pero con diferentes integrantes por supuesto. Los domingos los compartíamos en la casa de mi tío Ángel, hermano de mi mamá. Entre asados, partidas de truco, la pileta y el fútbol mixtos con los primos han sido guardados en mi memoria y en mi corazón como recuerdos que atesoro con inmensa felicidad y nostalgia. Los encuentros con mi gran familia paterna surgían en las festividades de Navidad y Año Nuevo, pero por supuesto a mi única tía, mis dos primas y a mis abuelos los veía con asiduidad. Hemos pasado agradables recuerdos bajo la Parra en el Jardín. En estos días ha fallecido mi abuela Elvira a sus 92 años y por supuesto que estoy inmensamente triste pero la vida fue generosa conmigo, con 48 años de edad todavía tenía su cariño y el afecto de siempre, que por supuesto era mutuo; y no sólo eso, con 39 años aún tres de mis abuelos estaban presentes y es uno de los tesoros invaluable que llevo grabado a fuego en mi alma. Llegada la adolescencia, llega el momento dónde cada uno de nosotros, a mi modo de entender, aparecen los momentos dónde comenzás a darte cuenta, analizar y reflexionar sobre los sucesos actuales y los de tu niñez. En mi caso fueron los roces con mi mamá, ella no me entendía, ni yo a ella. Sufrí hostigamientos de su parte y maltrato psicológico, todo sucedía cuando mi papá no estaba presente y yo por temor no se lo contaba. Mi mamá comenzó a prohibirme visitar a mi abuela, con la que me crié, lo hacía por temores infundados sobre lo que yo podría llegar a hacer sin su supervisión. Dos momentos importantes nacen a partir de ese momento. Un día X a mis 15 años luego de que mi papá me dejara en el dentista fui sola al Juzgado de Menores a pedir ayuda. Allí conversé con un Asistente Social y a la semana siguiente tuvimos entrevistas por separado, mis padres, mi abuela y yo con una Jueza. Dichas vicisitudes tuvieron como desenlace que el Juzgado le diese mi Guarda a mi abuela materna. El aprendizaje de la cultura oral y escrita, cada espacio educativo y los contenidos abordados me han dejado conocimientos relacionados a mi forma de escribir, leer y a comprender distintas situaciones. A la edad de 4 años comencé el Nivel Inicial, allí me enseñaron mis primeros trazos, trabajando con actividades de motricidad fina y aquellas relacionadas al pre grafismo, a pintar sin salirme del contorno; aprendí colores, tamaños, trazos. En Preescolar las bolitas, palitos, curvas, líneas rectas, inclinadas, siempre guiando la direccionalidad de mis trazos, guiando el camino hacia la escritura formal de izquierda a derecha. Aprendí a escribir y a reconocer mi nombre, pero en aquel momento mi prima dos años mayor, fue quién jugando a la maestra, aprendí las vocales y la mayoría de las letras; sus grafismos y pronunciación. Con 6 años ya cumplidos ingresé en la misma Institución a la primaria y de la mano de la Sra. Ana María Remesal, la señorita Ani, fue dónde aprendí en los primeros meses del año los primeros pasos del proceso de la Mano de Tupac y del cuaderno sin renglones. Recuerdo que en primer grado nuestra maestra utilizaba el método de palabra generadora y así empecé a leer mis primeras palabras. Entre otras estrategias, ya en 2° grado, armábamos los nombres de dibujos propuestos por ella con letras sueltas que se guardaban en un sobre y se pegaban en el cuaderno. El apoyo familiar en todo proceso formativo, sobre todo en la niñez, fue fundamental para lograr este aprendizaje también, ya que mi mamá fue muy exigente conmigo, y lo he sido conmigo misma a medida que fui creciendo. Los días de semana vivía con m i abuela, ya que los horarios laborales de

mis padres eran complicados para llevar adelante mi crianza y sobre todo cuando comencé mi escolaridad. Aunque mi abuela era semi-analfabeta (un caso extraño, podía leer pero no escribir autónomamente), ella supervisaba que yo estuviese realizando la tarea; luego llegaba mi mamá y revisaba lo que realizaba y me explicaba o hacíamos correcciones de ser necesario.

Cuando ingresé a la secundaria, los estudios fueron muy significativos para mí, tanta frustración, maltrato y hasta cierta forma de acoso psicológico por parte de mi mamá, hicieron que mi refugio además del hogar físico, fueran los libros. He aquí otro momento importante, ya que para ayudar con mis propios gastos comencé a dar clases particulares a niños de primaria. Y sin saberlo en ese momento mi camino se bifurcó y luego fue estudiar para ser docente. Mi vida estudiantil se volvió completamente independiente, gestionaba los recursos, los medios y los tiempos para realizar los trabajos prácticos y estudiar para ese sin fin de materias. Tuve en Lengua y Literatura una excelente docente en 1° y 2° año, fueron tan trascendentales sus clases que hoy en día recuerdo pasajes de las mismas; mi actividad favorita, el análisis sintáctico, semántico y morfológico de oraciones. Con dicha actividad ponía a prueba nuestros conocimientos generales con las palabras. Fueron igual de importantes las narraciones, las cuales corregía, revisaba no sólo la redacción sino también la ortografía; nos dejaba al margen de la hoja anotaciones, apreciaciones, pero por sobre todo nos alentaba a seguir adelante. Llegó el momento de decidir si continuar con los estudios o seguir trabajando para aportar un ingreso más a la familia. Con la energía que nos brindan los 18 años de edad hice ambas cosas, estudié en el turno vespertino y tuve que hacer enormes sacrificios que me han dado excelentes resultados a lo largo de estos 30 años que trascurrieron. Por otra parte, los textos que he escrito en mi vida profesional son resúmenes, fichas bibliográficas, cuadros sinópticos, mapas conceptuales, síntesis, reseñas, diarios de campo, notas informativas, canciones, poemas, descripciones y en lo personal mi diario íntimo durante la adolescencia. Considero que por pertenecer a la vieja escuela, a la era del papel y el lápiz, realizo mis escritos en hojas o en un cuaderno, corrijo sobre lo plasmado en la hoja, leo y releo, borro y vuelvo a escribir, hasta estar convencida de que logré la versión final que voy a presentar. Ésta autobiografía no ha sido la excepción, luego tipeo en mi teclado y quizás sobre la marcha agrego o elimino palabras o segmentos en el mismo. Así mismo, el Taller de escritura y oralidad en el Magisterio, me sirvió para mejorar, me enseñó a detectar necesidades y carencias que tenía como escritor. Lo anterior me dio la pauta de que debía corregir esos errores y trabajar para mejorarlos. Desde un tiempo a esta parte, me preocupo por perfeccionar constantemente mis textos con concordancia de análisis de mi práctica profesional. Trato de ser objetiva, identificar la intencionalidad de lo que expreso con el fin de ser explícita en lo que quiero comunicar. Por ello, puedo mencionar que el lenguaje oral y escrito tienen un papel central tal y como lo menciona Vygotsky, ya que considera que es una de las herramientas culturales más poderosas. Por consiguiente, la innovación de mi práctica docente a través de mis saberes pedagógicos, ha llevado a cambiar prácticas rutinarias de lectura en donde solo se tenía como finalidad que el alumno aprendiera a pronunciar bien las palabras, a respetar los signos ortográficos, y a preguntarles que entendieron de aquello que leyeron. No considerábamos alternativas de trabajo motivadoras, sin buscar distintas alternativas de trabajo que pudiesen recuperar elementos culturales de la sociedad y el contexto socio ambiental donde nuestros alumnos crecen y se desarrollan para forjar aprendizajes significativos. A través de la Autobiografía, pude reflexionar en torno a mi propio aprendizaje adquirido en las

diferentes etapas de mi vida de lectoescritura, y de cierto modo pude visualizar como han cambiado mis prácticas de aprendizaje en torno a la lectura y la escritura; mucho he analizado y seguramente en el futuro podría ampliar y mejorar el presente escrito, pero básicamente ahora me encuentro en una etapa profesional de gran sensibilidad sobre la importancia de trabajar y planificar secuencias de trabajo novedosas, interesantes que permitan a niños y jóvenes hacer uso del las prácticas sociales del lenguaje, aprendizajes duraderos que en el futuro puedan utilizar en distintos contextos con la finalidad de aumentar los conocimientos y poder aplicarlos en la cotidianidad y frente a diversas situaciones de la vida. Poder lograr poner en marcha las competencias adquiridas en diversos ambientes; animarse, tener confianza y dar lo mejor que tenemos. Sin lugar a dudas, siempre hubo para mí algo bastante peculiar en los espejos. Además de darnos la oportunidad de vernos a nosotros mismos tal y como nos ven los demás, nos permiten practicar nuestras caras más cautivadoras y discursos importantes, a mí me permitieron hablar conmigo misma sin hablar, ponerle mi imagen a mis pensamientos e interactuar con ellos. Fue frente al espejo donde he tomado grandes decisiones en mi vida, buenas, malas, regulares; pero mías al fin. Nuevos caminos, que siempre estuvieron allí y por diversas circunstancias de la vida, en mi caso particular, no pude, o no tuve el coraje de seguir, hacen que hoy en día quiera continuar el proceso de mi constante formación a Nivel Universitario....