Title | Cuentos Para Monstruos |
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Course | Prevención del delito |
Institution | Colegio Libre de Estudios Universitarios |
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CuentosParaMonstruos ©SantiagoPedraza
Sefueronlasnochesdetristeza yquedaronlosdíasderabia.
Índice ApologíadeSharon Comocuandoéramos Llueve MonstruoEfervescente Cuervosespiando DosTrenes Moscasquecomenteamos Vodka Essuletra Estrellasdormidas Yerbadelcerro SexTape Rastrosdesombraenelsofá DeMadrugada Uxoricidio Despedida Aguardiente Trofeos BaladeCañón Historiadeamor(Oalgoparecido) Carritodelostesoros Milosos Poemaconlabial Vino,tequilaonostalgia ¿Tegustólahistoria? Víctimaenamorada Tulipanes Cincovidas Lunavolcada
Paísdepétalosyvelas CuentosparaMonstruos Cancióndecunaparaahuyentaraloscoyotes
ApologíadeSharon Los moretones que él pinto en su rostro eran como la obra de un artista primerizo:sinexactitud,sinidea,perocontodaintención. Él llegaría cerca de las once, con su máscara de borrachera y frustración exigiendosucenacondespotismo,lanzandoquejasalaintemperie:unacuchara sucia,unasopafría,unasillamalposicionada.Sihallabaunpretextoingenioso segurolagolpearía.Hoyseríalaúltimavez… «Buenos días amor mío, ¿están muy ajustadas esas cuerdas? Perdóname po amarrarte, es sólo que no quiero que salgas corriendo. Te he amordazado sólo porprecaución,tuspalabraspodríanobstruirmispensamientos,yenestepunto necesito claridad. Tu ropa está planchada, la mesa limpia y mi corazón roto Solía creer que estaba loca por ti, cuando en realidad, he enloquecido a causa tuya.Noeslomismo,lohemeditadotodalanoche». Él paseó los ojos por la habitación, atado de pies y manos. Cuando por fin descifrólaescena,elpánicolemordióelcuello. Ellatarareabaunacanciónaparentemente tristemientrasregabalíquidosobre la cama. De inmediato, él olfateó un perfume ácido que raspaba su nariz: er gasolina. Se desató una estampida de chillidos indescifrables desde un par de labio inmovilizados. Los ojos vidriosos de Sharon proyectaban la mirada de una muñeca harta de ser azotada. Y esos mismos ojos húmedos y tiritantes, en e puntomásdramático,seposaronenél,enbúsquedadecomprensión,enespera de algún signo de arrepentimiento. Pero aquel hombre no pudo captar e mensaje.Yesolodestruiría. “¿Por qué he aguantado tantos años a su lado?”. Por amor. Ése era un argumentoviable,yalmismotiempo,laexcusamáscobarde. Lamuerteseparódetrásdeella,sostuvosumanodelicadamente,yleayudóa encenderunfósforo…
Comocuandoéramos Lachicaconducía,peroloskilómetrosnolaalejabandesuspensamientos.La noche se estaba comiendo la carretera, las luces de su auto le revelaban e próximo tramo del camino, y el desierto le echaba en cara la muerte de su hermana. Si se hubiese acercado a ella, si le hubiera dicho que era hermosa irremplazable, que la opinión de otros cabía en un bote de basura. Si hubiera hechodeladolostresañosdeedadquelasseparaban,sihubiesepuestoatención asufaltadeapetito,asuconstantedeseodedormir,asumiradaausente.Sino se hubiese burlado de ella cuando le habló de Natasha, la chica popular de su colegio, y de las extenuantes y pesadas bromas que le jugaba junto con su amigas. Si le hubiera entregado una palabra, un abrazo, una chispa de autoestima. Entonces quizá su hermana habría vivido más allá de los catorc años. Todosesos‘hubiera’seleclavabanenlapiel,latristezalebesabalaespalda,l carreteranodecíanadayelpasadogritabaeufórico. El auto pasó por una curva y el movimiento la transportó a la escena que intentabaevadir:latardecalladacuandosuspadresnoestabanencasa,lospaso de ascenso por las escaleras, el chirrido de la puerta, el cuerpo de su hermana colgado en su habitación…, los alaridos que soltó mientras le acariciaba la cabeza. «Te hefallado, quisiera jugarcontigo en elpatio como cuando éramosniñas peroahoratusojossólotienencolorenlasfotografías»… Abandonólacarreterayseinternóenunsegmentoapacibledeldesierto.Soltó laslágrimasquelepesabanydejóalgunasparaelregreso.Saliódelautoconlo puñosendureciéndoselentamente.Abriólacajuela:ahíseguíaNatasha,ataday amordazada. La oscuridad le impidió ver sus ojos de súplica, en aquella pos parecía un bello pájaro indefenso. La sostuvo del cabello y la sacó con brutalidad. Estiró la mano dentro de la cajuela y alcanzó el bate de Béisbol. No habí jugadodesdequeeraniña,peroesanochepracticaríaunpoco…
Llueve Lluevenlágrimas,lluevesangre,lluevenbalas. Ella era dulce, una criatura con corazón de porcelana. Quizá por eso lo hombressiemprelapisaban. Llegódoshorasmástemprano,insertólallavesinpreocupación,lapuertade departamentosoltóunleverechinido.Entonceselmundocolapsó. En la sala había dos cuerpos al calor de la intimidad. Las piernas de un extraña abrazaban la cintura del hombre al que ella tanto amaba; su garganta formóun nudo imposible de desamarrar, sus venas bombearon gasolina por un instante,yun«Noesloqueparece»saliódisparadodesdeelsofá. Sedesatóunalluviacálidaenlosojosdelachicaylaspalabrassealejaronlo másposibledesuslabios.Unamasaderecuerdoslaembistiómientrassubíala escaleras: el viaje a París, las caricias de media noche, los proyectos qu sacrificó por él, las mil tonterías que le perdonó, las promesas que ahora se quemabanafuegolento. Revolvió el closet en una salvaje búsqueda. Las lágrimas habían dejado un rastro húmedo detrás de ella, el pasado y el presente chocaban con violencia Despuésdedespedazarelordenqueregíadentrodelcloset,finalmentehallóla pequeñacajaquebuscaba.Unarmadescansabadentro:ligera,brillante,ansiosa. Ellossevestíanapresuradamentecuandoellaregresó.Yencuantoelarmalo miródefrente,susrostrossedecoloraron. El gatillo aguardaba ansioso su gran momento de protagonismo, los labio entreabiertos no supieron que palabras dejar escapar. El tiempo tuvo miedo de seguiravanzando, de darun movimiento en falsoy destruir eluniverso. Ahora sóloexistíanaquelloscuatro:ella,él,latercerayelsilencio. Dos gotas ardientes resbalaron por las mejillas de la chica. Su mandíbula temblaba, sus ojos gritaban “te lo di todo”. El sol se alejó de las ventanas, lo edificiosgritaronenardecidos.Larabiaapretóelhombrodelachica,ysudedo sehundióenelgatillo. Lluevenlágrimas,lluevesangre,lluevenbalas…
MonstruoEfervescente Éraseunavez…unniñoquesoñabaconunarma. Acurrucadoenelsilencio,elniñohablabaconsigomismo: Situvieraunarma, ellaaúnmecantaríatodaslasnoches. Situvieraunarma, ellameseguiríadandounbesoantesdedormir. Situvieraunarma, nohabríatenidoqueenterrarla. Situvieraunarma, élnolahabríagolpeadohastalamuerte. Situvieraunarma, élsehabríalargado,dejándonosenpaz. Situvieraunarma, élnometeríamujeresaestacasa. Situvieraunarma, élnomegolpearíacuandoestáborracho. Situvieraunarma, podríajugarenelpatio. Situvieraunarma, élnomeencerraríaenmihabitación. Situvieraunarma, borraríaesasonrisadesucara. Situvieraunarma, miespaldanotendríalasmarcasdesucinturón. Situvieraunarma, élescucharíaloquetengoquedecir. Situvieraunarma, lemostraríaqueéltambiénsangra… Elniñohuyósiguiendolaslucesdeotraciudad ylosañospasaroncomoenundesfiledepésimogusto.
Losretoños,tardeotemprano,seconviertenenárboles. Ylasvíctimas,tardeotemprano,seconviertenenvillanos. Éraseunavez…unhombrequeconsiguióunarma.
Cuervosespiando Su padrastro deslizó la mano sobre su piel juvenil. Ella aguantaba callada fingiendo que dormía. Había ensayado mentalmente aquella escena y ahora no podíaequivocarse. Apenas unas horas antes habían sepultado a su madre, una mujer que habí pasado mucho tiempo sola antes de encontrar a un nuevo hombre. Ésa fue l razón por la que no quiso creer las acusaciones que su hija levantaba sobre su reciente esposo. La llamaba mentirosa e intentaba golpearla, como si aquella verdad le raspara los oídos, obligándola a reaccionar de manera violenta. E miedoalabandonoteníamáspesoquelaspalabrasdeunachicadecatorceaños Sinembargo,elhombrenuncaestuvointeresadoenaquellamujerdesgastaday solitaria. Su objetivo era más joven, usaba coleta y vestidos rotos. Para él enamoraraunamujernecesitadadecompañíaquevisitabalaplazasuplicandola pláticadeunhombre,resultóserunatareafácil. Suboda fue repentinay apresurada, impulsada porel bulto enlos pantalones delhombreencuestión. Lodemásfuetodavíamássencillo.Losdesayunosllevadosalacamaparecían los gestos nobles y atentos de un cónyuge cariñoso, cuando en realidad, cad plato de sopa y taza de té llevaban como condimento una muerte lenta y progresiva. Venenos nada peculiares al alcance de cualquiera. En aquel pueblo hechodeindiferenciaymadera,nadieledaríamuchasvueltasalamuertedeuna mujerque,enprimerainstancia,yaeramalvistapor loshabitantes.Elhombre quedaría como el héroe que le dio dignidad a los últimos años de una madr soltera, y que noblemente se haría cargo de una huérfana desprotegida. Y su premioporaquelconjuntodebuenas obrasseríaelcuerpo deunajovenquele provocabaobsesión. Sinembargo,laesperaleparecíainfinitaynecesitabapequeñosadelantos.De noche,despuésdecomprobarelsueñoprofundodesuesposatemporal,subíaen silencioalcuartodesuverdaderapresa.Laamenazabademilformas,yluegol tocaba. Memorizaba su textura para después volver a la cama y soñar con e momentoenquefinalmentelatendría. Elgran díallegó: lamadre yano pudolevantarse. Pidieronayuda de vecinos para sacar el tieso cuerpo de la mujer. La chica soltaba alaridos lastimero
mientras se llevaban el cadáver, alaridos que habrían hecho llorar hasta al má durodelosmonstruos. Elfuneralfueigualquesuboda:apresurado.Lospésamesaterrizaronsobrelos oídosdel reciente viudo sinque este pudiera quitarlela mirada de encima asu hijastra,fabricandofantasías,rindiéndolecultoatodasuespera. Lanochesetragóelcielo.Lachicaestabarecostadasobresucamahablando sin que sus labios emitieran sonido alguno. Él llegó a casa cuando el relo rasgaba la media noche. Había estado en una taberna acompañado de hombre queintentabanconsolarlo.Sinembargo,élnobebíaparalamentarse,bebíapara celebrar. Sus botas lastimaban los escalones mientras subía a la habitación de su víctima.Abriólapuertadelcuarto,desabrochándoselosprimerosbotonesdesu camisacon gesto victorioso.El alcohol y laansiedad lo empujaban aperder e control, pero él se esforzó por mantenerse tranquilo. Había esperado mucho comoparaarruinarsugranmomento. Ella, con los ojos apuntando a la oscuridad, esperó a que su padrastro s acercara lo suficiente. La luna intentó mirar hacia otra parte, los cuervo espiabanporlaventana,amotinadosenuncabledeluz,comosisupieranloque iba a pasar. La chica sintió una mano inquieta abrirse camino por sus piernas escuchóasupadrastrohablándolealanada,víctimadesupropiodelirio. Elladeslizósumanolentamentebajolaalmohada,hastaalcanzarelmangode un cuchillo. Lo apretó despacio mientras el coraje empezaba a calentarle la venas.Esperóaqueélgiraralacabezaenelángulocorrecto,conlapacienciad uncazadorexperimentado.Cuandolascondicionesfueronadecuadasylalunaa finseatrevióamirar,lachicasediovuelta,yenun movimientodeenvidiable agilidad,leclavófuriosaelcuchillodentrodelcuello.Enesemomento,todasla criaturasocultasenlosrinconesdelpueblogritaronconeuforia. Elhombresintiócómosusangresefugabaporunhueco.Aterrorizado,estiró su brazo hacia la chica mientras caía de espaldas sobre el suelo. La muerte s pusoasulado,leacaricióelcuelloyluegosechupólosdedos. Lachicaobservabatodoconelcorazónpateándoleelpecho.Yeneseinstante sediocuentadealgocurioso:estabadisfrutandomuchodelaescena…
DosTrenes El primer hombre salió de casa: perfumado, recién bañado y con zapato lustrados. Antes de salir, su esposa le preguntó a qué hora regresaría. Como respuesta obtuvo un puñetazo en el rostro que le dejó un recuerdo color lila en el ojo izquierdo. Su hijo pequeño, parado en la puerta de la cocina, fue testigo de la escena Contempló el cuerpo de su madre caer abruptamente, seguido de un sonido hiriente producido por el llanto de la mujer. El primer hombre giró la cabeza paraverasuhijo,dedujosumiedo,yseleacercósonriendoparatranquilizarlo. «No debes temerme. Yo nunca te haría daño a ti… pero escúchame, debes i aprendiendo.Asíescomosetrataaunamujer.Créeme,nuncatedejarádeesta forma. Tú eres un campeón, eres el rey, y todo rey necesita alguien que lo obedezca,¿noesasí?Algúndía,cuandocrezcas,encontrarásaalguiencomotu madre,alguienquetegusteydequienpuedassereldueño.¿Meentiendes?Ven acá,quitaesacaralarga,quemañanatetraeréunregalo». Elniñosonrióviendoasupadre.Esteleplantóunbesoenlafrenteyluegole hizocosquillasenelcuello,haciendoqueelniñoseolvidaradelaescena. El primer hombre cruzó la puerta y la noche lo recibió con un beso. La luna brillabaensuszapatosysusonrisaestabalistaparaserusadacomoarma.Pensó un poco en lo que le había dicho a su hijo, su padre le había dado el mism discursocuandoniño,ysepreguntósihabíaomitidoalgo. Seolvidódelasuntoalsiguienteinstante,ahoranecesitabaenfocarsuatención enelpresente.Esanochesedirigíaacasadesuotramujer,aquellaconlaques divertía, sin compromiso, sin familia, ni responsabilidad. Compraría vino y haríaelamorconellahastalamadrugada.Siguiócaminando,yleparecióquela ciudadescribíasunombreconluces. Al pasar junto a un restaurante japonés, miró de lejos a un hombre que caminabademodoextraño,ynopudoevitarungestodeburla… * El segundo hombre salió del bar. Tenía el aspecto de un loco y los puño frenéticamentecontraídos,comosiintentaraahorcarlapenaquellevabadentro
Unas semanas atrás, su hija había sido asesinada, arrancándole un pedazo d vida, arrastrándolo a un mundo incoloro. Los agentes seguían trabajando sin poder darle respuestas, investigaban como si ya no les interesara en absoluto como si tuvieran prioridades más grandes. Al menos, eso sentía el segundo hombre. Usaba el alcohol para justificar su demencia, huía de una realidad que l escupíaen la cara cadavez que intentaba sonreír. Lasobriedad no traía paz, e alcohol no traía paz, quizá nada la traería. No existía justicia, no existía consuelo, sólo rabia irreversible. Una rabia que le repetía una y otra vez la misma frase, embarrándola por las paredes de su cráneo: «Resuélvelo tú mismo». Al pasar junto a un restaurante japonés, miró de lejos a un hombre que s burlaba de él. Un hombre que lucía una chaqueta de cuero y una sonrisa prefabricada. Algún día atraparía al asesino que buscaba, pero esa noche, tendría que conformarseconelprimerhombre. Siguió avanzando hasta que finalmente lo tuvo cerca. Dio tres pasos a l izquierda,ocasionandounchoquedehombros,yescuchóunreclamoalqueno prestóatención... * Elprimerhombreaúnnoterminabasureclamocuandounimpactoensurostro provocósucaída.Fuesorprendidoporunalluviademisilesenformadepuños Olvidócómodefenderse.Quien estabaencimadeél noparecíaunhombre, era másbienunmonstruo…
Moscasquecomenteamos «Si lo piensas bien, yo soy mejor que ella. Tal vez Evelyn sea más alta delgada y se maquille con más frecuencia, pero ya no somos un par d jovencitas.Además,yoteentreguémismejoresaños,esocuenta¿nocrees? Ten,bebetusopa. Estufavorita.Te conozcodeextremoa extremo,¿loves? ¿Recuerdasporquétecasasteconmigo?¿Lossueñosquecompartíamos?Sí,ya séquenuncapudedarteunhijo,lointenté,noesnecesarioquemeloechesen cara.Porfavor,nohablemosdecosastristes,mejorterminatusopa,ellallegará pronto.Asíes,la hecitadohoy,perono paraquese acuestecontigo,sinopara demostrarte que no es rival para mí. ¿Evelyn? Claro que no… ¡Esa puta de mierda! ¡Mi mejor amiga! Así la llamé durante años, y tú… ¡Desgraciado ¡Revolcándote con ella mientras yo me hacía cargo de las cuentas! Pero ahora yo…¡No!, es que nosotros…, yosólo…, yo nunca…, tú…, túya sabes que t amo…, te amo demasiado…, y yo…, tú…, tú me amas, ¿verdad? ¿Me sigue amando?». Suesposonocontestó.Estabarecostadoenlacama,conlamuertefumandoa su lado. Su pulso se había fugado la noche anterior, su rostro pálido aún conservabarestosdesuúltimaexpresión.Susmanosyanolatocaban,suslabio yanolementían. Su piel se había vuelto un refugio donde las moscas podían descansar. La cortinascerradasnodejaronqueelsolseenteraradeloquehabíapasadodentro delcuarto. Sonóeltimbre.Desdeluego,eraEvelyn. Lamujercolocóelplatodesopaenelburóyrecogióuncinturónquereposaba enelsuelo,elmismocinturónquehabíadejadounamarcapintadaenelcuello desuesposomuerto. Sonrió,ybajóaabrirlapuerta…
Vodka Flavio conoció a una pelirroja en la fiesta. Era joven, como diez años meno queél.Sucinturainquietaloinvitabaconstantementeaacercarlasmanos. Estaba borracha, y gritaba como si celebrara su propia fiesta. Flavio debía aprovecharsuoportunidad. (Unamujerysuhijapequeñallegaronalaciudad,huyendodeunhombreque las maltrataba. Venían de un pueblo cuyo nombre era desconocido para la personas; no conocían a nadie, no tenían refugio, se encontraban indefensas peroalmenosestabanjuntas.Aquelhombrenovolveríaalastimarlas). Flavio, después de su rutina de palabras bien acomodadas, convenció a l pelirroja de ir a un lugar más privado. Abrió la puerta del departamento y la chica entró llenando el espacio con sus risitas coquetas. Flavio admiró su piernas y la luna que se asomaba por su escote. Todo eso sería para él aquella noche. (Lamujerylapequeñanoteníanadondeir.Laniñalepreguntóasumadres estaba triste, y ella le respondió un tímido «No» acompañado de una sonrisa forzada. Al caer la noche, se refugiaron en un autobús fuera de servicio. Sin embargo,tresjóvenesenbuscadeaventuralassiguieroncautelosamente). La pelirroja se quitó las zapatillas con gesto grácil. No dejaba de grita entusiasmada y de elogiar el departamento de Flavio. Encendida por la borrachera,lachicahacíacomentariosdivertidossobreloscuadroscolgadosen las paredes, los palos de golf acomodados en una esquina, y el pequeño, pero muycompleto minibar. Entretanto, Flavio le besaba el cue...