El yo y el ello resumen PDF

Title El yo y el ello resumen
Author Sebastián Elio Santoro Yerise
Course Psicoanálisis Freud
Institution Universidad de Buenos Aires
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Summary

Resumen del "El yo y el ello"...


Description

EL YO Y EL ELLO I. Conciencia e inconciente La premisa básica del psicoanálisis es la diferenciación de lo psíquico en conciente e inconciente; a la vez sitúa a la conciencia como una cualidad de lo psíquico. Inconciente descriptivo = latente La experiencia muestra que una representación no suele ser conciente de manera duradera, el estado de conciencia pasa con rapidez. Puede volver a ser conciente bajo ciertas condiciones (la atención por ejemplo). Decimos entonces que estuvo latente o que era susceptible de conciencia. Inconciente dinámico (eficaz) A la vez existen procesos anímicos o representaciones intensas (factor cuantitativo y por tanto económico), que pueden tener consecuencias para la vida anímica (eficacia) pero los cuales no devienen concientes ya que cierta fuerza se resiste a ello. A través del psicoanálisis se encontraron medios para cancelar esta fuerza haciendo concientes estas representaciones. Llamamos represión al estado en que ellas se encontraban antes de que se las haga concientes y llamamos resistencia la fuerza que produjo y mantuvo la represión. Aquí lo reprimido es nuestro modelo de lo inconciente. Primera topica del psicoanlisis (Cc, Prcc e Icc) Decimos entonces que tenemos dos clases de Icc: 1) En el sentido descriptivo: Lo latente (o susceptible de conciencia), a lo cual denominaremos Prcc y que esta mas cerca de la Cc que el Icc. 2) En el sentido dinámico: lo reprimido (insusceptible de Cc), a lo cual denominaremos Icc. Yo coherente vs lo reprimido escindido de el Hemos llamado yo (coherente) a la representación de una organización coherente de los procesos anímicos en una persona. De este yo depende la conciencia (gobierna los accesos a la motilidad), ejerce un control sobre todos sus procesos parciales, y por la noche se va a dormir a pesar de lo cual aplica la censura onirica. De este yo tambien parten las represiones. En el analisis lo reprimido se contrapone al yo, y queremos cancelar las resistencias que el yo le plantea. Sin embargo el paciente nada sabe de esta resistencia, y como esta resistencia parte de su yo hemos hallado en el yo algo que es tambien inconciente, que se comporta como lo reprimido (exterioriza efectos intensos sin devenir conciente, eficacia), y necesitamos de un trabajo particular para hacerlo conciente. Entonces, ya no podemos reconducir a la neurosis a un conflicto entre lo conciente y lo inconciente, ahora sustituimos esa oposición por la de yo coherente y lo reprimido escindido de el. Decimos entonces que todo reprimido es icc, pero no todo Icc es reprimido, tambien una parte del yo es inconciente (pero no Icc en el sentido Prcc (latente), sino otra clase de Icc). Nos encontramos entonces con un tercer inconciente, no reprimido y no latente, con lo cual el carácter de la inconciencia pasa a ser una cualidad.

II. El yo y el ello Ahora bien, lo solo podemos tomar noticia de lo inconciente haciendolo conciente, pero ¿como es este proceso? Hemos dicho que la conciencia es la superficie del aparato animico, es decir, el primer sistema contando desde el mundo exterior. Son concientes todas las percepciones que nos vienen de afuera (percepciones sensoriales) y de adentro (sensaciones y sentimientos). Ahora bien, ¿que pasa con los procesos de pensamiento (representaciones)? ¿Van hacia la conciencia o la conciencia va hacia ellos? Esta es la dificultad si se quiere tomar la hipótesis topica. Ninguna de las dos cosas, decimos que se hacen conciente en base a otro proceso. ¿Cómo se hacen conciente los procesos de pensamiento? La diferencia efectiva entre una representación icc y una prcc consiste en que la primera solo tiene representación-cosa, en cambio a la segunda se le añade a esta representación-cosa la representación-palabra. Las representaciones palabras son restos mnémicos, que una vez fueron percepciones, y como todos los restos mnémicos pueden devenir de nuevo concientes. Entonces, solo puede devenir cc lo que ya una vez fue percepción cc, entonces lo que desde adentro quiere devenir conciente tiene que intentar trasponerse en percepciones exteriores. Estos restos mnemicos se encuentran en los sistemas inmediatamente contiguos al sistema P-Cc, con lo cual sus investiduras fácilmente pueden transmitirse desde adentro hacia delante a los elementos de este sistema (por ejemplo recuerdo y alucinación). Los restos mnemicos de palabra provienen esencialmente de percepciones acusticas (sus componentes visuales son algo secundario). Entonces, para hacer conciente (prcc) algo reprimido hay que reestablecer aquellos eslabones intermedios prcc. ¿Cómo devienen conciente las percepciones internas? A estas corresponden las sensaciones de placer – displacer. Las sensaciones de displacer esfuerzan a la descarga, es decir, displacer = elevación de la investidura energetica, placer = disminución de la misma. Llamamos al devenir conciente de estas sensaciones un otro cuantitativo – cualitativo. Esto otro se comporta como una mocion reprimida, puede desplegar fuerza pulsionante sin que el yo note la compulsión. Es decir, devienen conciente si alcanzan al sistema P, se transmiten directamente hacia delante, y para este devenir no es necesario que se liguen a representaciones palabras, sino que devienen tales de manera directa. Las sensaciones son o bien Cc o Icc (falta lo Prcc). Papel de las representaciones-palabra Esta claro la funcion de las representaciones palabra, por su mediación los procesos internos de pensamiento son convertidos en percepciones. El yo Parte del sistema P, como de su núcleo, y abraza primero al Prcc que se apuntala en los restos menemicos, sin embargo el yo es, ademas inconciente. Ahora bien, ¿por que decimos que somos vividos por poderes ingobernables? Diremos yo a la esencia que parte del sistema P y que es primero Prcc, y ello en cambio a lo

otro psiquico en que el yo se continua y que se comporta como icc. Es decir, un individuo es un ello psiquico (inconciente), sobre el cual se asienta como superficie el yo, desarrollado desde el sistema P, y este yo envuelve al ello solo en la extensión en que el sistema P forma su supericie. Entonces, el yo confluye hacia abajo con el ello. Y tambien lo reprimido confluye con el ello. Lo reprimido solo es segregado del yo por las resistencias, pero puede comunicarse con este a traves del ello. Agregamos a la vez que el yo lleva un casquete auditivo. Se deduce que el yo es la parte del ello alterada por la influencia directa delmundo exterior (mediante el sistema P-Cc). A la vez se empeña en hacer valer sobre el ello la influencia del mundo exterior, asi como sus propios propositos (quiere reemplazar el principio de placer que rige en el ello por el principio de realidad). La percepción es en el yo lo que la pulsión en el ello. El yo representa la razon y la prudencia, el ello las pasiones. Al yo le es asignado tambien el gobierno de los accesos de la motilidad. Hay personas en quienes la autocritica y la conciencia moral, son inconcientes, y exteriorizan efectos importantes, y nos obligan a hablar de un sentimiento inconciente de culpa, el cual levanta los mas poderosos obstáculos en el analisis. Entonces, decimos que no solo lo mas profundo, tambien lo mas alto (eficaz) en el yo puede ser inconciente. IV. Las dos clases de pulsiones Hay dos clases de pulsiones, las sexuales o Eros, que comprende a la pulsión sexual no inhibida, y las mociones pulsionales sublimadas y de meta inhibida que derivan de la primera (no inhibida), asi como tambien a la pulsión de autoconservacion. La otra pulsione es la de de muerte, y vemos en el sadismo un representante de ella, y es la encargada de reconducir al ser vivo organico al estado inerte. El Eros tiene la meta de complicar la vida mediante la reunion, la síntesis, de la sustancia viva dispersada, para conservarla. Ambas pulsiones se aspiran a reestablecer un estado perturbado por la genesis de la vida. Las mociones pulsionales que podemos estudiar son retoños del Eros, se nos impone la impresión entonces de que las pulsiones de muerte son en lo esencial mudo y casi todo el alboroto de la vida parte del Eros. Y si decimos que la vida esta gobernada bajo el principio de constancia, destinada a ser un deslizarse hacia la muerte, son las exigencias del Eros (pulsiones sexuales), las que como necesidades pulsional introducen nuevas tensiones. V. Los vasallajes del yo Constitución del super yo El yo se forma en buena parte desde identificaciones que toman el relevo de investiduras resignadas del ello. Las primeras de estas identificaciones se comportan como una instancia particular dentro del yo, se contraponen a este como superyo. El super yo debe su posición dentro del yo debido a dos identificaciones que se dieron en su constitución: 1) La identificación inicial ocurrida cuando el yo todavía era endeble. 2) Es el heredero del complejo de Edipo, con lo cual introdujo en el yo los objetos mas grandiosos. Y conservara a lo largo de la vida su carácter de origen: proveniente del complejo paterno y su facultad de contraponerse al yo y dominarlo. Es el recordatorio de la endeblez y

dependencia en el que el yo se encontro en el pasado (con los padres), el yo se somete entonces al imperativo categórico del superyo. Y que descienda de las primeras investiduras del ello hace que lo ponga en relación con este, es por eso que mantiene afinidad con el ello y puede representarlo frente al yo. Por ende esta mas distanciado de la conciencia que el yo. Para poder explicar estos nexos lo mejor es volver sobre ciertos hechos clínicos. Reacción terapéutica negativa como exteriorizacion del sentimiento icc de culpa (o necesidad de castigo) Hay personas que reaccionan de manera trastornada frente a los progresos de la cura. Toda solución que debería desembocar en una mejoria de los síntomas, les provoca un refuerzo momentáneo de su padecer. Presentan la llamada reacción terapéutica negativa. Decimos que en estas personas no prevalece la voluntad de curación, sino la necesidad de estar enfermas. Si analizamos esta resistencia como habitualmente lo hacemos, retirándole la actitud de desafio frente al medico, la fijación a las formas de la ganancia de la enfermedad, veremos que la resistencia persistirá. Se llega asi a la conclusión de que se trata de un factor moral, de un sentimiento de culpa que halla su satisfaccion en la enfermedad. El paciente no se siente culpable, sino enfermo. Y justamente la exteriorizacion de este sentimiento (icc) de culpa es la reaccion terapeutica negativa en el tratamiento. Es posible que esto ocurra en menor medida para muchisimos casos de neurosis, quizas para todos. Quizas es justamente este factor (la conducta del ideal del yo o superyo) el que decide la gravedad de una neurosis. Sentimiento cc de culpa vs sentimiento icc de culpa Encontramos en la conciencia moral un antecedente del super yo, esta compara el yo actual con el ideal del yo, y como el yo nunca llega a ser como el ideal del yo, la conciencia moral genera culpa (cc). Este sentimiento de culpa (cc) no ofrece dificultades a la interpretación, es la expresión de una condena del yo por su instancia critica. En el sentimiento de culpa icc vimos una de las pruebas de la independencia del super yo frente al yo conciente, y de sus íntimos vínculos con el ello inconciente. Sin embargo también decimos que el súperyo permanece accesible a la conciencia desde representaciones palabras, pero la diferencia es que la energía de investidura no les a aportada a estos contenido por la percepción auditiva, la instrucción, etc, sino que la aportan las fuentes del ello. Masoquismo - Sadismo en relacion al super yo Vemos que el super yo se abate con furia sobre el yo, como si se hubiera apoderado del sadismo disponible en el individuo. Lo que ahora gobierna en el superyo es como un cultivo puro de la pulsión de muerte. Estas pulsiones de muerte son tratadas de diversas manera en el individuo (ver el problema economico del masoquismo), se las torna inofensiva por mezcla con componentes eroticos y luego en parte se las desvia hacia fuera como agresión, pero en parte prosiguen el trabajo en el interior. Vemos entonces en el ser humano que mientras mas limita su agresión hacia fuera, mas agresivo se torna su superyo. Origen de la pulsión de muerte en el superyo

El superyo se engendro por una identificación con el arquetipo paterno, y esta clase de identificación tiene el carácter de una desexualizacion (o aun de una sublimación). Y parece ser que a raiz de esto también se produce una desmezcla de pulsiones (no total), el componente erotico ya no tiene mas la fuerza para ligar toda la destrucción aleada con el, y esta se libera como inclinación de agresión y destrucción. De esta desmezcla el superyo extrae todo el sesgo duro y cruel del imperioso deber ser. (en las neurosis obsesivas la desmezcla es producto de una regresion consumada en el ello) Hay dos caminos por los cuales el contenido del ello puede penetrar en el yo: uno es el directo, el otro a traves del superyo. El yo se desarrolla desde la percepción de las pulsiones hacia su inhibición, y en esta operación participa el superyo, que es una formación reactiva contra los procesos pulsionales del ello. El psicoanalisis busca posibilitar al yo la conquista progresiva del ello. Este yo sufre tres peligros: de parte del mundo exterior, de la libido del ello, y de la severidad del superyo, y tres variedades de angustia corresponden a cada uno de estos peligros (angustia como huida frente al peligro). El yo quiere mediar entre el mundo y el ello, hacer que el ello obedezca al mundo y a que el mundo haga justicia al deseo del ello. El yo, mediante la sublimación y la identificación presta auxilio a las pulsiones de muerte para dominar la libido, pero asi cae en el peligro de devenir objeto de las pulsiones de muerte y sucumbir el mismo ante ellas. Con lo cual debe llenarse con libido para poder hacer esto, y por eso deviene representante del Eros y ahora quiere vivir y ser amado. Y como este trabajo de sublimación tiene por consecuencia una desmezcla de pulsiones (liberando las de muerte en el super yo), la lucha contra la libido lo expone al peligro del maltrato y la muerte. Es en el yo en donde reside la angustia, la cual se desarrolla debido a la amenaza que este encuentra frente a las tres clases de peligro. Retira entonces su propia investidura de la percepción amenazadora, o del proceso del ello amenazador, y emite aquella como angustia. Es decir, obedece a la puesta en guardia del principio de placer. NOTA AL PIE: Leer la nota al pie numero 2 de el ultimo capitulo, importante....


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