Fábulas – F.M. Samaniego 21 digital PDF

Title Fábulas – F.M. Samaniego 21 digital
Author Juan Monts
Course Social science
Institution Shu-Te University
Pages 19
File Size 2.8 MB
File Type PDF
Total Downloads 20
Total Views 138

Summary

Lecturasexplicativas de los tectos para niños aprendalos...


Description

i cu e sm n

to

21

Fábulas F.M . SAM ANI EG O

Le er

e

* m i ni st eri o de cu lt u ra de col om bi a Ma r i a na Ga rc é s Cór doba Mi ni s tra de Cul tura m i ni st eri o de edu caci ón na ci ona l Ya net h Gi ha Mi ni s tra de Educaci ón

5 **

6

aut or

F. M . Samani ego

8 edi tor I ván Her nández

10

coordi na dora edi tori a l La ur a Pé r ez

11 12

i lu stra dora Da ni el a Ga l leg o com i té edi tori a l Cons uel o Ga i t án I ván Her nández J or g e Or la ndo Mel o Moi s é s Mel o ***

Ma t e ri a l de di st ri buci ó n g ra t ui ta . L os d e r e ch os d e e s ta e d i c i ón , i n c l u y e n d o l a s i l u st r a c i one s , c or re s pon d e n a l Mi n i st e r i o d e Cu l t u ra ; e l pe r m i s o pa ra s u r e prod u c c i ón fí s i c a o d i gi t a l s e ot or ga r á ú n i c a m e nt e e n l os c a s os e n qu e n o h a y a á n i m o d e l u c r o. A g r a de ce m o s so l icita r e l pe r m iso

Pr i mer a edi c i ón, 2 017

e scr ibie n do a :

i sbn 9 7 8 - 9 5 8 - 5 4 19 - 0 6 - 3

[email protected]

13 15 16 18

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

El león enamorado El asno y el caballo El lobo y la oveja La serpiente y la lima El parto de los montes La cigarra y la hormiga El jabalí y la zorra Los dos amigos y el oso El lobo y la cigüeña El viejo y la muerte El león y el ratón El hombre y la culebra El gorrión y la liebre La cierva y la viña El asno y el perro La tortuga y el águila Júpiter y la tortuga El león y la zorra El ciervo en la fuente

20 _ El as 21 _ El p _ El p 22 _ El as 23 _ El le por e _ El ca 24 _ La a _ La h 25 _ El b 26 _ La c 27 _ El le 28 _ El ce y la 29 _ El m _ El ca 30 _ La le

el león enamorado

el asno

Amaba un León a una zagala hermosa; Pidióla por esposa A su padre, pastor, urbanamente. El hombre, temeroso mas prudente, Le respondió: «Señor, en mi conciencia, Que la muchacha logra conveniencia; Pero la pobrecita, acostumbrada A no salir del prado y la majada, Entre la mansa oveja y el cordero, Recelará tal vez que seas fiero. No obstante, bien podremos, si consientes, Cortar tus uñas y limar tus dientes, Y así verá que tiene tu grandeza Cosas de majestad, no de fiereza.» Consiente el manso León enamorado, Y el buen hombre lo deja desarmado; Da luego su silbido: Llegan el Matalobos y Atrevido, Perros de su cabaña; de esta suerte Al indefenso León dieron la muerte. Un cuarto apostaré a que en este instante Dice, hablando del León, algún amante, Que de la misma muerte haría gala, Con tal que se la diese la zagala.

«¡Ah! ¡quié Un Asno m «Entonces Flaco, trist Tal vez Me mante Dándose Con corvet Trátanm De risa sirv Quien me Y menos c No es p Infeliz com Cuando al Con su jin Entonce Rióse de c

Deja, Fabio, el amor, déjalo luego; Mas hablo en vano, porque, siempre ciego, No ves el desengaño, Y así te entregas a tu propio daño.

Y dijo: «Qu No me saq

el lobo y la oveja Cruzando montes y trepando cerros Aquí mato, allí robo, Andaba cierto Lobo, Hasta que dio en las manos de los Mordido y arrastrado Fue de sus enemigos cruelmente; Quedó con vida milagrosamente, Mas inválido, al fin, y derrotado. Iba el tiempo curando su dolenc El hambre al mismo tiempo le afligí Pero como cazar aún no podía, Con las yerbas hacía penitencia. Una Oveja pasaba, y él la dice: «Amiga, ven acá, llega al momento Enfermo estoy y muero de sediento Socorre con el agua a este infelice. «¿Agua quieres que yo vaya a llevarte?» Le responde la Oveja recelosa; «Dime pues una cosa: ¿Sin duda que será para enjuagarte, Limpiar bien el garguero, Abrir el apetito, Y tragarme después como a un pollito? Anda, que te conozco, marrullero.» Así dijo, y se fue; si no, la mata. ¡Cuánto importa saber con quién se trata!

la serpiente y la lima En casa de un cerrajero Entró la Serpiente un día, Y la insensata mordía En una Lima de acero. Díjole la Lima: «El mal, Necia, será para ti; ¿Cómo has de hacer mella en mí, Que hago polvos el metal?» Quien pretende sin razón Al más fuerte derribar No consigue sino dar Coces contra el aguijón.

la cigarra y la hormiga

el parto de los montes Con varios ademanes horrorosos Los montes de parir dieron señales; Consintieron los hombres temerosos Ver nacer los abortos más fatales. Después que con bramidos espantosos Infundieron pavor a los mortales, Estos montes, que al mundo estremecieron, Un ratoncillo fue lo que parieron. Hay autores que en voces misteriosas Estilo fanfarrón y campanudo Nos anuncian ideas portentosas; Pero suele a menudo Ser el gran parto de su pensamiento, Después de tanto ruido sólo viento.

Cantando la Cigarra Pasó el verano entero, Sin hacer provisiones Allá para el invierno; Los fríos la obligaron A guardar el silencio Y a acogerse al abrigo De su estrecho aposento. Viose desproveída Del preciso sustento: Sin mosca, sin gusano, Sin trigo, sin centeno. Habitaba la Hormiga Allí tabique en medio, Y con mil expresiones De atención y respeto La dijo: «Doña Hormiga, Pues que en vuestro granero Sobran las provisiones Para vuestro alimento, Prestad alguna cosa Con que viva este invierno Esta triste Cigarra, Que alegre en otro tiempo,

Nunca conoció el dañ Nunca supo temerlo. No dudéis en prestar Que fielmente prome Pagaros con gananci Por el nombre que te La codiciosa Hormiga Respondió con denu Ocultando a la espal Las llaves del graner «¡Yo prestar lo que ga Con un trabajo inmen Dime, pues, holgaza ¿Qué has hecho en e tiempo?» «Yo, dijo la Cigarra, A todo pasajero Cantaba alegremente Sin cesar ni un mome «¡Hola! ¿conque cant Cuando yo andaba a Pues ahora, que yo c Baila, pese a tu cuerp

el oso n Oso: e asegura; entura, mente. ente; gún se cuenta, menta, oca, ca;

Sus horribles colmillos aguzaba Un Jabalí en el tronco de una encina. La Zorra, que vecina Del animal cerdoso se miraba, Le dice: «Extraño el verte, Siendo tú en paz señor de la bellota, Cuando ningún contrario te alborota, Que tus armas afiles de esa suerte.»

Y así, se fue diciendo sin recelo: «Este tan muerto está como mi abuelo.» Entonces el cobarde, De su grande amistad haciendo alarde, Del árbol se desprende muy ligero, Corre, llega y abraza al compañero, Pondera la fortuna De haberle hallado sin lesión alguna, Y al fin le dice: «Sepas que he notado Que el Oso te decía algún recado. ¿Qué pudo ser?» «Diréte lo que ha sido; Estas dos palabritas al oído:

La fiera respondió: «Tenga entendido Que en la paz se prepara el buen guerrero, Así como en la calma el marinero, Aparta tu amistad de la persona Y que vale por dos el prevenido.» Que si te ve en el riesgo, te abandona.»

el lobo y la cigüeña Sin duda alguna que se hubiera ahogado Un Lobo con un hueso atragantado, Si a la sazón no pasa una Cigüeña. El paciente la ve, hácela seña; Llega, y ejecutiva, Con su pico, jeringa primitiva, Cual diestro cirujano, Hizo la operación y quedó sano. Su salario pedía, Pero el ingrato Lobo respondía: «...


Similar Free PDFs