imaginación sociológica PDF

Title imaginación sociológica
Course Sociologia General
Institution Universidad a Distancia de Madrid
Pages 12
File Size 210.1 KB
File Type PDF
Total Downloads 84
Total Views 116

Summary

Download imaginación sociológica PDF


Description

GEMMA CARCEL MARTINEZ

COMENTARIO AL TEXTO DE CHARLES WRIGHT MILLS “LA IMAGINACION SOCIOLOGICA” Y AL DE JOCK YOUNG “IMAGINACIÓN CRIMINOLÓGICA”.

INTRODUCCIÓN: La cultura desempeña para la persona la misma función de adaptación a si mismo y al entorno que el instinto desempeña en los animales. Mediante el instinto responde el animal a la realidad ambiental y la controla, y mediante la cultura toma contacto la persona consigo misma, con su medio físico y social, ejerciendo el autocontrol sobre sí mismo, sobre sus sentimientos, necesidades e impulsos; por medio de ella manipula las cosas y los seres y los somete a sus propias necesidades y a sus fines1. Lo interesante de esta apreciación en relación al contenido del texto es que podemos ir viendo a medida que avancemos en nuestra lectura como se conectan e interrelacionan la imaginación sociológica y la cultura, siendo ambas herramientas fundamentales para conseguir los fines de las ciencias sociales, señalaremos los más importantes (o al menos reconocidos por los entendidos) a lo largo de la exposición.

1

MONFERRER TOMÁS, JORDI MANEL; Sociología, Segunda Edición, Universidad a Distancia de

Madrid (UDIMA), Madrid, 2012; pág 101.

1

El análisis social clásico, es una serie de tradiciones definibles y usables, la característica esencial del cual es el interés por las estructuras sociales históricas, y que sus problemas tienen una relación directa con los urgentes problemas públicos y las insistentes inquietudes humanas2. La imaginación sociológica, los usos culturales y políticos de la imaginación sociológica y el sentido político de los estudios sobre el hombre y la sociedad se revelan como la promesa intelectual de las ciencias sociales. Pero, según YOUNG J3, la única ciencia social altamente desarrollada que de forma explícita toma un problema social y por tanto una cuestión política es la disciplina de la criminología y tradicionalmente la sociología de la desviación, ya que pretende deshacerse de su objeto de estudio. Sin embargo, no se le puede considerar como una disciplina, es más bien un campo de estudio que se centra en este proceso de poder, desigualdad y estigmatización, esta destilación de los excluidos que da lugar a los tristes residentes de las cárceles, que son hoy en día fábricas de exclusión. Siendo importante las cárceles puesto que los sistemas de eliminación de deshechos de una sociedad dicen mucho sobre su naturaleza central. Es difícil considerar el sistema de justicia penal como algo externo al funcionamiento normal del sistema. Esta disciplina, se ocupa del estudio del individuo inadaptado. Pero es preferible ver el proceso de criminalización como una parte crítica e integral de un sistema central de inclusión y exclusión social que abarca las biografías de todos los ciudadanos, seleccionando, rechazando e involucrando a las mayores instituciones de la sociedad.

2

Las ideas que analizamos las encontramos en “LA IMAGINACION SOCIOLOGICA, CHARLES WRIGHT

MILLS”. 3

Es conveniente citar un segundo texto del que hemos extraído otras muchas ideas que durante la lectura

vemos plasmadas aquí. “LA IMAGINACIÓN CRIMINOLÓGICA, JOCK YOUNG”.

2

El sistema se legitima a si mismo proclamando una meritocracia (siendo la escuela el primer portador de estos valores; aquí se educa a los alumnos lo suficiente como para preparar a los alumnos para los trabajos más bajos en la estructura social y lo suficiente como para que sepan que no es justo. Éste estoicismo, en la segunda generación se convierte en consternación, desilusión y descontento) basada en esfuerzo y recompensa de justicia distributiva. No obstante, (encontrando aquí una contradicción importante dentro del sistema mundial establecido), defiende una estructura de clase donde la riqueza y la recompensa están distribuidas sin apenas tener en cuenta dicha justicia y donde la movilidad social es altamente limitada, guardando cierta similitud la situación con la férrea sociedad estamental fuertemente implantada en la Edad Media. Y lo que es más, algunos están ahí solo en la celebración del éxito. Siendo éste el mayor ejemplo de realismo cínico. Se deduce por tanto, que necesariamente el sistema de justicia criminal es una institución estrechamente interconectada con todas las demás instituciones. El descontento de la segunda generación que analizábamos, se traduce en una desafección, que pende sobre las áreas más pobres de nuestras ciudades, que dan lugar a las culturas de machos y a los comportamientos depredadores; sus raíces se encuentran en las contradicciones del sistema, y sus narrativas se basan en el individualismo y la violencia de la sociedad en general. Los medios muestran historias de inclusión de éxito mientras, que al mismo tiempo, cayendo de nuevo en una abismal contradicción; nos enseñan una serie de exclusiones, demonios populares que son presentados como las principales causas de los problemas manifiestos de la sociedad. El sistema de justicia penal es visto como una parte esencial de este orden social que sirve para protegernos contra el crimen, la inmigración ilegal, las drogas y el terror, pero lo cierto es que crea un grotesco sistema penitenciario que criminaliza y endurece al

3

infractor enloqueciendo a los cuerdos y volviendo más locos a los locos, para después devolverlos a las áreas más deprimidas de la ciudad, prologando así la vida del crimen. En mi opinión, se puede establecer en este punto una comparación bastante coincidente de las técnicas de control de la delincuencia que se utilizan en las sociedades que estamos analizando y las utilizadas en los regímenes totalitarios. La imaginación sociológica es la capacidad de pasar de una perspectiva a otra, veamos varios ejemplos: -De la política a la psicología. -Del examen de una sola familia a la estimación comparativa de los presupuestos nacionales del mundo. -El ejemplo más completo tal vez lo constituye el de los analistas sociales, que se han formulado siempre tres tipos de preguntas: 1. ¿Cuál es la estructura de esta sociedad particular en su conjunto? 2. ¿Qué lugar ocupa esta sociedad en la historia humana? 3. ¿Qué variedades de hombres y mujeres prevalecen ahora en esta sociedad y en este período? También es la capacidad de pasar de las transformaciones más impersonales y remotas a las características más íntimas del íntimas del o humano. La imaginación sociológica permite percibir cambios aparentemente impersonales de la estructura de las propias sociedades continentales. Las ciencias sociales se están convirtiendo en el común denominador de nuestro periodo cultural ya que como estilo intelectual, la ciencia física empieza a ser considerada por muchos como algo insuficiente. Además la ciencia les parece a muchos no tanto un ethos creador y una orientación, como un juego de máquinas manejadas por técnicos y controladas por hombres economistas y militares que ni encarnan ni comprenden la ciencia como ethos y orientación. Y conjuntamente, la imaginación sociológica en la cualidad mental más necesaria, ya que ayuda a definir las inquietudes que sufren los hombres en relación con los cambios 4

históricos y las contradicciones institucionales; es decir, que los hombres que no cuentan con esta imaginación sociológica, no poseen la cualidad mental esencial para percibir la interrelación del hombre y de la sociedad. Evitando además así la parálisis moral. No es una mera moda, es una cualidad mental que parece prometer de la manera más dramática la comprensión de nuestras propias realidades intimas en relación con las más amplias realidades sociales. No es una cualidad mental más entre el margen contemporáneo de sensibilidades culturales, es la cualidad cuyo uso más amplio y más hábil ofrece la promesa de que todas esas sensibilidades llegarán a representar un papel más importante en los asuntos humanos. Es tal vez, la imaginación sociológica, una herramienta para evitar que la conciencia, la de quién adquiere esta habilidad, que de sí mismo que tiene el hombre contemporáneo como de un extraño por lo menos, si no como de un extranjero permanente, descanse sobre la comprensión absorta de la relatividad social y del poder transformador de la historia. En conjunto, la imaginación sociológica es la forma más fértil de esa conciencia de sí mismo que el hombre puede llegar adquirir. Permite comprender la relación, en su totalidad, de las inquietudes personales del medio y los problemas públicos de la estructura social. En consecuencia, el enunciado y la resolución de esas inquietudes corresponden propiamente al individuo como entidad biográfica y al ámbito social4 directamente abierto a su experiencia personal, y en cierto grado a su actividad deliberada.

4

Consultar lo expresado por CLEMENTE DÍAZ, MIGUEL Y GORDILLO RODRÍGUEZ, RODOLFO;

Introducción a la criminología, Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), Madrid, 2013; págs 48-54; en relación a la criminología y la “teoría ecológica” de la escuela de Chicago para comprender mejor cómo puede afectar este factor en la consecución de la imaginación sociológica, estrechamente relacionada, su adquisición, con el nivel de cultura que posea cada individuo.

5

Un punto importante a discernir (tal vez encontremos la respuesta en lo apuntado a continuación sobre Fray Luis de León) puede ser el del medio o la forma de consecución de esta especie de “mundo de las ideas” platónico que supone el encuentro en la mente humana de estas inquietudes; puesto que el camino merece tanta atención o planificación (incluso más) que el propio fin. Detrás de la imaginación sociológica y la adquisición de esta habilidad encontramos un esfuerzo, en primer lugar por no dejar que nuestra energía moral se vea agotada por otras capacidades o destrezas intelectuales, que en ciertas ocasiones imposibilitan o dificultan el camino hacia la consecución de esta imaginación. En segundo lugar, encuentro que hay un esfuerzo por usar la información de forma correcta y eficaz y de desarrollar la razón para conseguir recapitulaciones lucidas de lo que ocurre en el mundo. Tarea doblemente complicada teniendo en cuenta que muchas veces en la época que vivimos, la información rebasa nuestra capacidad para almacenarla, no permitiendo esto en muchas ocasiones alcanzar “ello” verdaderamente importante, tal y como decía Fray Luís de León en su conocido poema (que descansada vida la que huye del mundanal ruido…), en el que establecía una Oda a la Vida Retirada, desde un punto de vista místico o religioso, pero que, sin embargo, muchos siglos después, entronca con la tarea que se nos presenta para encontrarnos a nosotros mismos: la tarea de discernir, reflexionar sobre aquello que nos vierten de modo sistemático (por ejemplo los medios) y por último nuestra capacidad para ser críticos5. En suma, los problemas personales y los problemas públicos, (lo biográfico y lo estructural), quedan relacionados, porque tanto el enunciado correcto del problema

5

Creo que en gran parte esta depende del capital cultural que posea cada persona, en palabras de

MONFERRER TOMÁS, JORDI MANEL; Sociología, Segunda Edición, Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), Madrid, 2012; págs 100-105; esta puede ser definida como el conjunto de habilidades y prácticas valoradas y de conocimientos adquiridos, que las personas movilizan en la práctica social, en aquellos ámbitos en donde su posesión (y acumulación) constituye un juego que otorga competencia, estatus o posición de poder.

6

como el margen de soluciones posibles nos obligan a considerar las instituciones económicas y políticas de la sociedad y no meramente la situación y el carácter personales de individuos sueltos. Un problema implica una crisis en los dispositivos institucionales y con frecuencia implica también lo que los marxistas llaman contradicciones o antagonismos, siendo este realmente el germen que hace que la historia avance, y el ejemplo por excelencia de antagonismo o contraposición, es la lucha de clases para los marxistas, este enfrentamiento continuo por la contraposición de intereses generada en las relaciones laborales, es la que propicia que avancen el resto de elementos del sistema, siendo por tanto de vital importancia la capacidad de resistencia obrera para el avance. Podemos deducir por tanto que (de acuerdo con Mills), la tarea de las ciencias sociales, es la que debe llevar a cabo el científico social, y consiste en poner en claro los elementos del malestar y la indiferencia contemporáneos. En concreto, para las tareas culturales de nuestro tiempo, las ciencias sociales deben substituir el trabajo hasta ahora desempeñado por críticos, novelistas, dramaturgos y los poetas, que han sido los únicos (a falta de una ciencia social adecuada) formuladores de inquietudes individuales y hasta de problemas públicos. Ahora bien, el arte, no puede formular ni formula estos sentimientos como problemas que contiene las inquietudes y las dudas a las que los hombres tienen que hacer frente ahora si han de vencer su malestar e indiferencia y las insufribles angustias a que conducen. Aunque el concepto que defiende el autor del texto no ha predominado últimamente. Su concepto se opone a la ciencia social como conjunto de técnicas burocráticas que impiden la investigación social con sus pretensiones metodológicas que congestionan el trabajo con conceptos oscurantistas o que lo trivializan interesándose en pequeños problemas sin relación con problemas públicamente importantes. Estas trivialidades, en opinión del autor, han producido actualmente una crisis en los estudios sociales. 7

Siendo también parte de sus funciones las de la criminología sociológicamente ilustrada a la que preocupan significado y el poder y que entiende que los seres humanos crean soluciones culturales para los problemas en sus vidas en estructuras sociales que en su mayor parte no han construido ellos. Esta criminología proviene de época victoriana. Tal vez por esta misma razón asistimos a un proceso influenciado, dilatado, sesgado o motivado por innumerables factores que además actúan de forma diferente o impredecible en cada individuo. En consecuencia, un individuo con una gran conciencia de la realidad social y del ámbito social, será más fácil que se integre en la cultura general, evitando la caída de éste en guetos. Son necesarias, en mi opinión, ciertas aptitudes o actitudes personales relacionadas con la visión crítica del mundo, que en gran parte como apuntábamos, solo puede darse a través de la cultura, para que un individuo decida replantearse su forma de vida y emprender un nuevo proceso guiado por los valores de la ética y justicia universales. Se traduce en la práctica esto (y en mi propio caso) con la participación del individuo en obras benéficas, asociaciones sin ánimo de lucro… Con el único fin de formarse a sí mismo a través de la ayuda a los demás, encontrando en este servicio, otro modo de poder discernir sobre todo aquello impuesto de forma masiva. Se relaciona lo anterior con el propósito de estudiar ciencias sociales, jurídicas o incluso la propia historia, puesto que estas devienen un importante instrumento para la comprensión del ámbito social y de las diferentes culturas. Es precisamente esta visión amplia y objetiva la que permite al individuo alcanzar el súper yo, tan malinterpretada esta expresión a lo largo de la historia. No es más que, para mí, aquel individuo que conoce su propia conciencia, sus límites, la verdadera justicia, el que no deja gobernar en sí mismo a otra habilidad que no sea la propia razón y coherencia y sobre todo aquel que persigue una vida en consonancia con los valores sociales y culturales y no con la economía. 8

Existen factores que predeterminan a una persona a la consecución o no de este estado, aunque, la decisión final la tiene siempre el propio individuo. Es importante mencionar la alienación de la que hablaba Marx, puesto que esta resulta tan importante porque es la consecuencia del capitalismo en el que vivimos, que convierte en zombis a millones de trabajadores, con jornadas laborales demasiado largas con sueldos escasos, no permitiendo ningún factor que estos puedan acceder, o al menos fácilmente a la cultura o a una introspección profunda de su yo o de su propia situación. Sería una malinterpretación de este concepto pensar que ningún obrero puede adquirir una visión crítica, pero si es un gran condicionante la clase social a la que pertenezcas, indudablemente con tu posibilidad de acceso a la cultura, sin ir más lejos, la gente que no puede pagar este Grado no puede discernir sobre los asuntos que nosotros estudiamos6. Vemos por tanto como dos cientos años después el hecho del que Marx hablaba, sigue afectando a la sociedad, aunque por supuesto desde otro paradigma7. Por otra parte, la criminología cultural se coloca a sí misma como una criminología de la modernidad tardía a principios del siglo XXI.

6

Es importante añadir la idea introducida por CHARLES WRIGHT MILLS en LA IMAGINACION

SOCIOLOGICA (pág. 31); la cual guarda mucha relación con mi hipótesis personal: “Se nos dice con frecuencia que los problemas de nuestra década, o aun las crisis de nuestro tiempo, han salido del campo externo de la economía y se relacionan ahora con la calidad de la vida individual, en realidad con el problema de si tardará mucho en dejar de haber algo que pueda llamarse propiamente vida individual ”. 7

Y lo que es más, siguiendo con la misma página que arriba citamos, MILLS realiza la siguiente afirmación

“Cuando la gente estima una tabla de valores y no advierte ninguna amenaza contra ellos, experimenta bienestar. Cuando estima unos valores y advierte que están amenazados, experimenta una crisis, ya como inquietud personal, ya como problema público. Y si ello afecta a todos sus valores, experimenta la amenaza total del pánico”.

9

Es una criminología que existe dentro de la sociología, la aplicación del pensamiento sociológico al problema del delito y la desviación. Le niega a la criminología una existencia independiente, toda vez que el delito y la desviación son el desorden que refleja el orden o efectivamente muchas veces son parte del mismo orden8.

8

“DAVID GARLAND, LA CULTURA DEL CONTROL”.

10

CONCLUSIÓN: En síntesis, el individuo solo puede comprender su propia experiencia y evaluar su propio destino localizándose a sí mismo en su época, de que puede conocer sus propias posibilidades en la vida si conoce las de todos los individuos que se hallan en sus circunstancias; aunque los límites de la naturaleza humana son espantosamente dilatados, es tarea de la imaginación sociológica en cierta medida, entroncar, unir o conjugar la sociedad que nosotros mismos como partes de ella percibimos como un todo omnipotente (aunque no estático) y no como un elemento totalmente transformado de una generación a otra; imaginemos pues la perspectiva con la que deberíamos estudiar la sociedad teniendo en cuenta una evolución histórica de ésta desde los inicios de la propia humanidad y lo que esto supondría puesto que esta reflexión permitiría relativizar las diferencias actuales entre nuestras culturas encontrando y apreciando los puntos de unión entre ellas y evitando así la polarización que nuestro mundo vive en diferentes sentidos9.

9

“LA IMAGINACIÓN CRIMINOLÓGICA, JOCK YOUNG”.

11

BIBLIOGRAFÍA: MONFERRER TOMÁS, JORDI MANEL; Sociología, Segunda Edición, Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), Madrid, 2012; págs 100-105. LA IMAGINACION SOCIOLOGICA, CHARLES WRIGHT MILLS. LA IMAGINACIÓN CRIMINOLÓGICA, JOCK YOUNG. CLEMENTE DÍAZ, MIGUEL Y GORDILLO RODRÍGUEZ, RODOLFO; Introducción a la criminología , Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), Madrid, 2013; págs 48-54. DAVID GARLAND, LA CULTURA DEL CONTROL.

12...


Similar Free PDFs