Imaginario-Simbólico-Real PDF

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Tema: imaginario simbólico- real...

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Registro Imaginario: Se caracteriza por la relación dual, entre la consciencia y su imagen, el sujeto y su propia imagen alienada, atrapada en el espejo, como espacio virtual, o en la mirada del otro que nos devuelve algo de nuestra propia imagen, nunca idéntico, siempre parcial, incompleto y subjetivo. El yo, como cede de la consciencia, se ha constituido a partir de esta primera proyección en una imagen unificada de si mismo. Esta imagen es tomada como propia pero existe en un campo exterior al sujeto y con categoría virtual. Que la primera imagen sobre la cual el yo del sujeto puede proyectar la sensación de unificación sea precisamente externa al propio sujeto, determinará una matriz imaginaria por la cual el otro, ajeno y externo a mí siempre será esperado como un lugar de reconocimiento, de confirmación de la propia existencia. Es en este sentido que cuando prima este registro, cuando lo imaginario se impone, las relaciones se tornarán de una especial tensión agresiva, por el temor a la alineación o enajenación en la mirada del otro, la dependencia extrema en cuanto a la confirmación de la propia existencia y la ilusoria completud yoica o, en los peores la falta de confirmación o reconocimiento. El registro imaginario es así, el campo privilegiado de las suposiciones, de los prestigios, de las cualidades supuestas, ya sea para el sujeto o para los objetos del mundo que lo rodean o le pertenecen. Títulos, prestigios, status, belleza, bondad, cualidades diversas que el yo persigue como aquellas que podrían ser reconocidas por el prójimo, socialmente, llenando la brecha existente entre el yo, la consciencia de si y él sí mismo o la vivencia de ser. Lo imaginario busca retornar al yo la vivencia de completud imaginaria propia de la etapa en que el yo era ideal, fuente de toda satisfacción para un otro. (Yo Ideal) Completud inalcanzable que determinará una búsqueda incesante de reencuentro con el objeto satisfactor, que de existir, permitiría revivir el perdido estado de plenitud. El amor, ejemplo privilegiado de esa ilusión de completud por ser en el otro aquello que le falta, sin dejar de reconocer, que aún como completud imaginaria, retorna al yo una sensación de plenitud anhelada. Registro Simbólico Determinado por el acceso del sujeto al lenguaje, a la civilización organizada a través de un sistema de diferencias, un código que incluye tanto el lenguaje en toda su amplitud como las reglas y normas que

determinan su uso compartido, lo simbólico torna a los seres humanos en miembros de un conjunto organizado, reglado, una sociedad. Factor humanizador por excelencia, lo simbólico permite deponer las individualidades extremas en función de la pacificación de un orden en común. Se caracteriza por ser algo que designa otra cosa, algo que en si mismo no es. Establece una distancia entre el sujeto y su propia imagen, rompe con la alineación imaginaria en la propia imagen y permite tomar una distancia, haciendo que la consciencia pueda observarse a si misma, que desde el código alguien pueda hablar sobre si mismo y sus relaciones con el mundo que lo rodea sin perder el sentimiento de unificación. Ordena y normativiza también las relaciones con los otros, para que estas no sean relaciones de puro prestigio, de rivalidad, de o uno o el otro, sino que se habiliten los caminos para la circulación social, las alianzas, el sistema de diferencias que determinará la singularidad del ser. Esta tercerización, triangulación que efectúa el lenguaje: la palabra como tercer término, rompe la relación dual del sujeto y su imagen o el sujeto y el otro, tiene una función mediadora, apacigua la tensión agresiva antes mencionada. Todas las sociedades tienen elementos simbólicos que a la vez que las ordenan, las nuclear en torno a sí: la patria, la bandera, una constitución, un sistema organizado de leyes, pero también los usos y costumbres, las tradiciones, elementos estos distintivos de la pertenencia de un determinado sujeto a un grupo social, generando así identidad y sensación de pertenencia. Registro Real: Si bien en la teoría es definido como el registro de la imposibilidad, de lo imposible, esta conceptualización surge precisamente de la dificultad que se encuentra con ciertos elementos de ser simbolizados, cubiertos por la palabra o capturados por una imagen. Lo real es eso del sujeto, del otro o del objeto que no puede ser capturado por la mirada (campo imaginario) o por la palabra (campo simbólico), eso que queda siempre “por fuera de” eso que se pierde siempre, en cualquier encuentro con el otro o con la cosa. Siempre hay una perdida pues por una parte nunca es abarcable la dimensión real por los sentidos, pero también pues aun cuando alguien se reencuentre con otro alguien o algo al segundo siguiente de la primera vez, por la acción del tiempo, por el desarrollo temporal que caracteriza el devenir de la vida humana, ese otro del reencuentro, ya no es idéntico a si mismo, y el encuentro, tampoco lo es.

Un párrafo aparte merece la diferencia entre real y realidad. La realidad, articulada con lo simbólico y lo imaginario, se presenta como ese sustrato material que podemos distinguir de la fantasía, la realidad humana, entendida como cambiante y muy impregnada de subjetividad, nos permitirá distinguir por ejemplo entre una imagen virtual y una real, entre lo dulce y lo salado, lo sólido y lo gaseoso, abriendo un abanico de posibilidades para categorizar al mundo y sus objetos, respetando un orden simbólico y cualidades imaginarias presentes en toda lectura de la realidad....