Jenízaros PDF

Title Jenízaros
Author Ivan Izquierdo
Course Història Moderna
Institution Universitat de Barcelona
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Trabajo sobre los jenízaros...


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La élite militar del Imperio Otomano.

Índice. 1. Introducción. 2. Origen, la creación de un ejército profesional. 3. El entrenamiento jenízaro. 4. La guardia jenízara. 5. El equipamiento jenízaro. 6. Batallas más notables. 7. El ocaso de los jenízaros. 8. Conclusión. 9. Bibliografía.

2 Iván Izquierdo Hernández. Historia Moderna, grupo C1.

1. Introducción. La parte Oriental de Europa es conocida por ser el espacio histórico donde se han producido más conflictos y más confrontaciones ideológicas y étnicas. No obstante, debemos destacar un periodo de calma que abarca desde el S.XVI hasta el S.XIX, coincidiendo con el esplendor del Imperio Otomano. Este periodo de calma de la Europa Oriental, dominada en su mayoría por este imperio turco, fue posible gracias al poderoso ejército que poseía este vasto imperio, el cual llegó a expandirse alrededor de 1.800.000 km2 repartidos entre los continentes europeo, africano y asiático.

(Máxima expansión del Imperio Otomano, S.XVII)

De este ejército otomano sus más notables soldados eran los pertenecientes a la élite militar, los jenízaros, a los cuales se les considera la base de la innovación militar para la expansión imperial. Estaban formados por unidades de infantería adiestradas para custodiar al Sultán y las dependencias del Palacio Real.

Este cuerpo militar de élite fundado por Orhan I1 en el 1330 inicialmente estuvo formado por adolescentes y jóvenes provenientes de familias cristianas y de prisioneros de guerra. Aunque en sus orígenes lo formaban esclavos, pronto muchas familias quisieron que sus hijos fueran escogidos para formar parte de este cuerpo militar tan prestigioso ya que era un orgullo tener un miembro de la familia que fuera jenízaro. La mayoría de sus integrantes eran de origen griego, albanés, serbio o búlgaro a los cuales se les instruía en la religión musulmana, idiomas, literatura y otras disciplinas. La importancia de este cuerpo otomano alcanzó tal nivel que hacia finales del siglo XVI se convirtieron en un auténtico cuerpo de élite de difícil acceso y al que, como hemos comentado enteriormente, muchas familias ofrecían a sus hijos con el objetivo de ascender de rango socialmente. El poder que los jenízaros consiguieron dentro del Imperio Otomano llegó hasta tal punto de que en el siglo XIX intentaron derrocar al Sultán, lo que llevó a Mahmud II2 a abolir el cuerpo en 1826 tras ejecutar a todos sus miembros. Con este trabajo pretendemos indagar en los orígenes históricos de la mayor potencia fronteriza con Europa entre los siglos XIV y XIX; un pueblo nómada que supo adaptarse creando el primer ejército profesional y permanente visto en Europa desde los tiempos de Roma. Los jenízaros se consolidaron así como el primer ejército otomano permanente cuyos miembros recibían una preparación profesional para la guerra, con duros entrenamientos físicos. Estos soldados se convertirían en la elite otomana a traves del devshirmeh, un sistema educativo que convertía a niños europeos y cristianos en la cabeza del ejército turco. El proceso de conversión de estos niños no solo se producía en el ámbito religioso, sino que se aplicaba a todos los ámbitos de su vida ya que la guardia de jenízaros no tuvo únicamente funciones militares. 1. 2.

Bey (príncipe) del recién nacido Imperio otomano entre 1326 y 1359. Era hijo del bey Osmán I, fundador de dicho imperio. Sultán del Imperio otomano desde 1808 hasta 1839. Ocupó el trono tras una rebelión militar a manos de los jenízaros.

3 Iván Izquierdo Hernández. Historia Moderna, grupo C1.

2. Origen, la creación de un ejército profesional. Para entender la necesidad de crear, por parte del Imperio Otomano, un ejército profesional efectivo que asegurase su territorio en constante expasión debemos conocer previamente el origen de dicho imperio. Este origen proviene de las tribus nómadas procedentes de la gran estepa Euroasiática, las cuales, debido a la aparición de diversas entidades políticas (por ejemplo el Imperio Mongol) fueron empujadas hasta la región de Anatolia. En este momento fue además cuando el Islam se estableció en la cultura turca llegando a convertirse en una vía para el desarrollo de este pueblo ya que, mediante esta religión, se justificaba la guerra contra el infiel.

(Retrato de Osmán I)

Durante los siglos XIII y XIV el pueblo turco se asentaba en Anatolia, una posición fronteriza en la que tenían que hacer frente continuamente a las invasiones de los mongoles. En este contexto surgió la figura de Osmán I3, el líder de un ejército conformado por varias tribus nómadas turcas, el cuál cosechó una serie de victorias que le aportaron reconocimiento como gobernador de un territorio ubicado en Bitinia4. Así Osmán se logro alzar como el padre de la dinastía otomana y una figura que atrajo a grandes cantidades de guerreros islámicos a combatir contra los infieles. En este preciso momento se gestó el germen político del futuro Imperio Otomano.

Con el hijo de Osmán I, Orhan I, los otomanos se asentaron políticamente convirtiendose en la principal potencia de la zona, dando comienzo a un proceso de expansión cuyo protagonista era un ejército formado por soldados tanto musulmanes como cristianos, los cuales eran atraidos por las riquezas que otorgaba como recompensa la guerra. No obstante, la guerra contra el infiel seguía teniendo una importancia principal en este proceso de expansión territorial hasta tal punto de que esta lucha contra otras religiones ajenas al Islam se convirtió en una obligación de todo musulmán. Pasando al ámbito militar, el ejército de Osmán estaba compuesto por tribus nómadas carentes de disciplina y con una táctica basada en las emboscadas por sorpresa con arqueros a caballo. Este ejército era efectivo en la guerra a pequeña escala pero nefasto para las conquistas, por ello comenzó a producirse durante el siglo XIV una profesionalización militar la cual trajo consigo la creación del cuerpo de infantería jenízaro. El primer cuerpo de infantería jenízara se creó en 1330 a manos de Orhan I. En sus comienzos esta unidad militar estaba integrada por prisioneros de guerra cristianos a los que hubo que recurrir ya que ningún hombre libre quería formar parte de una tropa de infantería en las cuales el riesgo de perder la vida era alto. 3. 4.

Líder de los Otomanos entre 1281 y 1326, la dinastía que estableció y gobernó el Imperio otomano. Aprovechó la debilidad de los imperios selyúcida y bizantino para establecer y fortalecer su emirato. Antiguo reino localizado al noroeste de Asia Menor y al suroeste del mar Negro.

4 Iván Izquierdo Hernández. Historia Moderna, grupo C1.

A partir de 1380, Orhan I estableció a los súbditos cristianos de los Balcanes (griegos, albaneses, serbios y húngaros) un impuesto llamado devshirmeh5 que se pagaba entregando niños no musulmanes, procedentes normalmente de las regiones rurales. Esta práctica fue motivada por el deseo de crear una clase de soldados de élite leales solo al sultán que sustituyera a la nobleza turca otomana que poseía gran poder. (Área de los Balcanes dentro del Imperio Otomano)

Los niños debían tener entre siete y catorce años, tener una buena forma física y no ser el único hijo varón de la familia, teniendo preferencia por los pertenecientes a buenas familias; el número de niños reclutados se regía por la necesidad de soldados del momento, por ejemplo en la segunda mitad del siglo XV se calcula que esta cantidad oscilaba entre los 15.000 y 20.000 anuales. Pese a que estos muchachos eran alejados de sus familias a temprana edad para ser adiestrados en diversas actividades públicas otomanas (principalmente en el área militar) no hubo demasiadas quejas respecto a este reclutamiento forzoso debido a que muchas familias consideraban un honor que sus hijos formaran parte del cuerpo de jenízaros, además de que resultaba ser una gran fuente de riqueza ya que los integrantes de este cuerpo de infantería estaban muy bien pagados y podían tener posesiones. Incluso aunque no prosperaran dentro del ejército, podían convertirse en visires o gobernadores.

3. El entrenamiento jenízaro. El proceso de reclutamiento comenzaba con la reunión de los niños en el centro de los pueblos balcánicos para comenzar así el proceso de selección, como hemos indicado anteriormente los otomanos sentían predilección por los muchachos con mejores condiciones físicas y procedentes de las mejores familias de la zona. Una vez acababa este proceso de selección se organizaban a los elegidos en grupos de entre cien y doscientos integrantes para proceder al traslado a la capital otomana. Durante este viaje, el cual se realizaba en buenas condiciones, se vestían a los reclutados de rojo para efectuar un mejor control sobre estos durante la travesía. Los encargados de reclutar a estos jóvenes eran conscientes de la importancia que tenían estos para el imperio, ya que en un futuro acabarían formando parte de la élite del ejército u ocuparían altos cargos administrativos dentro de este. Una vez finalizaba el viaje pasaban a manos de los maestros jenízaros los cuales les examinaban el cuerpo en busca de imperfecciones, les cincuncidaban y les daban nombres musulmanes. 5.

Práctica por la cual el Imperio otomano reclutaba niños de familias cristianas para ser entrenados como soldados jenízaros.

5 Iván Izquierdo Hernández. Historia Moderna, grupo C1.

Tras la primera inspección se dividía a los niños reclutados en dos subgrupos; los jóvenes con mejor apariencia eran destinados a los palacios, donde podían llegar a alcanzar puestos elevados en la administración del Imperio Otomano, mientras que el resto pasaban a formar parte del cuerpo de infantería jenízaro en calidad de principiantes. Estos niños destinados a palacio recibían una educación centrada en el aprendizaje de turco, árabe y persa, además de ser educados en la tradición del Corán, la ley islámica, en cómo actuar en las leyes de palacio y recibir entrenamiento militar. Esta estricta formación duraba entorno a 14 años y durante el desarrollo de esta cada cierto tiempo se hacía una nueva selección para decidir quiénes seguían con la educación y quiénes eran enviados al cuerpo de infantería, por lo que no todos los jóvenes reclutados que comenzaban esta formación palaciega conseguían finalizarla. Centrándonos ahora en el resto de reclutados, estos recibían un duro adiestramiento para convertirse en jenízaros, una formación caracterizada por los duros entrenamientos físicos y a las condiciones prácticamente monásticas que padecían en las escuelas, donde se esperaba que permanecieran célibes y se convirtieran al Islam, lo que la mayoría hacía ya que estos niños crecían con la sensación de no pertenecer a la sociedad si no eran musulmanes. La formación se dividía en dos partes. Primero vivían un lustro junto a una familia turca de las zonas rurales de Anatolia, de modo que se acostumbraban a la vida musulmana y a la dura vida del campo además de alejar a los futuros jenízaros de las tentaciones de la gran ciudad. Luego, pasaban a vivir en los barracones de las escuelas de Estambul, Gallípoli y Adrianópolis. Allí se les formaba física y mentalmente, incluyendo un adoctrinamiento religioso por parte de capellanes de la Orden Bektashi6. Aquí los jóvenes bajo una disciplina estricta recibían una educación marcada duros entrenamientos físicos, enseñanzas en el manejo de armas de la época, tácticas militares y una impecable educación (aprendían diversos idiomas, literatura, contabilidad, preceptos del Corán, principios del gobierno, etc.) Compaginaban esta formación con tareas de limpieza y de transporte de suministros en las ciudades. Incluso ejercían como policías en sus tareas de control del orden público cuando los jenízaros estaban en una campaña militar. Esta fase final de la preparación finalizaba cuando el cuerpo de jenízaros requería de más hombres. Solo aquéllos que demostraron ser lo suficientemente fuertes durante el periodo de instrucción alcanzaron el rango de un jenízaro verdadero, normalmente a la edad de veinticuatro a veinticinco años. Tras toda esta educación se procedía a la realización de un ritual totalmente definido. Este consistía en la reunión de aquellos que se “graduaban”, en posición de formación ante los cuarteles. Una vez organizados, eran llamados por el oficial de uno en uno para recibir una bofetada y un tirón de orejas sin poder mostrar objeción alguna. El nuevo jenízaro mostraba, de esta manera, su total obediencia y disciplina. 6.

Cofradía sufí que proviene originalmente de Turquía. Los miembros de esta Tariqa son seguidores de Haci Bektash Velí (1209-1271), místico iraní.

6 Iván Izquierdo Hernández. Historia Moderna, grupo C1.

Tras esto, eran asignados a una compañía en la que debían besar la mano del oficial. Finalizado el ritual, los jóvenes quedaban constituidos como plenos jenízaros. Para distinguirles de los auténticos musulmanes, se les prohibía dejar crecer la barba, teniendo permitido solamente lucir bigote. Se les inculcó desde un primer momento que consideraran al cuerpo de jenízaros como su casa y familia, y al sultán como su padre real, de facto. Solían retirarse del servicio activo en torno a los cuarenta años y en ese momento comenzaban a recibir una pensión. El nuevo regimiento heredaba las propiedades de los jenízaros fallecidos. Como resultado de este adiestramiento militar los jenízaros se convirtieron, junto a los Tercios españoles, en la mejor infantería de su tiempo. De su mano, los otomanos conquistaron los restos del Imperio bizantino y conquistaron los territorios cristianos de Europa del Este hasta situarse a las puertas de Viena en el siglo XVI. Su habilidad con los arcabuces, las picas y otras armas modernas, así como en la lucha anfibia, suplieron las carencias de este imperio que, a largo plazo, iba a morir por su atraso tecnológico.

4. La guardia jenízara. La lealtad y disciplina de los jenízaros, que eran sirvientes directos del sultán con un estatus vitalicio y una serie de privilegios económico-administrativos, les otorgaba la máxima preeminencia en los ejércitos musulmanes, a pesar de su condición de “esclavos” y de que muchos siguieron siendo cristianos. El mando de los jenízaros se estructuraban en torno a siete oficiales (adjak agalari) al frente de los cuales estaba el agá (comandante jefe de toda la hueste), en un principio seleccionado por antigüedad pero a partir del reinado de Selim I (1512) este cargo comezó a designarse por el sultán. A esta jerarquización del ejército se unían una serie de instituciones internas dedicadas a su organización, entre las que encontramos el diván del agá, que se reunía semanalmente; el jefe del estado mayor (kul kehaya/kehaya bey), que no podía ser destituido por el sultán a no ser que este se apoyara en los soldados de aquel; el regulador de prisiones (azar bachí); el jefe de la policía militar (muzhir agá), cuya finalidad era controlar la relación del jenízaro con el Estado El número de integrantes de las tropas jenízaras varió según la época desde 100 a más de 200.000 en época de guerra. La guardia jenízara estaba organizada en ortas (equivalente en turco a regimiento). El sultán era el comandante supremo de los jenízaros, aunque el cuerpo era organizado y comandado por el agá (comandante).

7 Iván Izquierdo Hernández. Historia Moderna, grupo C1.

La guardia jenízara se dividía en tres categorías:  Cemaat (tropas fronterizas).  Beyliks o beuluks (la guardia personal del sultán).  Sekban o seirnen (resto de las tropas). Además existían ortas integradas por los acemi (aprendices). El sistema de rangos se limitaba a las ortas, es decir, que un jenízaro solamente podía ascender dentro de su propio regimiento y siempre siguiendo criterios de jerarquía y antigüedad sin atender a aspectos como los méritos, por ejemplo. Abandonaban la unidad tan solo para asumir el mando de otra. Su sueldo siempre dependía del rango que ostentaran dentro de una orta. Cada orta tenía un distintivo propio que aparecía en los escudos, vestimentas y estandartes y que algunos de sus miembros llegaban a tatuarse. El número de soldados por orta dependía de las necesidades del momento, oscilando entre los veinte hombres por orta y los quinientos. A su vez, cada orta se dividía en grupos más pequeños que convivían en la misma tienda e incluso comían del mismo caldero, una manera de afianzar los lazos fraternales entre ellos antes de la batalla. Cabe destacar que a la hora de servir la comida, todos los jenízaros recibían exactamente la misma ración independientemente del rango que tuvieran dentro de su regimiento. Este caldero representaba que eran alimentados directamente por su señor, el sultán. El caldero que compartían era una pieza simbólica de gran importancia para las tropas, un oficial podía llegar a ser expulsado si se perdía el caldero de su unidad . Cada mañana, las distintas unidades sacaban su caldero en una especie de procesión en dirección a las cocinas del sultán; si en algún momento no aceptaban la comida que se les daba, se consideraba una señal de descontento y rebeldía. Los jenízaros también podían volcar sus calderos vacíos en lugares públicos para que la población supiera que estaban insatisfechos y que pronto habría una revuelta. Los cuerpos de los jenízaros estaban organizados según funciones muy concretas: existían equipos para montar las tiendas, para hacer el pan, para despejar los caminos, para distribuir armas y munición, etc. Además, existía una sección médica formada por musulmanes y judíos que habían creado todo un sistema para atender a los heridos y trasladarlos a un lugar más seguro si era necesario. Cada jenízaro tenía su papel y función dentro de su regimiento. Los jenízaros llamaron la atención a expertos militares de todo el mundo debido a que se convirtieron en un ejército muy moderno para su época. Fueron de los primeros en vestir uniforme y en cobrar un sueldo por su trabajo conservando una pensión al retirarse. Su increíble disciplina y el valor que mostraban en el combate era admirado por soldados de todo el mundo conocido.

8 Iván Izquierdo Hernández. Historia Moderna, grupo C1.

En el aspecto judicial os jenízaros solo podían ser juzgados por tribunales propios, no compartían celda con el resto de presos, ni podían ser ejecutados en el mismo lugar. De ser considerados culpables de un delito grave, su ejecución debía ser de noche, sin público y su cadáver debía ser arrojado al estrecho del Bósforo. En la vida propiamente bélica, como élite del ejército, ocuparon desde finales del xiv el lugar central de la línea de batalla, dotando al frente de una estabilidad impensable para otros ejércitos. Su estabilidad en el campo de batalla y la férrea disciplina eran la causa del terror ante los adversarios.

5. El equipamiento jenízaro. Los primeros jenízaros manejaban principalmente el arco y la honda pero enseguida se adaptaron a las nuevas armas de fuego ya que despertaban más temor entre los enemigos. Su equipo se componía de los siguientes elementos: Ketche o börk: Tocado para la cabeza que se decoraba con un cucharón de madera, símbolo de la fraternidad y unión entre los guerreros conocido. Con el paso del tiempo, el cucharón dio paso a otro tipo de adornos sin ningún significado concreto. En ocasiones, lo decoraban con plumas para enfatizar el valor. Capinat o dolarma: Casaca impermeable y ligera normalmente de lana azul que les permitía una gran capacidad de movimiento. Los faldones podían recogerse y doblarse hacia arriba, manteniéndose sujetos con un cinturón, para que no estorbaran durante el combate. El Imperio Otomano era el encargado de proporcionar cada año la tela para fabricar estos uniformes, aunque normalmente sólo alcanzaba para vestir a unos 12.000 soldados. Los que no la recibían, tenían que buscar la tela por sus propios medios y se les permitía que fuera de otro color ya que solía ser bastante complicado encontrar el tono exacto de azul que usaba el Imperio Otomano. Arcabuz y pistolas: Armas de fuego que fueron adoptando progresivamente con el paso del tiempo.

(A la derecha, representación de un soldado...


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