Title | 8.2. La revolución industrial en la España del siglo XIX. El sistema de comunicaciones. el ferrocarril. Proteccionismo y librecambismo |
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Course | Història |
Institution | Batxillerat |
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BLOQUE 8. PERVIVENCIAS Y TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS EN EL SIGLO XIX: UN DESARROLLO INSUFICIENTE
8.2. La revolución industrial en la España del siglo XIX. El sistema de comunicaciones: el ferrocarril. Proteccionismo y librecambismo. La aparición de la banca moderna INTRODUCCIÓN. El proceso de industrialización fue tardío, lento y desigual, a diferencia de otros países europeos, afectando principalmente a las zonas de Cataluña y el País Vasco, las únicas plenamente industrializadas a finales del XIX, mientras que gran parte de España, salvo en áreas muy localizadas, continuaba siendo eminentemente agrario. La revolución industrial en la España del siglo XIX Inicios del desarrollo industrial: Durante el S. XIX la implantación de la primera revolución industrial fue tardía e incompleta respecto a los países más desarrollados de Europa. Se inició a partir de 1840, en el reinado de Isabel II, coincidiendo con una fase de expansión de la economía mundial y una relativa estabilidad política. Sin embargo, a principios del XX, tan solo Cataluña y el País Vasco se habían industrializado al mismo nivel que Europa occidental, siendo la base de la economía de la mayor parte de las regiones españolas la agricultura. Causas del retraso industrial español: • El sistema financiero español estuvo poco desarrollado, en buena parte por las dificultades económicas de la Hacienda estatal, en permanente crisis y con una deuda pública muy importante. En 1856 se creó el Banco de España y en 1868 se reformó el sistema monetario español sustituyendo el real por la peseta. • Esto hizo depender el desarrollo industrial de la inversión extranjera, primero el capital franco-belga y después el inglés. La mayoría de los inversores españoles se centraba en la compra de tierras y en deuda pública, que garantizaban una mayor y más rápida rentabilidad. • La ausencia de un mercado interior importante, por la escasa capacidad de compra de la población que dependía de un sector agrícola atrasado en su mayoría, hacía difícil que se sostuviera comercialmente a la industria. • Las dificultades técnicas y energéticas hacían depender a la industria española de la tecnología y de las materias primas extranjeras, como el carbón inglés, más barato y de mayor calidad que el español. • Finalmente, la falta de estabilidad gubernamental y de una línea política que promoviera de forma coherente la industria contribuye decididamente al retraso y la irregularidad de su implantación. Principales focos e industrias: • Desde el s.XVIII se había desarrollado una incipiente tradición de manufactura en Cataluña gracias a la mentalidad empresarial y la abundancia de mano de obra. Durante el S.XIX, a pesar de la crisis por la Guerra de la Independencia y la pérdida de las colonias americanas, experimentará una gran expansión. Hacia 1860 Cataluña dominaba el mercado nacional. El sector algodonero fue el más dinámico y actuó como motor para otras actividades en la zona. El proteccionismo permitió su despegue definitivo, gracias a ello, presentaba a mediados de siglo un nivel de industrialización casi dos veces y media por encima de la media nacional a pesar de carecer de las dos materias primas necesarias (algodón y carbón mineral). Tras el 98 se vió seriamente perjudicada por la pérdida del mercado de ultramar. •
La siderurgia: Además de mineral de hierro y carbón, era necesaria demanda interior de productos siderúrgicos para conseguir su desarrollo. Por esto, su localización fue cambiando a lo largo del XIX: − Hasta los años 60, en Andalucía, en torno a Málaga. Las guerras carlistas contribuyeron a su desarrollo pero era muy cara porque usaba carbón vegetal. − Entre los años 60 al 80 Asturias fue la zona principal, en las cuencas carboníferas de Langreo y Mieres. − Sin embargo el gran despegue se consiguió a finales de siglo, en torno a Bilbao: Exportaba hierro a Gales y allí compraba carbón (de más calidad). La base del capitalismo vasco y de su industrialización la constituyó la venta de mineral de hierro al extranjero, y de ahí se 1
desarrollaron distintas industrias: compañías navieras, cementeras, de instalaciones de infraestructuras para la explotación minera (ferrocarriles para transporte del mineral, embarcaderos, cargadores…) •
La minería: A pesar de no ser actividad industrial, algunos minerales (cobre, mercurio o plomo) se producían en abundancia y fueron fundamentales para la industria europea. Estuvo en manos de capitales extranjeros, en especial tras la Ley de Minas de 1868, a cambio de préstamos a la Hacienda.
Modernización de las infraestructuras: el impacto del ferrocarril El desarrollo de un servicio de correos o la telegrafía eléctrica en 1854, durante el Bienio Progresista, facilitarán las comunicaciones durante el s.XIX. A pesar del desarrollo de la navegación a vapor, la deficiente red de trasnportes interior necesitaba de una completa red de ferrocarriles para facilitar la industria y los intercambios. La primera línea española se instaló en Cuba y, en la Península, fue el trazado entre Barcelona- Mataró (1848), pero el gran desarrollo se produjo a partir de la ley General de Ferrocarriles de 1855 que subvencionó inversiones, eliminó los aranceles a los materiales importados y facilitó la entrada de capitales extranjeros. La construcción tuvo un mayor desarrollo entre 1855-64 hasta la crisis financiera de 1866. Los fondos se consiguieron de la desamortización de Madoz y el capital extranjero; se construyó muy rápidamente, pero también se derivaron consecuencias negativas, como la escasa influencia que el desarrollo de este sector tuvo en el resto de la industria española en un principio, ya que, al final, una vez establecido el medio de transporte, apenas existían mercancías. Muchas compañías ferroviarias, al no poder recuperar sus inversiones por el escaso beneficio de su explotación, se fueron arruinando y arrastraron en su caída Bancos y Sociedades Financieras en la crisis de 1866. Una nueva Ley de Ferrocarriles de 1877 favoreció la creación de nuevas empresas que duplicaron el tendido existente e incrementó la presencia de capital español que favoreció a la industria siderúrgica nacional. Los ferrocarriles mineros y los de vía estrecha, que se instalron en el norte, complementaron la red principal a finales del siglo. Este desarrollo contribuyó a mejorar la articulación territorial faciltando las comunicaciones y la comercialización de los productos entre las zonas agrícolas e industriales. Pero el diferente ancho de vía respecto al resto de Europa contribuyó a su aislamiento y el trazado radial con centro en Madrid produjo desequilibrios territoriales.
Proteccionismo y librecambismo La balanza comercial fue tradicionalmente deficitaria debido a la exportación de materias primas e importación de productos elaborados. Se compensará en parte por el dinero de los emigrantes, la importaciones de capital y los préstamos de capital extranjero. Durante el siglo XIX España mantuvo unos aranceles comerciales más altos que los países de su entorno, dominando el proteccionismo. Las políticas librecambistas se aplicaron de forma más puntual y fueron impulsadas tracionalmente por los progresistas, durante la regencia de Espartero (1840-43) o el Bienio Progresista (1854-56) o demócratas, y los aranceles se rebajaron de forma selectiva con el arancel Figuerola en 1869 durante el Sexenio, siendo defendidas tradicionalmente por los industriles madrileños o los productores de cereal castellanos. Por su parte las políticas proteccionistas son defendidas por los moderados, el Partido Conservador de Cánovas y por la industria catalana.
La aparición de la banca moderna El sistema financiero español tenía un escaso desarrollo y está caraterizado por el dominio de la banca pública sobre la privada, que presta fondos al estado y atrae capital extranjero, aunque a diferencia de otros países como Alemania, no tendrá un protagonismo tan destacado en el desarrollo industrial. La banca pública se desarrolla con la fundación del Banco Nacional de San Carlos, en 1782, para administrar la deuda pública, siendo sustituido por el Banco de San Fernando durantre el s.XIX. El Banco de España se crea en 1856, durante el Bienio Progresista, y se va desarrollando la banca y las sociedades de crédito privadas como los Bancos de Barcelona, Santander y Bilbao, así como las cajas de ahorro de marcado c arácter asistencial, con la finalidad de fomentar el ahorro de clases medias y populares. Tras la crisis de 1866, se reestructura el sistema bancario dejando en manos del Banco de España el monopolio de la emisión de billetes.
CONCLUSIÓN: El retraso en la modernización y mecanización del campo, lastrado por las diferencias en la propiedad de la tierra y la falta de inversiones, sumado a la tardía e incompleta industrialización, muy localizada, que contribuye a la falta de rentabilidad del ferrocarril, son factores claves en el retraso económico, social y cultural del país durante el S.XIX, respecto a los países europeos occidentales que experimentan un gran desarrollo en todos los ámbitos. 2...