9. Las reflexiones sobre la restauración moderna PDF

Title 9. Las reflexiones sobre la restauración moderna
Author Libertad Sevilleja
Course Patrimonio Histórico Artístico y Gestión de Bienes Culturales
Institution UNED
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Resumen del tema 9...


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IX REFLEXIONES SOBRE RESTAURACIÓN MODERNA La magnitud del desastre ocasionado por la Guerra Civil española y la IIGM hizo inviable la aplicación de la restauración científica de Giovannoni. Pese a que en algunos casos, como en Italia, se siguió la práctica, puesta en marcha ya durante la IGM, de desmontar los monumentos o protegerlos in situ, no se pudo impedir que los bombardeos destruyeran importantes monumentos. En el ámbito de los bienes muebles las pérdidas fueron igualmente incalculables, tanto por la propia destrucción como por el pillaje y el expolio. A comienzos del XX la restauración de estos bienes había avanzado de forma decisiva debido a la aplicación sistemática de nuevos descubrimientos científicos. El resultado de todos estos avances será un mayor control y análisis en el proceso restaurador. Por otra parte, los museos dejaron de ser meros depósitos para sumar en sus organismos departamentos de restauración. Sin embargo, a comienzos del XX la disputa entre aplicar la mínima intervención o reconstruir continuó sin resolverse hasta bien avanzado el siglo.

1. LA RESTAURACIÓN TRAS LA II GUERRA MUNDIAL En la ingente reconstrucción de la posguerra se aconsejó no dejar las ruinas en abandono o a la intemperie. En Alemania, contra las medidas adoptadas en el resto del continente, la reconstrucción no tuvo en cuenta el modelo histórico y tradicional de sus ciudades y se reedificó siguiendo las pautas arquitectónicas y urbanísticas del Movimiento Moderno, excepto en las urbes que quedaron tras el telón de acero –como Dresde-.

1.1 LA RECONSTRUCCIÓN EN ITALIA En Italia el proceso de reconstrucción estuvo acompañado de un debate metodológico, consiguiendo una “refundación de la disciplina”. Este país continuó siendo puntero en la práctica gracias a la fundación del Instituto Centrale del Restauro (ICR), cuyos cometidos fueron: Supervisión de la restauración de obras de arte y antigüedades, especialmente monumentales. -

Desarrollo de investigaciones científicas para el perfeccionamiento y unificación del método.

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Estudio de medios y recursos técnicos para la mejora de la conservación.

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Divulgación de cualquier trabajo de restauración.

Enseñanza de restauración. Dado que las circunstancias exigieron una reconstrucción rápida, urgente y creativa para recuperar la riqueza monumental de las ciudades y las formas originales se impuso la consideración del valor artístico y estético de la obra sobre la consideración de documento, por el cual había que conservarlo en ruinas .

1.2 EL RESTAURO CRÍTICO En este contexto de reconstrucción posbélica, y dada la ineficacia de la restauración científica, Roberto Pane y Renato Bonelli desarrollaron la restauración crítica, siendo los primeros en tomar conciencia del carácter artístico del monumento a tutelar. Esto supone un enfrentamiento directo al método científicofilológico al asegurar que no se puede prescindir del carácter crítico en la restauración, puesto que se debe asumir la responsabilidad de una intervención dirigida a reintegrar la forma del monumento con el fin de acrecentar su propio valor, el cual reside en su calidad artística y no sólo en su carácter documental. De este modo se antepone el carácter artístico al carácter monumental, el valor expresivo al documental, unificando restauración y estética, lo cual hará imposible la conservación de todas las huellas del tiempo. La potencia expresiva conllevará que la restauración exija un juicio crítico. No se trata sólo de asegurar la permanencia del monumento, sino de recuperar la obra de arte, lo que supone un proceso creativo. Así pues, la restauración es una dialéctica entre el proceso crítico y el acto creativo. Las consecuencias pueden exigir también la eliminación de añadidos pese a su valor testimonial. Además, para conseguir la imagen auténtica se legitima la reconstrucción completando las partes que falten. Pese a todo, la restauración crítica plantea límites, pues el acto creador del artista es irrepetible, restaurándose sólo aquellos objetos en los que se reconoce la cualidad artística, renegando de la restauración en estilo. Cuando se ha perdido el valor del arte y sólo quedan ruinas conviene, no obstante, conservar el fragmento de la obra en su integridad parcial, como valor documental y arqueológico.

1.3 LA TEORÍA DE LA RESTAURACIÓN DE CESARE BRANDI Dentro del restauro crítico la figura de Cesare Brandi, fundador del Instituto Centrale de Restauro de Roma, ocupa un lugar privilegiado. Su teoría se inicia con la reflexión sobre el concepto de restauración en la línea de Pane y Bonelli, considerando la supremacía del valor artístico sobre el histórico o documental. Así, evidencia que la obra de arte condiciona la restauración, pero no al contrario. Para Brandi toda obra de arte conlleva una doble valoración: la instancia histórica y la instancia estética. De modo que, a diferencia del restauro crítico , defiende los elementos añadidos a la obra siempre y cuando contribuyan a la singularización de la obra de arte, diferenciando los que amplían o complementan la obra original de las reconstrucciones y atacando las doctrinas de Viollet-le-Duc. Puesto que la prioridad de la restauración es a consistencia física de la obra de arte, su objetivo esencial debe ser el restablecimiento de la unidad potencial de la obra, definida como estructura y aspecto. Otro aspecto de la metodología brandiana es la relación de la obra de arte con el tiempo. Si bien la instancia estética precisa la reconstrucción de la unidad potencial de la obra, la instancia histórica obliga a considerar la misma con el tiempo histórico, distinguiéndose tres fases en su historia como momento -creación de la obra-, intervalo –trayectoria de la obra- e instante –momento presente de la restauración-. El eje central de esta teoría es la armonización de las instancias histórica y estética con la restauración. La solución vendrá dada por la instancia que tenga más importancia, especialmente con respecto a los añadidos. Otro aspecto novedoso introducido por Brandi es la declaración de la espacialidad de la obra. Finalmente, el último punto, clave en el debate sobre restauración, es la restauración preventiva. Los fundamentos de la restauración moderna se basan en tres pilares teóricos desarrollados en Italia: -

La restauración científica de Boito y Giovannoni. La restauración crítica de Pane y Bonelli.

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La ampliación conceptual del restauro crítico con la teoría de Brandi.

1.4 CARTAS Y DOCUMENTOS La Carta de Venecia de 1964, nacida en pleno ensayo del restauro crítico pero en un contexto en el que aún se aplicaban los postulados de la Carta de Atenas de 1931, dio precisamente continuidad a ésta, actualizando y profundizando en sus contenidos. Como ideas básicas de este documento han de resaltarse cuatro aspectos: -

La ampliación de la noción de monumento histórico a ambiente monumental. La consideración de que la conservación y la restauración deben salvaguardar tanto la obra de arte como el testimonio histórico, valorando ante todo la autenticidad y el respeto a los elementos antiguos y a las partes auténticas.

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La proposición de recurrir a técnicas modernas siempre y cuando las tradicionales no sirvan.

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El respeto hacia los añadidos pasados y la distinción de los presentes con el sello de esta época.

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La exigencia de que cualquier trabajo de conservación, restauración y excavación esté rigurosamente documentado, testificando todas las fases de los trabajos realizados.

Otro documento, aunque de ámbito nacional, es la Carta del Restauro italiana de 1972, de gran interés dada su repercusión en la metodología de restauración europea. Supone la puesta al día de los postulados de la Carta de Venecia: -

Presenta la novedad de aplicar a las labores de conservación y restauración a todas las obras de arte de todas las épocas

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Distingue claramente entre salvaguarda –que no implica intervención directa y que equivale a la conservación preventiva- y restauración.

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Pretende equilibrar las instancias histórica y estética. Concede una importancia relevante a la planificación por parte de los organismos oficiales que deben supervisar todo el proceso de conservación y restauración, exigiéndose un diario que recoja las acciones del mismo y un informe final que argumente dicho proceso al completo.

2. LA RESTAURACIÓN EN ESPAÑA: DE LA POSGUERRA AL PERIODO DEMOCRÁTICO 2.1 LA RECONSTRUCCIÓN Y LA DIRECCIÓN GENERAL DE REGIONES DEVASTADAS La Guerra Civil supuso un desastre para el Patrimonio español, interrumpiendo además en conservacionismo de Torres Balbás, el proteccionismo republicano y el desarrollo teórico. No obstante,

ambos bandos mostraron una preocupación por el patrimonio artístico y cultural dado su valor simbólico en la dinámica bélica. El impacto de su destrucción sirvió, asimismo, de propaganda tanto para republicanos como para nacional-católicos, haciendo de la conservación una especie de victoria moral. La reconstrucción se prolongó más allá de la posguerra, hasta los sesenta. Como ocurriría en el resto de Europa tras la IIGM, la restauración científica y el conservacionismo fueron insuficientes para subsanar destrucciones de tal magnitud. Por otra parte, la autarquía, la precariedad económica y el aislamiento provocaron que la reconstrucción se realizara con medios materiales escasos y técnicas inadecuadas. La principal consecuencia de la nueva situación política fue el distanciamiento de España de las novedades en conservación y restauración. Se produjo una regresión hacia posturas más tradicionales, inspiradas en la escuela restauradora y en la unidad de estilo, lo cual ocasionó una parálisis metodológica y teórica. Mientras que las restauraciones se llevaron a cabo al margen de la veracidad histórica, la ideología marcaba las intervenciones, primando la propaganda del régimen mediante el monumentalismo. Así, la reconstrucción de la posguerra se caracterizó por el tradicionalismo, la unidad de estilo y la alteración del monumento en busca de la exaltación ideológica del nacional-catolicismo. Destaca el trabajo de la Dirección General de Regiones Devastadas, dando prioridad a los enclaves favoritos del régimen y atendiendo principalmente a los edificios religiosos. Sus reconstrucciones abarcaron edificios del Estado, edificios de organismos que complementaran la beneficencia estatal –entre los que se incluía la Iglesia- y localidades adoptadas por Franco. En otros casos, la restauración nacional creó nuevas poblaciones rurales, ensanchó otras preexistentes y proyectó viviendas baratas, siempre con una estética que pretendía revitalizar los estilos tradicionales españolas, desembocando numerosas veces en el pastiche. Dichas intervenciones de la Dirección General de Regiones Devastadas se realizaron siguiendo modos propios de la restauración decimonónica, derribándose coros, ampliando o terminando templos, aislando edificios o liberarlos de toda ornamentación barroca. Algunos de los profesionales de esta institución se iniciaron en la restauración conservacionista, si bien las circunstancias obligaron a muchos de ellos a retroceder hacia fórmulas retardatarias, cayendo en falsos históricos. A diferencia de la organización de la restauración republicana, se ha señalado que la mayoría de los arquitectos trabajaron de forma independiente en sus intervenciones, con total libertad. En este sentido destaca Fernando Chueca Goitia, quien acometió la destrucción de todas las fases históricas del edificio hasta encontrar su supuesto estilo primitivo o un prototipo –resultante de su consideración de la tipología arquitectónica como invariante de la tradición española-, con métodos y materiales contemporáneos que afectaron a fábricas antiguas.

2.2 LA EXPANSIÓN DESARROLLISTA La Dirección General de Regiones Devastadas fue disuelta en 1957, pasando sus competencias al Ministerio de Vivienda. Ya en los sesenta se origina una nueva situación en el panorama español como consecuencia del abandono de la autarquía, la explosión demográfica, el auge del turismo y el éxodo rural, provocándose la gran crisis del Patrimonio español al alterar los tejidos urbanos, afectando y destruyendo edificios y cascos patrimoniales. Esta época se caracteriza por la primacía de los intereses especulativos, una legislación insuficiente y la parálisis administrativa, así como el estancamiento del desarrollo teórico de la disciplina. No obstante, desaparece el monumentalismo típico de la posguerra. Una actuación característica del aperturismo de los sesenta y sesenta fue la continuación de la Red de Paradores y Hosterías de Turismo, con nuevas aperturas ubicadas en notables edificios históricos, lo cual supuso notables transformaciones en ellos. Se escogió siempre edificios que debían ser restaurados para evitar su ruina y rehabilitarlos para su nueva función. Sin embargo, las actuaciones se desarrollaron sin coordinación, de forma radical y violenta e ignorándose el carácter documental del monumento. En este punto, ha de conocerse que tales intervenciones fueron, más que un medio para la atracción del turismo, una propaganda del régimen hacia el exterior. De esta situación se destaca el olvido del carácter de herencia colectiva del patrimonio dada la primacía de los intereses político-económicos sobre cualquier intervención restauradora, realizándose numerosas destrucciones desde los sesenta, especialmente en localidades costeras.

2.3 NUEVOS CRITERIOS EN RESTAURACIÓN ARQUITECTÓNICA El fin de la dictadura en 1975 tuvo un peso decisivo en el patrimonio cultural español, culminando con la aprobación en 1985 de la Ley de Patrimonio Histórico Español. En esa década se hizo evidente la incorporación de las nuevas corrientes internacionales y el aumento de intervenciones en edificios históricos, asimilándose el restauro crítico. España se suma a la reflexión internacional con tres figuras clave en la teoría de la restauración: Antonio Gonzáles-Moreno i Navarro elabora una metodología de intervención que partía de la doble consideración del monumento como objeto arquitectónico y testimonio histórico, basándose en la exigencia del rigor científico en el conocimiento del elemento, la búsqueda de una diagnosis exacta de su problemática, el planteamiento de una respuesta eficaz y la libertad creativa en el diseño de las soluciones formales necesarias.

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Antón Capitel determina que la restauración debe proceder de la reflexión sobre los valores primitivos del monumento. Ignasi Solà-Morales y Rubió afirma la imposibilidad de una definición absoluta de restauración.

Así, durante las últimas décadas del siglo XX, y aún hoy, se producen actuaciones diversas sobre la arquitectura histórica. Por último, han de tenerse en cuenta las nuevas instituciones para la protección, conservación y rehabilitación del patrimonio, así como la formación de personal especializado.

3. LA COMPLEJIDAD DE LA RESTAURACIÓN MODERNA EN LOS BIENES MUEBLES El punto de partida de la restauración moderna en los bienes muebles se sitúa en la limpieza, con una polémica que dividió a los responsables de los museos europeos desde los años treinta. Por una parte, la National Gallery de Londres abogaba por una eliminación completa de los barnices y repintes hasta llegar al original, mientras que el Louvre se mostraba partidario de una limpieza moderada que evitara el riesgo de eliminar veladuras, la pátina y producir erosiones en la pintura. Otra controversia se dio con el problema de las lagunas o reintegraciones, comenzando la consideración del retoque reconstructor como ilegítimo a principios del siglo XX. A estas reintegraciones se impuso una reintegración en tonos neutros que fue actualizado por el ICR hasta el empleo del rigattino – pequeños trazos de tonos puros combinados mediante la óptica, consiguiendo una reintegración reconocible de cerca e imperceptible en la distancia- con acuarela o lápiz por ser materiales reversibles. En escultura la problemática es diferente al entrar en juego el volumen y los juegos de luces y sombras, siendo permitida la anastilosis por la Carta de Venecia. La buena diagnosis y la primacía de la conservación sobre la restauración, los tratamientos reversibles y el respeto por los valores documentales de la obra son los principios éticos sobre los que se sustenta la restauración del siglo XX. Sin embargo, la complejidad de la restauración ha aumentado con la conservación del arte contemporáneo, las nuevas categorías de bienes culturales y las nuevas posibilidades técnicas, como las que ofrece la informática mediante reconstrucciones virtuales. Pese a todo, hay que tener presente que la restauración es un problema tanto técnico o científico como estético e histórico....


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