BETH LA NIÑA Psicópata - práctica infancia PDF

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BETH LA NIÑA PSICÓPATA Beth es una niña de 6 años, la cual experimentó duros traumas a una muy corta edad, y es que, tanto ella como su hermano sufrieron abandono, abusos y falta de comida por parte de su padre biológico. Además, Beth, fue víctima de abusos sexuales por parte del mismo. Todo este sufrimiento que la niña experimentó durante su primera infancia se transformó, con el tiempo, en incapacidad para sentir afecto o empatía, además de una ira descontrolada y comportamiento antisocial, incluso hacia su familia adoptiva, quien la trataba con amor. Este comportamiento es totalmente contrario al que presentan habitualmente los niños de esta edad, sin embargo, hay que recordar que los primeros años de un niño son esenciales para su aprendizaje y su futuro desarrollo; es precisamente por esto por lo que no es de extrañar que la niña reflejase conductas sexuales inapropiadas en lugares públicos o que uno de sus objetivos fuera hacer daño a su hermano (o a su familia en general); y es que, la niña carecía de conciencia. Esta incapacidad de distinguir entre bien y mal es claramente observable cuando narra cómo pellizca, estruja y da patadas a las partes íntimas de su hermano mientras que este le pide que pare. Durante el transcurso de la entrevista, la niña no muestra signos de arrepentimiento, sino que incluso reafirma sus intenciones de asesinar a su familia. Es un momento muy curioso cuando el entrevistador le pregunta por el incidente de los pájaros y Beth dice no recordar si estos estaban muertos; es cuando el entrevistador le vuelve a preguntar por los pájaros y le dice que la madre afirma que estos estaban muertos, que la niña acaba confesando que estrujó las crías de pájaro hasta matarlas. Es durante la entrevista con los padres, cuando podemos observar los comportamientos tan diferentes que estos adoptan; mientras que la madre se muestra más bien preocupada y con miedo, el padre luce más distante, sin llegar a relatar ningún suceso de la niña como sí hace la madre, pero sin esto significar que no muestre preocupación. Otro de los factores que promueven esta conducta agresiva ya instaurada en la niña por las experiencias anteriormente vividas son precisamente los padres adoptivos;

y es que, la falta de límites establecidos por estos, intensifica la supresión de emociones por parte de la niña y la proyección de violencia hacia personas más débiles, como es el caso de su hermano o de las crías de pájaro. Fue cuando el comportamiento de Beth comenzó a ser más descontrolado y su rabia más intensa, que los padres decidieron tomar medidas. Así pues, decidieron que la mejor opción sería que la niña ingresara en una clínica especializada en niños con trastornos del apego primario, peligrosos para sí mismos o incluso para otros. En esta estricta clínica, Beth experimentó, por primera vez, los límites; así, los niños han de ganarse la confianza. Estos niños suelen tener una muy baja autoestima y creen que son un problema, que son malvados. Este es el caso de Beth. Con el tratamiento adecuado y respetando los límites impuestos, hay que hacer que el niño gane confianza y autoestima, que se perciba como valioso y cariñoso. Así, tras algunos meses, Beth comenzó a presentar signos de mejora: respondía al afecto, era más cordial, iba a la escuela pública e incluso hizo amigos y cantaba en coro. Pero lo más importante, Beth se sentía mal cuando hacía algo malo y se arrepentía de haber hecho daño a su hermano y a su familia. Incluso llora y afirma que se siente mal. Esto, sin duda, supone un gran avance....