Cartismo PDF

Title Cartismo
Course Historia Universal
Institution Universidad Nacional Autónoma de México
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Cartismo historia...


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Movimentos obreros: El cartismo Las Trade Unions fueron las primeras manifestaciones del movimiento obrero organizado en el nivel de localidad o de fábrica, estructurado por oficios, que agrupaban únicamente a los trabajadores especializados que recibían mayores Ingresos y tenían un grado de educación más alto. Por medio de estas organizaciones los dirigentes obreros pretendían en principio celebrar contratos colectivos con los patronos, mejorar los salarios y reducir la jornada laboral a ocho horas; para ello se valían de diversas peticiones y negociaciones, con la advertencia de que en caso de no obtener resultados, llegarían a la suspensión del trabajo. Sin embargo, un año después de que el Parlamento británico legalizara las uniones de trabajadores, se promulgó una ley que les prohibía entrar en huelga y constituirse en organizaciones permanentes. El sindicalismo, como se llamó a la forma de lucha del proletariado organizándose en sindicatos, se difundió desde Inglaterra a los demás países industrializados; pero en todas partes fue reprimido por los gobiernos, de manera que los obreros se vieron obligados a realizar movimientos políticos para conseguir sus propósitos, sobre todo durante las épocas de crisis, cuando se hacían más difíciles las condiciones de vida y el trabajo escaseaba. En este contexto, la tendencia sindicalista fue sustituida por el logro de derechos políticos que les permitieran proponer ante el Parlamento diversas transformaciones sociales. Los mejores avances en este sentido coincidieron con el periodo de revoluciones europeas, entre 1830 y 1848, cuando el sindicalismo inglés, manifiesto en el movimiento cartista, proporcionó a los obreros de Francia y Alemania un modelo de lucha por la defensa de sus derechos. El cartismo fue un movimiento de origen sindical que surgió a raíz de la Carta del Pueblo, documento que un obrero escribió y presentó ante el Parlamento en 1839, y en el cual se pronunciaba en favor del sufragio universal y de mejoras al sistema electoral, y amenazaba con una huelga general si esas demandas no se cumplían. Durante casi nueve años el cartismo contribuyó a crear un peligroso ambiente de lucha entre los grupos obreros y los sectores adinerados que controlaban el Parlamento pero fracasaría definitivamente ante la firme posición del gobierno y la influencia pacifista de las instituciones religiosas. No obstante, el cartismo trajo algunos beneficios para el sector obrero, al concientizar a la clase empresarial sobre la necesidad de establecer reformas sociales, además de consolidar al sindicalismo inglés, cuya influencia en el resto del mundo capitalista habría de ser decisiva. En los años 30 la miseria de las masas obreras desvía a las asociaciones Obreras de las reivindicaciones laborales del sindicalismo para apoyar objetivos políticos. Hasta aquel momento programa de minorías y del partido radical. La reforma electoral de 1832 ha de inscribirse en esta presión popular por la democratización de la vida política, no obstante, y aunque alguna vez se ha comparado el movimiento cartista, canalizador de la presión sobre el poder, como el mayor intento revolucionario anterior a la Comuna, sus objetivos se limitaban a la humanización del rostro del capitalismo; O´connor, uno de los líderes más prestigiosos. Se inclinaba hacia la economía clásica y aseguraba que coincidían los intereses del capital y el obrero, puesto que los obreros no pueden ser todos capitalistas. No obstante, recaban los cartistas la intervención del Estado con una legislación protectora en la cuestión social, al tiempo que enarbolan la bandera de la democratización política. Ya en 1831, durante la campaña sobre la reforma electoral, Lovett reclama el sufragio universal, argumentando que la clase obrera produce toda la riqueza del país y sólo goza de una parte ínfima.

El cartismo nace de la decepción de las masas obreras por la insuficiente Apertura que supone la ley electoral de 1832. En 1836 un grupo de artesanos londinenses, encabezados por William Lovett y Henry Hetherington, desencadenan una campaña de agitación en pro del sufragio universal. Junto con Francis Place redactan en 1838 la Carta del Pueblo, que incluye reivindicaciones políticas: sufragio universal masculino, renovación anual del parlamento, escrutinio secreto, inmunidad parlamentaria, circunscripciones electorales iguales. Al movimiento se suma una tendencia más dura, que no duda en convocar mítines y huelgas de carácter violento: a su frente se colocan el periodista irlandés O'Connor y el demócrata O'Brien. La agitación culmina con la reunión en Londres, en 1839, de una convención cartista que se llamó «Parlamento del Pueblo». Los moderados y extremistas se enfrentan en cuanto a la táctica a seguir. Unos proponen retirar el dinero de los bancos, otros la huelga general y si preciso fuera el recurso a la fuerza física. Una asociación concebida para coordinar la agitación a escala nacional, la «National Charter Association», es controlada por O'Connor, pero el Parlamento rechaza en 1842 el sufragio universal. Este año señala una cesura en la historia del cartismo, con la conciencia del fracaso de un esfuerzo apoyado exclusivamente sobre los obreros, aunque coincidiendo con la crisis de los años 1847 y 1848 todavía se intenta una campaña de mítines que el gobierno corta enérgicamente. O´Brien es el primer elaborador de la doctrina cartista. Abogado de ascendencia irlandesa, educado en la Universidad de Dublín, orador apasionado, ejerció una actividad incansable con la palabra y la pluma. Considerando que el único camino realista es la lucha por la igualdad política a él invita a las «TradeUnions»; puesto que la ley perpetúa la esclavitud ha de lucharse por el acceso al parlamento que las vota. En algún escrito ataca el derecho de propiedad, para concluir que su erradicación no se conseguirá con luchas económicas sino con el control del Parlamento tras la conquista del sufragio universal. El rechazo de las miserias urbanas remata con una apelación nostálgica al regreso a la agricultura. O'Brien propone la nacionalización de la tierra; el Estado la arrendará al mejor postor y determinara el tamaño de las granjas y las parcelas y la distribución de los cultivos. Tras la oleada revolucionaria del 48 los lideres cartistas, que ven disminuir el número de sus seguidores, radicalizan su doctrina. Ernest Jones, periodista, formidable organizador y propagandista, relacionado con Marx, elabora para la convención cartista de 1851 un programa democrático: «La Carta, pero no sólo la Carta». La libertad ha de apoyarse en conquistas políticas y económicas, sin pan no existe la libertad. Jones, ganado por algunas ideas del marxismo, rechaza el liberalismo económico. La libertad será conquistada por los trabajadores; por lo tanto, la primera tarea es el desarrollo de la conciencia de clase. Los bastiones del movimiento estuvieron en los distritos industriales del noreste (Sheffield, Bradford) y noroeste (Manchester), los Midland (Birmingham, Leicester) y Escocia. Más que entre los obreros de las grandes fábricas sus seguidores fueron reclutados en residuos de los viejos oficios, en talleres donde subsistía el trabajo manual. Para Bedarida las diferencias sobre la táctica, que se convirtieron en querellas personales, esterilizaron el movimiento; los medios aparecían más importantes que los fines. En la década de los 50 la prosperidad del periodo cenital de la era extinguió el cartismo: más que la coyuntura económica fue la reducción del artesanado la que desmontando sus intereses.

Principios del movimiento cartista. La retorna de 1832 había dejado completamente satisfecha a la burguesía, pero los obreros, a los que nada había dado, continuaron la lucha emprendida. En I835, un nuevo movimiento, que abogaba por una completa reforma electoral volvió a sacudir los cimientos de la vida social inglesa. Esta vez los obreros llegaron más lejos que la burguesía en sus reivindicaciones y se alzaron contra ella.

En 1836, la crisis industrial y comercial que acababa de estallar dejó sin trabajo y en medio del arroyo a miles y miles de trabajadores. Londres se agrupó formando la "Asociación de los Obreros" que había de luchar por la obtención del sufragio universal. Al año siguiente, esta misma "Asociación" redactó el programa de la Carta del Pueblo, que debía ser presentada al Parlamento. La Carta (acta en la que se enumeran los derechos del pueblo) dio origen al movimiento cartista (Chartism, en inglés, de chart, carta). Los puntos esenciales de esta Carta reclamaban el sufragio universal. Se componía de seis artículos: 1. Representación proporcional de la población en el Parlamento (en los Comunes, por supuesto). División de Inglaterra en 200 circunscripciones electorales, cada cual con igual número de habitantes. 2. Renovación anual de los Comunes. 3. Sufragio universal reconocido a los hombres de veintiún años cumplidos y que residan en la localidad desde más de seis meses. 4. Abolición del sistema censatario; que requiere fortuna para el derecho de voto. 5. Escrutinio secreto. 6. Paga a los diputados, y sesiones regulares en el parlamento. Los obreros ingleses pensaban que bastaba que el Parlamento adoptase la Carta para que quedasen resueltas todas las cuestiones relativas a la mejora de sus condiciones materiales. Esperaban que una vez aprobada la Carta y admitido por todos el sufragio universal, el Parlamento hallaría la solución de todos los problemas que les afectaban, fuesen políticos o económicos, porque, según ellos, la mayoría de los votos pertenecerían entonces los obreros.

Dos corrientes: la de la "fuerza moral" y la de la "fuerza física". Ya durante la elaboración misma de la Carta se manifestaron las divergencias de opinión entre los obreros. Unos, encabezados por el carpintero Lovett que dirigía la ' 'Asociación de los Obreros" de Londres, estimaban que la Carta debía obtenerse mediante la alianza de ellos con la burguesía y por procedimientos estrictamente pacíficos, como la propaganda y los memorándums mandados al Parlamento. “Estamos contra cuanto pueda entrañar una lucha revolucionaria, nos declaramos enemigos de la violencia, de la fuerza física, decía Lovett Hay que convencer a la población y lograr la Carta por medios pacíficos." Era ése el partido dc la "fuerza moral". Sus adversarios se burlaban de él diciendo que se trataba más bien del ' 'partido del agua de azahar", y estimaban que la victoria solamente podía alcanzarse por medio de la lucha armada. Ellos mismos se calificaban de "partido de la fuerza armada". Un abogado irlandés, O'Connor, pretendía ser él también del partido dc estos últimos. Preconizaba el paso a la insurrección armada como medio supremo una vez agotados los demás recursos. La popularidad de O'Connor era grande. De estatura superior a la media, tenía una voz potente y unos hombros muy fuertes. Era un boxeador excelente que, en una riña de mercado, supo hacer frente a muchos adversarios. Era un organizador incansable. Pero no era verdad que fuese socialista. "Soy —-decía— partidario del mantenimiento de los principios de lo tuyo» y «lo mío»." Más tarde, en 1845 O'Connor fundó una sociedad agraria, cuya finalidad utópica y reaccionaria consistía en comprar terrenos con lo que se pudiera reintegrar lentamente a todos los obreros a la vida campesina y hacer ellos pequeños propietarios

En el curso de su lucha, los cartistas vieron formarse en su seno un ala revolucionaria de tendencia socialista cuyo representante más conocido fue Gatny Partidario primero de la táctica revolucionaria de los jacobinos, gran admirador de Marx y Engels, desde 1843 empezó a estar influenciado por Marx y Engels, Gatny no quería parcelar tierra en pequeñas heredades, sino confiscarla toda y convertirla en un bien de dominio público. Revindicaba la jornada de ocho horas, la prohibición del trabajo dc los niños y otras tantas medidas encaminadas a mejorar la situación de los Trabajadores.

Punto máximo, su alcance y derrumbe del movimiento cartista. El partido de los cartistas. Punto culminante de este movimiento. En cl verano de 1840 organizaron en Mánchester los cartistas un congreso en el que se decidió reunir en una organización nacional a todos los grupos locales dispersos. Para participar en esta organización obrera bastaba declarar por escrito el acuerdo personal con los principios que lo informaban. Todos cuantos se adherían al partido cartista recibían un carnet de miembro, pagaban sus cotizaciones y pertenecían a la célula de barrio. La organización cartista, en la que se entraba sin control alguno por parte de ella, no era un partido de lucha cuyos miem bros estuvieran estrechamente unidos. En 1842 el cartismo llegó a su apogeo. Los. Obreros, ocupados todo el día en su trabajo, se reunían por la noche a la luz de las antorchas. Se celebraban mítines de varios miles de personas. Se redactó una petición que exigía el sufragio universal y planteaba reivindicaciones. Económicas, o, como decían ellos, "cuestiones de cuchillo y tenedor", relativas a las condiciones materiales de los trabajadores. La petición recordaba "la terrible miseria' que mata a miles de individuos". En ella se comparaba la renta diaria de la reina, de 197 libras esterlinas, Con la del obrero, que se elevaba a la suma de 3 peniques y medio. La petición planteaba asimismo el problema de los salarios aún menores de los jornaleros agrícolas. Las reivindicaciones obreras plasmadas en este documento se referían a: la limitación de la jornada de trabajo; la supresión de la ley sobre los pobres y casas de trabajo. La importancia que debe reconocerse a dicha petición estriba en que también recababa la abolición de la propiedad capitalista de las tierras y de los medios de producción industriales. En mayo de 1842, habiéndose agravado aún más la crisis y el paro obrero, la petición fue presentada al Parlamento. Más de tres millones. De firmas la refrendaban elocuentemente. La llevaban en un cofre enorme veinte hombres, seguidos de varios miles de manifestantes. Pero el Parlamento rechazó la petición. Para apoyar sus reivindicaciones, los cartistas declararon la huelga general ("el mes sagrado"), que de hecho no llegó a Ser general. Los' organizadores de la huelga fracasada fueron arrestados, y juzgados. Los años 1840, 1841 y 1842, que marcan el punto culminan» del movimiento cartista, fueron seguidos de su decadencia. '

El movimiento cartista en 1848. La crisis económica de 1847 y el comienzo de la revolución en Francia dieron nuevas alas al cartismo. En Londres se celebró un nuevo congreso cartista. Fijó para el 10 de abril de 1848 la fecha de una grandiosa manifestación que había de demostrar el apoyo de que “gozaba la petición que, esta vez, se acompañaba con cinco millones de firmas. Pero la burguesía hizo ocupar la capital ejército. En los cuarteles y en las calles los soldados junto a sus cañones, estaban pendientes de la primera señal. El Gobierno, además, distribuyó armas a los voluntarios de la burguesía. O'Connor, que había sido el organizador de la manifestación, exhortó en persona a los obreros a retirarse. Así, pues, cuando se trató de obrar, Õ'Connor abandonó el partido de Id "fuerza física" para ponerse junto a los de la "fuerza moral", La manifestación no se celebró. La petición fue entregada al Parlamento que, nuevamente, la declaró inadmisible.

Durante esta última fase del movimiento, los cartistas socialistas, con Garny a su frente, fueron fuertemente influidos por Marx y Engels, quienes llamaban al movimiento cartista a luchar con tesón por la Carta y a unirse a los obreros revolucionarios de los demás países, La clase obrera de toda Inglaterra se unió al movimiento cartista. Los cartistas combatieron, no solamente por la mejoría económica de los obreros, sino también por sus derechos políticos. A pesar de sus muchos aspectos criticables, el cartismo tiene una importancia enorme. Lenin escribía de este movimiento: “Inglaterra dio, al mundo entero el primer gran movimiento revolucionario proletario realmente macizo, políticamente cristalizado,El cartismo. .” Bajo la influencia del movimiento cartista, las clases dominantes se vieron obligadas a hacer concesiones y a otorgar reformas. En 1847, los cartistas obtuvieron la jornada de 10 horas para las mujeres y los niños. La jornada de 10 horas llegó a veces a aplicarse a los hombres.

Causas la derrota del' movimiento cartista. Su alcance. Después del fracaso de la manifestación del 10 de abril de 1848, la intensidad del movimiento cartista decreció considerablemente. La derrota del Cartismo tuvo por causa fundamental la perniciosa influencia de los partidarios de la acción y de los compromisos con la burguesía, así como la ausencia de un partido revolucionario combatiente. Aunque entre las filas cartistas se contaban muchos partidarios del socialismo, todavía no sabían qué métodos debían emplearse para que triunfase el socialismo. Lenin ha indicado las razones que permitieron a la burguesía influir el movimiento obrero, Fueron, ante todo: las in mensas Colonias inglesas y la situación predominante de Inglaterra en el mercado mundial, debida a la superioridad de la industria inglesa sobre las de los otros países. Al beneficiarse de enormes rentas, la burguesía inglesa podía corromper la capa superior del proletariado y hacer de ella el instrumento de su influencia sobre el movimiento obrero, Por otra parte, desde 1852, Inglaterra gozó de una prosperidad económica prodigiosa y casi continua. Así queda explicada la decadencia temporal del espíritu revolucionario en el seno del movimiento obrero ingles....


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