04. Himmelfarb EL Cartismo LA PolitizaciрN DE LOS Pobres PDF

Title 04. Himmelfarb EL Cartismo LA PolitizaciрN DE LOS Pobres
Course Historia Mundial
Institution Universidad Nacional de Lomas de Zamora
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La idea de la pobreza – Inglaterra a principios de la é época poca industrial G. Himmelf Himmelfarb arb El Cartismo: La P Politi oliti olitización zación de los Po Pobres bres El cartismo era una repetición de todo lo que les había preocupado a los radicales en la década de 1830: el sufragio, la ley de pobres, la ley de las fábricas, el sindicalismo, el metodismo, la educación, la templanza. William Lovett, el principal autor de la Carta y uno de los fundadores de la Asociación de Trabajadores de Londres, había participado anteriormente en el Sindicato Nacional de la clase trabajadora. Otros llegaron al cartismo de los Comités Breves que agitaban en favor de la Ley de las Diez Horas; de la campaña contra la Ley de Pobres, de los sindicatos que experimentaban lo peor de la depresión industrial, de las Instituciones de los Mecánicos, de las capillas metodistas y los grupos de templanza. Lo nuevo del cartismo era su evidente magnitud. Originariamente había sido una amalgama de dos organizaciones diferentes pero pronto se convirtió en una asociación indefinida de grupos similares en todo el país. Su punto de coincidencia era la "Carta del Pueblo" que redactó la Asociación de Trabajadores de Londres en mayo de 1838. Los seis puntos fueron: a. El Sufragio Universal para los hombres adultos; b. Elecciones anuales; c. Voto secreto; d. Distritos electorales iguales; e. No limitar las propiedades de los miembros de la Cámara de los Comunes; f. Que se pagara a sus miembros. Se realizaron mítines en todo el país para apoyar la carta y elegir delegados de una convención nacional que presentaría la Carta en forma de petición al parlamento: 1) La Carta se presentó al Parlamento (Cámara de los Comunes) en julio de 1839 y fue rechazada por una gran mayoría; la convención se disolvió. El levantamiento de Newport originado por el arresto de Vincent, jefe popular cartista, fue seguido por motines y manifestaciones con unos 500 cartistas arrestados o deportados. 2) En 1842 se presentó una segunda petición al Parlamento y nuevamente se la rechazó. 3)El terrible invierno de 1847/1848 produjo otra corriente de actividades, una nueva petición, un rechazo y el virtual fin del cartismo. Algunos historiadores han exagerado su influencia. Para algunos historiadores el cartismo simbolizaba el problema social: un abismo entre dos naciones y para otros significaba un desafío revolucionario a todo el orden social. El hecho de que fuera tan amplio y amorfo, hizo que se reunieran dentro de un solo “movimiento” muchos grupos u facciones, causas y quejas.

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La carta se interpretó como una declaración de derechos equivalente a la declaración de una revolución. Desde el exterior se veía al cartismo como una amplia organización, dedicada a un programa específico y dispuesto a tomar medidas ulteriores si éste no se ponía en práctica. Esta percepción era parte de la realidad. Otra parte de la realidad era un movimiento muy desorganizado, dividido en facciones que incluían grupos de diverso carácter geográfico, ocupacional, social e ideológico, que podía describirse como una confederación o "frente popular" unido por conexiones muy tenues. La convención se había dividido. El conflicto entre “la fuerza física” y “la fuerza moral” solo era uno de los frentes de tensión dentro del movimiento. Dentro de “la fuerza física” había diferencias (en cuanto a tácticas). También había conflictos entre los cartistas cristianos y los cartistas ateos y otras diferencias típicas de un frente policlasista y de varias ideologías. Incluso las personas que participaron dentro de este movimiento anómalo, heterogéneo, etc. La mayor anomalía del cartismo era también su mayor fuerza: el hecho de que podía incluir intereses, ideologías y personalidades distintas y continuar siendo un movimiento característico. El factor único y más importante que produjo la unidad en la diversidad y que contribuyo a sostener al movimiento durante períodos tranquilos cuando no había sucesos dramáticos para movilizar a sus miembros fue el Northern Star. Fue reconocido como el órgano nacional de los cartistas. Contribuyó a integrar el movimiento porque no trató de interrogarlo ideológicamente. El cartismo era una experiencia cultural y un movimiento político: había conferencias, sermones, clases, obras de teatro, etc. Todo esto ofrecía un sentimiento de compañerismo, porque grandes cantidades de cartistas no eran activistas políticos, pero tenían una participación más sostenida que firmar una petición o participar en una reunión. Y tuvo también una gran influencia de la Iglesia Metodista, aunque incluía elementos antirreligiosos y ateos. El vínculo común que unía a los cartistas era el reconocimiento de una causa común, una causa definida no por su ideología ni por sus programas ni por su organización, sino en términos de su electorado: “el pueblo” o “las clases trabajadoras” Para promover la carta su objetivo básico era: “buscar un vínculo con la parte unida, inteligente e influyente, de las clases trabajadoras en la ciudad y en el campo”. Lovett: Nada podía hacerse por la clase trabajadora “hasta que ellas hicieran algo por sí mismas”. Que se apoyaran en los grandes principios y que los propagaran por su cuenta. La asociación limitaba a sus miembros en lo posible a las clases trabajadoras. El problema era donde se traza la línea que separa a la clase trabajadora de las otras partes de la sociedad ya que en el movimiento cartista había muchos “intrusos” hombres que no eran de la clase trabajadora o intermedia, donde la identidad de clase no era clara y había división de intereses que a su vez eso destruía ese sentimiento de unión” El cartismo se definió como una organización de la clase trabajadora. Esta imagen de clase trabajadora es lo que explica la gran paradoja del cartismo: el hecho de que en un aspecto importante tuvo éxito, aunque evidentemente fracasó. A pesar del rechazo de las peticiones y de la incapacidad de lograr uno solo de los seis puntos, a pesar de su disolución y de la dispersión de sus líderes, alcanzó lo que podría haber sido una meta más importante. Generó una conciencia entre u una na gran pa parte rte de la

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clase tr trabajadora abajadora abajadora, un sentimiento de causa común que superó las quejas, demandas o intereses específico y que se conservó después del fracaso del programa y la desaparición del movimiento. En una interpretación convencional del cartismo, su fracaso significó una falta de militancia, una predilección por las causas y los valores morales, una voluntad de cooperar con las clases medias y unir sus fuerzas con el liberalismo. La importancia del cartismo no consistía en su ideología sino en fomentar una conciencia de clase que trascendía la ideología; que no necesariamente implicaba un compromiso con un conflicto de clase y menos aún con la revolución, sino que encontraba su significado profundo en una experiencia cultural, en un sentimiento de camaradería inmediato entre los cartistas y más allá, entre toda la clase trabajadora. Los cartista no hablaban con una sola voz de cualquier cuestión, principio o política , hablaban en nombre de todos los que no tenían representación. Los cartistas nunca pretendieron, como los tories, los whings y los radicales que eran miembros del parlamento, representar a toda la nación; al contrario se jactaban de representar sólo a la parte sin representación del país. Pero no era un partido de una clase definido como después lo fueron los partidos socialistas (básicamente por una ideología) en este aspecto el cartismo era característicamente un movimiento y no un partido organizado. Todo este movimiento probablemente no comprendía a toda esa clase trabajadora sin embargo, causo la ilusión de ser un movimiento de masas que representaba a las clases trabajadoras. Esto es bastante formidable. Si logró esto como se dice, también logró lo mismo con las clases medias. Estimulo su “conciencia de clase media” (mayor conciencia de sus intereses que se oponían a los de la clase trabajadora). Esta “conciencia social” le dio a la década de 1840 su carácter distintivo. El cartismo pudo haber sido una revolución fracasada, si se juzga por la carta. Pero fue eminentemente triunfal al situar a las clases trabajadoras en el centro del escenario. La carta creó el primer movimiento de la clase trabajadora verdaderamente nacional, radical, que continuo siendo el punto de reunión de ese movimiento, que ofreció el programa para cada una de las peticiones presentadas al parlamento, y que integró ese movimiento a pesar de todas las fuerzas centrifugas que amenazaban dividirlo. El principio dominante de todo ese movimiento, la idea que lo definía y lo unía, era la igualdad política, y no la democracia social, sino la democracia política. El sufragio era una cuestión que les preocupaba a los cartistas. Que le negaran sus derechos políticos a los pobres lo resentían doblemente; la vergüenza de la exclusión de la política se agravaba con la vergüenza de la pobreza. Se creía que una condición exacerbaba a la otra. (O’ Brien: “los pobres lo eran porque no tenían derecho al voto). “Su pobreza es el resultad, y no la causa de que ustedes no tengan representación”. No era la pobreza, ni el paupérrimo lo que definía a una persona o clase particular sino el hecho crucial era la inhabilitación política que compartía la gran mayoría de la población. Lovett “habilitó” a los más inhabilitados, este era el objetivo y en esto fracasó el cartismo. Pero el efecto más inmediato fue unir a todos los que no tenían derechos políticos bajo la misma bandera, elevar a los más pobres al status de los menos pobres, para darles a todos la misma definición, una definición política y cívica, y no económica y social. Recordando algunos antecedentes históricos; 40 años antes Malthus había afirmado, "las historias de la humanidad" hasta entonces había excluido a las clases bajas, era porque esas clases bajas habían estado excluidas de la creación de la historia, de las decisiones

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conscientes, deliberadas, políticas, que hasta entonces habían estado reservadas para los privilegiados. El sufragio servia para afirmar la igualdad política de las clases trabajadoras y proponía que usaran su poder político para realizar un cambio radical de la economía y la sociedad. El cartismo añadió otro capitulo muy importante a la historia de los pobres cuya queja era no poder participar totalmente en la política. Sin duda sufrían de otras graves privaciones y diferentes grupos de cartistas se interesaron en algunas de ellas. Según los términos de la carta ésta era la característica que los definía. Este fue el logro del cartismo. El problema social era redefinido para convertirlo en un problema político, cuya solución era integrar a los pobres a la política. Esta participación que solo era reservada a los ricos, que recientemente se habían dignado a admitir a las clases medias y ahora era meta mas codiciada de las clases trabajadoras y de los pobres. Para los cartistas, los derechos políticos (sufragio) eran los más elevados derechos, porque representaban la verdadera igualdad de la humanidad (además de igualdad política) La Carta propuso situar a los pobres en la historia al hacerlos participantes activos de la misma, actores de su propia historia. Los cartistas tenían la tarea de politizar a los pobres, no para radicalizarlos y volverlos activistas, sino para otorgarles las más altas cualidades de los seres humanos: animales políticos, gente nacida para tener la ciudadanía.

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