Comentario 13 Discurso de la diputada Clara Campoamor PDF

Title Comentario 13 Discurso de la diputada Clara Campoamor
Course Derecho Constitucional III
Institution Universidad del País Vasco
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COMENTARIO 13: Discurso de la diputada Clara Campoamor en las Cortes Constituyentes (1-09-1931) Se me presenta para comentar un texto histórico titulado “Discurso de la diputada Clara Campoamor en las Cortes Constituyentes (1-09-1931)”. Por su contenido, podemos clasificarlo como un discurso político, ideológico y reivindicativo. No se puede considerar legislativo hasta meses después, cuando en diciembre se convirtió en ley por ser aprobada en la nueva Constitución. Es un fragmento de fuente primaria que situamos en 1931, cuando se llevaron a cabo los debates para aprobar proyectos para la constitución de la II República, que se había proclamado el 14 de abril de ese mismo año. En el momento se encontraba en el poder un gobierno provisional con la coalición socialista-republicana, cuyo presidente era Niceto Alcalá Zamora. Este discurso se ha obtenido del Diario de Sesiones de las Cortes Constituyentes, y la autora fue Clara Campoamor, quien lo pronunció el 1 de septiembre, y que una de las pocas abogadas españolas de la época; cuyo ideario político era pertenecer a un partido republicano, liberal, laico y democrático. Campoamor formó parte de la Comisión Constitucional encargada de elaborar el proyecto de la Constitución de la nueva República, en la que representó a su grupo parlamentario luchando por la no discriminación por sexo, la igualdad jurídica de los hijos e hijas habidos dentro y fuera del matrimonio, el divorcio y el voto femenino. El destinatario de este discurso eran los diputados de las Cortes, y su finalidad fue convencer al auditorio con argumentos para que su propuesta de ley fuera aprobada. El tema de este fragmento son los argumentos de Clara Campoamor para que se apruebe su propuesta de ley; entre otros, en el texto se utilizan los siguientes: por un lado, no se debe prejuzgar a la mujer; por otro, en un momento en el que los pueblos cada día son más liberales y en los que se busca un avance social, en España no se debe usar el caduco argumento de que las mujeres son desiguales a los hombres para no concederles sus derechos. El último argumento dice que es necesario dejar que la mujer vote aunque se equivoque y así aprenda. Clara además añadió que esta nueva Constitución, que incluiría la nueva ley a favor del voto femenino, sería la más libre y avanzada de las habidas hasta el momento en España, país que se convertiría en el primer país latino que reconociese las libertades y derechos de la mujer. Situamos este texto históricamente en el 1 de septiembre de 1931, cuando se llevaron a cabo los debates para aprobar proyectos para la constitución de la II República, que en ese momento tenía al mando un gobierno provisional de socialistas y republicanos. Ésta había sido proclamada el 14 de Abril de ese mismo año por Niceto Alcalá Zamora, presidente de ese gobierno provisional que exigió al rey que abandonara el país, tras las elecciones municipales dos días antes. En estas, aunque en las zonas rurales triunfaran los monárquicos por la influencia de los caciques, en las grandes ciudades triunfó la coalición republicano-socialista. Así, el comité revolucionario creado por el Pacto de San Sebastián se convirtió en el gobierno provisional. Este estaba formado por todos los partidos políticos favorables a la república, quienes representaban a las clases medias profesionales, a la pequeña burguesía y a los líderes obreros de ideas socialistas. La República fue aceptada pacíficamente, para muchos era un símbolo de las reformas políticas y sociales que se necesitaban. De hecho, el objetivo del gobierno provisional era convocar elecciones para conseguir un gobierno legítimo que hiciera una Constitución, pero anticipó reformas porque tenía posibilidades de ganar esas elecciones. Así, su actuación política en los primeros meses estuvo dirigida a abordar reformas como el debate territorial, la miseria agraria, la reforma educativa, la del ejército o la cuestión del orden público. Pero pronto surgieron graves problemas como la hostilidad de las clases medias católicas, la derecha conservadora antirrepublicana, los terratenientes, los industriales y los financieros. Estos tres últimos reaccionaron con temor. En consecuencia, la Bolsa de Madrid se desplomó, se redujeron los

préstamos y créditos de la banca privada y se retiraron gran cantidad de fondos de los bancos. Asimismo, las organizaciones obreras de izquierda optaron por la revolución, alterando así el orden público. Además, la depresión económica internacional de los años 30 obstaculizaba la consolidación de la democracia. Sin embargo, el primer conflicto serio al que tuvo que enfrentarse la República fue la Iglesia católica. Un sector de los obispos españoles obedeció las instrucciones del Vaticano de respetar y acatar el nuevo régimen; pero otro, representado por el cardenal Segura, se mostró belicoso, y publicó una pastoral en la que elogiaba a A.XIII y las relaciones Iglesia-Estado durante la monarquía, causando un conflicto y finalmente la expulsión de Segura. Consecuentemente, se deterioraron las relaciones de la República con la Iglesia, y el gobierno se ganó el descrédito de la población, que era católica. La coalición de republicanos y socialistas obtuvo una aplastante mayoría en las elecciones a Cortes Constituyentes convocadas por el gobierno provisional. Éstas fueron las primeras auténticamente libres y limpias en España aunque las mujeres no pudieran participar, dado el sufragio universal masculino. Destacaron los partidos Socialista y Republicano Radical, con las republicanas Clara Campoamor (autora del discurso que comentamos) y Victoria Kent y la socialista Margarita Nelken como diputadas, las primeras mujeres diputadas. Los partidos derechistas conservadores y antirrepublicanos quedaron reducidos a pequeñas reducidas por haberse presentado desorganizados y desorientados. Las Cortes elaboraron y aprobaron la primera constitución republicana de España, que establecía una república democrática y laica, de trabajadores “de toda clase”, con una amplia declaración de derechos y libertades, entre otros el voto femenino (que es defendido por Campoamor en el texto que comentamos), el matrimonio civil, el divorcio o el derecho a una educación primaria obligatoria y gratuita. En cuanto a la economía, se reconoció el derecho a la propiedad privada pero subordinando siempre la riqueza del país a la economía nacional. Se abrieron las posibilidades de la expropiación forzosa de propiedades privadas con indemnización y de la nacionalización de ciertos sectores económicos. En cuanto a los poderes, estos quedaron separados: mientras que el legislativo lo tenían las Cortes de una sola cámara (que también tenían el control político del gobierno y podían destituir al presidente de la R), el ejecutivo lo tenía el presidente de la R, que nombraría y destituiría al presidente de gobierno. Por último, el judicial se basaría en la independencia de los jueces y tribunales, y se creó el tribunal constitucional. Los temas más conflictivos de los debates de las Cortes Constituyentes (Cortes delante de las que Campoamor dio el discurso que comentamos, y en las que participaba) fueron la definición de la R, el voto femenino (defendido por Campoamor en el discurso que comentamos), la cuestión religiosa y la autonómica. En esta última, según la Constitución, se permitiría la organización de varias provincias en regiones autónomas, aunque se evitaría la R Federal. La distribución de competencias se hizo en base de la supremacía del Estado sobre las autonomías, y se aclaró también que los estatutos de autonomía debían ser aprobados por las Cortes. En cuanto a la cuestión religiosa, el debate más fuerte fue sobre los artículos que buscaban separación entre la Iglesia y el Estado, dado que la Constitución declaró libertad de culto, eliminó la financiación estatal a la Iglesia, se les prohibió la enseñanza y se disolvió la Compañía de Jesús cuyos bienes fueron nacionalizados. La Constitución se aprobó sin el consenso de todas las fuerzas políticas, por ejemplo, la derecha republicana la rechazó. Antes de ser aprobada, las cortes juzgaron a A.XIII por su responsabilidad en el golpe de Estado de Primo de Rivera, se le declaró culpable de traición, se expropiaron sus bienes, derechos y títulos y se le desterró para siempre. Una vez aprobada, Niceto Alcalá Zamora fue elegido presidente de la R, apoyado de la coalición Rep-Soc, y Azaña formó gobierno. Comenzó entonces el Bienio Reformista, coincidiendo con una crisis mundial en la que el comercio exterior España fue el más afectado. España aún mantenía problemas económicos tradicionales como la falta de inversión, falta de competitividad de los productos y unos

medios anticuados. El gobierno intentó mantener unos presupuestos equilibrados pero las reformas aumentaron los gastos no se obtuvo el dinero suficiente y se dificultó su realización, aumentando la conflictividad social. El Bienio Reformista puso en marcha unas reformas de todo tipo. En el ámbito religioso se estableció la separación Iglesia-Estado, reduciendo la influencia de ésta en la sociedad, aprobando el divorcio, dejando de financiar a la Iglesia y cerrando centros religiosos. La educación fue uno de los logros más destacados, ya que aunque no se realizó todo lo previsto, se construyeron unas 13000 escuelas y se duplicó el número de institutos. En el ámbito laboral, el ministro Largo Caballero aprobó l Ley de Contratos de Trabajo, la Ley de jurados mixtos y la de Asociaciones Obreras, para mejorar las condiciones laborales de obreros y jornaleros y reforzar las organizaciones obreras. Por otro lado, debía diseñarse una organización territorial que satisficiera a las regiones nacionalistas, es decir, a Cataluña, al País Vasco y a Galicia. Cataluña presentó un proyecto que las Cortes recortaron, hasta que consiguieron competencias en el derecho civil, administración, educación; pero una limitada autofinanciación. En el PV los distintos proyectos de estatutos fracasaron por la incapacidad de redactar uno adecuado para todos y que fuera aceptado por las Cortes. En Galicia, al no haber un partido nacionalista fuerte, el único proyecto ni siquiera llegó a las Cortes porque cayó en manos de los sublevados en la Guerra Civil. Por último, la reforma agraria pretendía mejorar el atraso técnico, la baja productividad y el desigual reparto de tierras (norte pequeñas propiedades y centro y sur grandes latifundios). La situación del campesinado empeoraba, por lo que se aprobó la Ley para la Reforma Agraria, para modernizar técnicas, terminar con el latifundismo y redistribuir tierras expropiadas a campesinos. Tras el intento golpista de Sanjurjo se aceleró la expropiación y no se dieron indemnizaciones, pero la lentitud de los asentamientos de campesinos derivó en insurrecciones anarquistas y enfrentamientos con las fuerzas del orden público. Las leyes y reformas llevadas a cabo provocaron una fuerte oposición. En la izquierda, por considerarlas lentas e insuficientes, los anarquistas se dividieron por un lado en anarcosindicalistas (partidarios de la negociación, con la CNT) y en anarcocomunistas (libertarios, acciones terroristas y subversivas; con la FAI). El período más conflictivo fue el año 1932, cuando las huelgas y ocupaciones de tierras culminaron con la matanza de Casas Viejas, en la que se tiroteó y fusiló a 20 campesinos. La derecha adoptó dos posturas: los monárquicos antirrepublicanos, formados por alfonsinos y carlistas, querían acabar con la R, pero su golpe de Estado en Sanjurjo fracasó. Los ultramonárquicos formaron la “Renovación Española” con Calvo Sotelo, y los nacionalistas ultraderechistas la “Comunión Tradicionalista” con Víctor Pradera. La otra postura, la derecha católica, quería conquistar la R electoral y pacíficamente, con el apoyo de la Iglesia y las masas, que crearon la CEDA. A la derecha de la CEDA estaba también “La Falange Española”, fundada por J. A. Primo de Rivera y que era una réplica al fascismo italiano. A raíz de la crisis económica por los efectos de la gran crisis mundial de 1929, y la crisis de la coalición rep-soc, se sucedieron ataques de la oposición. La falta de dinero ralentizó las reformas, provocando sucesos como el de Casas Viejas, que rompieron la coalición: Niceto disolvió las Cortes y convocó elecciones anticipadas en noviembre de 1933, en las que triunfó la coalición de derecha. Ésta desmontará todas las reformas del gobierno de Azaña. La importancia de este texto reside en que gracias a la continua lucha de Clara Campoamor a favor de los derechos de la mujer, tanto en este discursos como en muchos otros, finalmente se aprobó el voto femenino, que se ejerció por primera vez en las elecciones anticipadas de 1933. El triunfo de los nacionales en la Guerra Civil en 1939 se abolió este derecho, que sería repuesto en la Constitución de 1978, la vigente en la actualidad....


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