Del Gobierno de los príncipes PDF

Title Del Gobierno de los príncipes
Author Núria Piqué
Course Historia Medieval
Institution Universitat Pompeu Fabra
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Summary

Comentario sobre una parte del tratado de Tomás de Aquines, el Gobierno de los principes....


Description

Historia Medieval Comentario sobre Tomás de Aquino, Del gobierno de los príncipes: la cuestión de la tiranía y del tirano

Núria Piqué Fidalgo G1, Humanidades 2020

Índice I. II. III. IV.

Presentación…………………………………. pág. 3 Resumen………………………………………pág. 3, 4, 5 Valoración…………………………………… pág. 5 Índice bibliográfico ………………………….. pág. 6

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I.

Presentación

En este comentario de texto me propongo explicar los capítulos decimo y undécimo del opúsculo Del gobierno de los príncipes, escrito por Tomás de Aquino, así como discernir las principales ideas que encontramos en él. Se supone que el opúsculo que comentaré fue un regalo que hizo Tomás al rey de Chipre1, llamado Hugo II de Lusignan, porque de acuerdo con su cargo de rey pudiera aprender y ejercer la justicia. Sea como fuere Tomás escribió la obra, que consta de cuatro libros, hacia el 1266, con cuarenta años, entre idas y venidas de la universidad de París dónde enseñó durante el 1252 y el 1269. Entre idas y venidas de las cortes y de las iglesias dónde organizó varios estudios para su orden, los dominicos o predicadores. Parece, pues, que era todo un aristócrata del saber. Nacido en una familia noble el 1225 en el castillo de Rocasecca, cercano a Aquino, vivió casi cincuenta años; murió el 1274 en Fossanova, dónde se alojaba de camino al Concilio de Lyon. Durante estos cincuenta años escribió muchas obras teniendo en cuenta la cantidad de viajes que hizo y lo largos que eran estos en el siglo XIII. Sus obras consideradas cómo más importantes son las tres síntesis teológicas Suma Theologiae, Suma contra Gentiles y Scriptum super Sententias pero su obra no sólo abarca la temática religiosa, sino que trata también temas políticos y filosóficos y comentarios hacia otros autores, por ejemplo, a Aristóteles.

II.

Resumen

Ahora que ubicamos un poco a Santo Tomás de Aquino en una época y podemos definir unas características alrededor del personaje, es decir, sabemos que pertenecía a un orden religioso (concretamente los dominicos), sabemos que escribió cantidad de tratados y opúsculos, que estuvo enseñando en la Universidad de Par ís, entre otras universidades y que de él ha nacido toda una filosofía o pensamiento llamado tomista, ahora podemos centrar-nos en las ideas que difunde al escribir y que encontramos en el opúsculo Del gobierno de los príncipes. Tal y cómo decía Aristóteles, los humanos somos seres sociales, es decir, somos seres políticos. No podemos evolucionar solos por lo que estamos prácticamente obligados a vivir en sociedad. Aunque realmente esto de vivir en sociedad no se trate de una obligación teniendo en cuenta que, según Aristóteles, es nuestra naturaleza. Así que si nuestra naturaleza es la de vivir en sociedad necesitamos un orden público para cuando los habitantes no sean capaces de ejercer el bien y actúen practicando el mal. Por eso se conciben las leyes, el estado, la figura de un gobernante… En el opúsculo Del gobierno de los príncipes vemos que esta figura la protagoniza el rey, que no se escoge, sino que nace del anterior, es decir, a través de la dinastía, de padres a hijos y así sucesivamente. Según Tomás, el rey es el responsable de hacer y promover la justicia y el bien común, conceptos claves para él. BEUCHOT, Mauricio, Santo Tomás de Aquino: del gobierno de los príncipes, Revista Española de Filosofía Medieval, 12 (2005) 1

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El capítulo décimo empieza ya con una de estas ideas: la del bien común, que se repetirá constantemente durante la obra. Para Tomás es fundamental anteponer el bien común al bien propio a la hora de ejercer cómo rey. Tomás diferencia los bienes terrenales de los celestiales. Aquel rey que sea justo y prudente, que no sea avaricioso, recibe cómo “premio” los bienes celestiales. Podríamos preguntarnos: ¿dónde se encuentra la diferencia entre los bienes terrenales y los celestiales? Pues unos se agotan, es decir, son temporales y los otros son eternos. Así que según Tomás aquel que sabe hacer las cosas bien (en el caso de un rey seria ser justo i tratar del bien común) acaba consiguiendo aquello a lo que ha renunciado, si sale victorioso. Así lo cuenta: “Y más que estos mismos bienes temporales, por los cuales los tiranos se apartan de la justicia, con mayor ganancia los alcanzan los reyes que conforme a ella gobiernan.” 2 Después de esta primera aproximación al deber de un rey, Tomás nos explica la importancia de la amistad y la imposibilidad de consegu ir-la siendo un tirano. Primero plantea la amistad cómo algo equilibrado, de igual a igual, sin ser utópico porque puntualiza que tiene que existir una semejanza de costumbres (que me parece que podría ser una forma de decir que tiene que ser entre miembros de una misma clase o estrato). Esta relación no la puede conseguir un tirano con sus súbditos ya que no se trata de una relación equilibrada: existe un opresor y un oprimido. Resumiendo, el que ejerce como tirano pierde los bienes celestiales y la amistad, un concepto muy importante según Tomás: “(…) porque entre las cosas del mundo ninguna hay que dignamente se pueda preferir a la amistad, porque ella es la que junta y aúna los virtuosos y conserva y levanta la virtud, (…)”. 3 Tomás también para atención al dominio del tirano y dice que no puede durar mucho si en el pueblo crece un deseo de levantarse y aunque el elemento de imposición que utilice el rey sea el temor, este, en la población crea desesperación, que a su vez causa precipitación y atrevimiento y “como el agua que esta encerrada por violencia cuando halla la salida rompe con mayor ímpetu (…).”4 Como podemos observar Tomás de Aquino está continuamente comparando la figura del tirano con la del rey y en varias ocasiones plantea la diferencia que separa a uno de otro: mientras el rey sabe controlar y utilizar su capacidad racional para impartirla entre el pueblo, el tirano se deja llevar por las pasiones y los vicios: la avaricia y la lujuria. Vemos ejemplificada la avaricia cuando Tomás nos habla de los robos de los tiranos. Una vez más pone de manifiesto su visión de la realidad al comparar una figura con otra: el rey, siendo justo, acaba alcanzando más riquezas (y en ellas podríamos incluir riquezas no materiales cómo la amistad) que el tirano siendo avaricioso. Según Tomás el avaricioso, al juntar riquezas injustamente, acaba desperdiciándolas o perdiéndolas ya que no le pertenecen. Para finalizar con el capítulo X, Tomás nos hace una última comparación entre el rey y el tirano con relación a la memoria que dejan una figura y otra en los hombres: mientras que el rey quedara alabado y deseado por los hombres, el tirano, si fue excelente en malicia, se pudrirá en la memoria de estos. En el capítulo XI, Tomás se centra en los bienes que consiguen los reyes y en los males a los que llegan los tiranos. Cómo hemos visto, ejercer cómo rey es una lucha para no caer en las comodidades terrenales y ser justo. A medida que esto se consigue, el rey gana estabilidad de poder, riqueza, honor y fama. El tirano, en cambio, cuando ya ha Extracto del documento Tomás de Aquino, Del gobierno de los príncipes, capítulo 10. Op. cit 2 4 Op. cit 2

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caído en el pozo de la avaricia y la soberbia, consciente de que su alma está sucia de pecados le es muy difícil, por no decir imposible, satisfacer su deber. Acaba perdiendo. Pero el perder no solo comporta una derrota sino todas las injusticias que un día dictó y que ya no se remedian. Además, el tirano aparte de no arreglar aquello que hizo mal transmite su mala costumbre a sus descendientes . Con todo esto, i para finalizar, Tomás cita una lectura de Isaías dirigida al rey babilónico Nabucodonosor que dice: “Serás llevado al infierno, a lo profundo del lago, los que te vieren se inclinaran hacia ti y te miraran como metido en lo más profundo de las penas.”5 Es decir, Dios siempre acaba impartiendo justicia.

III. Valoración Para terminar este comentario haré una breve valoración del texto. La primera impresión que he tenido al leerlo se refleja en el resumen que he hecho; me parece que, aunque Tomás de Aquino plasme muy bien la diferencia entre un rey y un tirano o las adversidades que se encuentra un tirano, tiende a repetir ideas que podrían sintetizar-se mucho más. Entiendo que su objetivo es hacer-se entender el máximo, y por eso pone tantos ejemplos y repite estas ideas claves, mientras que mi objetivo es resumir y supongo que de ahí viene esta impresión. A sabiendas de que el opúsculo Del gobierno de los príncipes pudiera ser un “espejo de príncipes” (el género literario de la época utilizado para educar a los príncipes) me parece comprensible que la tendencia sea repetirse y pulir cualquier explicación de los conceptos principales. Esto nos muestra cómo era de importante la figura del rey y la calidad de su “mandato”. También refleja el hecho de que Tomás considerara que el gobierno de uno, cuando era bueno, era mejor que el de muchos, ya que para mucha atención en describir la figura del rey sin atender demasiado a cualquiera de los otros cargos. Además, vemos que está muy inculcada la figura del rey ya que Tomás discute el cómo ejerce este, pero nunca cuestiona la realidad de su existencia. El texto nos ayuda a comprender el contexto del siglo XIII y, en mi opinión, algunas de sus contradicciones. Por ejemplo, sabiendo que el deseo del rey era mandar y mandar más, no me extraña que pudiera acabar convertido en tirano. Es decir, las expectativas que se proyectaban en la figura del rey, al menos las que cuenta Tomás, me parecen propensas a no poderse cumplir. Pero claro, entiendo también que es por eso por lo que el “premio” que les prometían era de tal magnitud. También me parece contradictorio (y eso puede reflejar una realidad de la época) el hecho que Tomás nos describa lo muy importante que es ejercer cómo rey y no cómo tirano, pero acabe el capítulo once diciendo que conviene mostrarse como rey. Yo veo una diferencia entre ser o ejercer y mostrar. Me parece que quizá a lo que apela Tomás es a la importancia de aparentar aquello que tenemos que ser delante de un pueblo que no puede llegar a analizar nuestro comportamiento real. Es decir, me parece que sobresale en esta afirmación la soberbia del aristócrata que se dirige a un rey que, aunque tenga sus obligaciones, tiene también todos los privilegios del que pertenece a la clase más alta de una sociedad.

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Extracto del documento Tomás de Aquino, Del gobierno de los príncipes, capítulo 11. 5

IV.

Índice bibliográfico

Para la redacción de este comentario he utilizado los siguientes documentos:

BEUCHOT, Mauricio, Santo Tomás de Aquino: del gobierno de los príncipes, Revista Española de Filosofía Medieval, 12 (2005), pp. 101-108. DE AQUINO, Tomás, Del gobierno de los príncipes. LOBATO, Abelardo, Horizonte estético del hombre medieval. La perspectiva tomista, Revista Española de Filosofía Medieval, 6 (1999), pp. 57-68. Apuntes de la asignatura de Historia Medieval, Por consiguiente, conviene que haya uno que mande o reine. Los príncipes y la construcción de la monarquía medieval escritos por Victor Eduardo Farias Zurita.

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