Dos aspectos del lenguaje y dos tipos de afasia - Roman Jakobson PDF

Title Dos aspectos del lenguaje y dos tipos de afasia - Roman Jakobson
Course Teoría Psicoanalítica II
Institution Universidad de Belgrano
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Texto: “Dos aspectos del lenguaje y dos tipos de afasia” Autor. Roman, Jakobson. En este texto, Roman Jakobson, intenta distinguir cuales son los aspectos alterados del lenguaje en las diversas clases de afasia poniendo el acento en la investigación de la afasia como problema lingüístico y no sólo como un trastorno cerebral orgánico. Propone dos tipos de afasias que se distinguen según su relación con las dos operaciones principales del signo lingüístico: la selección y la combinación: En primer lugar, tenemos lo que Jakobson llama el trastorno de la semejanza y en segundo, el trastorno de la contigüidad cada cual con sus características particulares que se detallarán a continuación. Por último, encontraremos en este texto, una breve referencia en relación a la metáfora y la metonimia en su relación con la afasia.

¿Cuáles son los aspectos alterados del lenguaje en las diversas clases de afasia? Jakobson nos invita a considerar e investigar las afasias también como problemas lingüísticos indagando el modo particular de estructura lingüística que ha dejado de funcionar en los afásicos. Al parecer, las pérdidas afásicas del adulto resultan ser un espejo de las adquisiciones en el niño de los sonidos del habla, en el sentido de que siguen comparativamente un desarrollo inverso. Esta comparativa de adquisiciones y de pérdidas abarca tanto la estructura fonemática como la estructura gramatical.

EL CARÁCTER DOBLE DEL LENGUAJE

Hablar supone seleccionar determinadas entidades lingüísticas y combinarlas en unidades más complejas. Por ejemplo, cuando el hablante selecciona palabras y las combina formando frases o cuando las oraciones las combina en enunciados. El hablante no está en modo alguno totalmente libre en su elección de palabras: ha de escoger de entre las que le ofrece el repertorio léxico que tiene en común con la persona a quien se dirige. Por lo tanto, dirá Jakobson que en todo signo lingüístico se distinguen dos modos de relación: 



En primer lugar, tenemos la selección, en donde la opción entre dos posibilidades implica que se puede sustituir una de ellas por la otra. Por lo que selección y sustitución son las dos caras de la misma operación. En segundo lugar, tenemos la combinación, en el sentido de que todo agrupamiento de unidades lingüísticas se engloba en una unidad superior. Establecemos que combinación y contextura son dos caras de la misma operación.

Estas dos operaciones nos indican que cada signo lingüístico lo podemos interpretar en dos direcciones distintas: una en relación con el código y otra en relación con el contexto. Sería lo que Saussure refería en términos de ausencia y de presencia. Es decir, Jakobson nos dice que “el receptor percibe que el enunciado (el mensaje) es una combinación de partes (frases, palabras, fonemas, etc.) seleccionadas de entre el repertorio de todas las partes constitutivas posibles. Los elementos de un contexto se encuentran en situación de contigüidad, mientras que en un grupo de sustitución los signos están ligados entre sí por diversos grados de semejanza, que fluctúan entre la equivalencia de los sinónimos y el núcleo común de los antónimos. La relación de contigüidad es la que une entre sí los componentes de un contexto en su

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estructura lingüística, mientras que la relación interna de semejanza es la que permite el juego de las sustituciones.

En resumen, todo hablante para hablar tiene que realizar 2 operaciones: SELECCIÓN (asociativa) y COMBINACIÓN (sintagmática) TRAMA Y COMBINACIÓN  Sintagma ASOCIACIÓN, ELECCIÓN PREVIA  Selección

LOS DOS TRASTORNOS AFÁSICOS

Jakobson diferencia dos tipos de afasia según la deficiencia resida en uno u otro de los modos especificados de relación.



TRASTORNO DE LA SEMEJANZA. (Afasia de Wernicke)

A estos pacientes cuando se les muestra trozos de palabras o de frases, las completan rápidamente. Hablan por pura reacción: mantienen fácilmente una conversación, pero les es difícil iniciar un diálogo. Cuanto más dependen sus palabras del contexto más éxito tienen en sus esfuerzos de expresión. Por ejemplo, la frase “está lloviendo” no pueden articularla a menos que el sujeto vea que realmente llueve. Cuanto más profundamente se inserte el enunciado en el contexto (verbal o no verbal), más probabilidades existen que este tipo de pacientes lleguen a pronunciarlo. La palabra menos afectada por la enfermedad es la que más depende del contexto (como serian pronombres o auxiliares de conexión). Suelen reemplazar palabras específicas por sustitutos genéricos. Por ejemplo, “cosa” para referirse a objetos inanimados, o “realizar” para referirse a una acción inespecífica. Son pacientes que tienen dificultad para nombrar un objeto cuando se les enseña o señala. Por ejemplo, nos explica Jakobson, cuando se les enseña “un lápiz”, en lugar de decir “eso es un lápiz”, realizan una observación en relación con su uso y dicen “escribir”. La simple repetición de la palabra les resulta imposible, aunque se les den instrucciones específicas para ello. De los polos de la figuración retórica (la metáfora y la metonimia) es la que está basada en la contigüidad, o sea, la metonimia la empleada con frecuencia por los afásicos con deficiencias selectivas. Un signo (como tenedor, por ejemplo) suele aparecer junto con otro signo (cuchillo) y entonces puede usarse en su lugar. Es decir, tenedor puede reemplazar a cuchillo, mesa reemplazar a lámpara, fumar reemplazar a pipa, o utilizar el signo “muerto” para referirse al color negro.



TRASTORNO DE LA CONTIGÜIDAD (Afasia de Broca)

Al segundo tipo afásico, Jakobson lo denomina el trastorno de la contigüidad por la pérdida que experimentan en la combinación de entidades lingüísticas simples para construir otras más complejas. No se trata de que haya carencia de palabras sino de que se altera la capacidad de contextura, y, por lo tanto, disminuye la extensión y variedad de las frases. Es el trastorno opuesto al anterior. En este segundo tipo se pierden las reglas sintagmáticas. El orden de las palabras se vuelve caótico y desaparecen los vínculos de la coordinación y la subordinación gramaticales, tanto de concordancia como de régimen. Si en el primer tipo decíamos que las palabras menos afectadas eran las palabras dotadas de funciones puramente gramaticales (como las conjunciones, preposiciones, pronombres y artículos), en este segundo tipo afásico son las primeras en desaparecer.

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Esta afasia, en la que se altera la capacidad de contigüidad, tiende a expresarse en infantiles enunciados de una sola frase y en frases de una sola palabra (en los casos más avanzados). Pero, si bien la capacidad de contigüidad se pierde, se conserva la capacidad de selección, por ello, de los polos de la figuración retórica (la metáfora y la metonimia) es la que está basada en la selección, o sea, la metáfora la empleada con frecuencia por los afásicos con deficiencias de contigüidad. Jakobson pone el ejemplo de sustitución de catalejo por microscopio, o de fuego por luz de gas, en cuanto que es una semejanza la que determina el comportamiento verbal del afásico y no una metonimia, es decir, el sujeto lo nombra por sustitución.

En resumen, la afasia presenta numerosas variedades muy dispares, pero todas ellas oscilan entre uno y otro de los dos polos que acabamos de describir. La metáfora será ajena al trastorno de la semejanza y la metonimia será ajena al trastorno de la contigüidad. Hay un afásico que conserva la capacidad selectiva, pero carece de la capacidad combinatoria. (Broca) Hay un afásico que conserva la capacidad combinatoria, pero carece de la capacidad selectiva (Wernicke)

LOS POLOS METAFÓRICO Y METONÍMICOS

Dicha diferenciación la podemos encontrar también en el discurso, como dos directrices semánticas diferenciadas. En el primer caso hablaremos de desarrollo metafórico y en el segundo caso hablaremos de desarrollo metonímico. En la conducta verbal normal, ambos procesos operan continuamente y una observación cuidadosa revela la influencia de los aspectos culturales, la personalidad y el estilo verbal del sujeto. Por ejemplo, encontramos una primacía clara del proceso metafórico en las escuelas del romanticismo y del simbolismo, mientras que en la corriente literaria realista rige el predominio de la metonimia y un especial gusto por la sinécdoque.

Lacan y Jakobson Lacan hace referencia a esta segunda parte del libro de Jakobson en el capítulo XVII de su Seminario 3, Las Psicosis. Nombra a su contemporáneo Jakobson como a un lingüista amigo suyo al que se le ocurrió que la distribución de determinados trastornos denominados afasias, debe reverse a la luz de la oposición entre, las relaciones de similitud, o de sustitución, o de elección y también de selección, y, por otra, las relaciones de contigüidad, de alienación, de articulación significante, de coordinación sintáctica. En todo proceso simbólico, tanto intrapersonal como social, se manifiesta según Jakobson la competencia entre el modelo metafórico y el metonímico. Por ello, nos dice Jakobson, en una investigación acerca de la estructura de los sueños, es decisivo saber si los símbolos y las secuencias temporales se basan en la contigüidad (que son para Freud, el “ desplazamiento” como metonimia y la “condensación” como una metáfora. Lacan rescata entonces la capacidad poética que tiene el lenguaje según esta estructuración que utiliza Jakobson utilizando a la retórica como otro modo de producción de significación (lo metafórico, lo metonímico). Lacan dirá luego que El ICC es un gran retórico. Ej.: en los sueños se da mucho la selección y combinación. Freud hablaba de condensación y desplazamiento. Operaciones del ICC. (Condensación (Selección) desplazamiento, trasladando el valor de un elemento a otro (sintagma).

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