El Leviatán - Es un resumen que describe lo más relevante de cada capitulo del libro. - El leviatán PDF

Title El Leviatán - Es un resumen que describe lo más relevante de cada capitulo del libro. - El leviatán
Author Naomi Noriega
Course Historia Universal Contemporánea
Institution Bachillerato (México)
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Es un resumen que describe lo más relevante de cada capitulo del libro....


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Resumen El Leviatán

En el Leviatán, Hobbes habla acerca de la naturaleza del hombre y de la necesidad de un de que el Estado que rija a la dinámica social. El libro es un estudio sobre la naturaleza humana y como este se desenvuelve en la sociedad, el cual es el poder de los hombres, terminaría destruyendo al hombre mismo. Hobbes se dedica a estudiar ontológicamente al hombre, para luego estudiarlo en la sociedad o en sociedad. Empieza a deslumbrar como el hombre es producto de la experiencia, de cómo el lenguaje, las sensaciones, la imaginación y sus consecuencias; la razón y la ciencia son producto de la misma. Las sensaciones para Hobbes eran una representación o apariencia de cierta cualidad o de otro accidente de un cuerpo exterior a nosotros de lo que comúnmente llamamos objeto. Dicho objeto actúa sobre los ojos, odios y otras partes del cuerpo humano y por su diversidad de actuación produce diversidad de apariencias. El origen de todo es lo que llamamos sensación. En efecto, no existe ninguna concepción en el intelecto humano que antes no haya sido recibida totalmente o en parte por los órganos de los sentidos. Thomas describe al ser humano como un ser de sensaciones que siente, que por éste están en contacto con su realidad. Por medio de sus sentidos. Hobbes visualiza al hombre como un ser natural que tiene sensaciones, emociones, pensamiento y raciocinio, los cuales influyen en su entorno social. El capítulo uno habla acerca del “Sentido”. Singularmente cada una de las sensaciones es una representación o una apariencia de cierta cualidad o de otro accidente de un cuerpo exterior a nosotros de lo que comúnmente llamamos objeto. Dicho objeto actúa sobre los ojos, odios y otras partes del cuerpo humano mismo. Por su diversidad de actuación, produce diversidad de apariencias. El origen de todo es lo que llamamos “sensación”. En efecto no existe ninguna concepción de intelecto humano que antes no haya sido recibida totalmente o en parte por los órganos de los sentidos. Todo lo demás se deriva de ese objeto primordial. Para el objeto que nos proponemos no es muy necesario conocer la causa natural de las

sensaciones. La causa de las sensaciones es el cuerpo externo, mismo que actúa sobre el órgano propio de cada sensación, ya sea de modo inmediato como el gusto o el tacto o mediatamente como la vista, el oído y el olfato. Dicha acción por medio de los nervios y otras fibras y membranas del cuerpo se adentra. Hasta el cerebro y el corazón. Una cosa es el objeto y otra es la fantasía. El capítulo dos habla acerca de la “Imaginación”. Que cuando una cosa permanece en reposo seguirá manteniéndose así a menos que algo la perturbe. Es una verdad de la que nadie duda. Pero que cuando una cosa está en movimiento, continuara moviéndose constantemente a menos de que algo la detenga. Nada puede cambiar por sí mismo. Los hombres no solo miden a los demás hombres si no a todas otras cosas por sí mismos, que ellos mismos se encuentras sujetos. La imaginación es una sensación que se debilita conforme pasa el tiempo. El capítulo tres habla acerca “De la secuencia o encadenamiento de imaginaciones”. Cuando un hombre piensa en una cosa cualquiera, su pensamiento inmediatamente posterior no es en definitiva tan casual como pudiera parecer. Un pensamiento cualquiera no sucede a cualquier otro pensamiento de modo indiferente, del mismo modo que no tenemos imágenes a no ser que antes hayamos tenido sensaciones en conjunto en partes ni tampoco tenemos transición de una imagen a otros. Todas las fantasías son movimientos efectuados dentro de nosotros. Estos movimientos que inmediatamente se suceden en las sensaciones siguen hallándose también conjuntos después de ellas. Así al volver a ocupar el primer movimiento en un lugar predominante continua el segundo por coherencia con la materia movida. Esta serie de pensamientos es de dos clases: la primera carece de orientación y designia, es inconstante, no hay en ella pensamiento apasionado que gobierne y atraiga hacia sí mismo a los que lo siguen, constituyéndose en fin en el objeto de algún deseo de otra pasión, tal caso se dice que los pensamientos fluctúan y parece en incoherentes uno respecto a otro mientras sueñan. Incluso puede ocurrir que los sueños sean tan activos, pero carezcan de armonía. El segundo es más constante, puesto que está regulado por un deseo

El capítulo seis habla acerca “De los principios internos de los movimientos voluntarios llamados comúnmente pasiones, y del lenguaje mediante el que son expresadas”. Como la constitución del cuerpo humano se encuentra en continua mutación, es imposible que las mismas cosas causen siempre en una misma persona los mismos pensamientos, sensaciones y aversiones. El capítulo ocho habla acerca “De las virtudes comúnmente llamadas intelectuales y sus defectos”. Si todas las cosas fueran iguales en todos los hombres, nada sería estimado. La razón, está fundada en el uso correcto del lenguaje, y produce las ciencias. Tener por alguna cosa pasiones más fuertes y más vehementes de lo que es ordinario en los demás, eso es lo que los hombres llaman locura. El capítulo diez habla acerca “Del poder, la valía, la dignidad, el honor y la aptitud”. El poder de un hombre universalmente considerado consiste en sus medios presentes para obtener algún bien manifiesto futuro; puede ser original o instrumental. El poder natural es la eminencia de las facultades del cuerpo o de la inteligencia tales como una fuerza, belleza, prudencia, aptitud que debe tener el soberano. El capítulo once habla acerca “De la diferencia de las maneras”. En esta parte Hobbes habla del Estado y como según como este debe ejercer el poder. Se advierte que Hobbes tiene miedo a la libertad y no cree en la amistad. Un Estado según las características descritas en el Leviatán sería eficaz pero antihumano, pues sobre una población sumisa no es necesario ejercer coacción si amaran su servidumbre. El soberano de Hobbes podría ser muy peligroso ya que su tarea es precisamente inducir a los propios súbditos a amar su sometimiento. Así, el problema del Estado únicamente radica en el logro de la satisfacción del súbdito, en lograr que ame su servidumbre sobre la base de la seguridad económica, contrarrestando un posible descontento social con altas dosis de ocio, consumo, culto al cuerpo y éxito aparente, que desgastara la energía de aquellos dispuestos al cambio político. Es decir, consistirá en hacer olvidar que el hombre puede aspirar a una vida mejor más plena (felicidad) y silenciando los medios con los cuales puede alcanzarla (virtudes).

El capítulo trece habla acerca “De la condición natural de la humanidad en lo concerniente a su felicidad o miseria”. Habla acerca de que todos los hombre y mujeres son iguales por naturaleza. Para Hobbes, los seres humanos se encuentran entre ellos con la misma capacidad para pensar, y con la misma capacidad física. Por lo que el hombre va a entrar en un proceso de competición con otros, teniendo las mismas condiciones con los demás, y si se desea conseguir aquello que el otro también quiere conseguir; para esto el hombre se mantiene en guerra, pasando por tres niveles: la competición, la desconfianza y la gloria. La pelea o discusión se da porque uno tratara de perjudicar al otro, para así obtener el máximo beneficio propio. La desconfianza se da en los seres humanos cuando conoce que tiene igualdad con los otros, pero que teme que las otras personas se apoderen de ello que el que tiene en su poder, y la gloria es cuando un grupo de personas, sin un líder a quien seguir, se crea una tensión de originar una competencia y una guerra para sobresalir entre la sociedad “cada hombre considera que su compañero debe valorarlo del mismo modo que él se valora a sí mismo”. Hobbes afirma que, si el ser humano no tiene un Estado, o una autoridad, este se vuelve salvaje y puede provocar un caos total a través de la guerra. Para poder llegar a la paz, el hombre tiene unas pasiones que se inclinan a la solución de la guerra, y que estas son el temor a la muerte, el deseo de las cosas que son necesarias para una vida confortable, y la esperanza de obtenerlas por medio del trabajo. Son las claves fundamentales para llegar a un acuerdo entre los hombres. El capítulo catorce habla acerca “De las leyes naturales primera y segunda y de los contratos”. El derecho natural es el que permite al hombre usar su propia vida. La libertad es la ausencia de impedimentos para que el hombre defenderse sea como sea. La ley de la naturaleza es la que prohíbe al hombre hacer algo que vaya en contra de su propia vida. La revolución francesa está considerada como la revolución de su época, y no sólo una, sino la más prominente de su clase. También se inició en Francia el despotismo ilustrado, tales reformas eran, o inaplicables, y por eso resultaban meros escarceos teóricos, o incapaces de cambiar el carácter general de su estructura política y social, o fracasaban frente a la resistencia a las aristocracias locales

y otros intereses intocables, dejando al país recaer en nueva versión de su primitivo estado. El capítulo diecisiete habla acerca “De las causas, generación y definición de un Estado”. La causa final de los hombres, aunque disfruten de su libertad y del ejercicio del dominio sobre los otros, es lo que lleva a conformar el estado, a través del Contrato por el que renuncian al derecho de vivir como quieren movidos por sus pasiones naturales, cambio de preservar su vida. Pero este contrato debe hacerse entre todos, porque la multitud da confianza y seguridad al estado de que no habrá invasiones ni rebeliones, además de que el contrato debe atener el bien común y no las particulares, es decir, reducir todas las voluntades a una sola voluntad y que quien ejerza ese poder será reconocido como se reconoce a sí mismo y todo lo haga y diga a favor de la paz y de la seguridad comunes será tomado como autoría propia y como tal defenderlo. Los hombres ceden así su derecho a gobernarse a sí mismos. Así el Estado es la persona que ha sido instituida para que se use toda fortaleza para garantizar la defensa común y la paz general. El titular de ese poder es el soberano que ejerce el poder soberano, conseguido por la fuerza (estado de adquisición) o por acuerdo (estado de institución o estado político). El capítulo dieciocho habla acerca “De los derechos de los soberanos por institución”. Se dice que un Estado es instituido cuando todos los hombres convienen y pactan que a una persona se le otorgue el derecho de representarlos y que cada uno autoriza todo lo que dice y hace el representante como si fueran propios, otorgando así el poder soberano que es el poder del todo pueblo. Este contrato obliga también a no renunciar a la monarquía, no firmar contratos entre súbditos o con otros soberanos y cuando alguien es castigado, por atentar contra el monarca, por ejemplo, en realidad el autor de su propio castigo, porque los hechos del rey son propios. Los súbditos entregan su soberanía al soberano y es como si firmaran un pacto con dios porque es el rey es el enviado de el a la tierra, por lo tanto, ese contrato no se puede quebrar ni romper ya que el soberano tiene el poder dado por sus súbditos y lo ratifica con el poder de su fuerza pública. Si un soberano es instituido por la mayoría, el resto debe acordar porque de lo contrario cometería injusticia de atentar contra el contrato. El soberano cambio solo actúa con justicia y equidad. No

puede ser acusado por sus súbditos porque se estarían acusando a ellos mismos. También el soberano es el propio juez de la defensa y de la paz El capítulo diecinueve habla acerca “De los varios tipos de Estado por institución y de la sucesión de poder al soberano”. Quien sea que represente el pueblo, aunque procure por el interés común, no obstante, procurara más por el beneficio propio, familiar y de sus allegados. Un monarca recibe consejo cuando y donde le plazca, pero cuando una asamblea necesita un consejo, solo son admitidos quienes tienen derechos desde el principio. La resolución de un monarca esta sujeta a su naturaleza humana, en cambio, en las asambleas esta la inconsistencia de la naturaleza humana de todos. El monarca no va a estar en desacuerdo consigo mismo, lo que si sucede en una asamblea. En la monarquía el poder puede quedar en manos de alguien que no puede discernir entre el bien y el mal, pero decir que es un inconveniente poner el poder en manos de un hombre o una asamblea equivale a decir que todo gobierno es más inconveniente que la confusión y la guerra civil. El capítulo veintiuno habla acerca “De la libertad de los súbditos”. La libertad es ausencia de oposición. El hombre es libre si es capaz por su fuerza o por su ingenio de no dejar de hacer las cosas que quiera. La libertad también está unida al temor y a la necesidad. Porque si en un estado un hombre realiza actos por temor a la ley, no deja de estar libre ya que tiene la libertad de no hacerlos. Muchas veces los súbditos trabajan para el soberano por necesidad de conseguir dinero para poder subsistir. El hombre es libre para hacer muchas cosas. Pero en definitiva la libertad de los hombres está en la libertad del estado, así que cada estado es independiente de otros y tiene la libertad para hacer lo que se considere necesario para su reino. El capítulo veintinueve habla acerca “De esas cosas que debilitan o tienden a la disolución de un estado”. Los estados se enferman por conflictos internos igual que los hombres porque son

ellos los que constituyen. Una de las enfermedades del estado radica en que el rey con tal de acceder al trono y no le importa tener menos poder sobre las milicias. Esto hace que no se garantice la defensa, lo que provocaría la defensa, lo que provocaría desconfianza y rebelión. Otro conflicto son las ideas rebeldes que hacen creer a los jueces que ellos son los jueces de sus propias acciones, cuando en realidad el juez es el estado y con esos pensamientos se debilita. El capítulo treinta habla representante soberano.

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La misión que tiene el soberano es la seguridad del pueblo. Así como también conservar todos sus derechos soberanos: porque solo a través de ellos puede garantizar la seguridad. Debe instruir al pueblo sobre la naturaleza de la soberanía, para evitar descontentos. Sus funciones del soberano son: 1. Enseñar que la prosperidad no depende de la forma del gobierno, sino de la obediencia, y que la solución nunca es cambiar la forma de gobierno a la que tienen los prósperos. 2. Enseñar a no admirar demasiado ni dejarse influenciar por hombres virtuosos distintos al soberano. 3. Enseñar a no hablar mal del soberano ni discutir su poder. 4. Tener momentos especialmente dedicados al aprendizaje de los deberes civiles. 5. Enseñar a los hijos a honrar a los padres. 6. Enseñar la justicia, es decir, a no privar a nadie de lo que es suyo (gracias a la autoridad del soberano) 7. Enseñar que no solo los hechos injustos, sino también los designios e intenciones de hacerlos son injustos....


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