Title | Elogios y críticas - Por qué fracasan los países |
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Author | Pol Sanchez Gutierrez |
Course | Economia |
Institution | Universitat de Barcelona |
Pages | 6 |
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Elogios y críticas - Por qué fracasan los países apuntes para trabajos...
¿Porquéfracasanlospaíses? SobrelaobradeDaronAcemogluyJamesA.Robinson ¿Qué hace que un país sea rico o pobre? ¿Cómo explicar que, en condiciones similares, en algunospaíseshayahambrunasyenotrosno?¿Quépapeljuegalapolíticaenestascuestiones? LosprofesoresAcemogluyRobinsoncreenquelaprosperidad delas nacionesnosedebeen absolutoacuestionesculturales,alaclimatologíaoalaubicacióngeográfica.Lariquezadelos países proviene de la política económica que ponen en práctica sus dirigentes, lo que ha ocurridosiempreentodoslosperiodosdelahistoriaeconómica,aseguran. Su libro “¿Por qué fracasan los países?”, publicado en 2012, tuvo una gran repercusión y provocó,comosueleserhabitualenlahistoriografía,elogiosycríticas. Acontinuacióntranscribimosalgunosdeloscomentariospositivosquereputadosacadémicos dedicaronalosautoresyestaobraalcomienzodelpropiolibro: «AcemogluyRobinsonhancontribuidoadilucidarporquéalgunospaíses,enapariencia similares, difieren tanto en su desarrollo económico y político. A través de múltiples ejemplos históricos muestran de qué forma el desarrollo de las instituciones, en ocasiones debido a circunstancias accidentales, ha tenido consecuencias enormes. De acuerdo con su análisis, una sociedad abierta, dispuesta a favorecer el concepto de Schumpeterde“destruccióncreativa”yquecuenteconunauténticoEstadodederecho sonfactoresclaveparaeldesarrolloeconómico.»KENNETHJ.ARROW,premioNobelde Economía,1972. «Los autores muestran de forma convincente que los países escapan a la pobreza solamente cuando tienen instituciones económicas apropiadas, especialmente en lo referenteacompetenciaypropiedadprivada.Además,defiendenunaideamuyoriginal: existeunamayorprobabilidad de quelospaísesdesarrollenlasinstitucionesadecuadas cuandotienenunsistemapolíticopluralyabierto,concompetenciaentreloscandidatos aocuparcargospolíticosyunamplio electoradoconcapacidaddeapostarpornuevos líderespolíticos.Estaconexióníntimaentrelasinstitucionespolíticasyeconómicasesel núcleo principal de su análisis, y ha dado como resultado un estudio de gran vitalidad sobre una de las cuestiones cruciales en la economía y la economía política.» GARY S. BECKER,premioNobeldeEconomía,1992.
«AcemogluyRobinson,dosde losmáximosexpertosmundiales endesarrollo,revelan que ni la situación geográfica, ni las enfermedades, ni la cultura explican por qué algunos países son ricos y otros pobres. La riqueza o la pobreza depende de las instituciones y la política. Esta obra aporta una visión esclarecedora tanto para los especialistascomoparaelpúblico engeneral.»FRANCISFUKUYAMA,autordeElfinde lahistoriayelúltimohombreyTheOriginsofPoliticalOrder. «Un libro fenomenal y edificante, pero también un toque de atención que resulta profundamente turbador. Acemoglu y Robinson elaboran una teoría convincente de prácticamente todo lo relacionado con el desarrollo económico. Los países mejoran cuandoponenenmarchainstitucionespolíticasadecuadasquefavorecenelcrecimiento, pero que fracasan (a menudo, estrepitosamente) cuando dichas instituciones se anquilosanonologranadaptarsea lostiemposcambiantes.Entodomomentoylugar, las personas poderosas siempre procuran hacerse con el control total del gobierno, menoscabandoelprogresosocial enfavordesupropiacodicia.Ejerza unférreocontrol sobre estas personas mediante una democracia efectiva o vea cómo fracasa su país.» SIMONJOHNSON,coautorde13BankersyprofesorenlaMITSloan. «Es la política, ¡tontos! Así explican Acemoglu y Robinson, de forma sencilla pero convincente, la razón por la que tantos países no consiguen desarrollarse. Desde el absolutismo de los Estuardo al período prebélico del Sur, de Sierra Leona a Colombia, este trabajo magistral muestra cómo las élites poderosas manipulan las reglas para beneficiarse en detrimento de la mayoría. Trazando un camino cuidadoso entre los pesimistas y los optimistas, los autores demuestran que la historia y la geografía no tienenporquémarcareldestino deningúnpaís.Sinembargo,también documentan de qué forma las ideas y las políticas económicas inteligentes a menudo logran pocos resultadoscuandonoexisteuncambiopolíticofundamental.»DANIRODRIK,Escuela de GobiernoKennedy,UniversidaddeHarvard. «Estelibro,fascinanteyameno,secentraen laevoluciónconjuntade lasinstituciones políticasyeconómicas,asícomoensusdirigentesbuenos ymalos.Elensayoofreceun delicado equilibrio entre la lógica del comportamiento político y económico y los cambiosderumboprovocadosporlosacontecimientoshistóricosenmomentos críticos como los que vivimos. Acemoglu y Robinson proporcionan un amplio abanico de ejemplos históricos para demostrar cómo el cambio puede tender a instituciones
favorables,innovaciónprogresivayéxitoeconómico,o,igualmente,haciainstituciones represivas que desembocan en la decadencia o el estancamiento. Los autores logran generar entusiasmo y reflexión al mismo tiempo.» ROBERT SOLOW, premio Nobel de Economía,1987. Porelcontrario,distintosautoreshancriticadoestelibro,comoelprofesorMauricioRestrepo, de la Pontificia Universidad Javieriana (Colombia) quien lo describe en estos términos en el periódico“ElTiempo”: El libro ha tenido una gran aceptación en Colombia, aunque no haya despertado muchapolémica.Sutemaesladesigualdadentrelospaísesricosypobresdelmundo, como resultado histórico del perfil de las instituciones políticas y económicas. Y aunque ha sido muy comentado, nada se ha dicho sobre uno de sus argumentos centrales: que el “sentido común” es su fundamento, y no las mismas teorías de siempre.Esimportanteanalizarese“sentidocomún”paraentenderloqueellibrodice desíycómohasidoescritoparaconvencer. El texto asegura que no hemos entendido bien el problema de la desigualdad en el mundoporculpadetresargumentossempiternos:eldelageografía,dóndehaypaíses mejor ubicados para la riqueza; el de la cultura, que piensa el desempeño de las naciones según sus tradiciones y creencias; y el de la ignorancia, según el cual los paísessonpobresporquesus gobernantesnoconocenbienlateoríaeconómica.Pero no,nosdice:lospaísesricossondesarrolladosporquesusinstitucionessonincluyentes, y los países pobres son atrasados porque las suyas son extractivas. En los ricos, las instituciones distribuyen el poder de manera amplia y pluralista, protegiendo los derechos de propiedad e impulsando una economía de mercado que motiva la inversión y la innovación tecnológica. En los pobres, el poder se concentra en unos pocosquemanipulanlasinstitucionespara explotar a la gente,violandolosderechos depropiedadydesincentivandolaactividadeconómica.Irrefutable. Perosucontundenciadurapoco.La respuestaacómo seformanesasinstitucionesno logra convencer en quinientas páginas. Dice que estas surgen en procesos históricos complejos, definidos por la interacción entre las instituciones preexistentes y unos pocos acontecimientos –coyunturas críticas: “grandes eventos que rompen el equilibrio político y económico”, como la peste negra o la Revolución Industrial. La deriva institucional de un país es, entonces, un camino sinuoso y pleno de
bifurcaciones. De acuerdo. Pero el libro nunca explica de dónde o por qué aparecen esasprimerasinstituciones.Yloqueespeor:al meter almundoenteroenunmodelo simple,nolograsuperarunmarcadodeterminismohistóricoquesecontradiceconsigo mismo y que fija el desarrollo a un destino único: Inglaterra, la industria, el neoliberalismo. Peroanalizarellibronoesfácil,pues estáarmadohastalosdientes.Esunbest seller bendecido por los grandes diarios de Nueva York; elogiado por cinco ganadores del PremioNobeldeEconomíayochoprofesoresdelasmásprestigiosasuniversidadesde Estados Unidos. George Akerlof dice en la carátula que la obra será imperecedera, comoLariquezadelasnaciones,deAdamSmith;unaobrapublicadaconreservaenel Olimpodelosdioses. El texto fue escrito con tres unidades que le dan forma y sentido: países, riqueza‐ pobreza e instituciones. Pero ninguna está definida, a pesar de que el texto sea una alusiónpermanentedelo mismo.Aquílos“países”sonEstadosytambién nacionesy economías,peroya sabemosqueesoes unaconfusiónmuyprimaria.ElEstadocomo unidad político‐administrativa, la nación como comunidades políticas, y la economía como contabilidad nacional son conceptos que fueron desintegrados por las ciencias humanashaceyavariasdécadas. Ellibrotambiénha dadoporsupuestoelqueseamuy obvio diferenciaraunpaísrico de uno pobre, como si la riqueza pudiera señalarse por la ventana. Y no es que sea relativoel“tener”del“notener”,sinoque habríaquecontextualizarmejor el“qué”y el“paraqué”tener.LaInglaterradelsigloXIXseríamuy ricaentonces;hoy,esepaís nos parecería miserable, contaminado y cruel; con la población viviendo en condicionesinfrahumanas,mientrasunospocoscelebransuriqueza,su“blancura”yel habersidoelegidosporDiosparaello. Las“instituciones”sontambiénpocacosaen estelibro: elsistemalegalqueprotegeo noalapropiedadprivada,yelsistemapolíticoquecontrolaonoelejerciciodelpoder. DouglassNorth,quienhaestudiadoelasunto,dicequelasinstitucionessonreglasde juegodelacomunidad:“Una guía para lainteracciónhumana, de modo quecuando deseamossaludaralosamigos,manejarunautomóvil,comprar naranjas,pedirdinero prestado,establecerunnegocio,enterraranuestros muertos,sabemoscómo realizar esasactividades”;todasfundamentalesparaeldesarrollo. PeroAcemagluyRobinson
lo negaron al echar a la cultura por la puerta trasera, dejando las instituciones reducidasaoficinasdegobiernoyaleyescrita. Ellibroteje,pues,suescrituraaparirdehilosinvisibles.Unateoríasindefinicionesque espera convencernos con ideas que parecen evidentes, porque su estrategia es mantenernos en las mismas confusiones de siempre: que las naciones son países y economías,quelariquezay lapobrezadependendelcrecimientoindustrialyquelas institucionessonelsistema legalylasramasdel poderpolítico;todo,alamedidade Inglaterra–puro“sentidocomún”–. Además,ellibroestáescritoconun“estilo”muycelebradoporsuclaridad;unestilo que encuentro muy propio de la literatura de autoayuda o emprendimiento. Hay títulos así: ‘Cómo las instituciones que promovieron la prosperidad crearon una retroalimentación positiva’; otro: ‘He visto el futuro, y funciona: el crecimiento bajo instituciones extractivas. Lo que Stalin, el rey Shyaam, la Revolución Neolítica y las ciudades‐Estado mayas tienen todas en común’... Volteretas de fábula y consejos personales de felicidad aplicados aquí a la historia de los países y del desarrollo económico. Ynoes unestiloinofensivo,si‐ no unapoderosaestrategiaparadarnos“leccionesde vida”, repitiendo siempre lo mismo: que “las instituciones extractivas”, que “la coyuntura crítica”, que “Inglaterra y Estados Unidos”; anécdotas de personas o de paísesquehanseguido supuestamenteesosmismosprincipios:los romanos,Stalin,el homosapienssapiens,noimporta.Laideaesconvencerconidentificaciones.Comoen lafabulosahistoriadedoshermanos coreanos quesereencontrarondespués deunos años. Uno hermano era pobre y el otro, rico. –¿Tienes un teléfono? –“No –dijo el hermano pobre, que estaba enfermo y cubierto con un abrigo roído–. ¿Por qué? Porquevivíaenelnorte,dondelasinstitucioneseranextractivas;elricovivíaenelsur, dondeeranincluyentes.Bravo.Además,CoreadelSuresrica–concluye–porquefue liderada por S. Rhee, un anticomunista educado en Harvard y Princeton, que fue asesoradopor losEstadosUnidosensugobierno.Literaturadeautoayuda conpolítica exterior. Pero la historia es quizá la estrategia más importante del libro. Porque la historia es escritura enmarcada en un conjunto de reglas propias a un contexto particular, de acuerdoconunosobjetivosespecíficos.AcemagluyRobinsonlautilizanparadefender
sus ideas, y eso está bien. Pero sorprende el que hayan usado unas reglas tan anticuadasparaescribirunlibroquesevende comonovedad.Siaislamosel estilode Por qué fracasan los países, quedamos en el siglo XIX: un libro eurocéntrico e industrialista,queexplicalosfenómenoshistóricosapartirdelosorígenes dequienes sesalvaron,ofueroncondenados, porseguir onolosdesignios de“laInglaterra”,así fueraenlaprehistoria. Estas reglas de historiografía decimonónicas son además peligrosas, porque dan vía libreaindeseablescomoelantihispanismoyelracismo,quizásinquererlo. La manera comoellibrotrataaMéxicoyalos mexicanos esfrancamenteirrespetuosa.Noqueda latinoconcabeza, niaquí nienEuropa;lapobreVenecia es descritacomounmuseo decadente para ir a comer helados –todo porque no fue Londres–. Y lo peor es que parecieraquerevivecongustolaLeyendaNegracontraEspaña;esaideaabsurdaque arrastramos los hispanos hace siglos y que nos hace sentir predestinados al fracaso; lamentable.Comoelracismoqueseles escapa nopocasveces:dice queBuenosAires “se ve muy diferente a Lima, Ciudad de Guatemala o incluso a Ciudad de México” porque“nosevenindígenas,yustednovealosdescendientesdeantiguosesclavos”. Lateoríadelasinstitucionesincluyentesyexcluyentesestábien.Perosusautores no debieron hacer una macrohistoria para tratar de convencernos de supuestas novedades, escritas con viejos prejuicios, maquillados con lenguaje de superación y emprendimiento: neoliberalismo del siglo pasado, escrito con la historiografía del antepasado, disfrazado de institucionalismo de última generación. Los libros de historia no deberían usar nuestras coherencias de siempre para confundirnos en nombredelsentidocomún,metiéndonosgatoporlibre.Losbuenoslibros dehistoria son los que, por el contrario, rompen nuestros paradigmas en pedazos, ponen pies arriba nuestro sentido común, y dejan el camino libre para que pensemos algo enteramentenuevosobrenuestropresente.Peroestenoeselcaso. Link:https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS‐16116095...