GALENO, DEL USO DE LAS PARTES PDF

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GALENO DEL USO DE LAS PARTES INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE MERCEDES LÓPEZ SALVÁ S EDITORIAL GREDOS BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS, 389 A sesor para la sección griega: C a r l o s G a r c í a G u a l . Según las n o rm as de la B. C. G ., las traducciones de este v olum en han sido rev isad as p o r...


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GALENO, DEL USO DE LAS PARTES MERCEDES LOPEZ SALVA

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GALENO

DEL USO DE LAS PARTES INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE MERCEDES LÓPEZ SALVÁ

S EDITORIAL GREDOS

BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS, 389

A sesor para la sección griega: C a r l o s G a r c í a G u a l . Según las n o rm as de la B. C. G ., las traducciones de este v olum en han sido rev isad as p o r J o r g e C a n o C u e n c a .

© EDITORIAL GREDOS, S. A., 2010. L ópez de H oyos, 1 4 1 ,28002-M adrid. w w w .rbalibros.com Prim era edición: octubre de 2010

D epósito legal: M -4 1 145-2010 IS B N 978-84-249-1732-6 Im preso en E spaña. P rin ted in Spain. Im preso en Top P rinter Plus

IN T R O D U C C I Ó N '

AUTOR, FECHA, LUGAR DE COMPOSICIÓN

Claudio Galeno escribió D e usu partium cuando su amigo y p ro ­ tector Flavio Boeto se m archó de R om a a Palestina, al ser nombrado gobernador de la Siria palestina, con el fin de que pudiera recordar las enseñanzas anatóm icas y fisiológicas, que con tanto interés había se­ guido en Roma, según relata nuestro m édico al com ienzo de sus P ro ­ cedim ientos anatóm icos ( 1 1). Posiblem ente redactó el libro I a instan­ cias de su amigo entre los años 164 y 166, en los últim os tiem pos de su prim era estancia en Rom a, y el resto de la obra durante la segunda entre los años 169 y 175, esto es, en su época de m adurez, a la vuelta de Aquileya, cuando había adquirido ya gran experiencia y pericia en la práctica de disecciones. En esa época fue nom brado m édico de C ó­ m odo, el hijo de M arco Aurelio, p or lo que dispuso de cierta tranquili­ dad para escribir sus tratados Procedim ientos anatóm icos y D el uso de las partes, obras m agistrales de anatom ía y fisiología anatóm ica, cuya redacción alternó, com o puede deducirse de sus citas cruzadas. D ice en Procedim ientos que le mandó los diecisiete libros de su obra de fi­ siología al gobernador de Siria, cuando aún vivía. De esa época tam ­ bién es su tratado D e las doctrinas de H ipócrates y Platón, de carácter filosófico-teológico. G aleno (Pérgam o 130-200), que creció a la sombra del Asklepieion de Pérgam o, recogió en sus escritos el saber m édico, biológico y filo­ sófico de la m ejor tradición griega. Estudió filosofía en Atenas. C ono-

* Este libro ha sido traducido en su mayor parte durante mi estancia en el Real Colegio Complutense en Harvard (2004). Forma parte del proyecto MCYT 2003-2006 (BFF 2003-2006).

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DEL USO DE LAS PARTES

ció por ello la filosofía clásica y tam bién la helenística y el platonis­ mo medio. A dm iró a Platón, a A ristóteles y de m anera m uy especial a Hipócrates. Sintió respeto p o r Sátiro y p or Q uinto, sus m aestros de m edicina de Pérgam o, así com o p or M arino, Pélope y N um isiano. Viajó a Alejandría, la ciudad m ás avanzada de la época en ciencia y hum anidades, para adiestrarse en la m edicina que allí se estaba desa­ rrollando, basada en el estudio de la anatom ía hum ana m ediante la práctica de disecciones. Figuras como Herófilo o Erasístrato eran buen ejem plo del nuevo rum bo que estaba tom ando el estudio y la práctica de esta ciencia. E n A lejandría aprendió tam bién a estudiar los tratados hipocráticos con rigor filológico. En Pérgam o fue m édico de los gla­ diadores y en Rom a protagonizó algunas de sus dem ostraciones anató­ m icas m ás brillantes en el T em plo de la Paz. E n su calidad de m édico acompañó a M arco A urelio en algunas de sus expediciones m ilitares, y se ocupó personalm ente de la salud de este em perador y de su hijo Cómodo. Galeno aprendió de sus m aestros la im portancia de la observación de los fenóm enos, de la experim entación, de la exhibición de los ha­ llazgos así com o de la teoría lógica para la dem ostración. Escribió u n tratado Sobre la dem ostración en quince libros, que no nos ha llegado, pero que nos perm ite im aginar la im portancia que dio al razonam iento lógico para explicar los resultados de sus experim entos. D ejó escrito (VI 13, 467K ) que algunos errores m édicos proceden del desconoci­ miento de la anatom ía y otros, de la ignorancia de la teoría lógica, y que la m aestría intelectual requiere experim entación pero tam bién ra­ zonam iento lógico y conocim iento de la teoría de la causalidad con todas sus distinciones. La observación, la experim entación y la de­ m ostración fueron para Galeno los ejes de su enseñanza m édica. Invi­ taba insistente y reiteradam ente a sus lectores a que com probaran v i­ sualmente ellos m ism os en las disecciones lo que él decía (II 3, 98-99K). Enseñó a sus discípulos a observar con atención lo que se ve y a aprender m ediante la experim entación aquello que no es accesible a la vista1. Tam bién sabía, com o los buenos oradores, que cualquier dem ostración debía persuadir. N o obstante, afirma que prefiere de­ m ostraciones claras antes que palabras persuasivas (X IV 13, 198K).

1 Nos movemos, evidentemente, como no podía ser de otra manera en el siglo II, en el ámbito de lo macroscópico.

INTRODUCCIÓN

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T ÍT U L O

El título de la obra que traducim os, de acuerdo con los m ejores manuscritos, es P erl chreías m orion, que fue vertido al latín p o r D e usu partium . E n nuestra traducción hem os optado por traducir el título griego como D el uso de las p a rtes p ara respetar la traducción consa­ grada por el latín y avalada p o r la tradición médica. N o obstante, tra ­ ducim os el térm ino chreía p o r «función» com o tam bién en nuestra anterior traducción del tratado de Procedim ientos anatómicos hem os traducido Peri chreías morion por Sobre la fu n ció n de las partes, pues estim am os que en el ám bito de la m edicina cuando se hace referencia a la «utilidad» de una parte del cuerpo, se emplea generalm ente el térm ino «función». A sí hablam os, p or ejem plo, de la función del p u l­ m ón o decim os que la función principal de las piernas es la locom o­ ción. Galeno suele definir, en aras de la claridad, los conceptos sobre los . que trabaja. Así hace tam bién en esta obra. D el térm ino chreía dice que expresa lo que la m ayoría llam a euchrestía, que podríam os trad u ­ cir com o «utilidad» (X V II l ) 2. Tam bién define lo que entiende p or «parte» com o algo con contorno propio pero que en algún punto se continúa con el todo. E l térm ino enérgeia, que hem os traducido por «acción» o «actividad» lo define com o kinesis drastiké «movimiento activo» (X V II1) y dice que lo que posibilita ese «movimiento activo» es la facultad o poder (dynamis) de cada órgano. Para conocer la función de cada parte lo m ejor es observar prim ero la acción del órgano entero. Galeno lo ejemplifica con su experiencia del elefante. Cuenta que la prim era vez que vio un paquiderm o le sor­ prendió ese apéndice largo que pende del lugar de la cara donde otros anim ales tienen la nariz y le pareció algo inútil y superfluo, pero cuan­ do vio cómo recogía con él m onedas del suelo, com prendió por su ac­ ción cuál era la función de la trom pa, y cuando observó que ese animal, al cruzar un río, elevaba la trom pa y respiraba p o r ella, com prendió con esa otra acción la otra función de dicho apéndice (X V II1). El propósito de la obra es dem ostrar que cada parte del cuerpo hum ano tiene una estructura adecuada a su función en la econom ía del

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D e a q u í q u e c o n b u e n a s r a z o n e s s e h a tr a d u c id o a o tr a s le n g u a s e l títu lo d e l t r a ­

tad o c o m o

parts

De l ’utilité des parties du corps ( C h . D a r e m b e r g ) , On the usefulness o f the L'utilità delle parti (I. G a r o f a l o y M . V b g e t t i ) .

(M . M a y ) o

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DEL USO DE LAS PARTES

cueipo entero (XV 1, IV 218K y X V II 1, IV 347K ), que la excelencia de la estructura de cualquiera de las partes se m anifiesta en su coope­ ración a la acción de todo el órgano (I 9, III 24-25K ), ya que, como decía H ipócrates, en el cuerpo todo está en sim patía (I 8, III 18K). El Pergam eno afirma que la función de las partes del cuerpo está en rela­ ción con el alma, puesto que el cuerpo es su instrum ento, y, si las partes de los diferentes anim ales difieren, es porque tam bién difieren sus alm as, pues el cuerpo está adaptado al carácter y facultades del alm a (12). Para G aleno, la form a y la función de las partes no son sino m anifestaciones de la naturaleza y expresión del perfecto diseño del ser viviente.

COMPOSICIÓN Y ESTRUCTURA

El tratado D e usu p artium está concebido com o u n canto de ala­ banza a la naturaleza creadora. Para G aleno, esta obra es un discurso sagrado (hieros logos) y un verdadero him no en honor a ella, pues no hay nada m ás sagrado, dice, que investigar y dar a conocer el sumo arte de la naturaleza en su diseño y creación del ser hum ano (III 10, 237-238K). Com para su escrito a una com posición m élica, que term i­ na en un epodo, him no de alabanza a la divinidad, que se solía cantar al pie del altar. Como en los him nos a los dioses hay en la obra de Galeno una parte m ás retórica en la que alaba y elogia la naturaleza creadora, h ay otra exhortativa en la que invita a su conocim iento m e­ diante el estudio y la experim entación, y otra descriptiva de la función de las partes que constituyen el ser del hom bre. A la naturaleza, como a cualquier otra divinidad, a la que se canta, se la adorna con epítetos: es sabia, poderosa, ju sta y providente; es creadora (dem iourgós); actúa con arte y es rica en recursos. E l cuerpo hum ano es su obra maestra. Este tratado de Galeno, como la com posiciones líricas, en parte apela a los sentim ientos y al asom bro de sus lectores, pero, sobre todo, por su m etodología científica llam a a la reflexión y al conocim iento de la naturaleza en algo tan cercano y propio com o es el cuerpo hum ano. L a obra está escrita con precisión y claridad en la prosa ática del siglo n, si bien pueden observarse en ella algunos rasgos de la koiné. G aleno, por su interés en conocer lo específico del hom bre frente a los dem ás anim ales, com ienza y term ina su obra con el estudio de las partes que, según su criterio, constituyen al hom bre com o lo que

INTRODUCCIÓN

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es, un ser racional y sociable, capaz de crear un m undo, relacionarse, reflexionar y dedicarse a las artes. E stas partes específicamente h u m a­ nas son, en su opinión, las extrem idades y el cerebro. Las p rim e ­ ras están soportadas p o r los huesos, m ovidas p or los m úsculos, que, a su vez, son puestos en m ovim iento p or los nervios; están nutridas gracias a las venas, atem peradas, en opinión de G aleno, por las arte­ rias, y reciben sensibilidad y m ovim iento gracias a los nervios, que en últim a instancia proceden del cerebro. A las extrem idades les dedica los prim eros libros. Los siguientes los distribuye de acuerdo co n las tres principales cavidades del cuerpo: abdom inal, torácica y craneal, de acuerdo con su concepción tripartita del cuerpo hum ano. L os li­ bros IV y V los dedica a los órganos de la cavidad abdom inal que reciben el alim ento y lo elaboran, com o el estóm ago; a los que term i­ nan de elaborarlo y lo transform an en sangre, como el hígado, y a los que, antes de la distribución lo purifican de residuos ligeros, com o hace la vesícula biliar, o de los residuos m ás espesos, com o h acen el bazo y los intestinos anteriores al recto, y de los residuos acuosos, lo que es función de los ríñones. L os libros V I y V II versan sobre los órganos de la cavidad torácica, com o el corazón y los pulm ones, ade­ m ás de dedicar algunos capítulos al esófago, a la tráquea y a los ó rg a­ nos de fonación. Los libros V III al X II están destinados a explicar todos los órganos de alguna m anera relacionados con la zona de la cabeza. La segunda m itad del X II y el libro X III explican la colum na vertebral y los hom bros. L os libros X IV y X V explican los órganos de reproducción y las caderas y en el X V I se habla del sistem a con ecti­ vo, nervios, venas y arterias, que recorren todo el cuerpo para darle, en opinión de G aleno, sensibilidad y m ovim iento, alim entación y una tem peratura adecuada. El libro X V II cierra poéticam ente, a m odo de epodo, toda la obra y resum e algunos de sus puntos principales. M ediante todos los recursos que le presta la lengua, Galeno expone de form a sistem ática la estructura, función y relación de las diferentes partes del cuerpo hum ano, sin olvidar que el cuerpo es u n todo orgáni­ co, en que todas las partes están en sim patía y en perfecto equilibrio, sin que nada sobre ni falte, para constituir cooperativam ente ese ser racional que es el hom bre. Como han señalado Garofallo y V egetti3, Galeno, al discurrir sobre las partes del cuerpo y sus funciones, elabora un discurso sobre el orden universal de la naturaleza, pues ve en cada 3 Opere Scelte di Galeno, Turin, 1978, págs. 302 y ss.

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DEL USO DE LAS PARTES

parte del cuerpo no sólo una m anifestación de la p h ysis sino tam bién de las leyes que la rigen. E l Pergam eno explica m ediante la palabra lo que ve en las disecciones y los resultados de sus experim entos, acude a la geom etría euclidiana cuando lo estim a oportuno para la clarifi­ cación de las ideas, p o r ejem plo, para hacer com prensibles los rayos de la visión, invita a la experim entación y a la observación, hace p ro­ puestas m etodológicas para el estudio de la anatom ía y la función de las partes en el ser vivo, elabora teorías explicativas sobre la percep­ ción, la sensibilidad y la capacidad de razonam iento del hom bre, valga como ejem plo su teoría sobre el spiritus anim i4, y acude a símiles y analogías para explicar lo que no conocem os p or lo que conocem os. E n su afán didáctico establece con frecuencia diálogo con sus lec­ tores y les interpela para que presten atención o p ara que se fijen en determ inada característica o les m anda leer otros escritos necesarios para la com prensión de lo que está explicando. R ebate teorías com ún­ m ente aceptadas y polem iza con m édicos o filósofos de u n cierto prestigio. Sabe captar la atención del auditorio con cuestiones polé­ micas, por ejem plo, si es adecuado el nom bre de «encéfalo» en los anim ales que no tienen cabeza (kephalé). O tras veces polem iza con algún m édico de prestigio o rebate teorías com únm ente adm itidas, sin sentir reparos en llevar hasta el ridículo las doctrinas de algún adver­ sario científico. C uida el uso de la lengua y se preocupa en definir térm inos, que pueden no estar claros p ara todos sus lectores, pues sabe que la claridad y la precisión de la palabra es clave en la com ­ prensión de los conceptos y sin éstos no h ay ciencia. C rea u n a retóri­ ca de la ciencia, que le otorga las m ejores credenciales en el cam po del saber, pues sus verdades, apoyadas en los datos de la exploración y experim entación, ofrecen certezas, que son verificables y le dan al hom bre la posibilidad de controlar la salud del cuerpo y la virtud del alm a m ediante la regulación de su form a de vida. A dem ás, ese saber, que se fundam enta en la anatom ía y en la fisiología, será útil, según nuestro autor, no sólo al m édico sino al filósofo que se esfuerza p o r adquirir un conocim iento de la naturaleza entera (X V I I 1). Para G ale­ no, com o decíam os al principio, el ir desvelando los m isterios de la anatom ía y la fisiología del cuerpo hum ano es com poner u n him no a

4 Cf. M. L ó p e z S a l v a , «Galeno: del cuerpo, el alma y el espíritu», en A. B e r n a ­ e I. R o d r í g u e z A l f a g e m e , Filou skiá. Homenaje a Rosa Aguilar, Madrid, 2007, 205-221. bé

INTRODUCCIÓN

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la naturaleza creadora y a su obra m ás perfecta, el cuerpo hum ano, y recom ienda a todos aquellos que honran a los dioses iniciarse e n los m isterios de la fisiología, superiores, dice, a los de Eleusis y Sam otracia, pues m uestran con m ás claridad que aquéllos la sabiduría del creador (De usu partium X V II 1-2).

GALENO Y EL CUERPO HUMANO

Galeno concibe el cuerpo hum ano como la suprema manifestación de armonía, belleza y ju sta distribución de la naturaleza. Evidentem en­ te, estos atributos se encuentran tam bién en su concepción del cosmos, de la arquitectura y de un arte en que los griegos fueron maestros: la escultura. Belleza y justicia, nos dice, se basan en una armónica distri­ bución. Con el sentido de la belleza de los griegos afirma que «la v er­ dadera belleza, no es otra cosa que la excelencia de la estructura (1 9, III 24K)», y trae a colación el arte de Policleto que desveló el canon del cuerpo externo. Al m édico le incum be desvelar la arm onía y la perfec­ ción del cuerpo interno. Y ese canon sólo es posible encontrarlo aislan­ do y estudiando las diferentes partes y estudiando la relación entre su estructura y su acción, pues sólo eso es «canon, m edida y criterio de una buena form a natural y una belleza verdadera (ibid.)». Reconoce, no obstante, G aleno, que nuestro cuerpo es de m aterial perecedero, y por eso dice que som os com o «estatuas de arcilla (III 10, III 240K )», pero tam bién reconoce que Fidias trabajó con igual arte el barro que el oro o el m arfil e insiste en que lo que im porta no es el m aterial sino el arte del escultor. A firm a que «el hom bre vulgar se deja sorprender p o r la belleza del m aterial, el artista, en cam bio, p o r el arte (id. 239K )». L a m edicina de G aleno, com o ha señalado G arcía B allester5, «tiene que v er con la salud y belleza del cuerpo y éstas no se realizan plenam ente sin el adecuado funcionam iento de las partes del cuerpo». El m ensaje de G aleno es que hay que esforzarse p o r descubrir el arte incluso en las partes m ás insignificantes, pues todas están coordinadas para contribuir a una acción común, la del órgano del que form an parte, si bien cada u n a de ellas tiene u n a fun­ ción o finalidad específica. A firm a el Pergam eno que el dem iurgo 5 En su introducción a Galeno, Sobre la localización de las enfermedades, tradu­ cido por S. A n d r é s A p a r i c i o , Madrid, 1997, pág. 36.

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DEL USO DE LAS PARTES

conectó todas las partes del cuerpo «y se las ingenió para que se escu­ charan unas a otras (IV 9, III 31 OK)», p u es todas deben contribuir a que el hom bre llegue a realizar la función p ara la que fue creado. Pero para conocer bien las partes se debe conocer prim ero la acción del órgano que constituyen y, una v ez conocida, será m ás fácil descubrir cuál es la función de cada una de las partes integrantes. G aleno ju sti­ fica su estudio del cuerpo y de sus partes p o r el hecho de que ni si­ quiera A ristóteles ni H ipócrates hablaron de todas las acciones de todos los órganos, pues les faltaba práctica en el m étodo del descubri­ m iento y a veces hablaban de u n m odo oscuro (I 8, III 20-21K ). E n otro lugar dice que va a explicar «lo que aparece en las disecciones, pues ninguno de m is predecesores lo ha explicado con rigor (II 3, III 98K)». V em os, pues, la im portancia que concede a seguir un m étodo riguroso y de conjunto en la investigación. E studia cóm o las partes del cuerpo contribuyen sinérgicam ente y en arm onía p ara que el hom ­ bre viva y adem ás v iva bien y continúe su especie sobre la faz de la Tierra. C onsidera un deber casi religioso hacia la divinidad dar a co­ nocer lo que va descubriendo, pues afirm a que «la verdadera piedad no consiste en sacrificar infinitas hecatom bes ni en quem ar m iles de talentos de casia sino en conocer la obra del creador y transm itírsela a los dem ás» ( I I I 10, III 237-238K ).

GALENO Y EL «DISEÑO INTELIGENTE»

El m édico de Pérgam o form uló p o r prim era vez de form a sistem á­...


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