historia de los latinos. wikipedia PDF

Title historia de los latinos. wikipedia
Author Anonymous User
Course comunicación 1
Institution Universidad Privada del Norte
Pages 21
File Size 919.3 KB
File Type PDF
Total Downloads 7
Total Views 167

Summary

informacion sacada de una fuente de wikipedia respecto a la descripcion de los latinos, su geografia e historia que tuvo dentro del pais...


Description

Latinos Ir a la navegaciónIr a la búsqueda Para otros usos de este término, véase Latino (desambiguación).

Latinos Periodo

Antigüedad clásica

Información geográfica

Área cultural

Lacio

Equivalencia actual

Italia central

Información antropológica

Raíz étnica

Indoeuropea Itálica

Pueblos relacionados

Faliscos

Idioma

Latín Asentamientos importantes Roma, Lavinium, Preneste, Tibur, Alba

Longa, Tibur, Fidaene, Gabii, Aricia, Tolerus, Velia, Celio, Quirinal, Castrimoenium, Tusculum, Lanuvium, Cora, Signia, Satricum, Sutriu m, Nepete

Los pueblos de la península itálica al principio de la Edad del Hierro: Ligures Picenos

Venetos Umbros

Etruscos

Latinos Oscos esapios Magna

M

Grecia

Sículos

[editar datos en Wikidata]

El término latino (en latín: Latini) hace referencia a una de las etnias de origen indoeuropeo y del grupo itálico que se asentaron a lo largo de la costa tirrénica del Latium, en Italia, en el curso del II milenio a. C., durante la Edad del Bronce.1 Estaban emparentados con otras poblaciones itálicas (sabinos, umbros, sículos, etc.) y particularmente con los faliscos, cuya emigración fue, si no contemporánea, cuando menos cronológicamente próxima a la de los latinos y junto a los cuales conformaban el subgrupo de pueblos itálicos conocido como latino-falisco.2 Es el nombre del antiguo pueblo itálico que habitaba el Lacio central y cuya lengua era el latín. La antigua Roma era originalmente una aldea del pueblo latino; por eso, posteriormente, se llamó a los antiguos ciudadanos romanos también latinos.

Índice  



 





1Tradición histórico-literaria del origen 2Geografía o 2.1El territorio o 2.2La población o 2.3Ciudades 3Historia o 3.1Cercados y federaciones o 3.2La supremacía etrusca o 3.3La colonización o 3.4La crisis del siglo V a. C. o 3.5Los años de la revancha o 3.6Los galos en el Lacio o 3.7Las guerras civiles o 3.8Un destino marcado o 3.9Epílogo 4Economía 5Cultura y pensamiento o 5.1El amanecer de la civilización latina o 5.2Latinos, griegos y púnicos o 5.3Latinos y etruscos o 5.4El Sello de la eternidad o 5.5Lengua o 5.6Pensamiento Jurídico o 5.7Religión 6Referencias o 6.1Bibliografía  6.1.1Autores clásicos  6.1.2Autores contemporáneos 7Véase también

Tradición histórico-literaria del origen[editar]

Federico Barocci: Eneas escapa de Troya (1598), Galería Bourgeois, Roma.

En la Teogonía (1010 a. C. / 1014 a. C.), Hesíodo se refiere a la figura de Latino, rey que gobernaba sobre un pueblo del Tirreno: los latinos. Esta es la primera ocasión en la que son citados como habitantes del Latium (Lacio). Los primeros en establecer una conexión entre esta última región y una ciudad de Asia Menor, Troya (a través de la figura de Eneas), fueron dos escritores griegos del siglo V a. C., Helánico de Lesbos y Damastes de Sigeo. Posteriormente (300 a. C. aprox.), el historiador siciliano Timeo de Tauromenio, hace la mención del origen del troyano de los penates custodiados en un santuario de Lavinium (Lavinia), ciudad sagrada para toda la nación latina. Fabio Píctor, Tito Livio, Dionisio de Halicarnaso, Apiano y Dion Casio acreditan la versión de Helánico, de Damaste y de Timeo. En su historia de Roma, Livio escribe: «Oppidum condunt; Aeneas ab nomine uxoris Lavinium appellat» «fundando pues una ciudad a la que Eneas, por el nombre de su esposa, llamó Lavinia» Livio3

En esos mismos años dicha leyenda será sublimada poéticamente en la Eneida de Virgilio. Según la opinión de los historiadores de la antigüedad y el mayor poeta épico romano, después de las muertes del rey Latino y de Eneas, la población autóctona comenzó a mezclarse con los troyanos para dar origen al pueblo latino (siglo XII a. C.)

Geografía[editar] El territorio[editar] Según una teoría, este pueblo se dirigió a lo largo de la ribera tirrena hacia el sur instalándose en la franja costera comprendida entre el curso bajo del Tíber y el golfo de Policastro, entre las actuales Campania y Calabria. Sucesivamente, en épocas protohistóricas, los pueblos pertenecientes a la etnia latina se establecieron en la zona meridional siendo absorbidos por otras poblaciones. De la zona inicial de asentamiento, los latinos se retiraron hasta controlar únicamente la región del Latium Vetus (o Latium Priscum), delimitada, a grandes rasgos, al norte por el Tíber; al oriente por los montes Praenestinos y una porción del río Trerus; al sur por la rama septentrional de los Montes Volscos y al occidente por el mar Tirreno. Otros estudiosos opinan en cambio, que originalmente los asentamientos latinos se extendieron entre el Tíber y el Bajo Lacio (llanura pontina, bajo curso

del Liris), pero posteriormente se restringieron, en época protohistórica a la región de Latium Vetus. Finalmente, según la tradición romana, la cuna originaria de este pueblo fue la zona de los montes Albanos, desde donde el nombre de los latinos se difundió, sucesivamente, por las llanuras circundantes. En cualquier caso, en vísperas de la primera expansión de Roma y su estado (acaecidos aprox. s. VI a. C.), el territorio en el que estaban establecidos los latinos era de una extensión no mayor a 2000 km², correspondientes a poco más de la décima parte de la actual región del Lacio.

La población[editar]

Pueblos indoeuropeos alrededor del 1500 a. C.

Dado lo exiguo del territorio que controlaba, la población latina no podría en la época prerromana haber excedido los 60 000 o 70 000 habitantes. Era pues una etnia absolutamente minoritaria no solo en la Italia central, sino incluso en el mismo Lacio. Cómo una pequeña nación como esta pudo crear, a través de Roma, el más grande imperio de la antigüedad, modelo no superado que perduró durante más de dos milenios, logrando la convivencia pacífica, la cooperación y el desarrollo de muchos pueblos, y que ha sido la base e incluso el alma de la moderna civilización europea, es un misterio que tal vez excede a la investigación histórica y que hunde sus raíces en las estepas de Ucrania, o quizá aún más al oriente, entre el mar Caspio y los Urales, en la Eurasia centro-occidental. Esta fría y desolada tierra de hecho, se ha contemplado como probable cuna de la estirpe indoeuropea, que en el curso de la antigüedad dio origen sucesivamente a pueblos que rigieron alternativamente de gran parte de Eurasia a través del tiempo, entre otros: los hititas, los medos y persas, los arios, los griegos, los macedonios, los latinos, y ya en el umbral de la Edad Media, los germanos. Esta etnia fue el eje unificador y base civilizadora de un conjunto étnico compuesto de muchos pueblos, a veces también unidos por una lengua y religión común. Los latinos en un momento dado dieron vida a estructuras estatales (entre ellas la romana), que si bien no eran de su misma base racial, y estaban abiertas a nuevas aportaciones étnicas, incentivaron un sistema de valores común, teniendo originalmente como puntos de referencia, la virtud individual en todas sus manifestaciones y una visión aristocrática de la vida que impregnó a toda la colectividad.

Ciudades[editar]

Mapa del Latium con los nombres de las ciudades de la Liga latina.

Según la historiografía tradicional, el desarrollo propiamente urbano de Roma y del Latium se empezó a delinear solo en la época etrusca, esto fue pues entre el final del siglo VII a. C. y la primera mitad del siguiente siglo. Pero en las últimas tres décadas tal formulación ha sido sometida a debate debido a las investigaciones, los hallazgos y las importantes contribuciones teóricas de un grupo de arqueólogos e historiadores, no solo italianos, encabezados por Andrea Carandini. En 1988 fue descubierto el primer lienzo de la muralla de Roma, datable en torno al 725 a. C., momento en el que ya habían salido a la luz testimonios del s. VIII a. C., relativos a las ciudades de Preneste y Tibur, los dos mayores centros, después de Roma, del área latina, al menos hasta el momento en que fue absorbido el Latium Vetus por el estado romano. Es difícil establecer una clara línea de demarcación para los fenómenos urbano y protourbanos, pues es evidente que ya a partir del 750 a. C. aprox. algunos centros, por su estructura y dimensión, podían ser equiparables a las verdaderas ciudades sobre el modelo que era ya habitual en Etruria un par de generaciones antes,4 y en el sur de la península con los primeros establecimientos helénicos (Magna Grecia). Sin embargo estos últimos parecen ser posteriores a los de los etruscos o los latinos, por lo tanto lo hecho por estos habría sido conseguido en forma autónoma, logrando así un modelo de desarrollo autóctono.5 Con Dionisio de Halicarnaso, Estrabón y Plinio el Viejo se concluye, de sus obras,678 sobre las comunidades más antiguas del Latium Vetus, que muchas de aquellas ya habían desaparecido en los siglos en los que los tres escritores las describieron. De algunas tampoco se ha tenido éxito en conocer su ubicación exacta, entre ellas está la misma Alba Longa, centro neurálgico de la Liga Latina, en torno a la primera mitad del siglo VII a. C., y primera en ser destruida por Roma. De Plinio nos quedan dos listas detalladas de ciudades, la segunda de las cuales se refiere al «populi de la foederatio albensis». En esta última aparecen: Alba longa, Manates (Tibur), Fidenates (Fidaene), Foretes (Gabii) Accienses (Aricia), Tolerus (Valmontone), y algunas que constituyeron parte integrante de la ciudad de Roma: Velienses (Velia), Querquetulani (Celio),

Munienses (Quirinal, pero según algunos historiadores se trata de Castrimoenium) etc.

Historia[editar] Cercados y federaciones[editar] Actualmente se ha determinado históricamente el arribo de una población diferente de la previamente residente en el Lacio en época protohistórica. Tal población, basándose en consideraciones de índole lingüística y una serie de hallazgos arqueológicos, ha sido identificada con los latinos. Da fe de ello la simple comparación de los sepulcros en los que se usaba el rito de la incineración, en tanto que en los sepulcros de épocas anteriores se acostumbraba exclusivamente al rito de la inhumación. El primer sepulcro que muestra este nuevo rito es datable en torno al siglo X a. C. y se encuentra en la zona de los montes Albanos, al sur de la actual Grottaferrata, pero pudo difundirse en otras partes del Latium, incluyendo a Roma, basándose en estas consideraciones se fundamentó la tradición romana de que este grupo constituía el eje de la nación latina. En la primera Edad de Hierro, la forma de poblamiento de los latinos se articulaba en una serie de agrupamientos rurales autónomos, teniendo a menudo como centro un cercado o aldea fortificada (oppidum), en torno a la cual se coligaban estrechamente. Es evidente que en aquella época mantenían un profundo sentimiento de pertenencia, por tener un origen y un culto común, lo que indujo a que muchas de estas entidades crearan verdaderas federaciones o ligas. Estas, que originalmente tuvieron un carácter eminentemente religioso, con el tiempo debido a su éxito derivaron en organizaciones en pro de la defensa del territorio, del comercio y otros asuntos de común interés. La liga albense fue probablemente la más antigua entre las federaciones del Latium Vetus y estaba constituida por unas treinta aldeas con su centro situado sobre el Monte Albano (populi albenses), según señala Plinio el Viejo. El corazón de este gran agrupamiento de poblados era la ciudad de Alba Longa, arrasada en torno a la mitad del s. VII a. C. por Roma, que la sustituyó en la dirección de la liga. Al final de esta misma centuria y en las siguientes, muchos otros centros latinos fueron absorbidos por el estado romano, que ahora era gobernado por una dinastía etrusca

La supremacía etrusca[editar] En el último decenio del siglo VII a. C. y aún más en el curso del siglo VI a. C., se había afirmado en todo el territorio latino, en casi toda la Campania y en parte de la llanura del Po, la supremacía etrusca que se prolongó hasta finales del s. VI a. C. y que en Roma corresponde, según la tradición, a los tres últimos reyes pertenecientes a la dinastía de los tarquinos (Tarquino Prisco, Servio Tulio y Tarquino el Soberbio). En esta ciudad, el periodo monárquico etrusco terminó en el 509 a. C., según los historiadores latinos y griegos, Con la batalla de Ariccia (504 a. C.), los latinos, gracias al apoyo de un contingente cumano, derrotaron a los etruscos de Clusio, que aspiraban a ocupar el sitio de la depuesta dinastía de los tarquinos (o, según otra teoría, intentaban restituirla) en el poder del más importante centro de la región: Roma. La pronta intervención de los aliados de los latinos permitió a Roma

conservar el gobierno republicano que hacía poco se había instaurado, prolongándose desde entonces por cinco siglos, y al mismo tiempo acabando las aspiraciones expansionistas etruscas en el Lacio centro-meridional. Al terminar la supremacía etrusca sobre el Latium Vetus, se desencadenaron una serie de cruentas luchas entre Roma y las otras ciudades de la región, en particular con Túsculo, por el control del territorio. Aunque Túsculo logró el apoyo de la mayoría de las poblaciones latinas, Roma salió airosa, venciéndolas en la batalla del Lago Regilo (496 a. C.), imponiendo así su hegemonía por sobre sus rivales, que sancionó unos años después con el foedus Cassianum. (493 a. C.). Este tratado, que tomó su nombre del cónsul romano Espurio Casio, reguló las relaciones entre Roma y las otras poblaciones latinas por más de siglo y medio, hasta que fue sustituido por una serie de acuerdos bilaterales entre Roma y los principales núcleos del Latium, en el marco de una política de absorción definitiva de la región en el estado romano(338 a. C.).

La colonización[editar]

Anfiteatro de Sutrium

En los albores de la época republicana, comenzó el gran movimiento colonizador del pueblo latino, que a menudo con otros nombres, pero con una finalidad semejante, acompañó la misión «civilizadora» de Roma hasta el fin de su imperio. La causa inicial con toda probabilidad se debió a la alta tasa de crecimiento de la población del Latium Vetus presente desde la época etrusca, y que implicó un exceso demográfico imposible de absorber por la región. Los primeros poblados que se supone que fueron colonias latinas, son Cora (501 a. C.) y Signia (495 a. C.), ciudades de origen incierto. Ambas se ubicaban en el país de los volscos, pero cerca de la frontera meridional del Latium Vetus. De un año después data Velitrae (494 a. C.), probablemente fundada por los volscos, como Ancio (Antium) (467 a. C.), cuya colonización fue efímera, pues un decenio después volvió a ser ocupada por sus antiguos pobladores. La crisis política, económica y demográfica del siglo V a. C., impidió que se llevaran a cabo nuevos asentamientos hasta el 416 a. C., cuando apareció una colonia ahora en Labici, ubicada dentro del Latium Vetus.

Particularmente activo fue el movimiento colonizador en los primeros dos decenios del siglo IV a. C. dirigiéndose a Vitelia (395 a. C.), luego a Circei (393 a. C.); y posteriormente con Satricum (385 a. C.), Sutrium (382 a. C.) y Nepet o Nepete (382 a. C.), esta última en territorio etrusco. Anxur, aunque fue conquistada en el 406 a. C., solo acogió una colonia muchas décadas después (329 a. C.). Todas las colonias mencionadas estaban bajo el derecho latino, aunque fueran pueblos romanos; solo después de la anexión del Latium Vetus al estado romano (338 a. C.) aparecieron colonias bajo el derecho romano, junto a aquellas bajo el derecho latino (en orden cronológico, la primera fue Antium, recolonizada en el 338 a. C.). Hay que recordar que estas últimas eran anexadas como ciudades federadas, con la pérdida de la ciudadanía original de todos los colonizadores (fueran latinos o romanos), mas con el derecho de comerciar libremente y de contraer matrimonio con ciudadanos romanos.

La crisis del siglo V a. C.[editar] El retiro definitivo de los etruscos al norte del Tíber, seguida poco después por la grave derrota que sufrieron en la batalla naval de Cumas (474 a. C.), a manos de los siracusanos, determinó que este pueblo se replegara, abandonando su papel político como gran potencia en el Mediterráneo central. La Campania etrusca y el cayo en poder de los samnitas y de sus aliados pocos decenios después junto al Latium Vetus, punto importante de la política de los tirrenos en la Italia centro-meridional. Incluso en su propio territorio en este mismo siglo debió afrontar una grave situación política externa, a la vez que interna (luchas sociales), que atentó contra su misma existencia y frenó para siempre su desarrollo. En el curso del siglo V a. C., el Lacio y las regiones limítrofes del Piceno, del Samnio, y de Campania, fueron escenario de la expansión de varios pueblos itálicos, primero de los samnitas, luego los ecuos y los volscos. Estos últimos eran una nación guerrera ubicada entre los Montes Volscos y el Liris, que al final del siglo V a. C. condujeron a la Liga Latina y a Roma a una serie interminable de guerras de desgaste. Durante este periodo la fortaleza volsca de Antium fue conquistada y ocupada por los romanos en el 468 a. C. pero la perdieron un decenio después, en tanto las colonias latinas de Signia y Norba, sobre los montes Volscos, sufrieron un asedio permanente. En estos conflictos, los volscos fueron a menudo apoyados por los ecuos, otro pueblo extremadamente belicoso que se había asentado el curso alto del río Aniene, los Montes Hérnicos y el lago Fucino, a caballo entre las actuales regiones del Lacio y de los Abruzos. Los ecuos, durante algunos años, lograron llegar a ocupar Praeneste, segunda ciudad latina en importancia, avanzando hasta las estribaciones orientales de los montes Albanos; Fueron detenidos en el monte Álgido (458 a. C.) por un dictador que pasó a la leyenda: Lucio Quincio Cincinato. Para volver aún más dramático este de por sí ya sombrío cuadro, aparecieron los sabinos, que entre el 495 a. C. y el 449 a. C. se alzaron en armas repetidamente contra los latinos. Finalmente la poderosa ciudad etrusca de Veyes, desde siempre rival de Roma, mantuvo durante todo el siglo V a. C. una constante presión militar sobre la frontera septentrional del Latium Vetus, que al menos en tres ocasiones atacó abiertamente, primero en 485 a. C. /475 a. C. aprox., luego hacia el 438 a. C. /425 a. C. y por último

hacia el 405 a. C. /396 a. C. , concluyendo esta última ofensiva con la destrucción de la ciudad a manos de Roma. Así pues, con cuatro frentes de guerra casi constantemente abiertos (al norte con los etruscos, al oriente con los sabinos, al suroriente con los ecuos y al sur con los volscos, pueblos tan capaces como el latino), Roma estuvo a punto de desaparecer para siempre de la Historia.

Los años de la revancha[editar] Mas la tenacidad y el espíritu de entrega de los latinos, su sentimiento de pertenecer a una misma estirpe y su convencimiento absoluto de ser los herederos de un destino común, obraron un milagro. En el 431 a. C., con la famosa batalla del Monte Álgido, los ecuos fueron expulsados del Latium Priscum; en el 426 a. C. fue el turno para Fidenae, ciudad aliada de Veyes, conquistada y destruida por un ejército romano. El apoyo de los hérnicos, que a finales del 486 a. C. se habían adherido al foedus Cassianum, permitió a Roma y a la Liga Latina, en el año 406 a. C. llevar a cabo una empresa épica, la conquista de la ciudad volsca de Anxur, situada a más de cincuenta kilómetros de la frontera meridional del Latium Vetus. Diez años más tarde (396 a. C.) gracias al genio militar de Furio Camilo, la resistencia de Veyes llegó a su término, la ciudad fue arrasada y su territorio fue incorporado al estado romano. Con Veyes cayó uno de los centros etruscos más importantes y prestigiosos de su tiempo, y centro civilizador de todo e...


Similar Free PDFs