LAS MIL Y UNA Noches PDF

Title LAS MIL Y UNA Noches
Author Yoali Dennis Aguila Manrique
Course Comunicacion, Cultura y Educacion
Institution Universidad Pedagógica Nacional (México)
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Ensayo sobre las mil y una noches y todo el trasfondo de su historia...


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LAS MIL Y UNA NOCHES. Aguila Manrique Yoali Dennis [email protected] Coautor. Dr Francisco González López

RESUMEN. Las mil y una noches es una narrativa árabe, que envuelve en ella más historias, todo esto para evitar el asesinato de una bella doncella, la cual trata de sanar cada herida del rey con sus fantásticas historias llenas de realidad persistente, en las que cada noche la incertidumbre del saber si morirá es la red para que los sueños del hombre árabe siguen un camino, creando con situaciones de la vida cotidiana y de la vida real increíbles e irrepetibles sucesos dentro de la narrativa.

ABSTRACT. The thousand and one nights is an Arab narrative, which involves more stories in it, all this to prevent the murder of a beautiful maiden, who tries to heal every wound of the king with his fantastic stories full of persistent reality, in which each night the uncertainty of knowing if it will die is the network so that the dreams of the Arab man follow a path, creating incredible and unrepeatable events with everyday life and real life events within the narrative.

PALABRAS CLAVE. Realidad, fantasia, sueños.

KEYWORDS. Reality, fantasy, dreams.

INTRODUCCION. Los árabes son una cultura con gran sensibilidad, esa sensibilidad resulta tan viva y apasionada que suele deformar la realidad, pues es exagerado tanto que las convierte en situaciones fantásticas, que son únicas, irrepetibles, singulares en cada detalle, lo que a él le sucede a ningún otro nunca le ha sucedido. Otro elemento meramente físico que también influye en la deformación de la realidad del hombre árabe el espejismo. El espejismo de los desiertos que en medio de la aridez parece haber un paraíso, estos espejismos le dan más ilusionismo a cada situación, aquel que vaga por los desiertos como nómada puede llegar a perder la noción clara de la realidad haciéndose un enfermo de la visión, viviendo en un estado de adormecimiento en el que las cosas se dibujan solas y se hacen poesía, mientras tanto la siesta tradicional del árabe, la kailulah, funge como el momento clave de creación de fantasías, pues se juntan sus fantasías soñadas con las experiencias vividas a lo largo del su día. La totalidad de fantasías y realidades se ve reflejada en la narrativa Las mil y una noches en donde el autor siguió la costumbre de soñar y escribirlo en poesía, causando aún más interés dado a que la historia propone la incertidumbre de saber cuál será la última noche soñada, siendo una cuasi historia, nunca una historia del todo, dándole al libro un aire de fábula de una calidad poética. Aspira a sorprender, realizar una producción extraordinaria, maravillosa que sea única, pero siendo a la misma vez repetitivas en cuanto a la narrativa árabe, la sensibilidad gobierna a la imaginación, haciendo importante a las emociones, pasiones y melancolías más que al argumento de la historia. El arte del árabe consta en repetir las mismas historias, pero añadiendo elementos y situaciones haciéndolos parecer nuevos, para así asombrar al público, en la narrativa de esta historia los argumentos y personajes no son puros, son más de una clasificación mixta durante la historia. Forjando una historia con escritura cruzada, de doble y tripe lectura que al ritmo que avanza se tiene que ir descifrando, desde la perspectiva filosófica, etnológica y psiquiátrica, cada rama sacándole sustancia más allá de la simple poesía. Las mil y una noche es una creación literaria que aborda varias épocas, en donde se vislumbra diversos grados de evolución política y socialmente, el detalle es que aparece de forma desordenada, sin orden cronológico, siendo un libro un libro no de historia sino de historias, en las cuales los personajes se conducen de un modo natural pero al mismo tiempo raro, teniendo la característica de ser de la vida real, pero obrando de forma fantástica haciéndolos únicos y distintos del resto del mundo. Lo natural y lo extraordinario confunden de tal modo que acaba por parecer natural todo lo que sucede a lo largo de la historia, esta es otra característica de Las mil y una noches: la facilidad con que hace aceptar lo inverosímil y encontrarlo naturalísimo, la clave para lograrlo es esto, en que el punto de partida sea siempre sencillo y cotidiano, enredando así en la historia hasta llegar a encontrarse en el reino de la quimera, no sabiendo como sucedió. La pieza fundamental también está en que cada historia está contada por el protagonista, quien presuntamente

las vio, generando una necesidad de confidencia, de desahogo personal de una pena intima, haciéndolas sinceras con un efecto infalible. Sirve de mucho que los personajes sean reales, pues a todos pueden ocurrirles cosas extraordinarias y estas pueden ocurrirles a hombres no extraordinarios; la vida normal puede cambiar de pronto a un encuentro fortuito que de pronto asalta la realidad trayendo consigo un complejo de aquellas aspiraciones reprimidas, de nostalgias y anhelos dormidos. Así les ocurre a los personajes, todos tienen una psicología anormal, una psicosis latente, se dejan guiar por su estrella y de ahí que anden como vagabundos, moviéndose con una seguridad engañosa, generalmente estos buscadores de sueños son grandes enamorados hasta la muerte, seres enloquecidos parcialmente, seres humildemente reales. En las mil y una noches no hay psicología, como no hay paisaje. Todo en ellas es impreciso y vago. Hay que considerar a Las mil y una noches desde el punto de vista de su íntima dualidad: muy viejas y muy niñas, muy sabias y muy ignorantes, a un mismo tiempo.

SÍNTESIS El libro “Las mil y una noches” uno de los libros más maravillosos de la literatura universal, es una recopilación de cuentos tradicionales del Oriente Medio. No se sabe el autor pero el compilador y traductor de estas historias es Abu Abd-Allah Muhammad el-Gahshigar. El libro presenta relatos que surgen uno del otro, es decir, al contarse uno de repente surge otro y ese otro crea otro cuento hasta que termina el primero. Comienza con el Sultán Schariar que no creía en la existencia de las mujeres fieles debido a que su antigua esposa lo había traicionado. Por eso, decidió casarse cada tarde con una nueva y luego matarla. Cuando llega Sherezade, la hija del visir, todo cambia ya que ella se dispone a correr el riesgo para impedir que todas las muchachas del reino mueran. Esta hace un pacto con el Rey de que no puede matarla hasta que ella termine de contarle una historia pero nunca la termina y siempre la deja para la próxima noche. Así, durante mil noches. Al final, ella da a luz a tres hijos y después de mil noches y una, el sultán conmuta la pena y viven felices. Algunas de las historias famosas de Sherezade son: Aladino y la lámpara maravillosa, Simbad el marino, Alí Baba y los cuarenta ladrones, El asno, el buey y el labrador, entre otras. Los relatos tienen un ritmo un poco rápido y utilizan un vocabulario un poco complejo ya que viene de una traducción del árabe . También tiene una trama bien elaborada y muy entretenida. Me pareció muy fascinante por que envuelve poco a poco al lector en una mágica atmosfera de ese mundo de reyes, genios alfombras voladoras, etc. Es recomendable a todos, jóvenes y adultos, porque nos enseña que existen muchas personas que cometen errores, los cuales producen mucho dolor a los demás, pero que al final también se convierten en su ruina, si no recapacitan o cambian de parecer a tiempo. Además, se observa que no se debe generalizar en la mayoría de los casos, ya que hay

personas diferentes en su manera de actuar y de pensar. Es un clásico y todos deberían conocer un poco de cultura del Medio Oriente.

VERDADERA INICIACIÓN. Uno de los temas que se puede observar en el libro Las mil y una noches es el momento de separación de una madre hacia su hijo, para convertirse en un hombre autónomo, una verdadera iniciación. Se trata de una parte de la historia de “Jawdar el pescador” que va de la noche 465 a la 487, siendo la historia siguiente: (Habla el Magrebí) “… Sabe ¡oh Jawdar! Que en cuanto yo me ponga a recitar las fórmulas mágicas sobre el incienso humeante, el agua del río empezará a disminuir poco a poco, y el río acabará por secarse completamente y dejar su lecho al descubierto. Entonces verás que en la pendiente del cauce seco se te aparece una gran puerta de oro, tan alta como las puertas de la ciudad, con dos aldabas del mismo metal. Dirígete a esa puerta y golpéala muy ligeramente con una de las aldabas que tiene en cada hoja, y espera un instante. Llama luego con un segundo aldabonazo más fuerte que el primero ¡y espera todavía! Después llamarás con un tercer aldabonazo más fuerte que los otros dos, y no te muevas ya. Y cuando hayas llamado así, con tres aldabonazos consecutivos, oirás gritar a alguien desde dentro: “¿Quién llama a la puerta de los tesoros sin saber romper los encantos?”. Tu contestarás: “¡Soy Jawdar el pescador, hijo de Omar, de El Cairo!”. Y se abrirá la puerta y en el umbral se te aparecerá un personaje que ha de decirte, alfanje en mano: “¡Si eres verdaderamente ese hombre, presenta el cuello para que te corte la cabeza! ¡Y le presentarás tu cuello sin temor, y alzará sobre ti el alfanje, cayendo a tus pies inmediatamente, y no verás ya más que un cuerpo sin alma! Y no te habrá hecho daño alguno. Pero si por miedo te niegas a obedecerle, te matará en aquella hora y en aquel instante. ”Cuando hayas roto de tal modo ese primer encanto, penetrarás dentro y verás una segunda puerta, a la que llamarás con un aldabonazo solo, pero muy fuerte. Entonces se te aparecerá un jinete con una lanza al hombro, y te dirá, amenazándote con su lanza enristrada de repente: “¿Qué motivo te trae a estos lugares que no frecuentan ni pisan nunca las hordas humanas ni las tribus de los genn?” Y por toda respuesta le presentarás resueltamente tu pecho descubierto para que te hiera; y te dará con su lanza. Pero no sentirás daño ninguno, y caerá él a tus pies, ¡y no verás más que un cuerpo sin alma! ¡Pero te matará si retrocedes! ”Llegarás entonces a una tercera puerta, por la que saldrá a tu encuentro un arquero que te amenazará con su arco armado de flecha; pero preséntale resueltamente tu pecho como blanco, ¡y caerá a tus pies convertido en un cuerpo sin alma! ¡No obstante, te matará, como vaciles!

”Penetrarás más adentro y llegarás a una cuarta puerta, desde la cual se abalanzará sobre ti un león de cara espantosa, que abrirá las anchas fauces para devorarte. No has de tenerle ningún miedo ni huir de él, sino que le tenderás tu mano, y en cuanto le des con ella en la boca, caerá a tus pies sin hacerte daño. ”Dirígete entonces a la quinta puerta, de la que verás salir a un negro de betún que te preguntará: “¿Quién eres?” Tú dirás “¡Soy Jawdar!” Y te contestará él “¡Si eres verdaderamente ese hombre, intenta abrir la sexta puerta!” ”Al punto irás a abrir la sexta puerta, y exclamarás “¡Oh Jesús, ordena a Moisés que abra la puerta!” Y la puerta se abrirá ante ti y verás aparecer dragones enormes, uno a la derecha y otro a la izquierda, los cuales saltarán sobre ti con las fauces abiertas. ¡No tengas miedo! Tiéndele a cada uno una de tus manos, en las que te querrán morder; pero en vano, porque ya habrán caído impotentes. Y sobre todo no aparentes temerles, pues tu muerte sería segura. ”Llegarás a la séptima puerta, por último, y llamarás en ella. ¡Y la persona que ha de abrirte y aparecérsete en el umbral será tu madre! Y te dirá: “¡Bienvenido seas, hijo mío! ¡Acércate a mí para que te desee la paz!” Pero le contestarás: “¡Sigue donde estabas! ¡Y desnúdate!” Ella te dirá: “¡Oh hijo mío, soy tu madre! ¡Y me debes alguna gratitud y respeto, en gracia a que te amamanté y a la educación que te di! ¿Cómo quieres obligarme a que me ponga desnuda?” Tú le contestarás, gritando: ¡Si no te quitas la ropa, te mato!” Y cogerás un alfanje que hallarás colgado en la pared, a la derecha, y le dirás: “¡Empieza pronto!” Y ella procurará conmoverte y hará por engañarte, para que te apiades de ella. Pero guárdate de dejarte persuadir por sus ruegos y cada vez que se quite una prenda de vestir, has de gritarle: “¡Quítate lo demás!” Y continuarás amenazándola con la muerte, hasta que esté completamente desnuda. ¡Pero entonces verás que se desvanece y desaparece! ”Y de esta manera, ¡Oh Jawdar!, habrás roto todos los encantos y disuelto todos los hechizos, a la vez que pondrás a salvo tu vida. Y te restará solo recoger el fruto de tus trabajos. ”A tal fin, no tendrás más que franquear esa séptima puerta, y dentro encontrarás montones de oro. Pero no les prestes la menor atención, y dirígete a un pabellón pequeño que hay en medio de la estancia del tesoro, y sobre el cual se extiende una cortina corrida. ¡Levanta entonces la cortina, y verás, acostado en un trono de oro, al gran mago Shamardal, el mismo a quien pertenece el tesoro! ¡Y junto a su cabeza verás brillar una cosa redonda como la luna: es la esfera celeste! ¡Le verás con el alfanje consabido en la cintura, con el anillo en el dedo y con la redomita de khol sujeta al cuello por una cadena de oro! ¡No vaciles entonces! ¡Apodérate de esos cuatro objetos preciosos y date prisa a salir del tesoro para venir a entregármelos!

”Pero ten mucho cuidado, ¡oh Jawdar!, con no olvidar nada de lo que acabo de ensañarte o con no obrar conforme a mis recomendaciones. ¡En ese caso, te arrepentirás de ello después, y habría que temer mucho por ti! ”Y cuando hubo hablado así, el magrebí reiteró a Jawdar sus recomendaciones una, dos, tres y cuatro veces para que se las aprendiera bien, y siguió repitiéndoselas, hasta que el propio Jawdar le dijo: “¡Ya lo sé perfectamente! ¿Pero qué ser humano podrá afrontar esos formidables talismanes de que hablas y soportar tan terribles peligros?”. El mograbín contestó: “¡Oh Jawdar, no les tengas ningún temor! ¡Los diversos personajes a quienes verás en las puertas, no son más que vanos fantasmas sin alma! ¡Puedes, pues, estar verdaderamente tranquilo!”. ”Y pronunció seguidamente Jawdar: ‘¡Pongo mi confianza en Alá!’ ”Al punto comenzó el magrebí con sus fumigaciones mágicas. Y echó de nuevo incienso en la lumbre del brasero, y se puso a recitar las fórmulas conjuratorias. Y he aquí que el agua del río disminuyó poco a poco, y desapareció, y el lecho del río quedó seco y ostentando la enorme puerta del tesoro. ”Al ver aquello, Jawdar, sin dudar ya, avanzó por el cauce del río y se encaminó a la puerta de oro, llamando a ella ligeramente una, dos y tres veces. Y desde dentro se hizo oír una voz que decía: “¿Quién llama a la puerta de los Tesoros sin saber romper los encantos?”. Él contestó: “¡Soy Jawdar, ben-Omar!”. Y al instante se abrió la puerta y en el umbral apareció un personaje que hubo de gritarle, alfanje en mano: “¡Presenta el cuello!”. Y Jawdar le presentó su cuello; y el otro iba a darle con su alfanje, pero cayó en el mismo momento. Y sucedió lo propio con las otras puertas hasta la séptima, exactamente como se lo había predicho y recomendado el magrebí. Y a cada vez rompía Jawdar con gran valor todos los encantos, hasta que se le apareció su madre saliendo de la séptima puerta. Le miró y le dijo: “¡Contigo todas las zalemas, oh hijo mío!”. Pero Jawdar le gritó: “¿Pero quién eres tú?” Ella contestó: “¡Soy tu madre, oh hijo mío! ¡Soy la que te ha llevado nueve meses en su seno, la que te ha amamantado y te ha dado la educación que tienes, oh hijo mío!” Él exclamó: “¡Quítate la ropa!”. Ella replicó: “¿Cómo, siendo mi hijo, me pides que me ponga desnuda?”. Él dijo: “¡Quítatelo todo o si no te derribaré la cabeza con este alfanje!”. Y echó mano del alfanje que pendía de la pared, y lo empuñó, gritando: “¡Como no te desnudes, te mato!”. Entonces decidiese ella a quitarse parte de sus vestiduras; pero le dijo él: “¡Quítate lo demás!”. Y se quitó ella algo más. Él le dijo: “¡Más todavía!” y continuó apremiándola, hasta que se quitó ella toda la ropa y no tuvo encima más que el calzón, y hubo de decirle avergonzada: “¡Ah, hijo mío, todo el tiempo que empleé en educarte lo perdí! ¡Qué decepción! ¡Tienes un corazón de piedra! ¡Y he aquí que quieres ponerme en una posición vergonzosa, obligándome a mostrar mi desnudez más íntima! ¡Oh, hijo mío!, ¿No te parece una cosa ilícita y un sacrilegio?”. Él dijo: “¡Es verdad! ¡Quédate pues con el calzón!”. Pero apenas hubo pronunciado Jawdar estas palabras, exclamó la vieja: “¡Ha consentido! ¡Pegadle!” Y al punto sintió él que le daban en los

hombros golpes fuertes y tan numerosos como gotas de lluvia, los cuales eran asestados por todos los guardianes invisibles del tesoro. ¡Y en verdad que aquello fue para Jawdar una paliza sin precedentes y que nunca en su vida olvidaría! Luego, en un abrir y cerrar de ojos, los efrits invisibles le echaron a golpes fuera de las salas del tesoro y en la última puerta, la cual dejaron cerrada, como estaba antes. ”Y he aquí que el magrebí vio que le arrojaban de la puerta, y se apresuró a recogerle, pues ya las aguas surgían otra vez con gran estrépito, invadiendo el lecho del río y tornando a su curso interrumpido. Y le transportó a la orilla, desmayado, y se puso a recitar sobre él versículos del Corán hasta que recobró el sentido. Entonces le dijo: “¡Ya había salvado todos los obstáculos y roto todos los encantos! ¡Fue el calzón de mi madre lo que me hizo perder cuanto gané antes, y me arrojó esa paliza de la que aún tengo señales!” Y le contó todo lo que le había ocurrido en el sitio del tesoro. ”Entonces le dijo el magrebí: “¿No te recomendé que no me desobedecieras? ¡Ya lo ves! ¡Me has defraudado y te has defraudado a ti mismo por no querer obligarla a que se quitara el calzón! ¡Por este año todo ha terminado! ¡Y tendremos que esperar hasta el año próximo para repetir nuestras tentativas! ¡Desde ahora hasta entonces vivirás conmigo!” Y llamó a los dos negros que aparecieron enseguida, y plegaron la tienda de campaña, y recogieron lo que estaba por recoger y se ausentaron un momento para volver con las dos mulas, sobre las cuales montaron Jawdar y el magrebí, regresando inmediatamente a la ciudad de Fas. ”Y he aquí que llegó el día de la nueva tentativa, a primeros del año siguiente, y el magrebí fue en busca de Jawdar y le dijo: “¡Levántate! Y vamos a donde tenemos que ir”. Jawdar contestó: “¡Bueno!”. Y salieron de la ciudad, y vieron a los dos negros, que les presentaron las dos mulas, y subieron al punto a ellas y las guiaron en dirección del río, a cuyas orillas no tardaron en llegar. Se levantó, y alfombró, y amuebló la tienda de campaña como la vez anterior. Y después de comer, el magrebí cogió la caña hueca, las tabletas de cornalina roja, el bracerillo con lumbre y el incienso; y antes de comenzar las fumigaciones mágicas, dijo a Jawdar: “¡Oh Jawdar, tengo que hacerte una recomendación!” Jawdar exclamó: “¡Oh mi señor peregrino, en verdad que no vale la pena! ¡Cómo no me olvidé de la paliza que recibí, tampoco me olvidé de tus excelentes recomendaciones del año pasado!” El otro preguntó: “¿De verdad las recuerdas?” Jawdar contestó: “¡Ah, sí por cierto!” El otro dijo: “¡Pues bien, Jawdar, conserva tu alma! ¡Y sobre todo, no vayas a imaginarte otra vez que la vieja es tu madre, pues no es más que un fantasma que toma la apariencia de tu madre para inducirte a error! ¡Y sabe que si la primera vez saliste de allá con tus huesos cabales, si te dejas engañar, seguro que los perderás en el tesoro!” Jawdar contestó: “¡Me dejé engañar una vez! ¡Pero si ahora volvería a engañarme, merecería que me quemaran!”.

”Entonces el magrebí echó el incienso en la lumbre y formuló los conjuros. Y al punto se secó el río, y permitió a Jawdar adelantarse hacia la puerta de oro. Llamó a ella, y se abrió, y consiguió él romper los encantos diversos de las puertas hasta que llegó a presencia de su madre, que le dijo: “¡Bienvenido seas, oh hijo mío!” Él contestó: “¿Y desde cuándo y por qué soy tu hijo? ¡Oh maldita! ¡Quítate la ropa!” Entonces ella, tratando de engañarle empezó a quitarse la ropa lentamente y prenda a prenda hasta que no tuvo encima más que el calzón. Y exclamó Jawdar: “¡Quítatelo, oh maldita!” Y se quitó ella el calzón, desvaneciéndose en seguida cual fantasma sin alma. ”Jawdar penetró entonces sin dificultad en la estancia del tesoro, y vio los montones de oro agrupados en apreta...


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