LORIS ZANATTA. Historia de América Latina. De la colonia al siglo XX. Cap 3 Las repúblicas sin estado PDF

Title LORIS ZANATTA. Historia de América Latina. De la colonia al siglo XX. Cap 3 Las repúblicas sin estado
Author Manuela Cignetti
Course historia argentina
Institution Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González
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LORIS ZANATTA. Historia de América Latina. De la colonia al siglo XX. Cap 3 Las repúblicas sin estado1 Inestabilidad y estancamiento Se puede afirmar que los nuevo estados eran más una propuesta o un deseo que una realidad, y que su nacimiento no se había visto acompañado por ningún sentido definido de pertenencia a un nación entendida como una entidad histórica compartida. Dentro de los motivos por los cuales la independencia reservó amargas sorpresas se encuentran factores de tipo estructural y de tipo cultural. Dentro del primer grupo se nuclean las cuestiones de índole económico. Complementarias durante siglos de las ibéricas y sin poder confiar en mercados nacionales (que en su mayoría sufrían de asfixia o faltaban por completo debido a la ausencia de vías de comunicación interregionales) las economías del área se habían encontrado de golpe privadas de los ingresos vitales del comercio colonial, y sin alcanzar a sustituirlos, al menos en el corto plazo, a través de nuevas relaciones comerciales con las potencias en ascenso. Con el estancamiento comercial se vieron afectadas las finanzas públicas, en su mayoría surgidas de los impuestos cobrados a dichas relaciones comerciales. Así, los nuevos estados se encontraron privados de los recursos necesarios para construir sus propias estructuras y, por consiguiente, hacer valer su autoridad en el territorio nacional. Estas condiciones inhibieron la formación de una clase dirigente fuerte y cohesiva. El resultado fue la inestabilidad política. Enmarcados en los factores culturales se halla el hecho de que si bien los principio liberales fueron capaces de socavar el antiguo orden no fueron capaces de fundar uno nuevo. Las nuevas elites liberales se encontraron muy pronto con los límites de la revolución, que había generado un gran acontecimiento político, la independencia, pero que se encontraba todavía lejos de poder suscitar las transformaciones sociales u culturales necesarias para el triunfo de sus ideas. Donde la estabilidad parecía posible sólo cuando un líder lograba colocarse a la cabeza, ocupando el lugar del rey el viejo imperio, prosperó la inestabilidad política, causa a su vez – con las violencias y las divisiones que la caracterizaron – del estancamiento económico. Liberales y conservadores Aunque favorables a la Iglesia, en quien veían un elemento clave del orden social, y aunque esta se hubiera alineado en defensa del origen divino de la autoridad política, los conservadores debieron hacer propios el constitucionalismo liberal y el principio de a soberanía popular, ya que no existía otra vía que permitiera legitimar el orden político una vez caída la opción monárquica. Aunque impulsaran una sociedad formada por individuos iguales y libres, propietarios e independientes, aligerada del peso de autoridades fuertes y de gobiernos centralistas y concentradores del poder, los liberales debieron recurrir con demasiada frecuencia a la fuerza del estado para extirpar el lastre corporativista e imponer la libertad en terrenos poco fértiles para sus ideas. Las constituciones Caídos la monarquía y el tipo de legitimidad antigua que esta confería al orden político, no quedó a las repúblicas más que fundar una legitimidad nueva, basada sobre el principio liberal por excelencia: la soberanía del pueblo. Un principio que encontraba en las Constitución su expresión lógica. Las mismas fueron en buena medida meros instrumentos políticos para legitimar poderes 1

El resumen incluye únicamente los puntos que no trabaja Halperin o por lo menos aquellos en los que no realiza un análisis profundo

obtenidos por la fuerza y mantenidos a través de métodos muy distintos que los sostenidos por los principios liberales. A menudo no feron mpas que textos elegantes desprovistos de toda consecuencia práctica. Esto ocurría mientras el poder real, no formal, se organizaba por fuera de aquellas constituciones, se fragmentaba y ruralizaba, es decir, mientras el poder caía en anos de los caudillos, jefes políticos y militares que estaban en condiciones de ejercer el poder y mientras esa autoridad abandonaba las ciudades como si fuesen simulacros vacíos de instituciones imposibilitadas de imponer sus leyes a los potentados de provincia y de las áreas propiamente rurales. El hecho de que fuesen en buena medida inoperantes no las volvió insignificantes. Las primeras constituciones expresaron un liberalismo romántico optimista y son coetáneas a la independencia. Incluyen: libertades civiles individuales abolir algunos de los legados corporativos (esclavitud, impuestos a las comunidades,etc) poder ejecutivo débil parlamentos con poderes amplios estados federales extenso derecho al voto Dada su ineficacia surge una segunda oleada constitucional en un marco temporal que va desde las declaraciones de independencia hasta mediados de siglo. Las mismas son de tipo conservador y centralista. Incluyen: necesidad de adaptar el principio liberal de la Constitución a las tradiciones y realidades sociales locales mayor atención al orden que a las libertades limitación del acceso al voto sobre la base del censo abandono de las limitaciones al poder eclesiástico promoción de gobiernos fuertes y centralistas A pesar de sus diferencias con las anteriores tampoco éstas fueron más eficaces. Aun bajo la jurisdicción de estas constituciones, en la mayoría de los casos, el poder político fue ejercido por caudillos. Caudillismo La figura de caudillo se erige en jefe político y militar de perfil social heterogéneo, con un modo de ejercer el poder mucho más consonante con las viejas costumbres que con el nuevo espíritu constitucional. Aunque muchas veces ejercido por la fuerza, e incluso extendido a nivel social, su fundamento era una amplia red de clientelas informales a la cual el caudillo garantizaba protección a cambio de lealtad, prebendas a cambio de obediencia. El orden continuó siendo en buena medida el antiguo allí donde el fuerte entramado de los cuerpos sociales tradicionales, con la familia y el territorio a la cabeza, regulaba aun la vida pública. En su mayoría eran hombres que, en virtud de su fuerza y carisma, y en un marco de fragilidad o inexistencia de instituciones capaces de limitar su autoridad se erigían en gobernantes con la violencia del poder. Un poder que ejercían según el tradicional modo de uso privado de recursos públicos, es decir, como un botín con el cual premiar a los secuaces y excluir a los enemigos. Se trata de una autoridad de tipo carismático más cercana a la de líderes religiosos que a la de jefes políticos, líderes capaces de velar por la protección de sus seguidores quienes, a su vez, encontraban ventajas concretas en reconocer su autoridad y colocarse bajo su protección ya que no existían leyes ni instituciones capaces de garantizarles seguridad.

Entre el caudillo y sus seguidores existía una relación de intercambio, aunque desigual, en la que la lealtad personal era el punto clave. Este tipo de relación es más típico de un orden social tradicional en el que el poder es absoluto y no compartido; así el caudillo ocupa transitoriamente el lugar simbólico que durante mucho tiempo había sido patrimonio del rey. Era un hecho común que los caudillos locales, jefes absolutos en su pueblo, fuesen a su vez clientes de otros caudillos más poderoso a los que entregaban como “dote” su propio feudo y así, siguiendo hacia arriba, escalando una pirámide en cuya cima no pocas veces estaba el presidente de la república. El siglo británico Los historiadores no hallan acuerdo con respecto a los efectos de la influencia británica. Por una parte están los que consideran que las mercancías británicas que comenzaron a llegar en cantidad relevante a los centros urbanos latinoamericanos expulsaron fuera del mercado al sector artesanal local, reduciéndolo a la miseria. Entonces el crecimiento de los intercambios con Gran Bretaña bloqueó para siempre la diferenciación de las economías locales y el crecimiento del mercado interno y favoreció la producción de materias primas requeridas en cantidades siempre mayores por el mercado ingles y europeo, demanda que comenzó a acrecentarse a un ritmo vertiginoso hacia mediados de siglo. Por otr lado, otros consideran que lo primero que hizo Gran Bretaña, en virtud de la libertad comercial recién introducida fue empezar a sustituir la asfixia del monopolio español, responsable, de haber penalizado con sus exportaciones textiles y de otro género a los artesanos americanos, y de haber inhibido en AL tanto el crecimiento del mercado interno como la diferenciación productiva. En este sentido el capitalismo británico, mucho más vigoroso que el hispánico, habría abierto perspectivas inéditas para las economías locales, gracias a un lento pero constante florecimiento del comercio, al cual, desde la mitad del siglo, acompañaron los grandes bancos de inversión y las empresas ferroviarias. La inflexión de mediados del siglo XIX Quizá porque los líderes de la independencia estaban desapareciendo y en su lugar ingresaba a la escena política una nueva generación, formada por jóvenes intelectuales y ya no por militares al frente de tropas, o bien porque, tanto en términos políticos como económicos, aquellas primeras décadas de vida independiente habían cancelado las expectativas de ver a los nuevos estados encaminados en la vía de la civilización y el progreso; quizá porque el legado colonia se reveló mucho más pesado de lo previsto y porque los ecos del 1848 europeo, es decir de las revoluciones liberales, resonaron más allá del Atlántico, el hecho es que desde mediados de siglo algo empezó a cambiar en AL. Para los liberales de nuevo cuño era preciso erradicar para siempre las raíces del pasado, hispánicas y católicas, orgánicas y corporativas, responsables a sus ojos de impedir el desarrollo económico al bloquear el nuevo libre flujo de mercancías y de riqueza, y de obturar la afirmación de las libertades civiles, al encerrar a la población en los tradicionales recintos corporativos. Se trataba de atacar el histórico pilar del viejo orden, la iglesia católica; en especial porque sus bienes, sustraídos de la circulación de la riqueza eran para aquellas elites los símbolos más evidentes del freno que el pasado imponía al presente. A esto se sumaba su monopolio sobre la educación, que obstaculizaba la difusión de nuevas ideas, y el nacimiento y formación de ciudadanos fieles al estado y a sus leyes antes que a la iglesia y a las suyas. Finalmente,porque la iglesia y su doctrina eran los más sólidos bastiones de la sociedad orgánica, de la cual los liberales buscaban emanciparse.

Leyes liberales dirigidas a : secularizar los bienes eclesiásticos laicizar la escuela reubicar el registro civil, los matrimonios y los cementerios en la esfera estatal. La elite social y económica, a pesar de guardar tantas afinidades en su interior sobre otros aspectos, se dividió en dos partidos: liberales y conservadores;el resto de los estamentos sociales fueron llamados a expresarse y sostener una u otra causa. Los casos nacionales. La norma y las excepciones Situación post independencia: 1830 se disuelve la Gran Colombia y se forman los estados de Colombia, Venezuela y Ecuador 1840 se disuelve la Confederación Centroamericana y surgen los estados de Guatemala, Honduras, Salvador, Nicaragua y Costa Rica Virreinato del Perú perdió Chile y Bolivia cada uno de los cuales formó estados independientes Provincias Unidas del R de la P se disgregaron en Argentina, Paraguay y Uruguay Todos los anteriormente mencionados, con las particularidades correspondientes a cada territorio, atravesaron los momentos negativos post independencia anteriormente descritos. Sin embargo también existen excepciones: Brasil donde los imperios de Pedro I y Pedro II garantizaron una estabilidad impensable en otras partes del continente, gracias también a la función de poder moderador, esto es, garante de la unidad política y territorial, reconocida al emperador por la Constitución de 1824 Chile porque luego de la convulsa época post independencia encontró un largo período de precoz estabilidad y consolidación institucional. Bajo la conducción férrea y conservadora de Diego Portales, a la que se sumaron después los preceptos autoritarios de la Constitución de 1833, Chile asentó antes que cualquier otro, las bases institucionales de un estado unitario, las cuales además sobrevivieron a la caída de aquel régimen en 1861. México representa el caso más extremo por dos motivos 1. Por haber sido el centro de imperio español las raíces coloniales eran más profundas que en otros lugares 2. Su proximidad a EEUU hizo que se viera implicado en la expansión de este hacia el oeste. Por estos motivos no debe sorprender que los enfrentamientos entre liberales y conservadores mexicanos se volvieran más radicales y violentos que en otras partes....


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