Los cuatro pilares de la educación PDF

Title Los cuatro pilares de la educación
Author Kevin Graf
Course Historia Antigua
Institution Universidad Nacional de La Patagonia Austral
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educacion...


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Los cuatro pilares de la educación Aprender a conocer Adquirir competencias para la comprensión, incluyendo el dominio de los propios instrumentos del conocimiento. En síntesis, quienes aprenden a conocer aprenden a aprender, y este aprendizaje es absolutamente esencial para las relaciones interpersonales las capacidades profesionales y los fundamentos de una vida digna. En su lugar deben imperar competencias para elaborar conocimientos, ejercitar el pensamiento, la atención y la memoria; seleccionar informaciones que efectivamente puedan ser cotejadas con la realidad vivida y que puedan expresarse a través de diferentes lenguajes. Aprender a hacer. Aunque quienes aprenden a conocer ya están aprendiendo a hacer, este segundo aprendizaje enfatiza la formación profesional y la preparación para el mundo del trabajo. Aun desde la educación inicial, debe resaltar la importancia de poner en práctica los conocimientos significativos para el futuro quehacer laboral/profesional del individuo. "Aprender a hacer", por lo tanto, se debe despertar y estimular su creatividad para que descubra el valor constructivo del trabajo, su importancia como forma de comunicación entre el hombre y la sociedad, para transformar el progreso del conocimiento en nuevos emprendimientos y en nuevos empleos. Aprender a vivir juntos, a vivir con demás. Para que esto pueda verdaderamente ocurrir es esencial que los profesores tengan el coraje de quitar a la escuela su fisonomía de cuartel, para que deje de ser un disimulado campo de competición y, poco a poco, se transforme en un verdadero centro de descubrimiento del espacio estimulador de proyectos solidarios y cooperativos, Aprender a ser Hubo un tiempo en la educación griega en que era casi imposible pensar en la mente sin que se pensara también en el cuerpo.

El concepto de aprender a ser induce a retomar la idea de que todo ser humano debe prepararse de modo íntegro -cuerpo y espíritu, inteligencia y sensibilidad, sentido estético y responsabilidad social, ética y espiritualidad- de modo que pueda pensar de modo autónomo y con sentido crítico;-para poder decidir cómo accionar en diferentes circunstancias de la vida. Las inteligencias son capacidades para resolver problemas o para crear productos considerados de valor en un medio social, son capacidades para comprender, adaptarse, contextualizar; sistemas neurales que diferencian son "herramientas", una persona de otra. Nacemos con nuestras inteligencias pero necesitan que las despertemos" mediante estímulos significativos; la acción del profesor en clase puede -y debe- despertar y ampliar las inteligencias, pero es necesario desarrollar competencias. La diferencia que realmente existe cuando trabajamos con inteligencias y competencias en el aula reside en la forma diferente con que las informaciones son trabajadas, al atribuirles un significado, relacionándolas con contextos vive.

DIEZ CRITERIOS DIDÁCTICOS PARA LA MOTIVACIÓN La didáctica no sólo tiene el desafío de ayudar a pensar a los profesores sino también, y muy especialmente, ayudarlos a hacer cuando de enseñanza se trata. Motivar en la enseñanza e impulsar el interés de los alumnos por aprender, requiere reflexionar en los desafíos de los cambios culturales y de los sujetos, y también implica el planteo de criterios básicos para la acción didáctica. En este sentido, se proponen diez criterios didácticos para motivar en la enseñanza, cualquiera sea la edad, el contenido 'y la situación-contexto de la enseñanza: • Transmitir contenidos relevantes y valiosos. • Apelar a los códigos y lenguajes de los estudiantes. • Incluir la emoción en la enseñanza. • Comunicarse en forma personalizada y retroalimentar. • Trabajar desde lo concreto y los problemas concretos. • Dar al alumno la oportunidad de implicarse activamente en las tareas. • Promover la participación con otros. • Estimular a los alumnos para que se comprometan con la investigación de ideas o problemas personales o sociales. • Dar oportunidad para evaluar avances y mejoras^ así como propios errores. • Mantener la coherencia y nunca proponer algo que luego resulte contrario o contradictorio con lo que efectivamente se hace.

Transmitir contenidos relevantes y valiosos Para pensar en la motivación, requerimos como educadores presentar y plantear a los estudiantes la posibilidad de aprender contenidos relevantes y justos: vale la pena aprenderlos para la vida y las prácticas, porque nos hace mejores. Pero siempre lo importante es facilitar a los estudiantes la crítica y la percepción del valor de lo que va a aprender. De este primer criterio se desprende que la motivación por el contenido no se impone, es necesario analizar y discutir con los alumnos el valor del contenido que se espera enseñar. Apelar a los códigos y lenguajes de los estudiantes La enseñanza siempre implica una relación, una interrelación y una comunicación entre quien enseña y quienes aprenden, intercambiando sus ideas, concepciones e intereses. Para potenciar esta comunicación y motivar en relación con su desarrollo, la enseñanza requiere incorporar las formas de expresión a través de las cuales los jóvenes construyen hoy sus identidades y que son generalmente ignoradas por las escuelas. Se puede aprender mejor y motivar el esfuerzo por aprender si se incorporan las formas de comunicación y los lenguajes más próximos y significativos para la vida de los estudiantes, en los cuales ellos construyen su experiencia. Esto supone incluir en el desarrollo de la enseñanza: • el lenguaje y los códigos expresivos de los alumnos, lo que no significa permanecer en ellos, sino reconocerlos y reconocer al "otro" para avanzar hacia nuevos códigos y conceptos; • los lenguajes de la cultura visual (el cine y la televisión), las expresiones de la música y los deportes, y de la cultura interactiva (tecnologías de la comunicación). Incluir la emoción en la enseñanza Reconocer la importancia de incluir la emoción en la enseñanza no se circunscribe a una materia de enseñanza determinada. Es decir, no es propiedad privada de la expresión artística o de la literatura. Concebirlo así representa una visión muy restringida del pensamiento y del conocimiento. Cualesquiera sean los contenidos de enseñanza, incluir la emoción en la enseñanza impulsa la motivación, implica entre otras posibilidades: Plantear desafíos en lugar de transitar los mismos caminos (rutinas). • Incluir los intereses de los alumnos. • Apostar a que imaginen ideas y proyectos propios. • Apoyarlos para superar el miedo y la inseguridad. • Facilitar distintas formas de expresión y representación de sus ideas y sentimientos. • Reflexionar y discutir acerca de valores sociales y el uso del conocimiento. Comunicarse en forma personalizada y retroalimentar Los alumnos se interesarán más por las tareas de aprendizaje si son reconocidos como sujetos particulares, a través de un intercambio personalizado. Si bien los profesores se comunican con un grupo de clase (muchas veces demasiado numeroso), cada uno de los alumnos no es un número más en el conjunto, sino una persona con sus problemas, necesidades, reflexiones y logros individuales. Trabajar desde lo concreto y los problemas concretos

La enseñanza despertará más y mejor motivación si trabaja sobre lo concreto, cualquiera sea la edad de los alumnos. Aprender a través del intercambio del lenguaje es insoslayable, pero se comprende mejor y se despierta mayor interés si se trabaja desde lo concreto, observable, en forma real o simulada. La motivación y, por ende, el aprendizaje, se incentiva cuando se enseña sobre la base de la experiencia, sea la que nace del contacto con lo sensible del medio o sea de la experiencia Para trabajar desde lo concreto y motivar el aprendizaje y el estudio, se propone: • Partir de la experiencia. • Involucrar el análisis de problemas concretos. • Incorporar las narrativas, los relatos, testimonios o ejemplos (Jackson, 1998). • Visualizar la conexión entre un acto y sus consecuencias. • Incorporar, siempre que sea posible, la experimentación directa y, cuando no, las simulaciones. Dar al alumno la oportunidad de implicarse activamente en las tareas La motivación por aprender aumentará significativamente si los estudiantes pueden involucrarse activamente en la enseñanza, aun en los procesos orientados hacia la instrucción, con mayor protagonismo del profesor. Ello incluye no sólo participar durante la enseñanza sino también la posibilidad de elegir temas o problemas que desean estudiar o profundizar. Promover la participación con otros El interés y el compromiso con las tareas es mayor si se desarrolla la participación del estudiante en grupos de aprendizaje. El grupo mismo es un factor que motoriza el desarrollo de las actividades, implica la mediación con las experiencias y perspectivas de los otros, extrapolando y enriqueciendo la propia intervención del docente. Estimular a los alumnos para que se comprometan con la investigación de ideas o problemas personales o sociales Investigar reflexivamente ideas, teorías, enfoques y problemas que involucren a la sociedad o el desarrollo personal es, quizá, el mayor aporte que la enseñanza puede brindar a la educación Especialmente en la adolescencia y en la juventud hay interés y un gran espacio para ello, y los profesores pueden estimular a los alumnos en este sentido. Dar oportunidad para evaluar avances y mejoras, así como propios errores El seguimiento y el control de los aprendizajes es una de las tareas del docente. Pero, si el alumno puede revisar los propios procesos, evaluar sus progresos, sus dificultades y sus posibilidades de mejorar, se incentiva ei interés. De este modo, la evaluación no es algo que le interese al otro, sino a él mismo. Mantener la coherencia y nunca proponer algo que luego resulte contrarío o contradictorio con lo que efectivamente se hace Lo que desmotiva fuertemente a los estudiantes (y a cualquier persona) es la contradicción entre lo que se dice y lo que luego se hace realmente. Existen profesores que enuncian propósitos de participación y de valoración de la reflexión de los alumnos, y luego sólo evalúan la memorización de informaciones. Otros declaran la

importancia y la necesidad de compromiso con las tareas y responsabilidades, y luego desarrollan la enseñanza con bajo interés y de manera rutinaria o burocrática. Otros señalan la importancia de la actualización permanente y la búsqueda del conocimiento, y enseñan siempre lo mismo y de la misma manera año tras año.

Criterios de Evaluación 

       

evaluar a través de producciones o demostraciones reales de aquello que deseamos que los alumnos sepan y puedan hacer bien. Por ejemplo, leer e interpretar lo que leen, escribir para manifestar sus ideas utilizan- do bien el lenguaje, expresarse oralmente y sostener un discurso claro y organizado, mostrar su creatividad, mostrar su capacidad de investigación, resolver problemas, etc. proponer en estas evaluaciones procesos mentales más complejos y estimulantes que la simple respuesta a cuestionarios; incorporar la evaluación de una amplia gama de aprendizajes y desarrollo de capacidades (expresivos, creativos, prácticos, sociales) y no solo de la esfera del conocimiento; reconocer y facilitar la existencia de más de un enfoque o respuesta en la producción de los alumnos, evitando la solución de lo homogéneo y estandarizado; otorgar especial importancia a las expresiones personales no pautadas ya los productos reales que desarrollen; utilizar criterios y estándares de evaluación claros, transparentes y apropiados para esas producciones o demostraciones; integrar los aprendizajes, en particular en las evaluaciones recapituladoras y en las pruebas o exámenes, y propiciar la autoevaluación, de manera que cada alumno pueda valorar sus dificultades y progresos.

¿POR QUÉ PROGRAMAR?

La enseñanza no puede ser improvisada, ya que es una acción intencional, comprometida con propósitos de transmisión cultural, dirigida a sujetos concretos en formación y al logro de resultados

de

aprendizaje.

Aunque

existen

variaciones,

contingencias e imprevistos en su desarrollo. Pero por más creativo y experimentado que sea el docente, es necesario que programe previamente el desarrollo de las acciones. Programar anticipadamente facilita la reflexión acerca del para qué, el qué y el cómo concretar sus intenciones. Esta programación facilita: •

Las decisiones del profesor en la construcción de su

propuesta y en la elaboración de la estrategia de enseñanza, adecuándola a las características de los alumnos y al contexto particular, y buscando la congruencia entre los propósitos y los medios. •

La anticipación de las acciones, organizando los

contenidos, las metodologías y actividades de los alumnos, así como seleccionando los recursos y herramientas del ambiente de enseñanza. •

Hacer comunicable a los otros, intenciones educativas y las actividades. Lo cual adquiere un estado público.

El punto de partida para cualquier programación específica es el plan de estudios o currículo oficial. Para algunos puede ser una exigencia formal o burocrática, y no algo valioso en su labor. No se define se una sola vez y luego se ejecuta. No es fijo, sino como una previsión, y una explicitación de los que se busca, comunicable, flexible, y comprensible para todos identificando motivos, propósitos y medios. Las decisiones se pueden ir modificando en la marcha del proceso. Implica una actividad permanente y dinámica. Dos niveles en la programación: •

Planificación

general:

constituye el primer mapa

y

mantiene el mayor vínculo con el plan de estudios o currículo institucional. Su función es definir las principales ideas reguladoras de la enseñanza y organizar los núcleos o unidades de contenido. Incluye: propósitos, selección y organización de los contenidos del curso, características centrales de la enseñanza que se propone, principales herramientas o recursos culturales. •

Programación propiamente dicha: desarrolla los núcleos

del plan y organiza la enseñanza. Cada uno de sus componentes guarda una estrecha relación y congruencia con los otros. Su definición es la programación no es lineal, sino que es interdependiente; cada uno de los componentes incide o modifica a los otros. Implica:

Clarificar los propósitos educativos

Organizar los contenidos

Diseñar actividades de aprendizaje (for seguimiento y evaluación)

Diseñar La estrategia de enseñanza

Organizar el ambiente y seleccionar los recursos

CLARIFICAR LOS PROPÓSITOS Y DEFINIR LOS OBJETIVOS DE APRENDIZAJE

Reflexionar y analizar qué se busca con la enseñanza particular y definir qué aprendizajes se espera que los alumnos logren, constituye uno de los marcos de referencia para organizar y diseñar la enseñanza; permite al profesor clarificar sus intenciones al enseñar determinados contenidos y los aprendizajes que busca facilitar. La enseñanza es siempre una relación entre quien enseña y quienes aprenden. •

Propósitos: expresan finalidades formativas o i ntenciones educativas del profesor.

• Objetivos: expresan los aprendizajes que se espera que los alumnos alcancen (asimilación de conocimientos, cambio conceptual, capacidades para la resolución de problemas, transferencia a las prácticas, trabajo cooperativo, habilidades, destrezas, etc.). tienen un papel comunicativo y articulador. Recomendaciones: Mirar por encima de lo inmediato y

puntual,

considerando

traduciendo

los

expectativas

aprendizajes

más

integrales

más y

valiosos,

relevantes.;

recuperar las características del contenido al definir los

objetivos.; no todo objetivo tiene que definir resultados de aprendizaje, sino que puede referir a procesos abiertos; tener en cuenta el perfil y el nivel de posibilidades de los alumnos; y no todos los resultados de aprendizaje logrados en la dinámica de las aulas pueden ser previstos en objetivos. Modalidades de objetivos de aprendizaje: •

Terminales o de productos: resultados significativos y

relevantes. Refieren a la integración de conocimientos o a la

elaboración

en

un

producto

de

trabajo,

siendo

conveniente que incluyan las distintas actividades y esferas de aprendizaje. de proceso: plantan un proceso abierto, sin indicar un



resultado único, valorando la diversidad de alternativas propuestas por los alumnos, la riqueza de los procedimientos seguidos, las interacciones logradas, las formas de expresión, la autonomía en las decisiones, la iniciativa, la inventiva y la implicación de los alumnos. •

expresivos: enfatizan la expresión libre del alumno alrededor

de actividades, situaciones o experiencias propuestas en al enseñanza, sin definir las condiciones o características que deben tener.

ORGANIZAR LOS CONTENIDOS

El proceso de programación de la enseñanza no es lineal y muchos

profesores

prefieren

iniciarlo

a

través

de

la

organización de los contenidos. Estos incluyen desde las informaciones, los conocimientos o los conceptos a transmitir,

asimilar o construir activamente, hasta las habilidades cognitivas implicadas, habilidades prácticas, el manejo instrumental y de procedimientos, el desarrollo de actitudes y valoraciones. Selección de contenidos



“No entra todo” el saber posible. Se requiere analizar el contexto en el que se enseña y lo que tiene mayor valor para el desarrollo de los alumnos y su transferencia a las prácticas, incluyendo su valor ético para la formación.



Actualidad o validez de los contenidos.



Considerar los niveles previos de los alumnos (conocimientos, experiencias, desarrollo) y su adecuación a las exigencias de aprendizaje que implican.



Se requiere considerar el tiempo que se dedicará a la enseñanza de esos contenidos.



Priorizar la organización integrada de los contenidos

Organización

(agrupando los contenidos de acuerdo con su relación lógica y su significado psicológico para los alumnos), evitando

siempre

su

tratamiento

como

temas

“agregados” en una lista de cuestiones atomizadas, yuxtapuestas y sin relación alguna entre sí. •

Establecer una jerarquía interna al contenido. No todas las dimensiones del contenido integrado tienen el mismo peso relativo. Puede organizarse una red conceptual.

Secuenciación La instrucción o la guía pueden ser orientaciones que adopte la enseñanza. Lo cual no significa optar por una u otra, sino

reconocer su énfasis y que pueden ser articuladas. Es decir, definir si en la enseñanza predominará la asimilación de contenidos o conceptos, el desarrollo de habilidades para el manejo, la búsqueda y la organización de informaciones, la selección de alternativas de acción y la toma de decisiones, la solución de problemas, el desarrollo de habilidades prácticas, la creatividad, el trabajo cooperativo, etc. El profesor adoptará decisiones utilizando alguno de los métodos y realizará libremente una combinación de sus aportes, elaborando su propia estrategia de enseñanza, según características de sus alumnos, el contexto de enseñanza, el contenido, las intenciones educativas y los objetivos de aprendizaje.

DISEÑAR LAS ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE

Este componente corresponde a la previsión de las tareas que realizarán los estudiantes para aprender y es de fundamental importancia. Consiste en pensar qué actividades d...


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