Los elementos de la tragedia PDF

Title Los elementos de la tragedia
Author Juan Marco
Course Literatura española Medieval y Renacentista
Institution Universidad de Málaga
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Summary

Los elementos de la tragedia...


Description

Los elementos de la tragedia (filosofía de la tragedia)  Espectáculo: teatro, la palestra, todo lo que comporta la grandiosidad, lo extraordinario de lo que va a ocurrir, frente lo ordinario de la vida diaria. Lo que allí se va a ver es una cosa distinta.  La lexis, la palabra, la tragedia se nutre de palabras, a veces sazonada de fórmulas más simples, pero todo el mundo entendía que era un lenguaje alto, fuerte.  La epopeya, que era la música, que acompañaba.  El pensamiento, es el asunto, que es de dónde viene la tragedia, cual es el núcleo.  Carácter, es decir, los personajes, las personas que estaban allí  La fábula, es decir, la historia. La tragedia no era hacer algo original ni nuevo, no, sino lo que daba lugar a la literatura era recoger del acervo del pueblo, de los hitos, la leyenda, algo que en ese momento tuviera importancia, que pudiese ser adaptado. Edipo para Sófocles era como el Cid para nosotros, de forma que la literatura era recoger de todo aquel magma legendario motivos para reinventarlos, no se creaba, sino que se reinventaba sobre lo que la gente sabía. La acción podía ser entera de principio a fin, con una trama única, una fábula única, o bien podía ser compleja, dividida y entonces aparece ya la agnición, el saber y no saber, el personaje que va sabiendo, la anagnórisis, la peripecia, que son ya las acciones de los personajes ajenas a la trama principal, etc. Personajes: para Aristóteles, deben estar entre las siguientes tipologías:  Que sean buenos: Aristóteles tiene una moral positiva, de manera que la literatura es fundamentalmente el espacio de la educación. Desde este punto de vista, el personaje ha de otorgar ejemplaridad, esta es la base de toda construcción etopéyica. No puede haber un personaje maligno, y si lo es, la obra lo debe denunciar, es como la contraposición, el polo opuesto, el destacar lo opuesto.  Apropiados: para Aristóteles esto es sinónimo del decoruum latino. Apropiado es que un comerciante no hable como un aristócrata, que un delincuente no hable como un retórico. Lo apropiado es la verosimilitud del personaje, y por otra parte, que es el rol social que representa sea bien asimilado, bien aceptado y que se identifique claramente. Luego lo apropiado pasará a decoro, y esto en Horacio tendrá un factor añadido que es más bien algo relacionado con la dignidad. Para Aristóteles la dignidad no tiene problema porque va unido a la moral positiva, pero ya con Horacio lo apropiado será manifestarse dignamente, que además tenga dignidad y que se comporte dignamente. El decoro va unido a lo social. Esto estaba en Horacio, pero en Aristóteles tampoco.  Semejantes: para los griegos no hay extrañamiento. El extrañamiento es un fenómeno moderno. Los griegos no sienten este sentimiento. La obra no debe ser extraña, porque debe pertenecer a lo vital, no a lo ajeno a la vida, por lo que semejante es referente a la vida, no debe haber personajes raros en el sentido de que sean ajenos a la vida. La semejanza, sin embargo, no es un todo, porque los grandes personajes son semejantes pero anómalos. A Edipo se le reconoce, pero es anómalo, porque se manifiesta en la anomalía la soledad del personaje. Si lo trasladamos a la Biblia, sería la soledad del personaje de Cristo, la soledad ante el Universo. Eso es la anomalía. Son personajes semejantes porque reflejaba la propia vida, pero tienen una soledad, una anomalía.  Consecuentes: fundamental en Aristóteles. No sólo los personajes reflejan la vida. Si literariamente es reprochable, vitalmente también lo es. Lo consecuente es que si yo predico algo, lo haga. Eso es lo consecuente. En el mundo severo, griego, la consecuencia era la fuerza de la persona, la enseñanza máxima que podía dar un personaje, unido a lo moral positivo.

La idea así, es una fuerte caracterización de las personas en el escenario, con dotes mucho más allá de lo que la gente tiene, pero cuyas dotes son enseñanzas y están alojadas en los espectadores: lo piadoso, lo semejante, lo apropiado, lo consecuente… para Aristóteles, todo es una gran pedagogía. Frente a esto, también define al coro. El coro era un grupo de personas que hablaban de vez en cuando y cuya función es fuerte. El coro, en su función primaria, era la voz de la conciencia. El coro eran personajes sin identidad, eran desclasados, podían venir de la aristocracia o no: daba igual. Eran gente anónima, que se manifestaba de forma pura, enigmática. Era la despersonalización, la razón fantasmagórica, pululante, que estaba ahí y no se podía atrapar. Era una especie de intento por atrapar esta razón suelta, inatrapable. Era como una especie de oráculo. Con Aristóteles viene en lo fundamental, la idea o concepto que tenemos de ficción. Platón estaba entusiasmado con la verdad en la literatura, cuanto más verdadera mejor, más nos acercamos al ideal; Aristóteles desecha esa idea. La idea de lo verdadero no le parece apropiada, ya que la literatura crea un mundo posible, y si se confronta el mundo posible con la verdad si esta es verdad o mentira, no hay lugar. Se trata de una construcción imaginaria, no podemos hablar de verdad o mentira en esta. He aquí la paradoja: siendo un materialista, defiende que la literatura no es objeto de una mirada realista, sino verosímil. Esta clave es fundamental porque Platón expulsa la poesía de la República, porque no son verdaderos, hacen lo que quieres y no son el hombre político, el ciudadano que cumple las leyes, que las lleva adelante, etc. Esa ambigüedad que hay en Platón ha generado un debate, por ese sí y no al mismo tiempo en los poetas, y ha llevado a una pugna entre filósofos y literatos. Hegel sobre esto decía que los poetas es todo, él considera los poetas como algo mayor. Los poetas, cuando no están en esa línea, entorpecen el proceso. Dice que se dejan dominar por el instinto, por las pasiones, y por lo tanto, n o son la edad goethiana, no son la edad del espíritu. No todos los poetas son así, sin embargo. Son malditos, transgresores, y Hegel dice que estorban al proceso.

Nietzsche igual. Dice que son unos enamorados perpetuos de la verdad, sin lograr alcanzarla. En cambio la filosofía, sí la domina. Son razones muy falaces porque Aristóteles dijo que no se puede confrontar la ficción no la verdad. Aristóteles le importa que la creación nazca fuertemente buscando imposibles, pero verosímiles. No se conforma con posibles sino además que no se vean, pero que sean posibles de ver. Tiene que haber un imposible, fuerte en el que creamos como lectores. Esta es la idea fundamental: que la creación desde una forma creíble, al margen de lo verdadero, es la ficción. También debemos hablar de estética: cómo se reciben los textos. La poética es cómo se construyen. La catarsis forma parte de la poética, se construye el texto para generar una emotividad, y la aisthesis es cómo recibimos el texto. Él habla de un personaje superior. El que es igual tiene su parte positiva que es la piedad, y la parte negativa, el conformismo. El inferior tiene como positivo la conmiseración. Aristóteles además, mete al lector en la obra, con esta concepción de la obra. Esta existe en la medida en que haya aisthesis. El valor estético es que no era lo mismo el Cantar de Mio Cid no era lo mismo recitado por un juglar que por nosotros, que Cervantes no es el mismo en el siglo XVII que aquí: sin que se altere el valor artístico de las palabras, va variando el valor estético en los diferentes períodos: esto es aisthesis aristotélica....


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