Notas OBRA Maestra PDF

Title Notas OBRA Maestra
Course El Arte Y Sus Discursos
Institution Universidad de las Américas Puebla
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notas para ensayo final – Walter Benjamin y la reproducibilidad técnica...


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¿Cómo surge la obra maestra? ¿Por qué? ¿Tiene alguna vigencia o caducó la idea? ¿Por qué? NOTAS OBRA MAESTRAS La obra maestra es definida como todo lo perfecto dentro de su género. (Galard, 1998, 7) Como hay varios géneros en la actividad humana, podemos decir que hay obras maestras dentro de la música, la arquitectura, cine, literatura, etc. Hoy en día nos referimos a una película o un libro como una obra maestra, porque nos atrevemos a juzgar y a decidir que algún producto tiene cierta superioridad y, por ende, se distingue de otros de su mismo género. Empleamos este nombre cuando un producto destaca, cuando es superior o cuando representa al campo en el que ha sido desarrollado. Por ejemplo, cuando alguien nos menciona la Gioconda, inmediatamente la asociamos con el arte, ya que está considerada por muchos como una obra maestra. Este término surge en el mundo artesanal en la época medieval, como método de que los aprendices de un taller, mediante la realización de una “obra maestra”, pudieran convertirse en maestros, disfrutar del derecho de vender sus productos alrededor de la ciudad y así convertirse en dueños de sus propios talleres. (Wascher, 1998, 26) Lo que hacía que una obra maestra de maestría se diferenciase de una obra maestra, en el sentido que le damos actualmente, era la reputación del artista. Un artista en este periodo, destacaba por el renombre de su mecenas y las relaciones que mantenía con clientes acaudalados. A la hora de juzgar a los artistas como “mejor productores” o por quien tiene más “obras de arte” debemos de considerar que no todos se podían dar el lujo de producir obras de tan buena calidad. Generalmente, la gente piensa que los artistas en la etapa de arte durante el arte eran “genios”, gracias a la creatividad que imponían en sus obras; pero

muy pocos saben que el artista rara vez tenia decisión alguna de lo que retratase. Los temas de las pinturas eran seleccionados por los clientes de su mecenas, especificando cuantas formas querían en la pintura y de que postura, los colores y el tamaño del cuadro. Los clientes tomaban mucho en cuenta el tamaño del cuadro, ya que sólo contaban con un espacio específico para colocarlo, en su gabinete de curiosidades. El arte en el siglo XV era un sistema regido por patrones y/o mecenas. El artista no tenía libertad alguna de creación o elección del tema a tratar, más aparte estaba totalmente a disposición de su patrono. Era este quien le designaba el material con el que contaba para la elaboración de dicha obra. Así que podríamos decir que si el artista hacia un trabajo de mala calidad, no era exactamente porque careciese de talento, sino que tenía un mecenas cuyo ingreso no era basto para poder otorgarle buenos materiales. Pocos artistas fueron afortunados como para poder pintar una aureola con polvo de oro o un cielo a base de polvo de lapislázuli, que era un material bastante caro. Es por esto que la mayoría de los paisajes que vemos pintados en esta época tienen cielos nublados o grises. También tenemos que desmentir la idea de que los artistas trabajaban solos. En esta época, los artistas trabajaban en talleres, en los cuales varios contribuían a la hora de pintar una obra. La firma de la obra, no era hecha por el artista que poseía mayor talento, sino el artista que tuviera más renombre o usualmente por el dueño del taller. Asimismo, la elección de artistas por parte de los patronos, no dependía de su habilidad al pintar, de hecho, el talento no se consideraba como característica primordial a la hora de la contratación. Si el artista y el mecenas compartían la misma nacionalidad o fuesen familiares, la contratación sería inmediata.

La fama de algunas, sino que la mayoría, de obras maestras se deben en parte a obras literarias o películas. “Las obras de Miguel Ángel habrían sido menores si Vasari no hubiese escrito nada sobre ellas…” (Wascher, 1998, 27) Esta teoría puede ser sustentada con la fama de la Gioconda, que no destacó gracias a su buena técnica o porque Da Vinci fuese un “genio”, sino debido a su mención en el libro “La obra maestra desconocida” de Honoré Balzac. Las obras literarias generalmente influyen sobre el público a la hora de mencionar algún lugar, alguna pintura o alguna persona. Un ejemplo seria la cantidad de gente que viaja a París con la ilusión de encontrar el amor como se acostumbra escribir en libros románticos. Dicho esto, cuando la persona está leyendo un libro, sueña con visitar, con conocer o con poder apreciar todo lo descrito en el mismo, lo que usualmente les lleva a desarrollar un horizonte de expectativa. Este término es empleado cuando leemos o escuchamos mucho acerca de un objeto o lugar, que nos lo imaginamos superior de lo que en realidad es, y cuando al fin podemos verlo nos sentimos bastante decepcionados al descubrir que era mejor en nuestra imaginación. Este horizonte de expectativa, puede llevar al individuo a padecer el síndrome de Stendhal, que es cuando el espectador, a causa de la gran decepción ante una obra de arte, llega a la depresión, furia, angustia e histeria. En algunos casos la persona suele gritar y maldecir a la obra en pleno museo o, en los más extremos, hay individuos que han llegado a querer destrozar la obra expuesta. Otro factor que contribuyó al término “obra maestra”, como es empleado actualmente, fue la aparición del gran público. Con la apertura de los museos en el siglo XVIII, mucha gente iba a las exposiciones y tenía el atrevimiento de juzgar las obras sin haber tenido conocimiento previo acerca del arte.

El arte, que antes era un círculo cerrado sólo hablado por conocedores, se convirtió en una comunidad abierta para cualquier persona. Así, la gente que carecía de conocimientos sobre la historia del arte, se sentía con derecho a juzgar sólo por visitar ocasionalmente museos. En este siglo, fue cuando la opinión del espectador fue tomada en cuenta para la calificación de una obra de arte. Es en este periodo que es llamado el arte durante el arte, que las pinturas son contempladas porque esta hechas con este propósito. En el momento en cual los artistas se revelan ante los criterios de las academias de bellas artes, el término obra maestra deja de existir. Porque comienzan a producir obras con base en sus propios estatutos. En la actualidad la obra maestra ha quedado en el olvido, ya nadie piensa que alguien pueda realizar una obra que cause tanta popularidad como las ya creadas. “La idea de obra maestra, que ha fascinado a generaciones enteras, ya no es sino un vago recuerdo, y tendemos a olvidar hasta qué punto esta idea fue moderna cuando apareció en el siglo XIX”. (Belting, 1998, 47) Al cambiar de técnicas y criterios para la elaboración de una obra, la idea de obra maestra desapareció. A causa de no tener unas normas establecidas, con base en que juzgar, ya no podemos decidir si lo realizado es una obra maestra o no. Finalmente, podríamos decir que el término obra maestra fue asignado a un producto que sobresale entre la multitud. Ya sea por la fama causada debido a una obra literaria, porque se consideraba que tuviera buena técnica, aunque estos casos son muy raros, o por tener una buena crítica entre la opinión del público. En el momento que pensamos en una obra maestra, viene a nuestra mente algo que es único e inigualable, aun cuando en un principio fuera la reproductibilidad una de sus características.

Esta expresión ya no es empleada en la actualidad con frecuencia, dado a que ya no seguimos determinados criterios para la realización de una obra. Cuando escuchamos las palabras obra maestra ahora, solemos remontarnos al pasado, a algo que ya no existe. BIBLIOGRAFÍA Benjamin, Walter. “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica”. México: Itaca, 2003. Impreso. Haskell, Francis. “Patronos y pintores”. España: Cátedra, 1990. Impreso. Pontón Gijón, Gonzalo. “¿Qué es una obra maestra?”. España: Éditions Gallimard, 2002. Impreso....


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