Resumen de Discurso del Método de René Descartes PDF

Title Resumen de Discurso del Método de René Descartes
Course FILOSOFÍA MODERNA I
Institution Universidad de Valparaíso
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Resumen de algunos capítulos del discurso del método...


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Resumen de Discurso del Método de René Descartes.

Primera parte: En este capítulo se habla sobre el buen sentido, y con esto se refiere a la razón. Descartes dice que este “buen sentido” está bien repartido pues todas las personas lo tienen y la diversidad de opiniones que existe en el mundo no se debe a tener mayor o menor buen sentido o razón, sino que todos tenemos intereses distintos, consideramos distintas cosas y guiamos nuestros pensamientos a otros caminos. Descartes dice que el objetivo del buen sentido o razón es distinguir lo verdadero de lo falso; y que la razón es la esencia de nosotros como humanos, ya que es lo que nos diferencia de los otros Seres, como animales y vegetales. Descartes habla sobre su infancia y su desarrollo y de cómo asuma cada vez más su ignorancia al darse cuenta de que muchas de las cosas que le son enseñadas, en realidad, no tienen un fundamento sólido o solo se aceptan por ser costumbres. De cierta forma, no logra diferenciar entre lo verdadero y lo falso, por lo que se propone utilizar un método para poder lograr el conocimiento verdadero.

Segunda parte: En este capítulo, Descartes habla sobre cómo es más perfecto una cosa dirigida por una sola persona, que por muchas. Pone el ejemplo de la arquitectura, donde un edificio diseñado por uno solo se ve mejor que otro diseñado por varios ya que cada cual tiene su propia intención y percepción y eso haría que el edificio no tenga un estilo o una forma definida. Descartes ve algo similar en todas las ciencias y el conocimiento aprendido y, por lo tanto, decide dejar atrás el conocimiento adquirido para buscar lo realmente verdadero en las ciencias. Para ello crea un método de fácil uso, pero que no lo recomienda a todos, ya que lo creó para sí mismo y sólo lo expone como ejemplo.

De cierta manera, Descartes busca encontrar unidad en las ciencias mediante un método que permita algo sólido y permanente, y que no varíen los conocimientos dependiendo de la ciencia que se trate. Para lograrlo, evidentemente se debe utilizar la razón o buen sentido. Se describe el método que ha utilizado para llegar a la verdad del conocimiento. Este método consta de 4 pasos o reglas: 1) No aceptar como verdadero ninguna cosa que no supiese con evidencia que lo es. No debemos aceptar como verdadero algo de lo cual no tenemos prueba de que lo es; tampoco si dudamos de ella. La duda se presenta como fundamental, y es el punto de partida para conocer lo verdadero. 2) Dividir cada una de las dificultades que examinase, en tantas partes como fuese posible y como requiriese su mejor solución. Hay que simplificar el problema al dividirlo por partes, de manera ordenada y luego averiguar qué se necesita para resolverlo y cuáles serían las posibles respuestas o soluciones 3) Conducir por orden los pensamientos, comenzando por los objetos más fáciles de conocer, para ascender poco a poco hasta el conocimiento de los más compuestos. De cierta manera, es al revés del paso anterior: acá todo lo se parado se une, comenzando por lo más simple para luego ir elevando gradualmente la dificultad hasta llegar a los conocimientos más compuestos o complejos. 4) Hacer en todo enumeraciones tan completas y revisiones tan generales que esté seguro de no omitir nada. Se vuelve a revisar todo para ver si existe algún error.

Para simplificar estos cuatro pasos del método, diremos que se resumirían en:

1) DUDAR 2) ANALIZAR 3) SINTETIZAR 4) REVISAR Tercera parte: Como ya se mencionó, Descartes trata de generar nuevas verdades y conocimientos dejando atrás todo lo aprendido, pero entre una cosa y otra, hay una transición. Él lo pone de la siguiente manera: mientras desarmo mi antigua casa y me dedico a construir una nueva, por mientras tengo que vivir en alguna parte; también es natural utilizar los buenos elementos que quedaban de la casa vieja para la casa nueva. Con esto quiere decir que mientras llega a las verdades evidentes con su nuevo método, no puede desechar todo lo aprendido antes porque necesita algo en lo cual afirmarse para vivir en el contexto en el que vive (ciudad, sociedad, leyes) y además no podrá de un día para otro alcanzar todo el conocimiento absoluto. Para ello, él establece una Moral Provisional, la que le permitirá apegarse a ciertos principios para no extraviarse en la búsqueda de la verdad mientras restructuraba su mente. Así mientras renueva sus conocimientos, no se mantiene indeciso frente a la vida. Esta Moral Provisional consta de tres máximas o principios: 1) Obedecer las leyes y las costumbres de su país, además conservando la religión en la que fue instruido. De esta manera podría convivir mejor con la gente de su sociedad. También decide seguir las opiniones más moderadas y alejadas de los extremos, así le sería más fácil rectificar sus ideas si luego se deba cuenta que estaban equivocadas. “No contradecir las leyes ni las costumbres del país hasta encontrar la verdad” 2) Ser lo más firme y resuelto posible en sus acciones y seguir con igual constancia las opiniones dudosas. Descartes pone el ejemplo de perderse en un bosque: es mejor seguir un rumbo fijo sin dudarlo, aunque no

sepamos si es que nos llevará a la salida, porque de una u otra forma llegaremos a algún lado; a diferencia de si seguimos distintas rutas cada vez, y cada vez cambiamos de camino porque no seguimos uno solo con certeza. Es igual con las opiniones sobre lo que no conoce bien: es mejor continuar con ellas hasta el final, porque nos llevarán a alguna parte: descubriremos que son verdaderas o que son falsas. “Cuando no está en nuestro poder discernir las opiniones más verdaderas, debemos seguir las más probables”. 3) Solo nuestros pensamientos están bajo nuestro poder. Todo lo exterior y lo del mundo no lo podemos controlar, por lo tanto, lo mejor es refugiarse en la propia mente, ya que sería de cierta manera decepcionante para nosotros esperar que todas nuestras acciones resulten como las planeamos. Descartes comienza a deshacerse de sus opiniones anteriores para empezar a llegar a la verdad por medio de su método. Para ello dedica su vida completa al cultivo de la razón o buen sentido.

Cuarta parte: Descartes aquí trata su famosa frase “pienso, luego existo”, el cual serviría de fundamento para su filosofía. Con el objetivo de encontrar la verdad, Descartes rechaza todo aquello en lo que pueda haber una duda. Incluso pone en duda sus propios sentidos y todo lo que percibía mediante ellos y que sus pensamientos podrían ser los mismos estando despierto o dormido, es decir, que su imaginación y sus ideas podían fácilmente confundirse. En otras palabras, encontraba duda en todo. Al pensar que todo tiene duda y por lo tanto puede ser falso, Descartes se da cuenta que, para dudar, él tenía que pensar, y para pensar necesitaba su razón. Y la razón es algo propio del humano que existe más allá del cuerpo: Descartes ponía el ejemplo de imaginarse sin cuerpo o sin un lugar donde estar, e incluso así su razón seguía funcionando. Por lo tanto, se da cuenta que para pensar que todo

era falso (como pretendía), él mismo tenía que existir para pensar y luego dudar de las cosas, es decir, que él para pensar, tiene que existir. Y de ahí viene la frase: “pienso, luego existo”, que en realidad se ajusta más a su pensamiento si la expresamos de la siguiente manera: “dudo, por lo tanto, existo” o “pienso, en consecuencia, existo o soy”. Porque para que algo sea pensado, ese algo debe emanar de una razón, y para que esa razón exista, debe existir en una cosa, y esa cosa sería la persona que lo pensó. Por lo tanto, el hecho de estar pensando, me indica que existo. Esa es la base indudable de la filosofía de Descartes. Cuando duda, Descartes se da cuenta que no es perfecto, porque si fuera perfecto él tendría todo el conocimiento. Y si tuviera todo el conocimiento, no tendría dudas de nada, porque lo sabría todo. Eso lo lleva a pensar que, si bien los humanos somos imperfectos, nuestra noción de perfección debe existir fuera de nosotros, ya que de alguna parte tenemos que sacar la idea. Por ejemplo, si soy pintor y quiero mezclar colores y necesito encontrar un verde perfecto, ¿cómo sé cuál es ese verde perfecto? ¿Quién me lo enseñó? Y si un profesor me lo enseñó ¿quién se lo enseñó a él? En otras palabras: tenemos una idea lo perfecto, por lo tanto, eso perfecto debe existir, no puede venir de la nada. Y Descartes nos dice que esa perfección es Dios. Esta idea de Dios y perfección es innata, es decir, pertenece a nosotros por naturaleza, no es algo que aprendamos. Lo compara con la geometría cuando dice que en el mundo no hay un triángulo, pero de todas maneras lo entendemos y sabemos que para hacer uno se necesita una figura con tres ángulos (distinto es que exista un triángulo, a cosas triangulares). Eso sucede con Dios y la idea de perfección, existe en nuestra razón desde nuestro origen y por lo tanto constituye una verdad indudable. El hecho de que sea así nos da la esperanza de que, al dudar de las cosas, encontraremos la verdad y la perfección tras ellas. Si no existiera nada verdadero, no tendría sentido dudar de las cosas y aplicar “el método”, porque no existiría nada para ser descubierto como verdadero Pero como dudamos y por lo tanto sabemos que somos imperfectos, buscamos esa perfección mediante la razón. Y la existencia de Dios nos permite saber que

existe una perfección verdadera, o sea, de alguna forma garantiza la verdad de nuestras ideas. Imaginemos que la verdad es un fósil. Sabemos con certeza que existen los fósiles, es indudable, por lo tanto, si hago un hoyo en la tierra es probable que encuentre alguno, y hago ese trabajo porque sé que existe la certeza de que son reales y que encontraré uno si lo hago bien. Eso pasa con la idea de perfección: yo me permito dudar de las cosas porque sé que en el fondo existe una perfección que avala lo verdadero. Volviendo al ejemplo: si no existieran los fósiles, no tendría sentido hacer un hoyo para encontrar uno, porque nada me garantiza que encontraré algo que no puedo probar como cierto. Si no existiera esa idea innata de lo perfecto, no tendríamos motivo para dudar de que en lo que pensamos, pueda haber una idea perfecta, indudable y verdadera.

Sexta parte: En esta parte, Descartes habla sobre su obra y da a entender que es mejor usar el método para alcanzar la verdad porque es una manera propia de ir a lo realmente verdadero. Señala que muchas veces se defienden ideas que no son propias y estas terminan sufriendo modificaciones de acuerdo a quien las habla. Por eso, por ejemplo, él señala que se había planteado la idea de publicar sus obras luego de su muerte para que así nadie turbara su tranquilidad, ya que las disputas sobre ideas muchas veces buscan ganar una sobre otra, más que dedicarse a encontrar la verdad. Tal como dice en el libro: “el que aprende de otro una cosa, no es posible que la conciba y la haga suya plenamente como el que la inventa”. En los capítulos anteriores quedó demostrado que no podemos valernos de los conocimientos adquiridos por costumbre o enseñanza externa, porque no sabemos con certeza que sean verdaderos, por lo tanto, defender una idea que no es propia o estudiar a otros pensadores puede ser muy educativo en cierta manera, pero no nos garantiza el camino a la verdad del conocimiento....


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