Resumen dialogos de platon y apología de socrates PDF

Title Resumen dialogos de platon y apología de socrates
Author Nicole Delgado
Course Filosofía Medieval
Institution Universidad de Costa Rica
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Reporte de Lectura 2: Platón (ed. 1985). Diálogos I. “Apología de Sócrates” (Introducción general por Emilio Lledó Iñigo, Traducción y notas por J. Calonge Ruiz, E. Lledó Iñigo, C. García Gual)

Para la filosofía en principio fue el dialogo, o sea, la presencia viva y originaria del logos, lo que dio paso al progreso intelectual. El dialogo supone un enfrentamiento de opiniones, en las que no había en principio, nadie que administrara ese discurso. Los sofistas era un movimiento dominante en el siglo V dedicado a dar la palabra o enseñanzas a los jóvenes a cambio de dinero; fueron los primeros en iniciar las discusiones filosóficas y dieron lugar a una verdadera democratización del Logos. El diálogo de Platón “Apología de Sócrates” se muestra la condena de Sócrates, un hombre peculiar entre los atenienses por su extraña personalidad, ya que, la mayoría de su vida la había dedicado a buscar, según él la virtud y cuestionar a los ciudadanos, especialmente sofistas sobre su sabiduría Sócrates fue llamado a juicio por impiedad, definiendo que Sócrates no creía en los dioses de la ciudad y que corrompía a los jóvenes. Meleto, Ánito y Licón, los acusadores, aseguraban que estaba arruinando la fuerte contextura política que Atenas había vivido por años. Al comienzo de la Apología, Sócrates inicia un discurso para probar su inocencia y demostrar que él no está engañando a los jóvenes ni tampoco introduciendo dioses nuevos. Comienza explicando porque la gente le llama sabio, diciendo que posee la sabiduría propia de hombre. Explica que una vez fue a ver al oráculo junto a Querefonte, un amigo suyo, y éste le preguntó al oráculo que si había alguien más sabio que Sócrates a lo que éste respondió que no. Los cual sorprendió a Sócrates y lo hizo preguntarse sobre que quería decir realmente el oráculo. Todas estas preguntas llevaron a Sócrates a buscar si el oráculo decía la verdad, por lo tanto, comenzó un viaje en el cual buscaba a personas que se hacían llamar sabios y les hacía preguntas como ¿Te consideras sabio? A lo que ellos respondían que sí, con lo cual Sócrates refutaba diciéndole que no lo eran realmente, ganándose la enemistad de ellos y la de los demás a los que les preguntaba lo mismo. Esto lo llevo a la conclusión de que era más sabio que ellos sólo por el simple hecho de que era consiente de no saber nada, ya que ellos no querían aceptar que no sabían, pero Sócrates sí aceptaba su ignorancia. Se encaminó hacía políticos, poetas, artesanos y más. Aunque algunos de ellos tenían talento y en eso eran más sabios, como el caso de los artesanos. Toda esta sabiduría era opacada porque se sentían que sabían todo por ser talentosos en las artes. Se preguntó si

quería ser como ellos con un poco de sabiduría, pero ignorantes en su ignorancia, prefirió seguir como estaba, lo cual lo llevo a tener una vida de pobreza. Los jóvenes comenzaron a seguir a Sócrates e incluso imitaban sus preguntas, esto enfurecía a los preguntados y se ensañaban con Sócrates diciendo que era malvado y corrompía a los jóvenes. Como consecuencia de esto, Meleto Anito y Licón lo acusaron. Luego de su explicación, Sócrates le pregunta a Meleto porqué realmente lo acusa, ya que Sócrates afirma que esos asuntos nunca le han importado realmente a Meleto. Le pregunta quien hace mejores a los jóvenes, a lo que éste determinó que todos los ciudadanos y sólo Sócrates los corrompe. Entonces Sócrates explica que esto no tiene fundamento ya que sería una suerte si realmente los jóvenes fueran corrompidos por una persona, esto, para Sócrates era suficiente prueba de que a Meleto no le importaban los jóvenes. Más adelante Meleto le dice que cree que Sócrates no cree en dioses en absoluto porque dice que el sol es una piedra y la luna tierra. Por lo que Sócrates refuta diciendo que eso es algo que se habla en los libros de Anaxágoras y que no es nada extraño. Además de que no tiene argumento válido el decir que no crea en los dioses pero que enseñe cosas relativas a las divinidades: Meleto, que hayas presentado esta acusación sin el propósito de ponernos a prueba o bien por carecer de una imputación real de la que acusarme. No hay ninguna posibilidad de que tú persuadas a alguien, aunque sea de poca inteligencia, de que una misma persona crea que hay cosas relativas a divinidades y a los dioses y, por otra parte, que esa persona no crea en divinidades, dioses ni héroes. (Platón, Apología de Sócrates, 27e)

Pasado un tiempo, Sócrates comienza a hablar de nuevo dando una razón de porqué nunca renunció a su deber como buscador de la virtud, a seguir filosofando y examinándose a sí mismo: En el puesto en el que uno se coloca porque considera que es mejor, o en el que es colocado por un superior, allí debe, según creo, permanecer y arriesgarse sin tener en cuenta ni la muerte ni cosa alguna, más que la deshonra. (Platón, Apología de Sócrates, 29d)

Piensa que no debería tener miedo a la muerte, pues nadie la conoce y aún así las personas le temen como si supieran que es el peor de los males. Lo cual lleva a Sócrates a la conclusión de que jamás le temerá a algo que no conoce. Y aunque le den la libertad a cambio de que abandone sus hábitos, él nunca dejaría de filosofar. Porque para Sócrates es importante andar por ahí preguntando a las personas y tratando de que se preocupen también por el alma y no solo por el cuerpo, las riquezas y placeres. Por esto él prefiere actuar en privado y no en público, ya que una voz interior le dice que no se involucre en la política, lo cual es muy acertado para él:

En efecto, no hay hombre que pueda conservar la vida, si se opone notablemente a vosotros o a cualquier otro pueblo y si trata de impedir que sucedan en la cuidad muchas cosas injustas e ilegales; por el contrario, es necesario que el que, en realidad, lucha por la justicia, si pretende vivir un poco de tiempo, actúe privada y no públicamente. (Platón. Apología de Sócrates, 31e)

Finalmente, el veredicto fue de 79 votos a favor de la pena de muerte, por lo tanto, era definitiva la sentencia de Sócrates. Ante este resultado Sócrates dijo: Pues bien, he sido condenado por falta no ciertamente de palabras, sino de osadía y desvergüenza y por no querer deciros lo que os habría sido más agradable de oír: lamentarme, llorar o hacer y decir otras muchas cosas indignas de mí, como digo, y que vosotros tenéis costumbre de oír a otros. Pero ni antes creí que era necesario hacer nada innoble por causa del peligro, ni ahora me arrepiento de haberme defendido, sino que prefiero con mucho morir habiéndome defendido de este modo, a vivir habiéndolo hecho de otro modo. (Platón. Apología de Sócrates, 38de)

Estas palabras reflejan la gran seriedad con la que tomaba Sócrates su pensamiento y su forma de ser y que no iba a cambiar todo lo que había sido toda su vida por evitar la muerte. Tampoco pensaba llorar o lamentarse para salvarse, sino decir lo que a su parecer era la verdad y que no tenía que ocultar ni sentir vergüenza o miedo de lo que fue en su pasado, ni lo que es en el presente. Sócrates tuvo que elegir la muerte para salvar su verdadera imagen. Prefiere afrontar la muerte a una vida en la que no sea justo ni virtuoso, no fue su propósito en la vida renunciar a sus convicciones, sino morir con ellas. Sócrates terminó su discurso diciéndoles a los atenienses que por favor castigue a sus hijos si no se preocupan por la virtud y creen ser algo sin ser dignos de nada. Los pensamientos y enseñanzas de Sócrates son muy importantes para su época, ya que la ciudad de Atenas era educada por los sofistas, los cuales solamente difundían la palabra, siguiendo las tradiciones sin criticar. Pero Sócrates buscaba que las personas pensaran más y buscaran respuesta sobre temas políticos, éticos, sociales, etc. El diálogo de Sócrates busca la verdad, no es una autoridad y se descubre con la otra persona a través de la dialéctica. Por todo esto, Sócrates fue recordado después de su muerte, todas sus reflexiones fueron de apoyo para que sus seguidores hicieran su propio camino hacia el logos. Como en el caso de Platón, que también dejó un gran aporte en el mundo de la filosofía....


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