05 Nivel semántico - Apuntes 5 PDF

Title 05 Nivel semántico - Apuntes 5
Author Ana Blandón
Course Lingüística Aplicada
Institution Universidad de Huelva
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Tema 5 de la asignatura Lingüística ...


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Tema 05

NIVEL SEMÁNTICO Lingüística General

1. Introducción

2. El significado 2.1.¿Qué es el significado? 2.2.Significado y categorización 3. Significado léxico 3.1.Tipos de significado 3.2.Relaciones semánticas entre las palabras 4. Significado oracional

1. INTRODUCCIÓN Habitualmente, los hablantes de una lengua entendemos los enunciados emitidos en ella de forma automática, inmediata y sin esfuerzo. No necesitamos pensar explícitamente sobre el significado de lo que oímos. Tampoco somos conscientes de los procesos que tienen lugar en nuestro cerebro durante la comprensión. Rara vez nos vemos obligados a reflexionar conscientemente sobre el significado, aunque es cierto que esta situación puede darse, entre otros casos, cuando, por ejemplo, intentamos interpretar el sentido de un texto literario. Para entender una lengua necesitamos saber cuál es el significado de las palabras, cómo se combina en los sintagmas y en las oraciones, y cómo deben interpretarse los enunciados en los diferentes contextos. De ello se ocupan dos disciplinas lingüísticas: 

La semántica estudia el significado literal de las unidades lingüísticas: palabras, sintagmas y oraciones, así como el de las relaciones de significado que se establecen entre esas unidades1;



La pragmática se ocupa de estudiar el significado que las expresiones lingüísticas pueden adquirir en virtud de la intención del hablante y del contexto en el que tienen lugar. Así, un enunciado

como

Pepe

es

un

genio

sería

interpretado

semánticamente como: un determinado individuo llamado Pepe posee la propiedad de una inteligencia privilegiada. Ahora bien, en 1 . La semántica tiene un campo algo más amplio que el de otra ciencia con la que tiene una estrecha relación: la lexicografía. La lexicografía estudia el significado que debe incluirse en los diccionarios.

Jesús Fernández González 2016

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un determinado contexto, por ejemplo, en el que Pepe ha quemado la comida que tenía que preparar, la interpretación irónica de la oración vendría dada por el contraste entre la interpretación literal o semántica y la realidad de los hechos. De esta interpretación tendría que dar cuenta la pragmática. La semántica se ocupa, pues, del significado literal, al margen de los contextos comunicativos. Intenta responder, entre otras, a preguntas del tipo ¿qué es el significado?, ¿cómo se relaciona ese significado con la realidad extralingüística?, ¿qué relaciones de significado se establecen entre las palabras?, ¿cómo se combinan los significados de las palabras para crear el significado de los sintagmas y las oraciones?, ¿expresan todas las lenguas los mismos significados?

1. EL SIGNIFICADO 1.1.

¿Qué es el significado?

Explicar qué es el significado no es fácil. Ingenuamente, podría pensarse que basta con acudir a la definición del diccionario para saber qué significa una palabra. Ahora bien, ¿a qué diccionario acudimos?, ¿cuál tomamos como referencia? E incluso si convenimos, por ejemplo, en recurrir al de la Real Academia Española, nos encontramos con frecuencia que lo que allí aparece en la definición no se ajusta al significado habitual que los hablantes atribuimos a estas unidades. Un problema parecido surge cuando nos servimos de otras formas comunes de definir una palabra. Veamos algunas de ellas, así como los problemas que llevan aparejados: Una

primera

forma,

podría

ser

la

de

la

ostensión, esto es, la de mostrar el objeto al que se refiere la palabra. Supongamos que no sabemos qué es un cigüeñal, le preguntamos a un mecánico y nos lo muestra. ¿Sabemos realmente lo que es por el mero hecho de verlo?

Jesús Fernández González 2016

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En segundo lugar, podríamos apelar a la sinonimia, es decir, a explicar el significado aludiendo al de otra palabra conocida que tiene un significado semejante. Por ejemplo, a la pregunta qué significa apuesto, podemos contestar guapo. En este caso, estamos asumiendo que el significado es el mismo, pero en realidad no es exactamente así, porque, por ejemplo, apuesto no puede aplicarse a mujeres, guapa sí. En tercer lugar, cabría servirse de un ejemplo típico o de un contexto en el que aparece la palabra en cuestión. Podríamos definir rascar como lo que hacemos cuando nos pica alguna parte del cuerpo, pero también se pueden rascar cupones de lotería. Por último, tendríamos la opción de recurrir al

procedimiento

taxonómico o clasificatorio de género y diferencia. Así, hombre puede definirse, por ejemplo, como “animal racional”. Queda, pues, clasificado dentro de la clase de los animales, y, matizado con un rasgo diferencial. Con todo, el significado de la palabra hombre va mucho más allá. Si las definiciones de las palabras no siempre sirven para explicar su significado, tampoco las teorías propuestas por filósofos y lingüistas están exentas de problemas. Básicamente, las posturas en relación con la naturaleza del significado han sido dos: una explicación referencial, vinculando el significado a la realidad extralingüística; y otra de corte más psicologicista, que atiende a la representación mental que de él tenemos en nuestro cerebro. La explicación referencial sostiene que el significado vendría a ser el elemento de la realidad o el estado de cosas de la realidad al que la palabra o la oración se refieren. El significado de Amy Winehouse, Italia o yo podrían ser respectivamente la persona (la famosa cantante inglesa fallecida en 2011), el país (con forma de bota bañado por el Mediterráneo) o el hablante designados por esas palabras. Sin embargo, esta definición plantea al menos dos tipos de problemas. En primer lugar, se presupone que toda expresión que tiene un significado ha de tener necesariamente un referente, pero qué sucede con expresiones que no tienen referentes en el mundo real como las hadas, los gnomos o los fantasmas o cuáles son los referentes de los nombres abstractos o las preposiciones. Si postulamos Jesús Fernández González 2016

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que en esos casos es la representación mental que tenemos de ellas, el concepto de referencialidad se tambalea. En segundo lugar, según esta definición, dos expresiones que tengan el mismo referente tienen el mismo significado, pero el fabuloso delantero del Real Madrid y ese chulo pueden referirse a la misma persona y obviamente no significan lo mismo. Significado y referencia son, pues, cosas distintas. El significado debe entenderse en términos lingüísticos, la referencia en términos de la realidad a la que remite el uso concreto de una palabra. Así, en el ejemplo en La reina se ha levantado de la mesa el significado de la palabra reina podría ser [monarca femenino] mientras que la referencia dependería del contexto en el que se ha utilizado la palabra. Si es para referirse a la actual monarca de Inglaterra, la referencia sería Isabel II; si es para aludir a la actual monarca de España, la referencia sería doña Letizia.

La

explicación

mentalista

sugiere

que

el

significado de una palabra no es la realidad a la que alude sino la idea mental que tenemos de las expresiones lingüísticas. Así, aunque no haya hadas, gnomos o fantasmas en la realidad, sí pueden existir como ideas o representaciones mentales en nuestra imaginación. El significado podría definirse como el conjunto de imágenes, ideas, conceptos, pensamientos que posee un hablante

en

relación

con

una

expresión.

El

problema es que esta definición es demasiado vaga. Supongamos, para hacerla más precisa que se tratara de una especie de imagen mental. Algunas palabras nos evocan con facilidad imágenes mentales: la palabra Mona Lisa nos lleva a imaginar el cuadro de Leonardo da Vinci; la palabra coche, igualmente, puede evocarnos una imagen de una carrocería con cuatro ruedas. Desafortunadamente, esta explicación no está exenta de algunos inconvenientes. En primer lugar, las imágenes mentales pueden variar de un individuo a otro (por ejemplo, una conferencia a los ojos de un conferenciante o de alguien que la escucha). En segundo lugar, es difícil determinar qué imagen hay detrás de cada palabra. Pensemos en la palabra gato. ¿Qué imagen debemos considerar?, Jesús Fernández González 2016

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¿un gato caminando con su cola levantada?, ¿un gato acurrucado y dormitando?, ¿un gato lamiendo leche de un plato? En tercer lugar, difícilmente podemos encontrar imágenes mentales para determinadas palabras o expresiones como por ejemplo solamente, y, hola, Ella habla francés y navajo.

Si la imagen mental resulta problemática, podríamos pensar en algún otro tipo de representación mental más abstracta. Algunos lingüistas y filósofos han sugerido la conveniencia de establecer un conjunto de condiciones necesarias y suficientes para aprehender el significado. El problema está en determinar qué atributos ponemos en nuestra lista de condiciones. Muchos lingüistas y filósofos, empezando con Aristóteles, asumen que las palabras tienen, en efecto, un significado básico que puede ser definido, alrededor del cual pueden adherirse toda una serie de informaciones accesorias. Del significado básico se ocuparía el diccionario; del global, la enciclopedia. La pregunta es cómo identificar ese significado básico. Es difícil decidir qué entra en la lista de rasgos y con cuántos rasgos es suficiente. ¿Deja de ser un perro que no ladre un perro?, ¿y unoque solo tiene 3 patas? La búsqueda de rasgos semánticos definitorios que sirvan para acotar el significado básico de las palabras ha sido un tema recurrente en la historia de la semántica. La escuela estructuralista, inspirada en el éxito de los rasgos fonológicos, intentó trazar un paralelo en el nivel semántico. Así, el significado de las palabras podía descomponerse en rasgos denominados semas, de manera que era posible contrastar la presencia o ausencia de los mismos en palabras de un determinado campo léxico, por ejemplo:

silla sillón sofá tabur

para sentarse + + + +

Jesús Fernández González 2016

con respaldo + + + Página 5

con brazos + + -

para uno + + + +

para dos + -

ete

Este procedimiento presentaba el inconveniente de que el número de rasgos podía multiplicarse ad infinitum. Precisamente por ello, lingüistas posteriores intentaron establecer una clasificación de rasgos que fuera más restringida y universal. Se lanzaron a la búsqueda de los primitivos semánticos en lo que se denominó análisis componencial.Así, el lingüista norteamericano Jerrold Katz distinguió entre: o

Marcadores semánticos: un conjunto reducido de elementos que

sirven

para

caracterizar

los

aspectos

sistemáticos

y

estructuradores de los elementos léxicos y por ello no pueden servir para diferenciarlos totalmente. No servirían, por ejemplo, para distinguir perro de gato, ya que ambos compartirían entre otros los marcadores de [vivo] [animal] [mamífero].

o

Discriminantes: rasgos que añadirían información de tipo referencial o enciclopédico. Incluirían, por ejemplo, los datos específicos para diferenciar gatos de perros y vendrían a ser un reflejo del conocimiento que tienen los usuarios de una y otra especie animal.

Las entradas léxicas tendrían, pues, tantas ramas como acepciones se dieran. En cada una se incluirían los marcadores semánticos y los discriminantes. De forma simplificada, la entrada de la palabra regla sería:

[+objeto] [+físico] [+instrumento]

REGLA [+abstracto] [+semiótico] [+estipulativo]

[+proceso] [+físico] [+periódico]

Jesús Fernández González 2016

la

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hembra

La justificación de los marcadores semánticos es básicamente sintáctica. Al calificar a la regla de medir como objeto, damos cuenta de que puede ser complemento de verbos como romper, limpiar, frotar, etc.; al caracterizarla como instrumento mostramos su compatibilidad con la preposición con; al definirla en el sentido de norma con el rasgo [+semiótico] se propicia su compatibilidad como objeto de entender, explicar, etc. Algunos lingüistas han hablado de límites borrosos y de aire de familia a la hora de enfrentarse al significado de las palabras. Para dar cuenta del problema de los límites borrosos del significado

y

de

la

dificultad

de

encontrar características que permitan acotarlo

con

exactitud,

la

psicóloga

estadounidense Eleanor Rosch propuso a mediados de la década de los setenta del

siglo

XX

prototipos.

la

Según

teoría esta

de

los

teoría,

con

frecuencia categorizamos la realidad en términos

de

prototipos,

esto

es,

partiendo de que algunos ejemplos del concepto son más típicos o característicos que otros. Si pensamos en la palabra pájaro nos hacemos una idea en la que un gorrión o un canario serán buenos ejemplos de ella mientras que seguramente no incluiríamos a un pingüino o a un avestruz, a pesar de que lo son. La palabra mueble, nos traerá a la mente una mesa, una silla, un armario, pero no tanto una máquina de coser o una papelera. En resumen, el trabajo de esta autora sugiere que, cuando categorizamos objetos, solemos tener en mente las características de un ejemplar ideal, un prototipo. Contrastamos estos objetos con ese prototipo y, en virtud del grado de semejanza o diferencia que tengan con el tal prototipo, los incluimos o no en la categoría en cuestión. Desgraciadamente, tampoco es fácil establecer prototipos para todos los significados.

1.2.

Significado y categorización

Como pone de manifiesto la teoría de los prototipos, la categorización de la realidad es un tema muy importante en semántica, puesto que el Jesús Fernández González 2016

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lenguaje refleja y quizás también contribuye a esa percepción en gran medida. Hemos visto, además, que la segmentación que hace el lenguaje húngaro batya (hermano

del

inglés brother

francés frere

mayor) öcs (hermano menor) néne (hermana

español

hermano /a sister

soeur

mayor) hug (hermana menor) mundo no siempre es nítida, sino que con frecuencia es borrosa y difusa. Una palabra como senador remite indefectiblemente a una persona elegida para un determinado cuerpo legislativo, pero cómo definimos el significado de rico. ¿Cuándo se considera a una persona rica?

Podemos suponer que al uso de las palabras subyace un sistema conceptual que categoriza y organiza cualquier aspecto imaginable de nuestra experiencia, desde nuestros sentimientos y percepciones a los fenómenos sociales y culturales, pasando por el mundo físico que nos rodea. En este sentido, pueden distinguirse dos procedimientos lingüísticos para a cabo

español árbol madera bosque

francés arbre bois

alemán Baum Holz

danés trae skow

llevar esa

forêt selva

Wald

categorización: la lexicalización y la gramaticalización. Por lexicalización entendemos el proceso por el cual los conceptos son codificados en palabras. Cada lengua realiza una segmentación en parte coincidente y en parte diferente de ese espacio semántico. Veamos algunos ejemplos:

Jesús Fernández González 2016

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Con lenguas más alejadas genéticamente de las

Españ

Dakot

occidentales, pueden verse categorizaciones aún más

a

llamativas. Conceptos que en español se expresan

ol pisotea

mediante cuatro palabras distintas, tienen una clara

r morder

ka yaxta

estar

´ka ic´a

cerca chocar

´xtaka boxta´

relación

morfológica

en

la

lengua

dakota

(lengua

indígena americana hablada en el Estado de Dakota), con un elemento común xtaka, que significa coger. Algo parecido sucede en navajo (lengua indígena americana hablada en el Estado de Arizona). Esta lengua

naxta´

ka

usa muchas palabras para hablar de líneas de formas diferentes, colores y configuraciones. Entre los cientos de palabras disponibles están, por ejemplo: 

adziisgai: un grupo de líneas blancas paralelas que se juntan en la distancia



ahééhesgai: más de dos líneas blancas formando círculos concéntricos



álhch´inidzigai: dos líneas blancas que se juntan en un punto.

Desde otro punto de vista, ciertas lenguas pueden lexicalizar en una sola unidad (una palabra) lo que en otras requiere un conjunto de ellas. Así puede verse en inglés o en shona (lengua

hablada

en

Zimbawe

y

Zambia), respecto del español:

walk

andar, caminar

strid e tipto e stag ger shu ffle tram p

andar a zancadas

toddl e stalk plod Jesús Fernández González 2016

Págin

trud ge ambl e …

andar de puntillas andar con pasos vacilantes andar arrastrando los pies andar pisando fuerte o recorrer grandes distancias a pie andar como un niño andar majestuosa o sigilosamente andar con dificultad, con pasos pesados, laboriosamente andar pesada o cansinamente caminar despacio, con lentitud

chakwa ir chwaka tik dowor

caminar haciendo un ruido de chapoteo en un lugar pantanoso caminar haciendo un ruido de romper palos caminar descalzo largo tiempo caminar con un palo caminar de espaldas

donzv doduk kokony ar kunzvu r mbey pfumb ur rauk shwitai r …

caminar inclinado

Además,

algunas

lexicalizan conceptos

lenguas

que no son

traducidos en palabras en otras. Así, por ejemplo, en alemán la palabra Schadenfreude, que se refiere a la alegría por la desgracia ajena, no

caminar sin descanso caminar por toda una zona caminar levantando polvo caminar dando zancadas caminar desnudo o casi desnudo

tiene

correspondencia

léxica

en

español. Lo mismo sucede con la expresión

francesa

l´eprit

de

l

´escalier, que describe la sensación de todo lo que uno podía haber dicho en una conversación pasada. Y otro tanto puede decirse de la palabra

cafuné, del portugués de Brasil, que significa pasar la mano por el cabello de alguien a quien se quiere para tranquilizarlo. La gramaticalización es el proceso por el cual un subconjunto, generalmente pequeño, de conceptos se convierte en morfemas gramaticales. Así, por ejemplo, en inglés la conjugación nos indica si la acción se refiere al pasado o no mediante la presencia del morfo -ed. En Wintu

(lengua indígena del norte de California), la conjugación incluye

sufijos sobre si lo dicho procede de una observación directa o de oídas. Así, la frase Él está cortando madera tiene diferentes traducciones en esta lengua en función de cómo el hablante haya llegado a este conoci...


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