Adaptaciones morfologicas y fisiologicas en monocotiledoneas PDF

Title Adaptaciones morfologicas y fisiologicas en monocotiledoneas
Course BIO02A2
Institution Universidad Estatal de Sonora
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Resumen sobre las adaptaciones morfológicas y fisiológicas en monocotiledóneas....


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Adaptaciones morfológicas y fisiológicas en monocotiledóneas. La subdivisión magnoliophyta o también conocidas como angioespermas son un grupo de plantas altamente desarrolladas, se caracterizan por ser el grupo de plantas más diversos y dominante de la tierra. Este mismo se encuentra dividido en dos grandes grupos; las monocotiledóneas (clase Liliopsida) y las dicotiledóneas (clase Magnoliopsida), ambas con características que desde el punto de vista práctico diferencia de forma clara ambos taxones. Las primeras representando más del 22% del total de las angiospermas y su linaje apareció en las primeras etapas de diversificación de éstas. Muchos de los caracteres tradicionalmente empleados para diferenciar entre monocotiledóneas y dicotiledóneas son fácilmente observables, lo que ha llevado a una clasificación simplificada de las angiospermas basada en la aparente coincidencia de contrarios que muestran los caracteres de ambos grupos. A pesar de esto, las propiedades previamente mencionadas no son universales en cada grupo a pesar de la regularidad con la que se presentan, no constituyen sinapomorfias sensu stricto (González, 1999). Las monocotiledóneas es un grupo monofiléco, delimitado por una serie de caracteres morfológicos (uncotiledón, haces vasculares atactostélicos, ausencia de crecimiento secundario típico) y moleculares (identificados con marcadores menor medida nucleares y mitocondriales). Se definen por un conjunto de caracteres macro y micromorfológicos. Fundamentalmente se caracteriza por desarrollar una única hoja seminal, mejor conocida como cotiledón, tras la germinación de la semilla. Además, presenta haces vasculares dispersos que no forman anillos (atactostélicos), así como una atípica lignificación que se desarrolla en ciertas especies y que es completamente ajena al crecimiento secundario conocido para el resto de las angiospermas. Suelen presentar hojas paralelinervias, flores con periantotrímero y raíces adventicias que sustituyen a la radícula del embrión. Las más de 55 000 especies de este linaje constituyen un grupo con aproximadamente una quinta parte de las angiospermas, en el cual se incluyen grupos tan conocidos como las palmeras, las orquídeas y las gramíneas. Otra de las características atribuidas casi exclusivamente a este grupo son los nectarios septales (glándulas que secretan una solución azucarada llamada néctar que atrae insectos, pájaros y otros animales), otro caso de una de las diferencias más estables es el caso del desarrollo de la pared de la antera. La ordenación en paralelo de los estomas es un rasgo típico de las hojas monocotiledóneas, como el trigo (Luceño & Bravo, 2012). Desde su origen, hace unos 134 millones de años, se han producido numerosos procesos de diferenciación que han conducido a la aparición, en linajes independientes, de muchas adaptaciones morfológicas y fisiológicas, entre las que se cuentan el parasitismo (Burmmania, Triuris, ciertas orquídeas), el carnivorismo ( Brocchinia, Paepalanthus), los metabolismos C4 y CAM (en ciertas gramíneas, bromeliáceas, ciperáceas, etc.), la anemofilia secundaria (ciperáceas, juncáceas, gramíneas, etc.), el

porte arbóreo (palmeras, Pandanus, etc.) o sofisticadas formas florales ligadas a polinizadores muy específicos (por ejemplo en Ophrys ).

Los primeros registros de polen fósil tienen una antigüedad de unos 125 millones de años. Estos datos, junto con el espectacular avance de los estudios de filogenia molecular en los últimos 15 años, han permitido tener una idea cada vez más coherente de la evolución de las monocotiledóneas, así como datar con cierta aproximación las distintas etapas de su diversificación. Los primeros macrofósiles (palmeras, aráceas, triuridáceas y zingiberáceas) datan del cretácico superior. La ausencia de macrofósiles en el cretácico inferior se ha explicado por la mala conservación de los tejidos blandos típicos del probable carácter herbáceo de las monocotiledóneas primitivas (Luceño & Bravo, 2012). Actualmente por estudios filogenéticos muestran incongruencias con las clasificaciones anteriores a 1985, dicho año se publicado el exhaustivo estudio filogenético, morfológico y taxonómico de Dahlgren y colaboradores. A base de caracteres fitoquímicos y morfológicos revolucionaron las clasificaciones anteriores. En el caso de la familia Liliaceae, tanto los resultados de Dahlgren y su equipo como los actuales estudios indican un carácter altamente heterogéneo para dicha familia, reduciéndola a 16 géneros de los anteriores 250, ahora distribuidos en otras familias. (González, 1999). La mayoría de los autores defienden que las monocotiledóneas vivas más parecidas a las primitivas hay que buscarlas en el orden Alismatales. Probablemente, las primeras monocotiledóneas debían ser plantas herbáceas, acuáticas, con flores trímeras de perianto muy desarrollado, entomólofilas, con pole monocolpado, haces vasculares atactóstélicos y, quizás ovario apocárpico. Bibliografía: Favio González. (1999). Monocotiledóneas y Dicotiledóneas: Un sistema de clasificación que acaba con el siglo. Rev. Acad. Colomb. Cienc. 23 (87): 195-204. ISSN: 0370-3908. Colombia. Recuperado de: https://jolbenm30.files.wordpress.com/2012/08/monoydicoarticl1.pdf Modesto Luceño y Santiago M. Bravo. (2012). 13: Monocotiledóneas. El árbol de la vida: sistemática y evolución de los seres vivos. Reverté. ISBN: 978-84-615-9740-6. España. Recuperado de: https://www.researchgate.net/publication/332292485_Monocotiledoneas...


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