Análisis “Amor” de Clarice Lispector PDF

Title Análisis “Amor” de Clarice Lispector
Author Jose Carlos Beci
Course Teoría Literaria II
Institution Universidad Nacional Autónoma de México
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Summary

Analista literario de “Amor” de Clarice Lispector, se analiza en esta obra el espacio y tiempo....


Description

Blanco Meza Allan Daniel Beci Aranda José Carlos Mejorada López Doreen Loami Salmerón Becerra Manuel Iván Teoría de la literatura 2. Corrientes generales de la literatura “Amor” de Clarice Lispector El personaje principal en este cuento es Ana y el narrador es omnisciente. En el presente de la acción ella se sube al tranvía y el vehículo comienza a avanzar. Se emplea una analepsis para describir el medio en el que habita la protagonista: un departamento de cocina amplia, con algunas imperfecciones, pero limpio, organizado y, sobre todo, susceptible de ser mejorado por Ana. Se sabe que tiene hijos (igual que el departamento, imperfectos pero crecientes). Todo es descrito usando palabras que refuerzan la sensación de estabilidad, robustez y firmeza. Ana también se aplica a sí misma estos adjetivos cuando se piensa «sólida», con cuerpo engrosado. La armonía del espacio en el que vive no viene de que no tenga fallas, sino de que ella es capaz de corregirlas. Más importante aún: ella lo ha construido. Se compara con un labrador, pues ella ha plantado un hogar en donde todo crece. Dentro de su espacio, ella tiene el control: hace crecer alimentos, confecciona vestidos para sus hijos y cortinas para el hogar. Sin embargo, dicha armonía se quebranta a cierta hora de la tarde en la que ya no se precisa de su fuerza y deja de ser necesaria para las cosas que ella misma ha plantado. Se da una sucesión de ideas que parte de «sentir la raíz firme de las cosas», pasa por la necesidad de un hogar y termina en Ana cayendo «en un destino de mujer» que se entiende, entonces, como la fundación y el manejo de un hogar, pues así se alcanza una estabilidad basada en la monotonía. Para ella, la juventud fue un período «extraño» en el que tuvo «una enfermedad de vida», es decir, una vida plena sin ataduras ni compromisos que la hacía sentir enferma. En su disertación contra la juventud también aparece el deseo de estabilidad, que se pone de manifiesto al mencionar que «también sin la felicidad se vivía», pues piensa que esta puede sustituirse con trabajo persistente, continuo y alegre. Al contrario, la vida de adulto le parece «algo […] comprensible». Mientras el tranvía transita en la calle Humaitá, Ana ve un ciego detenido en la parada mascando chicle, evento que desata lo que ella llama «exaltación perturbadora». El odio con el que lo ve viene de su identificación con el ciego, porque ella tampoco puede ver 1

la realidad y vive envuelta en una rutina que, aunque le da seguridad, la hace infeliz. El acto de mascar chicle es una representación de una rutina que se repite cíclicamente. Durante la escena de la caída, narrada a un tempo lento que maximiza el impacto del suceso, los huevos, como la vida de Ana en el instante en el que ve al ciego, se rompen. La bolsa de malla, que bien puede simbolizar las actividades entretejidas con las que ha formado su hogar, se mancha y arruina con las yemas de los huevos rotos. Toda esta escena es una alegoría de rompimiento con el status quo, con su cotidianeidad. A través de una analepsis combinada con monólogos interiores, se narra la crisis que transforma a Ana. Comienza a repudiar su rutina diaria, vuelve a ver la belleza de una vida imperfecta pero libre, como cuando era joven y soltera. Los años vividos se desmoronan como las yemas de los huevos rotos. Las personas y el mundo pierden sentido porque han salido de su mundo rutinario, del mundo que ella puede controlar. El Jardín Botánico simboliza su interior, sus sentimientos y pensamientos íntimos. El «poderoso gato» que ve y después desaparece remite a su vida antes de casada, que también había desaparecido; la caída en una emboscada, a su vida rutinaria de casada; el «trabajo secreto» que se hacía en el Jardín, sus deseos escondidos y adormecidos. Sus reflexiones en el Jardín son presentadas en forma de un monólogo interior que apunta hacia su concientización del aspecto negativo de la vida: ve tranquilidad en «la crudeza del mundo». Esta conclusión viene antecedida de descripciones contradictorias de los elementos a su alrededor, en las que «lo feo» se reivindica a causa de la diferente moral que rige el Jardín. Recuerda por medio de analepsis, que el mundo antes era como para comérselo; y volviendo al monólogo interior combinado con analepsis ve a los troncos (o sea a ella) recorridos por parásitos o acontecimientos que no le dejaron nada bueno, sino que se aprovecharon de ella. Esto le daba asco, pero también le agradaba. Siguiendo con la analepsis, recuerda que los árboles o ella estaban cargados, pero no fructificaban, sino que se podrían o morían, se sintió como si estuviera embarazada y abandonada. La moral del Jardín era otra, representando su propia moral diferente. Con la narración repetitiva recuerda que el ciego fue el detonador de esa crisis; las flores que veía le parecían con su monólogo interior de un mal color oro y escarlatas, como si fueran recuerdos viejos, apasionados y turbulentos, que le hacían sentirse bien, pero que le sembró 2

miedo al infierno, porque eran recuerdos llenos de pecados. Era casi de noche, se sintió mareada, recordó a sus hijos y se sintió culpable, salió rápidamente del Jardín, como representante de su interior; llegó a su departamento en el noveno piso; su casa y su hijo le parecieron extraños, abrazó fuerte a su hijo porque lo quería por encima del Jardín Botánico (de ella misma y de sus sueños frustrados); el niño se asustó. Se sentó y recurriendo a la analepsis y monólogo interior, sentía que todos los días o rutina que ella había forjado se habían roto como la bolsa de malla que se había rasgado. Tenía deseos de vivir, descubría que pertenecía a la parte fuerte del mundo, recordaba otra vez al ciego, o sea, narración repetitiva; que la relacionaba con su vida de casada, pero se sentía más atraída por el Jardín Botánico: su yo interior, libre y feliz. Fue a la cocina a ayudar a preparar la cena; todas las cosas cotidianas le resultaban absurdas, el calor era acorde a sus pensamientos que ardían y se desbordaban. Llegó el esposo y familiares, todos cenaron y rieron. Después Ana quedó como una mujer inerte, muerta viendo la ventana, como si sus sueños se hubieran ido por ahí. Todo empezó a retornar a lo cotidiano, se acercó al esposo, se rindió sin fuerzas a su vida habitual; el esposo la alejó del peligro de vivir, la llevó a dormir; lo que significa que el desenlace fue en la recámara. Ana había atravesado el amor y su infierno, ya no tenía ningún mundo en su corazón, sus ganas y deseos de vivir estaban dormidas; al acostarse como si apagara una vela, sopló la pequeña llama del día. El amor era su hogar, lo que construía cada día, pero que ha cierta hora de la tarde podía entrar en crisis y convertirse en su infierno. Toda la historia narra un día que representa muchos días que se repiten en la vida de la protagonista: narración iterativa.

Bibliografía Lispector, Clarice. “Amor”, Cuentos reunidos. Editorial Siruela, 2016. Pimentel, Luz Aurora. El relato en perspectiva: estudio de teoría narrativa. Siglo XXI editores, 2017. 3...


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