Análisis del Libro: Sin novedad en el frente de Erich Marie Remarque PDF

Title Análisis del Libro: Sin novedad en el frente de Erich Marie Remarque
Author Carolina Arcila
Course Derecho
Institution Universidad de Antioquia
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Summary

Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) más de 20 millones de jóvenes de 32 países perdieron la vida en los campos de batalla, en Alemania la cifra de muertes llego hasta los ocho millones. Los llamaron: “La Generación perdida”. La gran pérdida humana en “La Gran Guerra”, inicio cuando Austria...


Description

Análisis de la obra literaria: Sin novedad en el frente de Erich Marie Remarque

Por Leidy Carolina Arcila

Clase: Constitucional II

Docente: Bernardita Pérez

Universidad de Antioquia Derecho 2019

¿Por qué se perdió toda una generación en la Primera Guerra Mundial?

Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) más de 20 millones de jóvenes de 32 países perdieron la vida en los campos de batalla, en Alemania la cifra de muertes llego hasta los ocho millones. Los llamaron: “La Generación perdida”. La gran pérdida humana en “La Gran Guerra”, inicio cuando Austria-Hungría entra en conflicto con Serbia. Este suceso valió de excusa para la intervención de grandes aliados, sedientos de resolver conflictos latentes y cobrar viejas deudas*. La novela; Sin novedad en el Frente, escrita por verdadero Erich Paul Remark (Impreso con el libro como Erick María Remarque), describe sucesos que nos da cuenta, sobre la perdida de toda una generación durante la Primera Guerra Mundial. Las experiencias del joven alemán Paul Blumer, y su grupo de amigos entre los 19 y 20 años, animados por su profesor Kantorek, enlistaron las filas cargados de sueños de honor a la patria y su familia. Cada enfrentamiento no solo acabo con la vida de estos jóvenes, sino que, quienes sobreviven continúan viviendo la muerte. Las horribles experiencias por las que pasaron durante sus días de combate envejecieron su juventud, elimino el panorama de construir una vida futura y terminaron desconociendo su humanidad, al final parecían zombis obedeciendo órdenes. Los jóvenes pasaron del idealismo de héroes, a la desilusión de sí mismos.

Eran los últimos días de colegio y los jóvenes ya tenían los ojos brillantes cuando recordaban que marcarían la historia como “la juventud de hierro”. El grupo de jóvenes alemanes se enlistaron en el frente occidental (Noroeste de Francia y Bélgica) de la Primera Guerra Mundial. Alemania había invadido Bélgica, creando enemistad con Reino Unido y Francia. Los franceses detuvieron las tropas alemanas, donde más tarde se enfrentarían estos inocentes jóvenes en la más sangrienta guerra de trincheras (Desde el Mar del Norte hasta la frontera se Suiza con Francia, pero la tropa de la novela se encontraba desde los Vosgos hasta Flandes). Cada que regresaban de un enfrentamiento eran otros, como si su alma fuera perturbada en el campo de batalla. Toda esta transformación donde pierden su ser inicia en el primer estallido ensordecedor de una ametralladora en primera línea, luego caballos relinchando, haciendo un ruido

*La triple Alianza (Alemania, Austria-Hungría e “Italia”) y La Triple Entente (Reino Unido, Francia y Rusia, Serbia). Durante la guerra se unión a La Triple Alianza: Imperio Otomano y Bulgaria. A La triple Entente se unió: Italia, Bélgica, EEUU, Japón, Rumania, Portugal, Grecia, China y estados Latinoamericanos

insoportablemente doloroso (el sonido más terrorífico que escucharon en la oscuridad), frías noches que penetraban sus huesos e impidiá conciliar el sueño, el hambre desesperante en el estómago, el aguantar estallidos de bombas intermitentes donde algunos entran en la desesperación, las incomodas mascaras que aislaban los gases venenosos, luchar a duelo con las ratas por la comida, la ropa sudada con barro y pegajosa, no se comparan con obligación de terminar con el sufrimiento de un amigo mientras agoniza después de ser destrozado por una granada, los gemidos de dolor y las incoherencias de sus palabras al delirar por la fiebre son desgarradores. Después de vivir tan horribles situaciones, las pequeñas cosas como un pan caliente, una almohada d su cuarto en casa o las botas de Kemmerich, son incomprensibles ante cualquier otro que no haya vivido la guerra. No hay vuelta atrás. A quienes sobrevivieron, tendrán la carga de aterradores recuerdos por el resto de sus días: “Somos fugitivos. Huimos de nosotros mismos. De nuestra vida. Teníamos dieciocho años y empezábamos a amar el mundo y la existencia; pero hemos tenido que disparar contra esto. La explosión de la primera granada nos estropeó el corazón”Pag.48. La generación ha muerto!; la guerra elimino la posibilidad de ver grandes artistas, pensadores, obras literarias, grandiosa ingeniería del siglo XX, médicos, científicos etc. Los franceses olvidaron el progreso del siglo pasado con los derechos del hombre, dejaron de pelear por su libertad, para vengar la derrota con Alemania el 1871, nunca pudieron superar la perdida de Alsacia-Lorema. Olvidaron esa libertad cuando se volvieron prisioneros de las trincheras, fueron incoherentes con su historia y oportunistas del conflicto. Mientras tanto Alemania fue a una guerra de desgaste, sacrifico 250.000 hombres en el frente occidental (2), en su mayoría jóvenes que apenas cursaban el colegio. Remark en el libro, describe como la artillería acabó en un solo día con 11 hombres de su frente, totalmente irreconocibles que hasta podían “recogerlos con cucharita” (Pag.69). Jóvenes que conocieron el miedo cada vez que estaban combatiendo en el frente, no se explica cómo pasaban los días mientras estallaba una granada, seguida de otra. En los tiempos de lluvia permanecían mojados de pies a cabeza, se formaban pantanos que penetraban sus botas, algunos podían morir ahogados ó enfermos. Los soldados penaron largos meses y algunos duraron años disparando a un enemigo que se multiplicaba y que al final fue el vencedor. Para los alemanes se convirtió en una guerra larga y desgastante.

Al inicio del conflicto, exactamente el 24 de diciembre de 1914. Los soldados recordaron por un momento que eran seres humanos y a pesar de los ataques ya perpetuados, querían descansar la noche buena. Entonces hicieron “la tregua de navidad” (“alemanes y aliados batallaban en los frentes de Bélgica y Francia”). Los alemanes decoraron sus trincheras con árboles que alumbraban, mientras cantaban el villancico; Noche de Paz. A lo lejos respondían con más cantos. Esa navidad intercambiaron regalos, enterraron a los muertos juntos y guardaron la esperanza de terminar con la guerra. Todo quedo registrado en las cartas de los soldados caídos como un maravilloso recuerdo. Muchos años después, los diarios internacionales publicarían una foto de los campos de Flandes (escenario de la novela de Remark), donde aparecen juntos soldados ingleses y alemanes (del costado flanco) intercambiando sus sombreros (3). En principio aun tenían intacto el sueño de heroísmo bélico y libertad, deseosos de ir al frente por su patria bajo ideales de cultura y civilización. Los buenos tiempos de la guerra iniciaron con deliciosos platos de judías con carne, salchichas con pan, orcas asadas, el correo con cartas para todos, coñac o cerveza de vez en cuando, disfrutar de las charlas en los esplendidos atardeceres del verano antes de partir, ropa limpia, los juegos de cartas mientras reían a carcajadas y esas muchachas francesas al otro lado del rio. Sin embargo cada vez que regresaban al cuartel después de un combate todo iba diferente, ellos (los jóvenes soldados) eran otros, habían envejecido un poco más. Una guerra es terrible para cualquier persona, pero más escalofriante es vivirla a los 20 años, donde apenas se ha echado una mirada al mundo. Por más joven que sea, una guerra envenena y envejece el alma de cualquiera. Fueron los relatos de Remark, el que me transporto aquellas trincheras. Cada experiencia de Paul expone un grado de compasión y resistencia hacia posibles conflictos que esta generación podría revivir. Pero perder una generación es un precio tan alto que nadie en sus cinco sentidos y con un razonamiento solido tendría el atrevimiento de pagar. Solo cuando el odio, la rabia y el resentimiento nos nubla la vista, solo en ese momento, perdemos nuestra humanidad. Y, es que hasta Remark en la médula de la Gran Guerra, describe a Paul en sus momentos de desesperación como un animal enojado y hambriento, que actúa por instinto. Fue en una noche oscura y lodosa, cuando cae un soldado francés sobre el cuerpo famélico y desesperado de Paul, su reacción violenta e instintiva le proporciona unas puñaladas letales al soldado Gerard

Duval. Supo su nombre por las interminables horas a su lado, viéndole agonizar e imaginando su vida con las fotografías que robo de su bolsillo. Una luz de humanidad toco su pecho y pensó; “Pero cada jadeo desnuda mi corazón. Este moribundo tiene el tiempo de su parte y me hiere con él como con un cuchillo invisible; el tiempo y mis pensamientos… Tan sólo ahora comprendo que tú eras un hombre como yo. He pensado en tus granadas de mano, en tu bayoneta, en todas tus armas... Ahora veo tu mujer y tu rostro, aquello que tenemos en común. ¡Perdóname, camarada!”Pag.116 Paul recordó que a pesar de estar en una guerra aun sentía compasión por el otro. Las retoricas de heroísmo, aventura e ideologías pueden confundir las mentes jóvenes y eso lo saben los viejos. Para Remark debió ser doloroso reconstruir cada vivencia con tanto detalle, pero fue tal el éxito, que los lectores (soldados en la guerra de diferentes frentes) consideraron totalmente autentica y semejante a su experiencia durante esos 4 años. Sin embargo, muchos de esos lectores que se libraron de la muerte y a los caídos que Remark, ve como la generación destruida por la guerra.

Los soldados pasaron tantos meses en el frente que dejaron de contar los días. No puedo imaginar a Paul, Kat, Tjaden, Kropp, Detering, Behm y los otros soldados de 17 y 20 años en un estado de piloto automático, cuando se supone que es la edad del pleno ardor por vivir; la flor de la juventud. Terminaron viendo la guerra como una terrible enfermedad. Entre el cáncer de la madre de Paul y la guerra, la diferencia son los estallidos porque el dolor y la desesperación se sienten igual. Sus pensamientos son como el barro que moldea el tiempo, olvidaron el pasado, ninguno recuerda cómo eran, solo después de verse como soldados recuerdan que individuos, personas. Esta generación de jóvenes ha borrado su huella, ha usurpado su identidad, ahora son solo soldados peones que van cayendo después del silbido de una bomba. A veces, llegaba un estado de lucidez y pensaban; “Hemos discutido mucho a propósito de si esto está bien o mal hecho”Pag.139, nunca llegaron a otra conclusión que no fuera la de solo sobrevivir, siempre alertas ante una amenaza de muerte. La locura, llega sin avisar: escapadas de noche sin que enteren días después de pasar lista, salir gritando sobre las trincheras en combate, escarbar la tierra con las manos y los pies con la intención de enterrarse vivo, quedarse inmóvil contra el barranco de la trinchera durante un contra ataque (como el tirano

Himmelstross), buscar

desesperadamente un caballo chillando insoportablemente en la oscuridad. Cada vez llegaban más soldados alemanes y más jóvenes en edad, morían tan pronto y tan rápido que no alcanzan a conocerles. Mientras que los ingleses y ahora americanos se multiplican. Muchos soldados alemanes ni siquiera alcanzaron a llegar a primera fila, “Un solo aviador se divirtió tumbando a dos compañías enteras cuando acababan de bajar del tren, antes de que supieran lo que quiere decir cubrirse”Pag.134, eran ingenuos, no tenían preparación militar, no conocían la guerra y así murieron. Como es bien sabido, para alistarse a una guerra primero hay que presentarse en el cuartel y recibir una rigurosa evaluación preparación militar que termina con el grado de recluta portando su uniforme y sus implementos de guerra. Ingresa a un cuartel donde los altos mandos abusan de su poder y empieza este recluta a vivir no solos los horrores de la guerra sino el sadismo como Himmelstoss que hace la vida de cuadros a estos jóvenes inexpertos. La vida en estos campamentos no puede ser igual a la que llevan en sus casas, tiene que ser tan difícil como para soportar la primera línea de guerra. Para un soldado lo más preciado, son el estómago lleno y el descanso donde pueda escribir y recibir cartas. Resulta que los reclutas en tiempos de guerra, pasan inmediatamente, sin preparación al campo de batalla como conejillos de indias hacia el peligroso frente. Los jóvenes mueren desde su primer día de combate. La fuerte crítica a la institución del ejército, es que son perdidas inútiles y pérdidas cuantiosas para el futuro de la sociedad. Uno de los momentos más álgidos del libro, es cuando el recluta tiene un descanso ó días de permiso. Son días de tranquilidad en casa lejos del ensordecedor ruido de la guerra. Sin embargo, los días tan esperados por el recluta no son como los imaginaba. Paul al regresar a casa siente que todo cambio, o más bien que la guerra lo cambio por completo. Es extremadamente difícil para El transmitir con palabras los horrores que vivió en el frente de batalla, no encuentra la manera de comunicarse con sus seres más queridos y menos con las personas que han perdido en la guerra a un hijo, Paul solo se limita a negarlo todo para no causarles más dolor. Entonces se da cuenta que el silencio y las mentiras son una manera de evadir las preguntas de todos todos los que se va encontrando en el camino. Paul empieza a disfrutar pequeñas cosas como la caída de las hojas secas de los árboles, ponerse ropa seca y limpia, poder dormir en una almohada suave, se da cuenta que las personas viven en su propia burbuja de complicaciones y afanes. Le atormenta la mirada de sufrimiento que tiene su madre cada ve que esta

cerca, entiende que los sacrificios que hace son por amor y que su enfermedad es por la profunda agonía de saber que su hijo puede morir en cualquier momento. Al terminar sus días de descanso se da cuenta que en vez de estar mejor, se siente decepcionado y solo piensa: “No debí venir”Pag.97. Queda mucho por decir sobre las enseñanzas que dejó esta guerra, pues los alemanes a escasos 21 años olvidaron los horrores y no vacilaron en iniciar una Segunda Guerra Mundial. No solo sacrificaron los pocos hombres que quedaban sino que la misma población estuvo a favor del nazismo. Pienso que murieron los más jóvenes ignorantes de la historia, pero los viejos autores del conflicto conservaban intactas ideas de odio y venganza. Es imposible dejar de pensar como un acto tan torpe pudo atraer nuevamente otras potencias que también perdieron una generación en La Primera Guerra Mundial, pero después de conocer la historia de Paul, se puede deducir que los de abajo, el soldado raso quiere evitar a toda costa el enfrentamiento, aun en el campo de batalla busca la manera de no combatir contra su enemigo. En realidad la palabra enemigo queda sujeta a valoración en el relato. La tregua de noche buena parecía ser un momento de quiebre sentimental por la fecha que representaba el amor familiar, sin embargo, cuando el soldado cansado del horror de la guerra se desprende de su posición animal y toma la forma humana, mira con otros ojos al herido e intenta salvar su vida, se da cuenta que comparte rasgos tan familiares como una profesión. Enemigo también era aquel amigable prisionero ruso que tocaba violín, la música fue esencial para darse cuenta que tienen una humanidad compartida y que al igual que ellos, ese ruso también padecía hambre y sed, también lloraba en las noches de oscuridad lleno de miedo con estallidos ensordecedores de las bombas. Los de abajo son los que sufren y viven la guerra, por ese motivo quienes la repiten, son los viejos torpes que no la enfrentaron.

A pocos meses de firmarse el fin de la Gran Guerra, siguen sumando víctimas. El último amigo de Paul, Kat es asesinado por una bala perdida en la cabeza. Paul quedo solo, todos sus amigos han muerto, aun no comprende porque sigue allí. ¿Para qué regresar a casa?; “Si volvemos ahora, estamos débiles, deshechos, calcinados, sin raíces y sin esperanza. Ya no podremos orientarnos ni encontrarnos a nosotros mismos” Pag.150. La guerra les ha quitado todo, su sentir, sus esperanzas, sus ilusiones por vivir, le quito los deseos. Un día cualquiera cerró sus ojos y la oscuridad se apodero de una

tranquilidad imperturbable, era el año 1918 y allí quedo Paul tendido inmóvil. Era el último de una generación de jóvenes que murió esparcida por los campos de las trincheras, el reporte del frente tan solo escribió esa tarde: “Sin novedad en el frente”.

En la historia universal quedó el registro de 585.000 soldados asesinados en las trincheras, solo pudieron avanzar 8 kilómetros antes de ser derrotados por el grupo de los británicos, franceses y americanos, sumando estos últimos también a las cifras. La historia contada por el vencedor, será un relato de victorias y progreso, mientras que los de abajo, esos jóvenes soldados quedaron sepultados sin nombre y sin identidad. Sus sueños quedaron en total oscuridad y quienes viven siguen recogiendo los pedazos de ilusiones que perdieron en el campo de batalla. En las guerras los jóvenes siempre son sacrificados en el frente, llegan animados por ideales, mientras que los viejos observan inmóviles en sus cómodas casas como muere toda una generación.

Referencias: 1- Remarque, Erich María. Sin novedad en el Frente. España. Círculo de Lectores.1929 2- La Primera Guerra Mundial. El Estancamiento. 2018 jun 15. [Citado 2019 feb 24]. En:

Universidad

de

Granada.

GESI

[Internet

Blog].

Disponible

en:

https://www.seguridadinternacional.es/?q=es/content/la-primera-guerra-mundial-elestancamiento 3- La tregua de Navidad. 2016 dic 22. [Citado 2019 feb 24]. En: Rev. National Geographic.

Historia

[Internet]

Disponible

en:

https://www.nationalgeographic.com.es/historia/la-tregua-de-navidad_8801/1 4- La experiencia del combate en sin novedad en el frente. Joan B. Llinares Universitat de València (España). THÉMATA. Revista de Filosofía Nº48, julio-diciembre (2013) pp. 97-110 5- Carmen Scocozza, “La primera guerra mundial. Un conflicto que llega desde el Este”, Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura 42.2 (2015): 161-176....


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