Analisis Richard Kuklinski PDF

Title Analisis Richard Kuklinski
Author leslie celeste romero inga
Course Diagnóstico e Informe Psicológico
Institution Universidad César Vallejo
Pages 3
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Summary

nos habla sobre la incidencia de violencia que utilizaba este personaje sobre sus victimas...


Description

RICHARD KUKLINSKI, EL ASESINO A SUELDO QUE DELATÓ A LA MAFIA ITALOAMERICANA

Richard Kuklinski nació en Nueva Jersey (Estados Unidos) el 11 de abril de 1935. La familia vivía en un barrio marginal de las afueras con toda la acritud y violencia que conllevaba la vida en la calle. Eran años durísimos. Las consecuencias del crack financiero de 1929 aún estaban muy presentes. A esto habría que sumarle el carácter del padre, Stanley Kuklinski, un hombre realmente rudo, violento, alcohólico y que maltrataba tanto a su mujer como a sus hijos. Los golpes eran la tónica habitual con que se resolvían los problemas en esa casa. Un punto de inflexión en la vida de Richard ocurrió cuando tan solo contaba con cinco años. Su padre llegó a casa con una de sus habituales y violentas cogorzas, gritando y dando puñetazos. La peor parte se la llevó el hermano mayor, Florian. Stanley le propinó tal puñetazo a su hijo que este falleció en el acto. Ambos progenitores encubrieron el crimen montando la escena sobre un supuesto y fatal accidente doméstico. El asesinato impactó sobremanera al pequeño. Y lo hizo de tal forma que tuvo consecuencias demoledoras Richard se convirtió en un niño encerrado en sí mismo, problemático con los estudios y con serias dificultades para relacionarse, también agravado por la dislexia que padecía. El pequeño se convirtió en el blanco de las iras y burlas de los pandilleros del barrio y del colegio. Las agresiones y humillaciones eran prácticamente a diario, tanto dentro como fuera de casa. Sentía como si todo el mundo le odiara. Pero pronto encontró con quien descargar toda aquella rabia e ira contenidas: los gatos del barrio. La población de mininos menguó y en muy poco tiempo dejaron de verse por el vecindario. Richard se dedicó a torturarlos y a estrangularlos mientras les miraba a los ojos, deleitándose con los estertores de la muerte. Como hemos visto con otros asesinos en serie, este factor es bastante común en todos ellos, la crueldad con los animales. Así, el muchacho se volvió “mortal”, como él mismo se describió. Pero fue a los trece años cuando Richie llegó al límite. Tras llevarse una paliza por parte de una banda callejera, cuando llegó a casa el padre también la emprendió a golpes con él. Era su modo de enseñarle que no se podía dejar avasallar por nadie. Charlie Lane, el jefecillo que controlaba el barrio y la pesadilla de Richard, se convirtió en su único objetivo. Durante varios días, el muchacho estudió sus rutinas y se preparó para darle su merecido. Una madrugada esperó agazapado a que Charlie volviera a su casa en un sucio y solitario callejón. Allí, tras provocarlo y hacer que le atacara, Kuklinski le asestó un mortal golpe en la sien con una barra de hierro. El momento que tantas veces había soñado

acababa de llegar. No paró de golpearle hasta que el cuerpo inerte de Lane se quedó tirado en un charco de sangre y sus sesos estuvieron esparcidos por el suelo. Había perdido la razón. Solo quería golpearlo una y otra vez, Después, ocultó el cuerpo en el maletero de un coche y se deshizo de él arrojándolo a una zona de marismas heladas. Previamente, le arrancó los dientes y le cortó los dedos con un hacha para así hacer más complicada su identificación. Esa noche durmió feliz. Había cruzado la línea, estaba en el ‘otro lado’ y eso la hacía sentirse muy bien. Su siguiente víctima no se hizo esperar. Tras ganar una partida de billar, un joven del barrio empezó a insultarle. Al volver a casa advirtió que el matón se había quedado dormido dentro del coche y decidió comprar gasolina. La vertió en el interior del vehículo y le arrojó una cerilla. Volvió a disfrutar con los gritos de dolor y pánico del muchacho entre las llamas. Richard se estaba creciendo por momentos. Ya no aguantaba más episodios violentos. Ni hacia él ni hacia su familia. Y así se lo hizo saber a su padre cuando en otra ocasión volvió a pegar a su madre. Fue directamente a por Stanley, le puso un revolver calibre 38 en la sien y le dijo: “Si vuelves a acercarte a mi familia, te mato y te arrojaré al río”. El padre jamás volvió a aparecer en escena, aunque Kuklinski comentó con los años que si de algo se arrepentía era de no haberle disparado esa noche. En 1960 conoció a la que sería su futura esposa y madre de sus tres hijos, Bárbara, que nunca supo a lo que realmente se dedicaba su marido. Por entonces, traficaba con pornografía que después revendía la familia mafiosa de los Gambino De la pornografía se pasó al cobro de deudas y de ahí al asesinato a sueldo. Al fin y al cabo, su físico imponía. Richard era un hombre de casi dos metros y su sola presencia inspiraba pavor. Ahí fue cuando el gángster Roy Medeo le vio filón como sicario. Le hizo elegir una víctima al azar en un parque –se trataba de un hombre que paseaba a su perro-, seguirle y matarle. Kuklinski llevó su cometido a rajatabla y terminó disparando en la cabeza al desconocido. Cuando regresó ante el matón éste no dudó en darle más trabajo. Durante los siguientes treinta años, Richard asesinó de las formas más variadas. Cualquier cosa le servía: desde un martillo a un pica-hielos, pasando por cuchillos o pistolas. Todo utensilio podía ser un arma letal. EL SICARIO DE HIELO: Perfeccionó muchísimo el uso del cianuro, por ejemplo. Lo utilizó en numerosas ocasiones ya que era difícil de detectar toxicológicamente y más cuando se utilizaba en aerosol. Aquel inhalador venenoso podía dejar K.O. a un inocente viandante en apenas quince segundos. Para deshacerse de los cuerpos también utilizaba métodos de lo más variopintos. Su favorito: colocar los cuerpos en un barril de aceite y arrojarlos a un lago. Otro era lanzar el cuerpo a una profunda grieta que tenía localizada en un terreno. El más vistoso consistía en situar el cadáver en una cueva minada de voraces ratas gigantes de Pensilvania. Aunque este sistema lo utilizó además con personas vivas a las que, por uno u otro motivo, se les

había asignado un sufrimiento “extra” antes de morir. A veces, filmaba sus crímenes para que el cliente supiera del sufrimiento al que había sometido a su objetivo. El apodo de Iceman (Hombre de Hielo), le llegó por dos vertientes. Una, por su más que demostrada frialdad para las ejecuciones. No dudaba, ni siquiera pestañeaba, no sentía la más mínima piedad por su víctima. La otra, por uno de sus mortales experimentos: tuvo el cuerpo de una persona en un congelador durante dos años antes de deshacerse de él. Aquello a punto estuvo de confundir a la policía, pero los forenses descubrieron restos de hielo en la autopsia y supieron que no acababa de morir. Al cuerpo solo le quedaban unas pocas horas para la descongelación total. Richard tenía un salario por crimen y era de aproximadamente unos cincuenta mil dólares (unos 45.000 euros) por trabajo. La cifra podía ser mayor si la víctima tenía que recibir y padecer un tratamiento especial en lo que a sufrimiento se refiere. Pese a los asesinatos que cometía diariamente, su esposa declaró en el juicio que vivían como la típica familia americana. Una casa lujosa, coche familiar y barbacoa los domingos. Lo que no contaba a nadie era la violencia a la que se veía sometida. Pero Bárbara siempre le perdonaba y decía de él que era un hombre romántico y un estupendo padre para sus hijos. Tras su encarcelamiento, la esposa declaró que fue toda una conmoción enterarse del trabajo real de su marido porque jamás hizo preguntas sobre sus viajes por razones laborales. TESTIMONIO CONTRA LA MAFIA: Cuando Kuklinski entró en la cincuentena se sentía agotado. Sus actos eran más despiadados y se volvió descuidado y confiado. Empezó a cometer errores. La policía comenzó a cercarlo tras quitar de la circulación a varios de sus socios por un asunto de atracos. El detective Kane de la policía de Nueva Jersey contactó con un amigo de Kuklinski y metieron como infiltrado al agente Dominick Polifrone. La excusa: contratar al gigantón para un trabajo. Todos los detalles fueron grabados y, una vez ya reunidas todas las pruebas y testimonios, se produjo su detención. Fue en diciembre de 1986 y en 1988, el tribunal lo condenó a dos cadenas perpetuas continuas por cinco asesinatos. Solo podría salir en libertad a partir de los 110 años. Kuklinski falleció el 5 de marzo del 2006 a los setenta años. Según las autoridades, se debió a causas naturales. Aunque para algunos expertos su muerte fue más que sospechosa. Por entonces, el Hombre de Hielo tenía que testificar contra el jefe de la familia Gambino, Salvatore Gravano. Pero sin su testimonio, el caso se vino totalmente abajo con la posterior puesta en libertad del capo....


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