Autor Dukelsky EL Friso DEL Partenon PDF

Title Autor Dukelsky EL Friso DEL Partenon
Author Florencia Pierpaoli
Course Historia del Arte
Institution Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires
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analisis friso del partenon...


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AUTOR: Dukelsky TITULO: La procesión Panatenaica en el friso del Partenón. TEMA: El friso del Partenón. Argumentos: LA BATALLA DE MARATÓN Y LA PROCESIÓN PANATENAICA: Cxtxt de las guerras médicas, S. V AC. Atenea Polias era la diosa protectora cuya misión consistía en defender la ciudad contra el peligro exterior y salvaguardar su autonomía. Sus atributos como protectora de la polis (Serpiente, lechuza y olivo) poseían sus poderes sobrenaturales. Los Dioses y héroes que ayudaron a la liberación de Grecia obtuvieron su recompensa a través de numerosos monumentos hacia mediados del S. V AC. El Partenón fue erguido como un símbolo de la piedad y devoción del pueblo de Atenas por su diosa protectora y por los héroes legendarios que habían sido vistos luchando junto a los griegos. La historia del principal templo ateniense está ligada a las guerras médicas, a la batalla de Maratón y a los festejos de las Panateneas. Es casi seguro que el antiguo Partenón fue erigido como conmemoración de la victoria de maratón sobre los persas. El Partenón de Fidias se inició en 447 AC, durante la fiesta panatenaica, donde se honraba a Atenea Polias, protectora de la ciudad. Las panateneas se celebraban en Atenas todos los años en la fecha de nacimiento de la diosa y cada 4 años las Grandes Panateas, de mayor esplendor y duración. Las festividades incluían carreras de caballos, competiciones gimnásticas, poéticas y musicales, para culminar el décimo día con una imponente procesión de todo el pueblo de Atenas encabezada por las ergastinas, las doncellas que habían tejido y bordado el nuevo peplo para la estatua de la diosa. Toda la iconografía del Partenón, incluida la imagen de culto y sus accesorios, estuvo minuiciosamente pensada para expresar un homenaje a la polis ateniense. Los frontones rememoran, en el lado oriental, el nacimiento de la diosa protectora, y en el occidental la disputa entre atenea y poseidon por el suelo del ática. En las metopas se representaron temas tradicionales que, para los griegos, tenían una clara connotación de victoria sobre los bárbaros: Gigantomáquia, Amazonomaquia, Centauromaquia y la caída de troya. La estatua de culto, la enorme escultura de marfil y oro, sostenía en su mano una Niké símbolo de la victoria, alusión al triunfo sobre los persas y quizá también al ascendiente de Atenas sobre el resto de Grecia. El aspecto particularmente original de la iconografía se concentra en el Friso. Fidias eligió un tema novedoso y sorpresivo. En lugar de expresar los hechos contemporáneos a través del mito, el artista ubicó al pueblo de tenas durante la procesión de las Panateneas, único ejemplo de un tema actual introducido en la ornamentación de un santuario. En el friso, la procesión ciudadana se convirtió en protagonista casi exclusiva. La escena fundamental, desde la óptica religiosa, tendría que haber sido la entrega del nuevo peplo a Atenea, rodeada del resto de los olímpicos. Esta iconografía está presente en el lugar más sagrado, el lado oriental, que corresponde al frente del templo sin embargo, el espacio que ocupa es limitado: unos veinte metros de los 160 que media la totalidad del friso. Los dioses están dispuestos de tal manera que dan la espalda a la escena central conversando entre ellos, relajados en indolentes aguardando la llegada del pueblo de Atenas. La entrega del peplo quedó relegada a segundo plano, en cambio, se jerarquizó la fiesta de la ciudad y el número de seres terrenales supera ampliamente al de los seres divinos. Broadmann elaboró una interesante teoría basada en la cantidad de jinetes representados en la procesión. La cabalgata tendría su razón de ser ya que representa a los héroes muertos en la batalla de Maatón. Se cree que el n° de muertos a caballo eran 192. La asamblea de dioses no mira hacia la entrega del peplo sino que está recibiendo en el Olimpo a los nuevos héroes. Atenas estaba declarando la divinidad de los hombres que habían caído en defensa de la ciudad, declarando esto ante los dioses de Grecia y los Heroes tribales de la ciudad en el edificio que estaba dedicado con agradecimiento a la diosa de la ciudad y que conmemoraba el éxito final contra los enemigos orientales. Podría objetarse que eran hoplitas y no caballeros los héroes de maratón. El ejército ateniense no incluía tropas de caballería. En realidad fue la experiencia de luchar contra los jinetes de Jerjes la que obligó a Atenas, después de Maratón a formar su

propio cuerpo de caballería. Maratón constituyó no solo un hito en la historia militar sino también el símbolo permanente de la gran hazaña ateniense. Era comparable a las luchas mitológicas contra los gigantes, centauros o amazonas. En consecuencia tenía ganado su lugar en la iconografía del Partenón. LA HEROICIDAD DEL JINETE: ¿Por qué Fidias acentuó la manera de participación de los jinetes? Existía para la época en la que se esculpió el friso un antecedente pictórico de la batalla de maratón en el ágora de Atenas de las que se conoce solo la mención de Pausanias. La representación de jinetes en Maratón no responde a la verdad histórica, sin embargo tiene sentido en tanto los artistas idealizan constantemente la realidad. En esta misma obra los soldados lucen armoniosos cuerpos desnudos aun cuando no se luchaba jamás sin la protección de la coraza. De manera similar la inclusión de un jinete nos retrotrae a la aristocracia militar de la época homérica, cuando la imagen del caballero se asociaba al valor en el combate y a un nacimiento ilustre. El caballero era el animal más sagrado de la religión griega y el único al que se atribuía origen divino. Poseidón era el padre del caballo, uno de los más antiguos y sagrados símbolos de Atenea, ella misma era venerada a menudo como Hippia, la diosa ecuestre. Fue ella la que enseñó a los hombres el arte de la equitación y el uso del carro tirado por cuatro caballos. Es significativo que en la historia del arte griego, donde la predominancia de la figura humana es casi absoluta, la excepción esté dada por la representación del caballo. Siempre se vincula el prestigio de la aristocracia a la iconografía del jinete. En los jinetes del Partenón se produce el fenómeno inverso respecto al tamaño de los jinetes que mencionamos. Los animales de Fidias son más pequeños de lo que debieran ser. El objetivo no era ocupar demasiado espacio en un ámbito donde lo esencial es destacar al ser humano. El considerable prestigio del caballo en época arcaica ha dejado su lugar a la dignidad del hombre, a la más grande maravilla de la naturaleza, como decía Sófocles. La heroicidad del jinete, que se remonta a los indoeuropeos y que se expandiría por el mundo occidental en la forma de las estatuas ecuestres, sería la idea que quiso expresar Fidias en los hombres a caballo del Partenón. Históricamente fueron los hoplitas quienes vencieron a los persas; en el mundo de los héroes es el hombre a caballo quien vence a los bárbaros. El rango heroico está vinculado a las familias nobles de la polis. El caballo asegura a su poseedor una calificación guerrera excepcional que define a una aristocracia militar y terrateniente a la vez. El caballo se asocia con el valor en el combate, el prestigio del nacimiento, la riqueza en la posesión de la tierra y la participación de la vida política. Heroes y jinetes están vinculados a las familias nobles a las cuales pertenecía Pericles. Boardmann respecto a los héroes de maratón es plausible, pero no nos parece aceptable la fecha planteada. FIDIAS Y PERICLES COMO DÉDALO Y TESEO: El programa desarrollado por Fidias en el Partenón fue la manifestación evidente de la ideología de Pericles. El estadista pertenecía a la elite intelectual y social de Atenas y mantuvo relaciones con personas adelantadas y talentosas de su época: Protágoras, Herodoto, Fidias. Pericles mantuvo una política de dominio respecto a las polis aliadas que se extendió a un intento de profundizar también su ascendiente cultural. La grandeza de Atenas debía manifestarse por su supremacía cultural, religiosa y económica, y el Partenón sirvió perfectamente a sus propósitos. Pericles hizo que Fidias lo convirtiera en una reencarnación de Teseo, el héroe ateniense por excelencia, en el escudo que sostenía la estatua crisoelefantina de Atenea. Fidias se representó a sí mismo y a Pericles como adversarios de las amazonas, con clara alusión para los contemporáneos de civilización frente a barbarie, orden y medida frente a desenfreno. El simbolismo es aún más complejo: Fidias se representó como Dédalo, ilustre inventor de las artes y Pericles nada menos como el mayor héroe ático, Teseo. Las copias del escudo permiten ver al escultor como un hombre adulto, vigoroso, con el cráneo mostrando una avanzada calvicie. Luce el manto corto típico de los artesanos y blande sobre su cabeza la doble hacha cretense inequívoco rasgo que lo vincula al legendario Dédalo. La aparición de Pericles como Teseo es el signo de una audacia casi provocativa. Se compara a sí mismo como el gran héroe ateniense. Nuevamente encontramos la proyección de la actualidad en la leyenda. Pericles era el héroe del presente, temerario y orgulloso ciudadano que glorifica a su polis. El Partenón en síntesis fue un monumento no a Atenea sino a su ciudad y al ideal de Pericles. El estadista se expresa en términos de poderío y de gloria; de patriotismo y de orgullo por la polis....


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