Comentario de selectividad resuelto para 2º. Mito de la caverna FILOSOFIA PDF

Title Comentario de selectividad resuelto para 2º. Mito de la caverna FILOSOFIA
Author Inma Garcia Trujillo
Course Filosofía de la Cultura
Institution Universidad de Sevilla
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COMENTARIO RESUELTO PARA LA EBAU, AYUDA PARA LA RESOLUCIÓN DE TEXTOS PLATONICOS EN LA PRUEBA DE ACCESO A LA UNIVERSIDAD...


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1- Descripción del contexto histórico-cultural y filosófico que influye en el autor del texto elegido. El fragmento dentro de la obra de Platón y de su proyecto filosófico

Este fragmento de Platón pertenece al mito de la caverna, la alegoría con la que Platón nos ilustra el proceso educativo de quien, convirtiéndose en filósofo, está capacitado para gobernar. El mito de la caverna pertenece al libro VII de La República, un diálogo de la etapa de madurez fundamental para entender las tesis platónicas sobre la realidad, el conocimiento, el ser humano, la ética y la política. Este diálogo tiene por motor la Justicia como valor moral y virtud del individuo y de la polis, el cual resulta capital en el proyecto filosófico (incluso podríamos decir, biográfico) de Platón: la creación de una polis absolutamente justa. En este diálogo Platón indaga en los cimientos de su proyecto, y los encuentra en la educación de los futuros gobernantes en el conocimiento del Bien. La alegoría del mito de la caverna posee una continuidad temática con el libro VI, en el cual aborda la naturaleza del Bien, la verdadera filosofía, la realidad y el conocimiento (a través de símiles como el del sol y el de la línea) como elementos imprescindibles para entender la alegoría de la caverna. La comprensión de este fragmento, en el que plantea la educación como una liberación de las cadenas y una curación de la ignorancia, un tema fundamental en la filosofía platónica, es posible si nos detenemos en el contexto histórico y filosófico de Platón, ambos muy unidos, pues para Platón, la sociedad de su tiempo era una sociedad prisionera a la que había que liberar.

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Contexto histórico-político En la Carta VII (una carta de carácter autobiográfico que escribió Platón tras la muerte de su amigo Dión de Siracusa en el 354 a.C.), Platón deja constancia de los hechos históricos que le impulsaron a no participar directamente en política y dedicarse a la filosofía, con el fin de fundamentar un Estado justo. Platón (428-347 a.C.) nació en Atenas procedente de una familia aristocrática con interés en la vida política, cosa bastante habitual entre los ciudadanos libres de las polis griegas (basadas en un sistema esclavista de producción). Se trata de una Atenas revuelta por los cambios políticos, consecuencia de la Guerra del Peloponeso (431-404 A.C.) y el ascenso de Macedonia (primera mitad del siglo IV a.C.). Estos hechos agudizaron más las contradicciones del sistema democrático ateniense ya existentes antes de la Guerra del Peloponeso, contradicciones que tenían su reflejo intelectual en la confrontación entre el modelo aristocrático de justicia y educación con el sofista y el socrático. Antes de la guerra y de la derrota ateniense, Atenas había sido "el espejo en el que se miraba toda civilización", como dijo Pericles. Con él al frente de Atenas (461429 a.C.) se desarrolló a la par la política imperialista de Atenas con otras polis de la Liga de Delos (Liga de polis lideradas por Atenas para protegerse de los persas) y la democracia con el ascenso de las clases medias en todos los órganos de gobierno (Asamblea, Consejo, Magistraturas). Se trata de los “años dorados de Pericles” o “ilustración griega”, que ve florecer la tragedia (Sófocles, Eurípides, Esquilo), la comedia (Aristófanes), el arte (Fidias, Policleto, Praxíteles) y el pensamiento (presocráticos, sofistas, Sócrates, maestro de Platón). Pero no todos en Atenas estaban a favor de esta democratización. Los aristócratas (entre los cuales estaba la familia de Platón) se oponían a los demócratas, y Esparta aprovechó el descontento de muchas polis controladas por Atenas y de los aristócratas atenienses para enfrentarse a Atenas en la Guerra del Peloponeso. En ella, la Atenas democrática se vio vencida por la aristocrática Esparta, la cual impuso un gobierno pro-espartano (la oligarquía de los Treinta Tiranos, en la que había dos familiares de Platón). Platón es invitado a participar, pero se retira viendo las injusticias de este gobierno. En el 403 vuelve una democracia que busca la reconciliación. Dispuesto de nuevo a participar en política, en el 399 la muerte de Sócrates ("el más justo de los hombres de su tiempo"a quien Platón seguía desde hacía 8 años), condenado a beber cicuta, lleva a Platón a una convicción: todos los Estados están mal gobernados, pues acceden al poder quienes son movidos por sus pasiones y ansían el poder, no quienes conocen la Justicia y el Bien. Y los males del género humano no se acabarán hasta que se eduque a los gobernantes en la filosofía (algo que intentó Platón en tres ocasiones en Siracusa, a petición de Dión, sin éxito), o los filósofos fueran quienes gobernaran (algo que Platón quiso lograr al fundar la Academia de Atenas en el 387 a.C. como centro educativo alternativo a los sofistas). Contexto filosófico La educación como una liberación de las cadenas que nos sujetan a la ignorancia apunta a problemas fundamentales de la época en la vivió Platón: el

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problema de la realidad de los valores morales y políticos, su papel en la vida individual y colectiva, el papel del lenguaje y de los conceptos en la creación de nuestro conocimiento y la orientación de nuestra vida. Todos estos problemas se aglutinaban en el problema de la educación de los ciudadanos, cuando el conocimiento se convierte en una fuerza social, y los planteamientos presocráticos, centrados en la realidad del cosmos, resultan insuficientes para las nuevas demandas de la vida política. La juventud de Platón coincide con el desarrollo del giro antropológico de la filosofía iniciado con sofistas y Sócrates, y ambas corrientes de pensamiento ejercen una influencia continua y poderosa en el pensamiento platónico. Platón sigue el planteamiento socrático en su enfrentamiento con los sofistas. Calificándolos de "mercenarios de la palabra" y “prostitutos del espíritu”, considera sus doctrinas escépticas y relativistas sobre el conocimiento y los valores y su convencionalismo moral y político perversiones para los jóvenes ansiosos de participar en el poder. Negaban la capacidad del lenguaje para representar la realidad, y en una sociedad ateniense en la que el gobierno se desarrollaba mediante el uso de la palabra, la oratoria, la erística y la retórica enseñadas por los sofistas tenían la finalidad de lograr persuadir para obtener éxito político, y eran el "alimento" de los demagogos que habían llevado a Atenas al desastre, desde el punto de vista platónico. Son los sofistas quienes aparecen en el mito de la caverna como los portadores de objetos en el interior de la caverna, incapaces de liberar de sus cadenas a los prisioneros y conducirlos hasta la luz. Y es Sócrates quien aparece no sólo como portavoz de las palabras de Platón en todos sus diálogos, sino que en el mito, es el prisionero liberado que ha ascendido al exterior (el sabio) y que vuelve al interior de la caverna para liberar a otros prisioneros (aun a costa de su vida). Para Platón, como para Sócrates, la educación es una mejora integral del alma, el conocimiento va de la mano de la virtud (intelectualismo moral), los valores morales son realidades objetivas y universales que se pueden conocer a través de la razón y definir a través de los conceptos, la verdad se manifiesta a través del diálogo, y el filósofo tiene la función de educar en una sociedad enferma de ignorancia y encadenada por aquello que considera valioso pero no son más que “sombras” de la realidad, como las que ven los prisioneros de la alegoría. A partir de la muerte de Sócrates Platón desarrolla su proyecto educativo y político siguiendo el modelo socrático de una forma perdurable y enfrentándose a los sofistas, pero incorporando elementos decisivos a raíz de sus viajes a la Magna Grecia porque le pusieron en contacto con los pitagóricos y la escuela eleática. La influencia del pitagorismo y del eleatismo se observa en sus diálogos de Transición (Menón, Gorgias, Crátilo), donde predominan los problemas políticos, pero ya se apuntan sus doctrinas sobre el alma, el conocimiento como recuerdo, la verdad como lo inteligible. Del pitagorismo recoge la creencia sobre la inmortalidad y trasmigración del alma, la idea del cuerpo como cárcel del alma, de la impureza por el contacto con lo sensible, de la expiación de esta impureza gracias al conocimiento, las matemáticas como conocimiento superior, los números como entidades realmente existentes, la unión entre política-filosofía. De la escuela eleática influyen tanto el recurso lógico de la dialéctica de Zenón como las doctrinas de Parménides: su planteamiento racionalista (los sentidos sólo nos proporcionan opinión, un conocimiento engañoso, sólo la razón accede a la verdad inmutable, eterna y universal), y el dualismo entre realidad auténtica (el ser como inmutabilidad, perfección) y apariencia (el mundo del cambio). Esta influencia del pitagorismo y eleatismo se hace patente en sus diálogos de madurez (El

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Banquete, Fedro, Fedón, La República…), donde aparecen las doctrinas dualistas de Platón (dualismo ontológico, epistemológico y antropológico), reflejadas en la alegoría de la caverna, y la utopía del Estado tripartito gobernado por filósofos.

2- Comentario del texto. Apartado a) Explicación de las dos expresiones subrayadas. Estas dos expresiones hacen referencia a dos componentes que forman parte del proceso educativo en cuanto adquisición de conocimiento y de virtud: liberación del alma de su situación inicial (ignorancia y falta de virtud), y ejercitación del alma en el conocimiento y las virtudes que la educan. Liberación de sus cadenas. Con esta expresión Platón hace referencia a la liberación del alma (prisionero) de todo lo que la ata (las cadenas) a lo inferior y de lo cual debe purificarse: el cuerpo, el mundo sensible, la opinión, las pasiones innobles de la parte apetitiva del alma. El alma tiene por destino contemplar la verdad (mirar hacia la luz), pero no puede hacerlo forzada a una situación antinatural a su naturaleza afín a las Ideas: encerrada en el cuerpo como en una tumba, habitando en el mundo sensible que actúa de prisión o cárcel, atada a lo sentidos, llena de conjeturas (el nivel más bajo de la opinión, rayando la ignorancia), y movida por sus propias pasiones, en lugar de por la razón, incapaz de conocer la verdad y de alcanzar la virtud. Por tanto, se trata de un elemento necesario y previo para que se pueda ascender en el conocimiento (curarse de la ignorancia, pues la falta de sabiduría es vista como una enfermedad para el alma), lo cual supone marchar mirando a la luz. Mirando a la luz. Con esta expresión Platón se refiere al proceso de educación del alma como un proceso de dirigir su capacidad de conocimiento racional (la mirada del prisionero) hacia la verdad (la luz del exterior de la caverna a la cual está abierta el interior de la caverna), no hacia la irrealidad, lo ininteligible (la oscuridad de la caverna), que era la situación en la que está el alma sin educar (el prisionero encadenado, forzado a mirar hacia las sombras del fondo de la caverna). Esta expresión aparece en una expresión más grande “marchar mirando a la luz” para referirse al proceso de conocimiento racional como algo activo, un proceso ascendente de conocimiento que parte de lo sensible hasta lo inteligible (dialéctica). En esta “marcha” está implicada toda el alma, pero especialmente está activa la razón, el órgano de la parte racional del alma que puede conocer la verdad, el Mundo Inteligible (como los ojos del prisionero pueden ver la luz). En el fragmento Platón especifica que mirar a la luz (dirigir la razón hacia la verdad) sucede tras la liberación de las cadenas (tras liberarse el alma de lo que le ata a lo inferior: sentidos, opinión, mundo sensible, pasiones). Se trata de un proceso gradual que necesita de la acomodación de la razón, “deslumbrada” (como el encandilamiento de los ojos del prisionero) por las realidades que tiene que conocer, y que produce incredulidad para admitir como más verdaderas las realidades que se le muestran en el ascenso hacia la verdad. En el libro VI de La República, en el símil del sol, aparece la comparación de la luz del sol con la verdad del Mundo Inteligible.

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Apartado b) Exposición de la temática. El fragmento de Platón presenta una temática onto-epistemológica y antropológica. Se corresponde con una parte del mito de la caverna, en la cual hace referencia a la educación como un cambio en la orientación del alma entera con respecto a su situación anterior (“encadenamiento” a la ignorancia, la falta de virtud) y un proceso de ascenso en el conocimiento y en el ser. En referencia a qué es la educación y cómo se produce, Platón se centra en este fragmento en los componentes de la educación y en la primera fase de ese ascenso en el conocimiento y en el ser. En este fragmento aborda estos aspectos desde el punto de vista epistemológico (el paso del nivel más bajo de conocimiento al inmediatamente superior), ontológico (pasar de lo menos real a cosas más reales), pero también antropológico: cómo experimenta el sujeto el proceso de educación al que está siendo sometido. Estos aspectos son abordados simbólicamente a través de la figura del prisionero (el alma) encerrado desde niño en el fondo de una caverna (el mundo sensible), que va a ser liberado de sus cadenas y obligado a marchar mirando hacia la luz. Sintetizando lo principal del texto, Platón nos dice que la liberación de las cadenas y la curación de la ignorancia de uno de los prisioneros es un proceso difícil y forzado ya desde la primera fase en la que el sujeto pasa del nivel más bajo de conocimiento (mirar sombras) al inmediatamente superior (percibir objetos) y se aproxima a realidades superiores (más reales) y mira más correctamente (marcha mirando a la luz), aunque el sujeto no lo considera así En la estructura del texto, se observa este contenido esencial en tres partes: En el inicio, se identifica el proceso de educación al que va a ser sometida el alma sumida en la ignorancia con la experiencia a la que va a ser sometido el prisionero y que se describirá a continuación (Examina ahora el caso de una liberación de sus cadenas y de una curación de su ignorancia). El proceso de la educación se muestra compuesto por dos momentos necesarios, y en un orden concreto: primero la liberación de las cadenas que nos atan a la ignorancia (las cadenas que tienen al prisionero inmovilizado en el fondo de la caverna), después la curación de la ignorancia. Con estas dos expresiones “liberación de las cadenas” y “curación de la ignorancia”, Platón resume el proceso educativo como un proceso integral al que se somete al alma, presentándonos metáforas fundamentales de contenido antropológico, epistemológico y ontológico: prisionero (alma), cadenas (pasiones, sentidos), ignorancia (opinión sobre el mundo sensible), liberación y curación (superación del estado de ignorancia de la verdad y de falta de virtud) A continuación, nos describe el proceso de “curación de la ignorancia” y cómo experimenta el prisionero (el alma) este proceso de curación. (“qué pasaría….cuyas sombras había visto antes”). En referencia a los elementos que configuran la “curación de la ignorancia”, Platón enumera tres acciones que hacen referencia a lo que el alma debe realizar, y que tienen un claro contenido epistemológico y ontológico: Levantarse de repente, volver el cuello, marchar mirando hacia la luz, es decir, abandonar la realidad anterior y el modo de conocimiento anterior para dirigirse a una nueva realidad y un nuevo conocimiento. En referencia a cómo experimenta el prisionero (el alma) esta experiencia, destaca la vivencia de verse obligado a actuar en contra de lo que habitualmente hacía, para poder salir de la ignorancia y alcanzar el saber (forzado a

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levantarse de repente, volver el cuello y marchar mirando hacia la luz), por lo cual experimenta sufrimiento e incapacidad inicial de conocer la nueva realidad que se le presenta (y al hacer esto, sufriera y a causa del encandilamiento fuera incapaz de percibir aquellas cosas cuyas sombras había visto antes). Finalmente se identifica el primer nivel del ascenso en el conocimiento y en el ser como el paso de mirar sombras a percibir objetos (percibir aquellas cosas cuyas sombras había visto antes) como una aproximación hacia algo más real, y una manera más correcta de conocer, destacando el componente onto-epistemológico (¿Qué crees que respondería…..correctamente?). La identificación de este primer paso en la curación de la ignorancia también nos es presentada desde la experiencia del alma, la experiencia del prisionero. Con respecto a este componente antropológico del ascenso en el conocimiento y en el ser, Platón destaca la vivencia de la incredulidad y dificultad ( Y si se le mostrara…..muestran ahora?), con lo que Platón resalta la dificultad de la educación para un alma que, desde su unión al cuerpo, no ha contemplado más que sombras de la realidad. Apartado c) Justificación desde la posición filosófica del autor. Nota: Os propongo dos modelos distintos de justificación. El primero es un modelo por “apartados”. El segundo es un modelo que se rige siguiendo el relato del mito de la caverna. En los dos modelos, la introducción es la misma

(Modelo 1 de justificación)

El análisis de la educación de quienes serán futuros gobernantes es el problema que nos invita a examinar Platón a través de la alegoría de la caverna (Examina ahora (…) curación de su ignorancia): ¿Qué es la educación, en qué consiste? Responder a esta pregunta supone desentrañar toda la filosofía platónica, pues la educación es un proceso que afecta al alma antera, supone la adquisición de un conocimiento sobre realidades superiores (las Ideas, y en concreto, la Idea de Bien) que no nos proporcionan los sentidos ( estos sólo conforman Opinión) sino la razón ( se trata de la Ciencia o Episteme), una mejora del alma en sus virtudes ( moderación del alma apetitiva, valentía de la parte irascible, sabiduría de la parte racional), para después saber actuar de manera justa y acorde al Bien en sí en la vida privada y pública ( el Estado). El mismo Platón, al inicio de la alegoría, nos dice que comparemos nuestra naturaleza (se está refiriendo al alma) antes y después de ser educada en el conocimiento del Bien con una situación que nos describe alegóricamente su dualismo ontológico (mundo sensible// Mundo Inteligible), epistemológico (Opinión// Ciencia), antropológico (cuerpo// alma) y los grados de realidad en correspondencia con los grados de conocimiento (hay un paralelismo entre el mito y el símil de la línea). El objetivo es que comprendamos la importancia del proceso educativo de los filósofos-gobernantes para la justicia en la polis.

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La naturaleza del ser humano antes de ser educado como el prisionero encadenado desde niño en el interior de una oscura caverna. Dualismo ontológico y antropológico. En la alegoría, Platón se sirve de la imagen de una caverna para representar el mundo sensible, y el exterior para simbolizar el mundo inteligible. La caverna tiene toda su entrada abierta a la luz del exterior, es decir, el mundo sensible participa de alguna manera de la verdad, aunque no sea la realidad auténtica. El mundo sensible es la copia o imitación del inteligible. Es un mundo material, por lo que cambia, es imperfecto, no tiene en sí mismo la causa de su esencia y existencia. El mundo inteligible es la esencia trascendente del mundo sensible, el modelo o paradigma que inspiró al Demiurgo cuando moldeó el mundo sensible a partir de la materia caótica. Está compuesto por entes inmateriales, eternos y perfectos: los objetos matemáticos y las Ideas, en cuya cima está la Idea de Bien, representada en la alegoría por el Sol del exterior. En el mundo sensible están las almas temporalmente ocupando un cuerpo ( a la muerte del ser humano, las almas transmigran a otros cuerpos, se reencarnan). Las almas constituyen la naturaleza del ser humano, no el cuerpo. Las almas son inmateriales, inmortales, afines a las Ideas, son el principio de vida y de conciencia. Su unión con el cuerpo es violenta y accidental, y unidas al cuerpo son prisioneros, debido a su caída desde el mundo inteligible, cuando intentaban contempla...


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