El mito de la caverna PDF

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La alegoría de la caverna, también conocida como el mito de la caverna —aunque en realidad solamente es una alegoría de intenciones pedagógico-filosóficas, no un mito pues no aparece reflejado...

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Informe de lectura del mito de la caverna.

Se trata de una de las metáforas más claras y sencillas de entender de la filosofía occidental. De hecho, no es un mito sino una alegoría o metáfora, que Platón incluyó en su gran obra “La República”. En ella utiliza el personaje real del también filósofo Sócrates para exponer sus propias ideas acerca de cómo debe funcionar la vida en la Polis, las ciudades independientes de la antigua Grecia. Platón describe una cueva o caverna en la que se encuentran un grupo de hombres, prisioneros desde su nacimiento con cadenas que les sujetan el cuello y las piernas. Sólo pueden mirar hacia la pared del fondo, sin ser capaces nunca de girar la cabeza hacia otro lado. Justo detrás de ellos se encuentra un muro y una hoguera, y al fondo de la cueva la salida que da al exterior. Tras el muro circulan hombres portando todo tipo de objetos distintos, cuyas sombras, por la luz del fuego, se proyectan en la pared a la que miran los prisioneros. Estos, privados de cualquier otra información, considerarán esas sombras como la única realidad existente. No tienen conocimiento de nada de lo que pasa a sus espaldas, ni mucho menos del mundo que existe fuera de la cueva. El relato continúa explicando qué ocurrirá cuando uno de estos prisioneros de pronto sea liberado, y se le revele todo el trucaje de la hoguera y los objetos, descubriendo de este modo que existe otra realidad. Una más profunda y compleja de la que vivió hasta ahora, que estaba compuesta sólo de apariencias. Asumida esta nueva situación, el prisionero se encamina hacia la salida de la caverna. Una vez fuera conoce la realidad del mundo exterior: los hombres, la sociedad, la naturaleza...todos los elementos que sirvieron de referencia para las sombras que se proyectaban en la pared de la caverna. Y por fin es capaz de mirar directamente al Sol, principio de todo. Tras esto el prisionero vuelve al interior de la caverna para intentar liberar a sus compañeros. Pero cuando estos escuchan sus relatos extraordinarios acerca de otra realidad, no lo toman en serio y se ríen de él. Afirman que sus ojos se han estropeado al salir de la cueva, acostumbrados a la oscuridad. Nuestro protagonista no se rinde y lucha por convencerlos para intentar romper sus cadenas y hacerles subir hacia la luz. Pero estos, en su acto de estupidez, le darán de lado e incluso serán capaces de matarlo si tienen la oportunidad. Seguramente ya tienen una ligera idea de cuál era la intención de Platón con este relato, Él consideraba la existencia de dos mundos. Por un lado, el mundo sensible, la apariencia, lo que simplemente percibimos a través de los sentidos, representado por las sombras en la cueva. Y por otro el mundo inteligible, el del conocimiento puro, lo que realmente existe, que se simboliza a través del mundo exterior. Y por encima de todo el Sol, que encarna la verdad que todo lo ilumina. Con esta alegoría Platón intenta hacernos ver que no debemos quedarnos con las primeras apariencias, con lo que simplemente nos llega a través de los sentidos.

Nuestra obligación es usar la ciencia y la educación para tener un espíritu crítico y poder llegar más allá de eso, hasta descubrir la verdadera naturaleza de las cosas y la realidad que guardan. Es algo que nos pasa a menudo, ¿no es cierto? Juzgamos precipitadamente a una persona o un hecho, o nos dejamos llevar por habladurías. No nos paramos a analizar las cosas para intentar ir más allá y llegar a la auténtica verdad. Esto es precisamente lo que Platón nos aconseja que hagamos. Y no sólo eso, tenemos que ayudar a los demás a que también puedan alcanzar esa realidad, aunque en principio se muestren en el aire como se dice vulgarmente. Tan simple como eso, es una filosofía que nos ayudará a obrar mejor en nuestra vida. Así que la moraleja es no se queden mirando las sombras de la pared y persignan siempre el conocimiento que prevalece en la luz...