EL Imperio Comanche - Trabajo-Resumen de libro de lectura obligatoria PDF

Title EL Imperio Comanche - Trabajo-Resumen de libro de lectura obligatoria
Course Historia De America
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Trabajo-Resumen de libro de lectura obligatoria...


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EL IMPERIO COMANCHE Pekka Hämälainen

Enero de 2015 Centro UNED: Gregorio Marañón

Curiosamente, una de las mas antiguas impresiones que guardo de los indios Comanches fue a través de la película de Jhon Ford , “The Searchers” (1956); traducida en España por el “poético” título de “Centauros del Desierto”. En ella, el rapto de una pequeña, hija de unos colonos en la Texas de la posguerra civil

norteamericana, por el jefe comanche Cicatriz desencadena una de las más, en mi opinión, legendarias búsquedas de la historia del cine (ríase usted de las comunidades de los anillos y demás criaturas “tolkineanas” entregadas a bizantinas búsquedas). No pretendo aquí una disertación cinematográfica, ya que el tema no es ese y lo sé, pero permítame por favor extenderme aun un poco mas, pues ya le anticipo que pretendo que la citada película

me sirva de hilo argumental para el

comentario del libro que a ambos nos reúne y que haga al citado comentario lo más ameno posible, ya que el libro no lo ha sido (al menos para mí). Ethan Edwars (Jhon Wayne), tío de la muchacha raptada, parte en busca de la misma y de los comanches raptores acompañado de un muchacho mestizo llamado Martin En el camino recorren buena parte del sur de los balbuceantes Estados Unidos, donde en ocasiones cuentan con la ayuda de los Rangers de Texas. Al cabo de cinco años encuentran por fin a la muchacha la cual se ha convertido en una comanche de provecho y no desea en absoluto volver con lo que resta de su familia “wasp”. Solo la magia del cine consigue que la adolescente Nathalie Wood retorne al redil.

El libro no aporta datos nuevos o de interés sobre el origen del pueblo comanche. Cazadores-recolectores como tantas otras tribus que, provenientes del norte, inician su marcha al sur en plena Edad Media europea buscando un lugar bajo el Sol y mejores condiciones de vida. Poseen un idioma de la familia uto-azteca, forman alianzas con otros pueblos (ute, pueblo que introduce el caballo en la vida de los comanches) y encuentran su némesis: los apache Como dice el autor (de forma un tanto pomposa), los comanches ingresan en la historia escrita el año de 1706 cuando los vecinos de Taos (actual Nuevo México) dan noticia de ciertos aliados de los ute llamados comanches, los cuales se disponen a atacarlos.

Los comanches topan, en su avance hacia el sur, con la periferia, con la avanzadilla de un imperio que ya no se encuentra en el cenit de su poder. La presencia hispana al sur de los actuales Estados Unidos (Texas y Nuevo México) se puede describir como de agónica. Ciudad de México se encontraba muy lejos, además las vías de comunicación eran pésimas. La tierra cultivable no se podía calificar de feraz y entre las minúsculas poblaciones de Taos o San Agustín y la capital de Nueva España no existían lugares de importancia…pero para los comanches de la época se acababa de abrir la “cueva de Alí Baba”, me explicaré. Las débiles autoridades coloniales hispanas no podían mas que intentar capear el temporal que se les venía encima. Los comanches tanto comerciaban como robaban-saqueaban-mataban sin aparentemente ningún distingo. Un día asaltaban una granja donde al que no mataban lo hacían esclavo y a la semana siguiente se presentaban en Taos para comerciar pacíficamente en su feria. Los gobernadores debían de comulgar con esas ruedas de molienda pues no tenían suficiente poder militar para hacerles frente, llegando incluso a deshacer la alianza con los apaches (ya de por sí no muy provechosa), para buscar la paz con los incómodos comanches. Es justo decir que el autor bucea en fuentes etnográficas (a pesar del peligro muy evidente de los paralelos etnográficos) y plantea la historia de una forma sumamente original al situar su mirada cenital no sobre las fronteras de los imperios europeos o las de los incipientes Estados Unidos sino en el centro de ese territorio llamado Comanchería e intentar construir un relato centrífugo a pesar de las terribles limitaciones de contar el devenir de una sociedad cuyas fuentes escritas provienen en su totalidad de sus enemigos. El doctor Pekka Hämälainen nos lleva al fin de la Guerra de los Siete Años en los territorios norteamericanos y como las nuevas fronteras no tienen en cuenta a los comanches (ni a ningún otro pueblo indígena norteamericano. Hubiera sido algo mas que un milagro que se les mentara en el Tratado de París o en algún otro de esa envergadura y en esa época). A mi muy modesto entender el autor juega, quizás de forma inconsciente llevado por su creo sincera admiración hacia los

“Señores de las Llanuras”, con la exageración de la importancia de la recuperación colonial hispana de la década de 1780 y de las Reformas Borbónicas y la exitosa Confederación Comanche que se les opuso. Si exageramos o magnificamos a nuestro enemigo, mas grande e importante será nuestra victoria. Sí es cierto que las reformas de Carlos III fueron muy importantes en el conjunto del imperio americano, pero esas reformas debían de estar acompañadas de medios materiales para llevarlas a cabo, medios materiales que siempre fueron muy escasos en la frontera norte. Una política decidida, la llegada de grandes cantidades de colonos y los medios materiales oportunos, hubieran puesto en jaque a los comanches y ninguna confederación comanche los hubiera sustraído a la conquista y a la aculturación, como así paso con el siguiente imperio con el cual tuvieron que convivir (ojo!, con esto no pretendo defender ninguna postura imperialista ). La agitada historia de esa parte de Norteamérica jugó a favor de los comanches, los cuales, debido a su pericia con el caballo, caza, comercio, y guerra, se habían deshecho, arrinconado o integrado como federadas a las demás tribus indias eventualmente competidoras. El imperio español desapareció, se creó un débil estado mexicano que contaba dentro de sus fronteras con Texas y Nuevo México. Ya antes de la desaparición del imperio hispano, los Estados Unidos comenzaron a interesarse por las Grandes Llanuras, atrayendo a los comanches con los cantos de sirena de su variado comercio (en comparación del raquítico comercio hispano imperial), algo irresistible para los comanches. Ese impás de espera entre la afirmación estadounidense y el fracaso como estado (al menos al norte del río Grande) de México fue la época culminante del llamado Imperio de las Llanuras. Ataques despiadados dentro del territorio mexicano que llevaron a este joven país al borde del colapso.

La conjunción de sobreexplotación de los recursos naturales (bisontes) y una prolongada sequía hace languidecer y tambalear al otrora poderoso imperio

indio, eso y a lo mejor el axioma de que el nacimiento de un imperio conlleva el fin de otro ¿será el imperio comanche el imperio desaparecido para el parto del imperio norteamericano?, no lo creo. Lo que si creo es en la inviabilidad de la nación comanche con tan poderosos vecinos y que tristemente al final suele imponerse la forma de ver las cosas y las razones del poseedor del arma de mayor calibre. De todas formas la guerra civil americana los rescata momentáneamente de su postración debido a la importancia de los comanches como comerciantes de caballos y ganado para ambos contendientes. En este punto vuelvo a ocuparme (con su permiso y solo momentáneamente) de los “centauros” ya que la historia relatada transcurre mas o menos en esta época. Solo la retomaré para un par de detalles que me parecen de importancia: El fiel compañero de busca de Jhon Wayne se llama Martin y es mestizo, esto es, mezcla de sangre india y europea. A tenor de lo expuesto en el libro y de otras lecturas complementarias esta integración social aun era bastante frecuente y no conllevaba prejuicios racistas: una sociedad necesitada de todos sus individuos y donde el mestizo no era apartado ya que se valoraban sus supuestas habilidades. El otro detalle es la integración dentro de la sociedad comanche de la niña raptada. El libro nos deja meridianamente clara la necesidad de la sociedad comanche de importar individuos para engrosar su propia nación, primero como esclavos y después como miembros de derecho; paralelismo que me trae a la cabeza a los turcos otomanos y a sus aportes extranjeros: jenízaros, visires, esposas del sultán y tantos otros personajes importantes en la historia del imperio turco (imperio tan bien glosado por Jason Goodwin en su faceta de ensayista e incluso de novelista). Como colofón decir que el libro me ha parecido bien o muy bien documentado en términos generales pero falto de pulso narrativo (se que no es una novela pero me resisto a renunciar a lo de enseñar deleitando). Quizás muy extendido al principio y algo apelotonado al final y pocas referencias a la nación comanche hoy día, amén de encontrarlo muy cicatero de ilustraciones en una obra tan extensa

P.S. No me resisto a la comparación de los rasgos comunes (y de las sonoras diferencias) que posee el pueblo sami de la Finlandia (Laponia) natal del autor, comparación que, ¿por qué no? también quizás se haya hecho el mismo Pekka Hämäläinen....


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