El testamento de César PDF

Title El testamento de César
Author LEINER BRACHO
Course Historia Del Arte Y La Arquitectura Antigua
Institution Universidad Francisco de Paula Santander
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El testamento de César[editar]

Julio César fue asesinado en 44 a. C. durante los idus de marzo. Morte di Giulio Cesare (1798), pintura de Vincenzo Camuccini.

Para cuando Julio César fue asesinado en los idus de marzo (el 15 de marzo) de 44 a. C., Octavio se hallaba estudiando y formando parte de un entrenamiento militar en Apolonia de Iliria, (en el emplazamiento de la ciudad moderna de Pojan). Tras objetar el consejo de algunos oficiales del ejército de que tomara refugio con las tropas en Macedonia, el joven navegó a Italia para averiguar si tenía algunas potenciales fortunas políticas o, siquiera, posibilidades de afianzar su seguridad.22 Al llegar a Lupiae, cerca de Brindisi, se enteró del contenido del testamento de César, y solo entonces decidió luchar por convertirse en el heredero político de su tío abuelo, así como beneficiario de las dos terceras partes de su patrimonio.182223 Por otro lado, al no tener ningún hijo legítimo,24 César adoptó a Octavio como su hijo y principal heredero.25 Tras la adopción, Octavio asumió el nombre de su tío abuelo, Cayo Julio César. Aunque los romanos que eran adoptados en una nueva familia usualmente retenían sus nombres originales (por ejemplo, «Octaviano» para todo aquel que había sido un «Octavio», «Emiliano» para un «Emilio», etc.), no hay prueba alguna de que él usara en algún momento el nombre Octaviano, lo cual pudo haber vuelto muy lógico el dato de sus orígenes modestos.262728 Sin embargo, a pesar de que nunca usara de manera oficial el nombre Octaviano, para evitar confundir al dictador con su heredero, los historiadores suelen referirse al nuevo César —entre su adopción y asunción, en 27 a. C., de nombre Augusto— como Octaviano.28 En algún momento, Marco Antonio dijo que Octaviano había sido adoptado por César a través de favores sexuales, aunque Suetonio mencionó, en su obra Las vidas de los doce césares, que la acusación de Antonio consistía verdaderamente en una calumnia política.29 Debido a su propósito de realizar una entrada exitosa en los peldaños de la jerarquía política romana, Octaviano no podía confiar en sus fondos limitados. 30 Tras una cálida recepción por los soldados de César en Brindisi,31 Octaviano demandó una porción de los fondos que habían sido repartidos por César para la tentativa guerra contra el Imperio Parto —el vecino más poderoso de Roma— en el Medio Oriente.30 El dinero acumulado equivalía a setecientos millones de sestercios, monto que se hallaba almacenado en Brindisi, la zona de estacionamiento en Italia para las operaciones militares en territorio oriental. 32 Una posterior investigación senatorial en torno a la desaparición de los fondos públicos rechazó tomar acciones legales contra Octaviano, puesto que él había usado, de forma subsecuente, todo aquel dinero acumulado para aumentar sus tropas contra el archienemigo del senado, Marco Antonio.31 Octaviano llevó a cabo otra acción audaz en 44 a. C. cuando, sin poseer permiso oficial, se apropió del tributo anual que había sido enviado de la provincia del oriente próximo de Roma a Italia.2733 Con el paso del tiempo, Octaviano empezó a reforzar sus tropas con los legionarios veteranos de César y los cuerpos militares diseñados para la guerra contra los partos, obteniendo un mayor apoyo al enfatizar su estatus como heredero de César. 2234 En su marcha a Roma a través de Italia, la presencia de Octaviano y sus nuevos fondos

adquiridos atrajeron a muchos exveteranos de César en Campania.27 Para junio, había reunido un ejército de tres mil veteranos leales, cada uno con un salario de quinientos denarios.353637 Al llegar a Roma, el 6 de mayo de 44 a. C.,27 Octaviano encontró al cónsul Marco Antonio, excolega de César, en una frágil tregua con los asesinos del dictador; a estos se les había concedido una amnistía general el 17 de marzo, aunque Antonio había logrado expulsar a la mayoría de ellos de Roma.27 Esto último se debía al elogio «enardecedor» que dio en el funeral de César, dirigiendo la opinión pública en contra de los asesinos. 27 Aunque Antonio estaba acumulando apoyo político, Octaviano todavía tenía la oportunidad de rivalizar con él para ser el dirigente de la facción que apoyaba a César. Además, Antonio había perdido el apoyo de muchos romanos y partidarios de César cuando se opuso, en primera instancia, a la moción hecha para elevar a César a un estatus divino.38 Octaviano no tuvo éxito al intentar persuadir a Antonio de que renunciara al dinero de César para que se lo entregara a él; sin embargo obtuvo, durante el verano, el apoyo de los simpatizantes de César, quienes veían al joven heredero como el mal menor y esperaban ya fuera manipularlo, o servirse de él en sus esfuerzos para deshacerse de Antonio.39 En septiembre, el orador optimate Marco Tulio Cicerón comenzó a atacar a Antonio en una serie de discursos en los que denunciaba que representaba la mayor amenaza para el orden del Senado.4041 Con la opinión de los romanos cada vez más en su contra y sabiendo que su año de poder consular llegaba pronto a su fin, Antonio intentó aprobar una serie de leyes que le otorgarían finalmente el control sobre Galia Cisalpina, territorio de Décimo Junio Bruto Albino, uno de los asesinos de César. 4243 Mientras tanto, Octaviano reclutó un ejército privado en Italia al enrolar a los veteranos de César, y el 28 de noviembre obtuvo la lealtad de dos de las legiones de Antonio gracias a su oferta de recompensas de carácter económico.444546 A la vista de la fuerza militar de Octaviano, Antonio percibió el peligro que suponía para él permanecer en Roma y, para el alivio del Senado, partió hacia la Galia Cisalpina, que le debía ser entregada para su gobierno a partir del 1 de enero.46

Primer conflicto con Antonio[editar] Véase también: Guerra de Módena

Busto de Marco Antonio, partidario de Julio César y notable personalidad militar en Roma.

Después de que Décimo Bruto rehusara entregar la Galia Cisalpina a Antonio, Antonio lo sitió en Mutina (actual Módena).47 Las resoluciones dictadas por el Senado para detener la violencia fueron ignoradas por Antonio, a sabiendas de que el Senado carecía de un ejército propio con el cual desafiarlo. Lo anterior, le dio una oportunidad a Octaviano, quien se sabía que poseía fuerzas armadas.45 Durante esta época, Antonio acusó a Octaviano de conspirar

contra él, y de haber intentado asesinarlo.14 Sin embargo, el joven no estaba completamente desamparado para afrontar las acusaciones, ya que tenía de su lado a varios personajes importantes que estaban dispuestos a ayudarlo. Entre ellos, Cicerón, que tenía un profundo odio hacia Antonio,14 defendió a Octaviano contra las burlas de Antonio sobre la ausencia de noble linaje en el joven; este respondió: «no tenemos un ejemplo más brillante de devoción tradicional entre nuestros jóvenes».48 Esto fue, en parte, una refutación a la acusación dirigida por Antonio a Octaviano, pues Cicerón citó a Antonio cuando le dijo a aquel: «Tú, muchacho, le debes todo a tu nombre».4950 Con base en esta difícil alianza orquestada por el senador anticesariano Cicerón, el Senado nombró a Octaviano senador el 1 de enero de 43 a. C., y asimismo le otorgó el poder de votar junto con los cónsules. 4546 Aun cuando el Senado le brindó su apoyo, su verdadero objetivo era debilitar las facciones partidarias de César y ayudar a Bruto, quien se hallaba asediado por Antonio. 14 Así, Octaviano recibió el imperium propretoriano, lo cual hizo que su situación al mando de un ejército fuera legal —a diferencia del poder ejercido por Antonio—, 14 y así podría ir a socorrer el asedio, junto con los cónsules Hircio y Pansa.4551 En abril de 43 a. C. , las fuerzas de Antonio fueron vencidas en las batallas de Forum Gallorum y Mutina, forzando a Antonio a retirarse de Galia Narbonense. No obstante, ambos cónsules murieron durante los enfrentamientos, lo que dejó a Octaviano como el único comandante en jefe de sus ejércitos.5253 El senado, después de entregar un mayor número de condecoraciones a Décimo Bruto que a Octaviano por haber derrotado a Antonio, intentó darle el dominio de las legiones consulares a Décimo Bruto, pero Octaviano decidió no cooperar. 54 Por el contrario, Octaviano permaneció en la llanura padana y rehusó ayudar en las futuras ofensivas en contra de Antonio. 55 En julio, una embajada de centuriones enviada por Octaviano llegó a Roma para exigir que se entregara a Octaviano el consulado que había quedado vacante tras las muertes de Hircio y de Pansa.56 Asimismo, exigió que, por un lado, el decreto que declaraba a Antonio como enemigo público fuera anulado55 y, por el otro, que se disolviera la amnistía dada a los conspiradores responsables de la muerte de César. 14 Cuando recibió la negativa del senado, Octaviano marchó sobre la ciudad de Roma al mando de ocho legiones. 55 No se encontró con ninguna oposición militar en Roma, a pesar de que el Senado había enviado al pretor Manio Aquilio Craso al Piceno a reclutar tropas,57 y el 19 de agosto de 43 a. C. fue elegido cónsul junto con su familiar Quinto Pedio.5859 Mientras tanto, Antonio formaba una alianza con Lépido, otro líder cesariano.60

Segundo triunvirato[editar] Proscripciones[editar]

Áureos mostrando los retratos de Marco Antonio (izquierda) y Octaviano (derecha), emitidos en 41 a. C. para celebrar la institución del Segundo Triunvirato por Octaviano, Antonio y Lépido en 43 a. C. Ambos lados poseen la inscripción «III VIR R P C», que significa «Tres hombres con autoridad consular en la organización del Estado». 61

A pesar de su derrota en Módena, Antonio todavía contaba con un considerable apoyo entre las tropas romanas, llegando a reagrupar sus fuerzas en la Galia, donde llegó a reunir hasta 17 legiones. No obstante, tanto Lépido como Octaviano sabían que, de seguir enfrentándose entre ellos, los partidarios cesarianos se reducirían de manera significativa, lo cual daría

ventaja a los asesinos de César ya que no se verían en la necesidad de usar sus fuerzas. Por ello, Lépido planteó la necesidad de una alianza entre ellos;14 en un encuentro realizado cerca de Bolonia en octubre de 43 a. C., Octaviano, Antonio y Lépido formaron una dictadura militar conocida como el Segundo Triunvirato,62 cuyo objetivo primordial era el restablecimiento de la autoridad estatal.9 El acuerdo entre los triunviros cristalizaría en una ley aprobada por la Asamblea Popular, en virtud de la cual los triunviros obtenían poderes especiales por una duración de cinco años. Este carácter oficial distingue el Segundo Triunvirato del Primer Triunvirato integrado por Cneo Pompeyo Magno, Julio César y Marco Licinio Craso, que no pasó de ser un mero acuerdo político privado entre las partes, a través del cual controlaban las elecciones y decisiones de las distintas instituciones de la República. 6263 A continuación, los triunviros pusieron en marcha una serie de proscripciones en las que supuestamente se puso fuera de la ley a trescientos senadores y dos mil équites, siendo privados de sus propiedades e inclusive, para aquellos que no lograran escapar, de sus vidas.64 La cifra de trescientos senadores proviene del cálculo de Apiano, si bien Tito Livio, autor anterior a él, afirmó que solamente habían sido perseguidos ciento treinta. 65 Este decreto publicado por el triunvirato se debió en parte a una necesidad de obtener dinero para pagar los salarios de las tropas que habrían de participar en el inminente enfrentamiento contra los asesinos de César, Marco Junio Bruto y Cayo Casio Longino.66 Se ofrecieron recompensas a cambio de la detención de los proscritos —veinticinco mil dracmas a los soldados que mataran a un proscrito y llevaran su cabeza a Roma, y la manumisión a los esclavos que asesinaran a sus amos proscritos—914 para incentivar que los ciudadanos les persiguieran, mientras que los activos y propiedades de los detenidos eran requisadas y quedaban en poder de los triunviros.64 Los historiadores romanos contemporáneos se contradicen entre ellos en relación a cuál de los triunviros fue más responsable por las proscripciones y los asesinatos. Sin embargo, las fuentes coinciden en el hecho de que la promulgación de las proscripciones fue un acuerdo hecho conjuntamente por las tres facciones con el propósito de eliminar a los enemigos políticos.67 Marco Veleyo Patérculo afirmó que Octaviano había tratado de evitar las proscripciones de cargos públicos, y acusa a Lépido y a Antonio de ser los culpables de haberlas puesto en marcha.68 Dion Casio también defendió a Octaviano al mencionar que trató de descartar a la mayor cantidad posible de personas de las listas de proscritos, mientras que Antonio y Lépido, al estar involucrados en la política un mayor tiempo que él, tenían más enemigos que liquidar. 68 Apiano rechazó está afirmación y mantenía que Octaviano compartía un interés equiparable al de Antonio y Lépido para erradicar a sus adversarios políticos. 69 Suetonio, por su parte, relata los hechos diciendo que Octaviano, aunque se había mostrado al principio reacio a las proscripciones, finalmente persiguió a sus rivales con incluso más rigor que los otros dos triunviros.6770 Plutarco describió este acontecimiento como despiadado, calificándolo como un intercambio encarnizado de amigos y familiares entre Antonio, Lépido y Octaviano. Por ejemplo, Octaviano permitió la proscripción de su aliado Cicerón, mientras que Antonio admitió la de su tío materno Lucio Julio César y Lépido la de su hermano Lucio Emilio Lépido Paulo.68 Algunas fuentes conciben que el hecho de proscribir amigos y familiares era para apropiarse de sus propiedades y amasar una fortuna mayor con el fin de asegurar su hegemonía en Roma.14 Batalla de Filipos y división territorial[editar] Artículo principal: Tercera guerra civil de la República romana

Mapa donde se ilustran los movimientos de los distintos ejércitos involucrados en la batalla de Filipos, en 42 a. C.

El 1 de enero de 42 a. C. el Senado reconoció de manera póstuma a Julio César como una divinidad del estado romano: Divus Iulius. Para apoyar su causa, Octaviano hizo hincapié en el hecho de que, en consecuencia, él, como hijo adoptivo de César, era ahora Divi filius («Hijo del Dios»).71 Tras esto, Antonio y Octaviano enviaron por mar a 28 legiones para enfrentarse a los ejércitos de Bruto y Casio, que habían instalado su base de poder en Grecia.72 Tras dos enfrentamientos en Filipos, Macedonia, en octubre de ese mismo año, el ejército cesariano logró la victoria y tanto Bruto como Casio se suicidaron. De acuerdo a Suetonio, Octaviano «no mostró moderación en la victoria, enviando a Roma la cabeza de Bruto, para que la arrojaran a los pies de la estatua de César, aumentando así con sangrientos ultrajes los castigos que impuso a los prisioneros más ilustres».73 Por otra parte, Marco Antonio usaría luego los ejemplos de dichas batallas para menospreciar a Octaviano, puesto que las dos contiendas habían sido ganadas de forma decisiva con el uso de las tropas de Antonio. 74 Además de exigir el reconocimiento por las victorias, Antonio calificó a Octaviano como un cobarde por haberle entregado el control militar directo de sus legiones a Marco Vipsanio Agripa.74 En cualquier caso, tras la batalla de Filipos los triunviros llegaron a un nuevo acuerdo territorial para el reparto de poder: mientras que Antonio dejaba la Galia, las provincias de Hispania e Italia en manos de Octaviano, recibía el control de la parte oriental del imperio. Antonio viajó a Egipto, en dónde se alió con la reina Cleopatra VII, la examante de Julio César y madre del hijo natural de César, Cesarión. Sintiéndose frustrado por la decisión tomada por Antonio, quien le había cedido Hispania a Octaviano, Lépido se quedó solamente con la provincia de África.75 Octaviano tuvo que decidir en qué lugares de Italia habría de asentar a las decenas de miles de veteranos de la campaña de Macedonia, algo que los triunviros se comprometieron a cumplir desde un inicio. Además, las decenas de miles que habían peleado del lado republicano con Bruto y Casio, que fácilmente podrían aliarse con un oponente político de Octaviano en caso de que no se les contentase, requerían igualmente un lugar para establecerse.75 Ya no había más terreno público controlado por el gobierno para destinarlo como asentamiento para sus soldados, por lo que Octaviano debía elegir una entre dos opciones: enfrentarse a muchos ciudadanos romanos mediante la confiscación de sus tierras o enfrentarse a muchos soldados romanos, que a su vez podrían provocar una gran oposición en su contra en el corazón de Roma. Finalmente, Octaviano eligió la primera opción.76 En total, hubo hasta 18 ciudades romanas afectadas por los nuevos asentamientos, inclusive poblaciones enteras que fueron expulsadas o, al menos, desalojadas parcialmente de sus tierras.77 Rebelión y alianzas matrimoniales[editar] Véase también: Guerra de Perusia La insatisfacción generalizada con Octavio por los asentamientos de sus soldados incitó a muchos a que se concentraran de lado de Lucio Antonio, hermano de Marco Antonio, que

contaba con el apoyo de una mayoría considerable en el Senado.77 Mientras tanto, Octaviano pidió el divorcio de Claudia (hija de Fulvia y de su primer esposo, Publio Clodio Pulcro), reclamando que el matrimonio nunca se había llegado a consumar; como resultado, decidió devolverla con su madre, la esposa de Antonio. Fulvia, insultada, decidió responder: junto con Lucio Antonio, formó un ejército en Italia para aliarse a las fuerzas de Antonio en contra de Octaviano. Sin embargo, la apuesta política de Lucio y Fulvia al oponerse a Octaviano era muy arriesgada, ya que el ejército romano todavía dependía de los triunviros para obtener sus salarios.77 Lucio y sus aliados terminaron siendo sitiados en Perusia (actual Perugia), en donde Octaviano los obligó a rendirse a principios de 40 a. C.77 Lucio y su ejército fueron perdonados gracias a su parentesco con Antonio, cuya influencia era predominante en Oriente, mientras que Fulvia fue exiliada a Sición.78 Sin embargo, Octaviano se mostró despiadado con los aliados políticos de Lucio; el 15 de marzo, aniversario del asesinato de Julio César, mandó ejecutar a trescientos senadores romanos y équites acusados de haberse aliado con Lucio.79 Asimismo, Perusia fue saqueada e incendiada como advertencia a los demás.78 Este evento sangriento manchó de alguna forma el legado de Octaviano, llegando a ser criticado por muchos, entre ellos el poeta augusto Propercio.79

Escribonia fue la segunda esposa de Octavio y madre de su única hija natural, Julia la Mayor.79

Por otro lado Sexto Pompeyo, hijo del extriunviro Cneo Pompeyo Magno, se había convertido en un general renegado desde la victoria de César sobre su padre y sobre el bando republicano. Finalmente se había establecido en Sicilia y Cerdeña como parte de un acuerdo alcanzado con el Segundo Triunvirato en 39 a. C.80 Tanto Antonio como Octaviano competían por consolidar una alianza con él, quien irónicamente era miembro del partido republicano, y opositor a la facción cesariana.79 Octaviano consiguió una alianza temporal con él cuando se casó con Escribonia, hija de Lucio Escribonio Libón —suegro y partidario de Pompeyo—.79 Escribonia concibió la única hija natural de Octaviano, Julia la Mayor, quien nació el mismo día que Octaviano pidió su divorcio para casarse con Livia Drusilla, poco menos de un año después de haberse casado con Escribonia.79 Mientras tanto, en Egipto, Antonio comenzó una relación amorosa con Cleopatra, concibiendo con ella tres hijos (Alejandro Helios, Cleopatra Selene II y Ptolomeo Filadelfo).14 Consciente de su relación cada vez más deteriorada con Octaviano, Antonio dejó a Cleopatra y, en 40 a. C., navegó a Italia con una gran fuerza para enfrentarse a Octaviano, logrando poner asedio sobre la ciudad de Brindisi. Sin embargo, este nuevo conflicto demostró ser insostenible tanto para Octaviano como para Antonio; sus centuriones, que se habían convertido en figuras políticamente importantes, se negaron a luchar debido a su causa cesariana, y las legiones bajo su comando siguieron su ejemplo.8182 Mientras tanto, en Sición, la esposa de Antonio falleció de una repentina enfermedad justo cuando Antonio estaba en camino para en...


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