Ensayo Kon Tiki - The Kon-Tiki Expedition: By Raft Across the South Seas es un libro de 1948 del PDF

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The Kon-Tiki Expedition: By Raft Across the South Seas es un libro de 1948 del escritor noruego Thor Heyerdahl​. Relata las experiencias de Heyerdahl con la expedición Kon-Tiki, donde viajó a través del Océano Pacífico desde Perú hasta la Polinesia en una balsa. Wikipedia...

Description

Ensayo Interpretativo – Kon-Tiki de Thor Heyerdahl

Michelle Estefanía Ormaza Loor

Facultad de Psicología Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí

SCT-5101: Antropología Ab. José Ron Melo Cuarto Semestre “A”

16 de noviembre de 2021

El libro Kon – Tiki fue escrito por Thor Heyerdahl, un etnólogo noruego, que desarrolló una hipótesis controversial e increíble para su tiempo. Durante sus diez años de residencia en Polinesia, realizó investigaciones que le arrojaron hallazgos que mostraban fascinantes similitudes entre las civilizaciones Incas de Sudamérica. Cabe mencionar que ese entonces la información sobre estos conquistadores previos era muy escasa, solo se contaba con ciertos datos, como que provenían de la era de piedra, adoraban al Sol y tenían una tez de piel blanca. Así es como el autor plantea que las islas anteriormente fueron habitadas por viajeros del Este peruano, mas no por asiáticos como se creía en el momento. Es decir, su teoría era que los polinesios eran descendientes directos de habitantes Sudamericanos. Heyerdahl escribió toda una presentación sobre su hipótesis e intentó desarrollarla en Nueva York, sin ningún éxito ya que fue rechazado por la comunidad científica. Lo creían loco puesto que los antiguos peruanos utilizaron balsas de madera y hasta ese entonces se creía imposible realizar un viaje de esa magnitud sin un bote. Aún así, Thor confió en su teoría y su conocimiento de las corrientes, logró con determinación y su don innato para tratar a las personas, conseguir el auspicio necesario para llevar a cabo su travesía. En Perú surgen inconvenientes con la construcción de la balsa, no es suficiente el sustento financiero y el principal material, la balsa verde, no se encontraba accesible por la temporada. Gracias al trabajo en equipo logra superar estos obstáculos, logrando crear la balsa igual a la de los antiguos peruanos, sin ningún alambre, metal o clavos. La famosa balsa Kon-Tiki, fue bautizada así por el nombre referido al dios solar Inca. Heyerdahl supera todos los detractores y emprende así su viaje de 4.300 millas naúticas, el 28 de abril de 1947. Su partida reunió personas que les ofrecieron más suministros para el

viaje. Es así que zarpó nuestro protagonista junto con un grupo de cinco exploradores más e incluso un loro. Cuenta que los primeros días en altamar fueron fatídicos, no contaban con un verdadero conocimiento del manejo de la balsa, por lo que quizás fueron de los más duros momentos, bien dicen que empezar es el paso más difícil. Con el pasar de los días se van adaptando al ritmo y el clima muestra clemencia. El recorrido estuvo lleno de sorpresas y momentos destacables para los temerarios inexpertos navegantes. Pudieron observas variedades de peces e incluso un espécimen que se creía extinto del cual llevaron uno. Asímismo, hubo varios retos durante el viaje, por ejemplo cuando al pasar por las Islas Galápagos, casi fueron desviados por las fuertes corrientes marinas. Logran superarlo casi perdiendo a uno de los tripulantes que cayó por la borda, pero gracias a la agilidad de la tripulación pudieron rescatarlo aún cuando con la balsa era imposible frenar o retroceder. Otro punto de quiebre es cuando se acercaban a las islas de Mar del Sur y fueron víctimas del mal clima. La balsa sufrió daños por dos tormentas, sin embargo no quedó inhabilitada. También se puso a prueba la valentía de los navegantes cuando los vientos amenazadores del Este empujaban la balsa hacia un arrecife, pero salieron de esto gracias a las maniobras y la ayuda de una corriente de viento procedente del Norte, logrando rodear el peligroso arrecife. El autor destaca la belleza del viaje en balsa, que le permitió observar e interactuar con la naturaleza como nunca antes. Sobrevivieron también por estos recursos ofrecidos del océano. Se describieron reglas sobre cómo se trabajaría en la balsa. La organización que se tenía y el vínculo que se creó fueron esenciales para el éxito de la expedición. Cada tripulante desempeñaba tareas

importantes para garantizar el bien de todos. Mientras unos se encargaban de manejar la radio, otros indicaban la ubicación del camino. Tres meses pasaron hasta que un 30 de julio Después de tres meses en mar abierto, el 30 de julio de 1947 avistaron tierra. Esta era la isla polinesia Puka Puka, no era la que tenían en plan, pero igualmente se llenaron de emoción al ver que estaban llegando a su destino en su pequeña balsa de madera. Así siguieron a la segunda isla en el camino que se encontraba más adelante. Esta era la isla Angatau habitada por nativos que intentaron llegar a ellos en canoa hacia la balsa, fracasando debido a las corrientes traicioneras. Continuaron a la siguiente isla, donde tampoco les era posible desembarcar por un arrecife que rodeaba la costa. Los nativos intentaron ayudar pero con la fuerza de las corrientes oceánicas fue imposible. Terminaron naufragando en esta, por suerte la tripulación se había preparado, asegurando sus pertenencias y no sufrieron tantos daños. Avanzaron a una isla vecina, se encontraban en Raroia, donde vivían 127 nativos que notaron su presencia al ver la luz del fuego por la noche. Aquí la tripulación arma su campamento e intentar recobrar contacto a través de la radio, lográndolo. Se ayudaron mutuamente, ya que con su radio los navegantes pudieron conseguir ayuda para un niño que estaba a punto de morir. Y así pasaron un tiempo con los habitantes de la isla, con quienes compartían las anécdotas de su viaje y quedaban asombrados. Finalmente, captan una señal de Los Ángeles, al parecer los radioaficionados estaban al pendiente de la expedición a través de las transmisiones. De aquí la tripulación estuvo celebrando con las tribus vecinas hasta que los recogieron para ir a Tahití. Remolcaron la balsa y

la tripulación continuó celebrando en la isla Polinesia y así es como concluye la aventura de Thor Heyerdahl. Y es así como regresan triunfantes a la civilización después de 101 días de viaje, en una balsa tan simple, de un extremo del océano Pacífico al otro.  ¿Qué me llamó la atención del libro? Lamentablemente, las pruebas genéticas modernas demuestran que su teoría, por lo que a aspectos antropológicos concierne, no era cierta. Sin embargo, su convicción de que los mares antiguos fueron el espacio de comunión entre las civilizaciones le llevó en la década de los setenta a realizar tres expediciones más para demostrar los relaciones existentes entre Egipto y la América prehispánica, y luego entre Mesopotamia y la India. Más allá del éxito y de sus viajes, no hay duda que Heyerdahl demostró que los océanos no fueron barreras para las antiguas civilizaciones, sino un medio de unión entre las mismas.  ¿Cuál es mi opinión del libro? Hay un poco de todo en este libro: historia, antropología, navegación, aventura, naturaleza, etc. La escritura va de ligera y divertida a muy detallada y descriptiva. Y me ha parecido realmente interesante el descubrimiento de la relación entre dos civilizaciones tan increíblemente alejadas entre sí, pero con los mismos surcos. Así como el proceso un poco loco del autor para mostrarle al mundo que tenía razón....