Ensayo que es la justicia? hans kelsen PDF

Title Ensayo que es la justicia? hans kelsen
Author Leonardo Sánchez
Course Desarrollo Humano
Institution Universidad Mexicana S.C.
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Ensayo sobre libro Que es la justicia? del autor Hans Kelsen...


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UNIVERSIDAD MEXICANA PLANTEL POLANCO

Alumno: José Leonardo Sánchez García

Matrícula: 42127116-47

Materia: Principios Jurídicos

Profesora: Téllez Hernández María del Carmen

Tema: Ensayo ¿Qué es la justicia? De Hans Kelsen

Introducción

La justicia se define en dar a cada uno lo que merece o le corresponde, la justicia juzga respetando la verdad, destacan distintos pensamientos de importantes filósofos, como Sócrates, quien decía: “Lo justo es lo legal”, Platón decía: “Hacer cada uno lo suyo”, y Aristóteles decía: “La virtud o el hábito”. Es una virtud del hombre; pues un hombre es justo cuando su conducta concuerda con un orden que es considerado justo. Un orden es justo cuando regula la conducta de los hombres de una manera tal que a todos satisface y a todos permite alcanzar la felicidad. La aspiración de justicia es la eterna aspiración del hombre a la felicidad en la sociedad. La justicia es la felicidad social, es la felicidad que el orden social garantiza. En este sentido, identifica Platón la justicia con la felicidad cuando afirma que sólo el justo es feliz y el injusto desgraciado. Cuando Jesús admitió ser un rey ante el gobernador Romano dijo: “yo he nacido y venido al mundo para dar testimonio de la verdad ”, Pilato pregunto: “Qué es la verdad?” Por supuesto este no esperaba respuesta alguna y Jesú s tampoco se la dio, ya que lo esencial de su misión como Rey no era dar testimonio de la verdad, el solamente daría testimonio sobre la justicia que el mismo quería realizar, asimismo surgió la pregunta de Pilato ¿QUÉ ES LA JUSTICIA?

LA FILOSOFÍA DE LA JUSTICIA

Kelsen sostiene que la ciencia jurídica, el derecho, debe estar separado de consideraciones de tipo emotivo, subjetivo y, en todo caso, personalísimo; está convencido de la existencia de múltiples órdenes de normas, de los cuales unos responden a criterios racionales y científicos y otros por su parte, responden a criterios de opinión, fe, sentimientos u otras consideraciones personales. Sustenta esa división en su acercamiento metodológico al problema de la justicia en una premisa muy simple: la división en las formas de justificación. Los seres humanos, según él, pueden pretender una de dos cosas: o una justificación adecuada, que es una relación medio-fin, o una justificación absoluta. La primera forma de justificación es propia de ciencias sometidas al imperio de la evidencia, de la experiencia, como la física o la química. La segunda forma de justificación es propia de o es perseguida comúnmente por sistemas normativos de orden moral, metafísico o teológico. Sin embargo, esta postura no implica el rechazo de conceptos como la Justicia, la cual es, depende, según Hans Kelsen, de la felicidad la cual, con esta satisface las necesidades de los seres humanos. Por ello me cabe decir que la justicia se identifica con la felicidad de Platón “solo el justo es feliz y el desechado infeliz”. Aunque debemos tener en claro que como lo muestra nuestro ya señalado autor difiere si la justicia es colectiva o subjetiva. La justicia es felicidad para todos. Sin embargo, Kelsen considera que la felicidad individual, entendida como la satisfacción de todos los intereses que una persona posee, en cierto momento entra en conflicto con la felicidad de otro individuo. La incompatibilidad entre ordenamiento social y felicidad individual parece hacerse indiscutible en la medida en que, en muchas ocasiones, la felicidad de uno implica la infelicidad del otro o de los otros. Esto se hace más evidente cuando entendemos por felicidad la satisfacción de necesidades, pues, al igual que en el ejemplo del amor, cuando se pretende que las normas garanticen la felicidad individual siempre

se presentarán dificultades, ya sea por los distintos sentidos de felicidad o por el tercero excluido durante la elección. Kelsen critica muchas de las varias concepciones de Justicia que los más importantes filósofos de la historia han construido. Son dos, en general, los argumentos esgrimidos por Kelsen: las teorías de la Justicia presuponen o posponen las respuestas a preguntas esenciales, o las teorías de la Justicia sirven para justificar cualquier orden social. Es así como Kelsen empieza por el concepto de justicia como felicidad. Aquí el hombre objeto de su crítica será Jeremy Bentham. Considera que lo justo es la felicidad individual, la cual es imposible, pues ningún orden social puede garantizar a todos la felicidad: “Muy a menudo nuestra felicidad depende de la satisfacción de unas necesidades que ningún orden social puede colmar”. Según el jurista, ni siquiera la idea de Bentham en torno a la felicidad del mayor número es útil, porque implica la objetivación del concepto de felicidad en una investigación y jerarquización de valores que representan lo que se entiende por felicidad para la mayoría. Entender cuáles son los intereses (valores) que merecen ser protegidos y cómo han de ser jerarquizados, escapa de la razón y supone un aplazamiento del quid de esta concepción de Justicia. Por esta razón, creía que un orden social no podía asegurar la felicidad, sino solo en sentido colectivo, esto es, la satisfacción de ciertas necesidades que el legislador reconoce como dignas de ser satisfechas. Sin embargo, ¿qué necesidades son dignas de ser satisfechas y, sobre todo, cual es el orden jerárquico que les corresponde? Para Kelsen esta respuesta no podía ser resuelta mediante un conocimiento racional, científico, dado que implicaba un juicio de valor de carácter subjetivo, variable de acuerdo con la idiosincrasia de cada individuo. Así, en la medida que dichas necesidades y la jerarquía de estas no serán las mismas para un creyente, un ateo, un conservador, un liberal o un comunista, las discusiones en tomo a cuál valor debe primar, dependería de una deliberación política y no jurídica.

Para que un ordenamiento jurídico acoja, proteja o promueva la felicidad es inevitable que algunos individuos terminen excluidos. Con el fin de salvar esta dificultad, se presentan propuestas de corte liberal como la de Bentham: en procura de la felicidad de todos se busca la mayor felicidad posible del mayor número de personas. Esta alternativa de solución es viable pues, por lo menos, se buscan los medios más idóneos para satisfacer las necesidades de muchos. Sin embargo, esto no hace menos fuerte la crítica de Kelsen dado que se puede propender por la felicidad de una mayoría, pero esta “felicidad” debe tomar carácter objetivo en la materialidad que representa el colectivo. El colectivo es el que decide el significado de felicidad que prima y que debe ser atendido por el orden social imperante. El sentido subjetivo de felicidad entonces se identifica con la imposibilidad, por parte de un orden social, de atender o identificar las infinitas e indeterminadas definiciones particulares de felicidad. De esta manera, se hace necesario que la noción subjetiva e individual de felicidad sufra una metamorfosis para convertirse en algo, si no necesario, por lo menos, objetivo. La felicidad objetiva es aquella que se impone por parte de determinada forma de gobierno, de la misma manera que se exige el concepto de libertad de la mayoría en una democracia o de unos pocos en una aristocracia. Pero esta aparente determinación fruto de la imposición de un orden social específico también tiene sus problemas pues ¿Qué necesidades y valores deben garantizar las autoridades y los legisladores y cómo deben jerarquizarlos? Para Kelsen esta pregunta es determinante porque el tratar de resolverla, deja al descubierto los infaltables conflictos de intereses que permiten hablar de justicia. “Y solamente donde existen conflictos de intereses aparece la justicia como problema” Aquí es interesante ver cómo Kelsen, después de realizar sus críticas a Platón por transformar la pregunta sobre la justicia en la pregunta acerca de la felicidad, toma la vía opuesta al cambiar el orden del cuestionamiento de la felicidad por el de la justicia. Esto se evidencia, en última instancia, cuando señala que el conflicto de

valores da origen a la problemática de la justicia puesto que es un problema que no puede ser resuelto por medios racionales o científicos. La felicidad social a la que se refiere Kelsen está condicionada por la jerarquía de valores que existe en una sociedad determinada. Estos valores pueden ser: la vida humana, los intereses superiores de la patria, la libertad, la seguridad económica, la igualdad, la verdad, la justicia, etc. El problema no consiste únicamente en la gran variedad de valores que puede hacer parte del orden social imperante, sino en los conflictos que suelen presentarse. El ejemplo que cita el autor hace referencia al choque entre el tradicional y siempre superior valor supremo de la vida humana con los supremos intereses de la nación que en caso de guerra obligan a los ciudadanos a matar o a sacrificar su vida. Este caso es muy significativo dado que la mayoría de las constituciones actuales consagran el inalienable e inviolable valor de la vida y a la vez reglamentan que sus ciudadanos presten un servicio militar que los obliga a arriesgarla o a matar. También considera que los conflictos de intereses implican la satisfacción de uno a costa de otro, ya sea por la negación o postergación de la satisfacción de los deseos de ese otro. Esto hace que el juicio referido a valores esté siempre mediado por factores emocionales subjetivos. Después de lo anterior queda clara la posición de Kelsen respecto a dos nociones determinantes para la reflexión política: la primera, la felicidad; y la segunda, la justicia. Ambas operan en el mundo de la irracionalidad, las emociones, la subjetividad y el relativismo. Es por eso por lo que pensar en la justicia y la felicidad como fundamentos de cualquier “ciencia” es un absurdo que es necesario evitar. Esta revisión de las críticas de Kelsen a los principales criterios de Justicia esbozados en la historia nos muestra de forma meridiana que son dos, como se dijo más arriba, las críticas que él formula: los criterios absolutos presuponen o posponen la respuesta a preguntas cruciales para entender la Justicia y, de paso, estos mismos criterios pueden ser usados ‘racionalmente’ para sustentar cualquier tipo de orden social, incluso aquellos autocráticos.

Luego entra en análisis la idea de Justicia como dar a cada cual lo que le corresponde; para Kelsen, esta idea tan recurrida supone dejar de lado la cuestión principal: ¿qué corresponde a cada cual? El único camino posible es que las leyes o las costumbres hayan resuelto el asunto, lo que significará que el criterio de Justicia no será otra cosa que un criterio de poder quién dice qué corresponde y qué no corresponde a cada cual y, por tanto, servirá para justificar cualquier orden político, incluso si son contradictorios o abiertamente injustos. Kelsen afirma no poder contestar a la pregunta general sobre qué es la justicia, ofreciendo una respuesta relativa: su justicia. Para la construcción de ese concepto, se basa en la idea de tolerancia. Parte del supuesto de que el relativismo ético es siempre tolerante, y que la tolerancia está íntimamente relacionada con la libertad, la ciencia y la democracia. El concepto de Justicia de Hans Kelsen se encuentra afincado en un claro dualismo metodológico, proveniente de su firme convicción en dos mundos radicalmente diferenciados: el mundo del ser y el mundo del deber ser. Las consideraciones absolutas no tienen cabida dentro de las ideas kelsenianas, pues nuestro autor las considera proclives al totalitarismo y carentes de sentido científico. Esto lo lleva a criticar con ahínco y en ocasiones con afán, las más importantes consideraciones teóricas sobre el fundamento moral de la ciencia jurídica. El afán eminentemente teórico de Kelsen por restar prestigio a las tradicionales visiones sobre la justicia le lleva, en particular en el caso de Platón, a análisis más bien superficiales. No es viable despachar a Platón como un simple pensador que apela a las deidades, sino que existen en él métodos perfectamente racionales -que por racionales no dejan de ser iusnaturalistas- que deben ser considerados con más delicadeza. Las críticas de Kelsen a toda teoría de la justicia que deje ver algún viso de absolutismo y, por ende, de totalitarismo- le lleva a plantear, como buen y coherente positivista, que la justicia es un concepto sujeto a la personal apreciación, al campo subjetivo. Así, Kelsen nos hace saber que su justicia es la justicia de la tolerancia, que implica el irrestricto respeto por el individuo y por la ciencia.

Conclusión

Hans Kelsen dice que no ha contestado “¿Que es la justicia?”, pero tampoco se cree capaz de hacerlo porque para él la justicia absoluta no existe, solo la justicia relativa. Uno de los puntos importantes que toca es que la justicia es una característica. Esta constituye una virtud del individuo, se dice que aspirar a la justicia es aspirar eterno a la felicidad social. Platón indico justicia con felicidad cuando afirma que solo el justo es feliz y desdichado el injusto, pero esto no define exactamente que es justicia. “La regla de oro” es un punto importante en el libro esta consiste” no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”. Lo que las personas no quieren que les hagan es lo que le provoca dolor físico o daño mental y lo que cada uno desea es que le causen placer. Un punto importante para mí fue el cómo se compara un valor sobre otro de acuerdo a cuál aprecias más ya sea la vida sobre la libertad o tu ética profesional sobre la compasión, pero no todos los individuos aprecian los valores de la misma forma; al igual que la justicia no es justa siempre al mismo tiempo con todos los individuos, a veces lo que es justo para uno es injusto para otro de ahí que Helsen se preguntaba al igual que yo después de terminar de leer su libro en donde esta lo justo en. Un muy cierto ejemplo sobre la injusticia que da es como ni siquiera la naturaleza suele ser justa con todos los seres humanos pues unos nacen más inteligentes, más guapos, o adinerados que otros. Se dice que ni siquiera el rey salomón pudo hacer justicia cuando dos madres peleaban por la custodia de su hijo y ordeno que lo partieran a la mitad y seria entregada a que ella que retirase la demanda. Este libro tiene una gran relación con la materia de fundamentos del derecho puesto que el significado de la justicia es un concepto básico para el sistema del derecho; personalmente me hizo ver el concepto de justicia de una

forma que en realidad nunca había y posiblemente habría pensado, me gustaría decir que después de haber leído este libro comprendo mejor lo que significa el concepto. Esta lectura cambio para mí el concepto de justicia de una forma muy interesante y me hizo pensar en la supuesta justicia que el ser humano aplica en diferentes escenarios de su vida desde lo sencillo hasta lo complejo.

Bibliografía Kelsen, H. (2001). ¿Qué es la Justicia?, de Biblioteca Jurídica del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. file:///C:/Users/andre/Downloads/Que%20es%20la%20justicia.pdf...


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