Ensayo, Voyeurismo - Nota: 9+ PDF

Title Ensayo, Voyeurismo - Nota: 9+
Author Ricardo Aranda
Course Sexualidad
Institution Universidad Autónoma de Chihuahua
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Ensayo sobre el Voyeurismo...


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Universidad Autónoma de Chihuahua Facultad de Medicina y Ciencias Biomédicas

Sexualidad: Trabajo final Caso clínico: Parafilia/ Voyeurismo

Lic. Raúl Jauregui Carballo Diana Rebeca Navarrete Ochoa 309148 Ricardo Aranda Herrera 305515 6-11 Fecha de entrega: 04/12/18

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Índice Introducción…………………………………………………………………………….....3 Descripción de filia………………………………………………………………………..4 Descripción de la filia……………………………………………….…………………….9 Caso clínico………………………………………………………………………………12 Tratamiento psicológico…………………………………………………………………14 Tratamiento farmacológico…………………………………………...……………...…19 Seguimiento y pronóstico……………………………………………………………….29 Conclusión………………………………………………………………………………..30 Bibliografía………………………………………………………………………………..32

Introducción:

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La sexualidad constituye una dimensión fundamental de la persona humana que no puede ser vista como una conducta meramente instintiva. En verdad, la sexualidad humana encierra varias configuraciones. Ella es el resultado de vertientes integradoras de orden biológico, psicológico, social, cultural y antropológico. Para Ricoeur, la sexualidad es "el lugar de todas las dificultades, de todas las dudas, de los peligros y de los impases, del fracaso y de la alegría". La preocupación por los enigmas de la sexualidad ha existido en todos los lugares y todos los tiempos, pero es verdad que sólo recientemente esta interrogación fundamental intenta adquirir el perfil de un discurso científico. Entre los pioneros hay que citar a Krafft Ebing (1840-1939), Havelock Ellis (1859-1939) y Sigmund Freud (1856-1939). Pero es Alfred Kinsey quien sienta las bases de la sexología científica al publicar (1949) su famoso informe, que constituye un análisis objetivo del comportamiento sexual de grandes grupos humanos en Estados Unidos. Posteriormente, W. Masters y V. Johnson, al estudiar la respuesta sexual humana en condiciones experimentales, establecen los fundamentos de la sexoterapia y de ulteriores desarrollos. La OMS considera la Salud Sexual como "la integración de los elementos somáticos, emocionales, intelectuales y sociales del ser sexual, por medios que sean positivamente enriquecedores y que potencien la personalidad, la comunicación y el amor". Según Mace, Bannerman y Burton, el concepto de sexualidad sana incluye tres elementos básicos: a) La aptitud para disfrutar de la actividad sexual y reproductiva y para regularla de conformidad con una ética personal y social. b) La ausencia de temores, de sentimientos de vergüenza y culpa, de creencias infundadas y de otros factores psicológicos que inhiban la reacción sexual o perturben las relaciones sexuales.

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c) La ausencia de trastornos orgánicos, de enfermedades y deficiencias que entorpezcan la actividad sexual y reproductiva. Clasificación de los trastornos sexuales El DSM-IV considera tres grupos en esta categoría diagnóstica: 1) Trastornos de la identidad sexual, 2) Parafilias 3) Disfunciones sexuales. Descripción de filia Filia es un término proveniente del griego, ‘’Philos’’ que significa amor y del sufijo ‘’ia’’ que quiere decir cualidad. Las filias son lo contrario a las fobias, son atracciones, afición o amor a algo. La mayoría de las filias no son consideradas una patología, sin embargo hay algunas que si pasan de lo normal a lo patológico, en este último podríamos considerar las parafilias que son aquellas atracciones a intensas aficiones sexuales. Muchas de estas parafilias no encuentran su placer precisamente en las relaciones sexuales, sino por alguna otra actividad, objeto o situación poco habitual. Las parafilias, antiguamente denominadas desviaciones o perversiones sexuales -términos dejados de lado por su connotación peyorativa- se definen por que la imaginación o los actos inusuales o extravagantes son necesarios para la excitación sexual. Tales imágenes o actos, que tienden a ser insistentes e involuntariamente repetitivos, implican: a) La preferencia por el uso de objetos sexuales no humanos para alcanzar la excitación sexual.

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b) Actividad sexual repetitiva con personas, pero en la que se da sufrimiento o humillación real, no simulada. c) Actividad sexual repetitiva con niños o personas que no consienten. Dado que una cierta imaginación parafílica forma parte de la conducta sexual normal, sólo ingresan en la categoría de parafílicos aquellos que la requieran como condición indispensable para obtener la excitación sexual. Por otro lado, en la medida que muchos de estos trastornos implican el no consentimiento de la pareja, ellos pueden, frecuentemente, asociarse a problemas legales y sociales. Por lo general, los parafílicos no experimentan su conducta como patológica, considerando que su problema es la "incomprensión" de los demás. Otros experimentan sentimientos de vergüenza y culpa y presentan sintomatología ansiosa y depresiva asociada. A menudo los parafílicos presentan disfunciones psicosexuales y es frecuente hallar entre ellos marcada inmadurez emocional. Son también comunes los problemas conyugales, de adaptación social y aquellos de naturaleza legal. El exhibicionismo representa un tercio de todos los delitos sexuales denunciados, seguido por la paidofilia. El DSM-IV considera ocho parafilias, más una categoría residual. Veamos en qué consisten: 1. Exhibicionismo. La sintomatología esencial de este trastorno consiste en necesidades sexuales y fantasías sexualmente excitantes, intensas y recurrentes de por lo menos seis meses de duración, ligadas a la exposición de los propios genitales a una persona extraña, sin que se pretenda luego tener relaciones sexuales con el desconocido, aunque muchas veces el exhibicionista se masturba al tiempo que se muestra (o cuando se imagina que se expone). Este trastorno se presenta, aparentemente, sólo en hombres y las víctimas son mujeres y niños. Las consecuencias médico legales de esta conducta son frecuentes y no son pocos los arrestos por tal causa. Parafilias

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2. Fetichismo. Lo esencial de este trastorno consiste en el uso de objetos no vivientes (fetiches) como método preferido, a veces exclusivo, para conseguir excitación sexual. Los fetiches tienden a ser artículos de vestir (ropa interior femenina, zapatos) o, menos frecuentemente, partes del cuerpo humano (por ejemplo, cabellos). Se excluyen aquellos objetos diseñados especialmente con fines de provocar la excitación sexual, como el caso de los vibradores. 3. Frotteurismo. Lo esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes, así como fantasías sexualmente excitantes, que implican el contacto y el roce con una persona desconocida que no consiente. Es el contacto y no la naturaleza coercitiva del acto lo que resulta excitante para el individuo. 4. Paidofilia. Lo distintivo de esta alteración es que el individuo, durante un período de por lo menos seis meses, experimenta necesidades sexuales intensas y recurrentes así como fantasías sexualmente excitantes que implican actividad sexual con niños pre-púberes (generalmente de 13 años o menos). La edad del paciente se sitúa arbitrariamente en 16 años o más y debe ser por lo menos cinco años mayor que el niño. Debe especificarse si el paciente se siente atraído por el sexo masculino, el femenino o ambos; si el trastorno está limitado al incesto o si se trata, o no, del tipo exclusivo, es decir únicamente atraído por niños, o del tipo no exclusivo. El trastorno empieza por lo general en la adolescencia. Frecuentemente son los varones de 30 a 40 años de edad los que prefieren la actividad sexual con niños del sexo opuesto. La atracción hacia las niñas parece dos veces más frecuente que la atracción hacia los niños. Cerca del 11% de los paidofílicos son extraños para sus víctimas, mientras que en un 15% se trata de relaciones incestuosas.

5. Masoquismo Sexual. El masoquista consigue la excitación sexual a través del sufrimiento, es decir, siendo humillado, golpeado o atormentado de cualquier Parafilias

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manera. El diagnóstico debe hacerse cuando el individuo realiza actos -hechos reales, no simulados- que impliquen sufrimiento y no solamente cuando se entrega a fantasías de tal género. 6. Sadismo Sexual. Lo esencial aquí es la imposición de sufrimiento físico o mental –real, no simulado – a otra persona con el propósito de obtener la excitación sexual. La pareja del sujeto sádico puede consentir o no este trato. En el segundo caso, la actividad sádica puede determinar problemas legales. En casos severos los sujetos llegan a violar, torturar o matar a sus víctimas. 7. Voyeurismo. Llamada también escoptofilia, se caracteriza por la observación repetida y subrepticia a gente que está desnuda, desvistiéndose o realizando el coito, pero sin que el voyeur busque ningún tipo de contacto sexual con la gente observada. Esta conducta constituye el método preferido y en los casos más graves, exclusivo, para conseguir la excitación sexual. A menudo el individuo se masturba durante el acto o poco tiempo después, pero no busca tener relaciones sexuales con las personas observadas. 8. Fetichismo travestista. Este trastorno implica necesidades sexuales y fantasías sexualmente excitantes, intensas y recurrentes, de por lo menos seis meses de duración, que involucran el uso de vestimentas del sexo opuesto (en un varón heterosexual). El sujeto con este trastorno no desea cambiar de sexo. Debe especificarse: con disforia sexual, si la persona no se siente bien con su identidad o su rol sexual. 9. Parafilias no especificadas (o atípicas). Estas alteraciones no cumplen los criterios para cualquiera de las categorías específicas citadas. Ejemplos: escatología telefónica (llamadas obscenas) necrofilia (cadáveres) parcialismo (atención centrada exclusivamente en una parte del cuerpo) zoofilia (animales) coprofilia (heces) klismafilia (enemas) urofilia (orina).

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Trastornos sexuales no especificados. Esta categoría incluye perturbaciones de la sexualidad que no pueden considerarse parafilias ni disfunciones sexuales. Tales alteraciones son ya sea poco frecuentes, escasamente estudiadas, difícilmente clasificables o no descritas claramente en el DSM-IV. Ejemplos: disforia post coital, problemas de pareja, matrimonio no consumado, donjuanismo, ninfomanía y el persistente y acentuado malestar acerca de la orientación sexual.

Descripción de la filia La escoptofilia o el voyeurismo es un trastorno de las inclinaciones sexuales, que se caracteriza por la inclinación recurrente o persistente a mirar a personas realizando actividades sexuales o que están en situaciones íntimas,

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acompañada de excitación sexual y masturbación. El individuo no desea descubrir su presencia ni existe deseo de relación sexual con las personas observadas. Si bien la causa exacta de voyeurismo aún no se ha descubierto, desde el 2011 existen diversas teorías que buscan determinar la base de esta enfermedad. Una teoría común es que en los hombres resulta de los elevados niveles de testosterona. En algunos casos, este tipo de comportamiento comienza debido a abusos durante la infancia o a la disfunción familiar. En otros casos, el comportamiento se puede derivar de una observación inicial accidental de una persona o personas desprevenidas que llevan a cabo actividades sexuales. La actividad de voyeurismo ocurre de modo anónimo, lo que hace que la enfermedad sea difícil de notar y diagnosticar. Para un diagnóstico exitoso, la persona debe reunir determinadas condiciones que conforman los síntomas de la enfermedad. Los síntomas incluyen excitación al observar los actos sexuales de personas desprevenidas, experimentar fantasías sexuales intensas, recurrentes, comportamientos sexuales que afectan el funcionamiento diario del individuo y causan problemas importantes en su vida social. En la mayoría de los casos, el paciente que sufre de este trastorno no puede controlar sus necesidades sexuales desviadas y puede no tener la intención de hacerlo. El voyeurismo tiende a ser una enfermedad crónica que por lo general se transforma en el modo principal del individuo de obtener su gratificación sexual. Generalmente comienza durante la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta. Es frecuente un cierto grado de voyeurismo, con mayor frecuencia en chicos y hombres adultos, pero cada vez es más frecuente en mujeres. La sociedad a menudo contempla las formas leves de este comportamiento como algo dentro de la normalidad, siempre y cuando los implicados sean adultos que consienten en ello. La visualización de imágenes y espectáculos sexualmente explícitos, ahora ampliamente disponibles en privado en internet, no se considera

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voyeurismo, ya que carece del elemento de observación secreta, característica distintiva de esta. La Psicología refiere que 99% de voyeuristas son varones heterosexuales, carentes de agresividad e inseguros, que se excitan al espiar logrando una erección. Tras esta acción generalmente se arrepienten, aun cuando no son descubiertos, y se justifican diciendo que hay un impulso interno que los lleva a realizar dicho acto. Especialistas en salud mental indican que las tendencias en esta parafilia se gestan en los primeros 18 meses de vida, y se consolidan entre los 5 y 8 años, cuando en el cerebro se conforma el sentido del pudor, pero se manifiestan de manera notoria entre los 20 y 40 años, lo que probablemente dificulte las relaciones, sin que ello signifique que haya tendencias homosexuales. Cuando el voyeurismo es un trastorno, el individuo afectado pasa mucho tiempo buscando ocasiones para observar. Como resultado, pueden descuidar aspectos importantes de su vida y no cumplir con sus responsabilidades. El voyeurismo puede llegar a ser el método preferido de actividad sexual y el voyeur puede pasarse innumerables horas espiando. El voyeurismo proviene del francés voyeur (mirón) y encierra su excitación en el hecho de esconderse para observar, es decir, la emoción de no ser descubierto incrementa el placer que produce lo que se está viendo. Por eso algunos especialistas no reconocen como voyeuristas a los aficionados a la pornografía o a quienes pagan por ver un acto sexual en vivo. El voyeurista se masturbará en ocasiones mientras mira, pero en otras la sensación puede llegar a ser tan intensa que alcance el orgasmo espontáneamente con sólo contemplar. Los psicólogos consideran al voyeurismo como un problema mental cuando se lleva a cabo durante seis o más meses en forma continua. Algunos señalan que un adulto con este problema revela que en su niñez y pubertad recibió estímulos visuales, auditivos o táctiles que adquirieron particular significado para él/ella, como casos de abuso sexual infantil o la prohibición en torno a temas sexuales

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Lo más alarmante es que esta enfermedad comienza como mirones, luego como exhibicionistas, siguen como paidofílicos y así progresivamente, frotadores, acosadores, abusadores y por último hasta violadores sádicos. Los voyeurs generalmente comienzan el tratamiento cuando son detenidos. Incluye el empleo de psicoterapia, grupos de apoyo y fármacos antidepresivos, los denominados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Si estos fármacos son ineficaces, se pueden emplear otros, que alteran el impulso sexual y reducen los niveles de testosterona. Estos fármacos incluyen leuprorelina y acetato de medroxiprogesterona. Las personas deben dar su consentimiento informado para el uso de estos fármacos, y los médicos les realizan de manera periódica análisis de sangre para controlar los efectos que tienen sobre la función hepática, así como otras pruebas (incluyendo pruebas de densidad ósea y análisis de sangre para medir los niveles de testosterona).

Caso 17 El paciente tiene 24 años, es soltero y trabaja de empleado. Vive solo. Motivo de consulta: Durante casi dos años, el paciente ha sufrido de tensión y le resultaba imposible relajarse. Ocasionalmente se lo derivó a una clínica psiquiátrica como paciente externo porque estaba tenso y preocupado, no podía dormir y estaba lleno de sentimientos de inferioridad. A menudo se sentía aprehensivo, tenía Parafilias

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palpitaciones y comenzaba a temblar sin una razón aparente. No podía concentrarse y se irritaba fácilmente. A la noche sus constantes preocupaciones lo mantenían despierto. En particular se preocupaba por su aptitud sexual. Tenía miedo de no poder desempeñarse sexualmente si se casaba. A los 14 años, estando de visita en la casa de unos amigos, había espiado en el dormitorio de la hermana mayor de su amigo cuando ella se estaba cambiando. Al ver a la joven de 19 años en ropa interior se excitó inmensamente y a menudo recordaba la experiencia. Desde entonces hacía lo imposible para espiar mujeres cuando se cambiaban o bañaban. Cada vez que lo hacía se excitaba y se masturbaba. El miedo a ser encontrado lo llevaba a hacerlo rápidamente, lo que aumentaba su excitación. A los 22 años estuvo con una prostituta por primera vez y después siguió haciéndolo bastante regularmente. Sin embargo en los meses anteriores a la consulta no pudo lograr la erección, lo que al principio lo hizo sentir ansioso y luego lo sintió que era inferior. Estaba incómodo en compañía de mujeres y creía que no sería capaz de casarse. Comenzó a evitar a sus amigos y se mantuvo solitario en sus ratos libres, aunque continuó trabajando. Antecedentes: El paciente era el tercero de tres hijos de un taxista. Sus dos hermanos mayores fueron bastante exitosos en la escuela y en sus carreras. Él aprobó la escuela secundaria con notas normales y a los 18 años comenzó a trabajar como empleado en una empresa de su tío. Luego, se mudó a vivir solo. Antes de su enfermedad el paciente era considerado sociable y extrovertido. En la escuela, y más tarde en el trabajo se llevaba bien con sus compañeros. Tenía muchos amigos pero no amigos íntimos. Era físicamente normal y no tenía ninguna enfermedad seria. Tampoco había información sobre alguna enfermedad mental o trastornos de conducta en su familia directa. Datos actuales: Al ser examinado estaba tenso. No quería hablar de su comportamiento sexual pero aparte de ello era educado y cooperaba bien. Su estado de ánimo era neutral y tenía respuestas emocionales adecuadas. No se Parafilias

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sospecharon síntomas psicóticos. A medida que la entrevista avanzaba, comenzó a hablar más y a referirse a su sentimiento de inferioridad. Parecía estar preocupado por sus experiencias de impotencia. Los exámenes físicos, incluyendo el neurológico no revelaron anormalidades. Discusión: El paciente responde a los criterios de trastorno de ansiedad generalizada con sus largamente presentes preocupaciones y tensiones, y con más de cuatro síntomas característicos que incluyen síntomas autónomos. No hay razón para pensar que sus síntomas tengan una etiología orgánica o que sean el producto de algún otro trastorno físico o mental. Desde la adolescencia, el paciente presentó síntomas típicos de voyeurismo, una perturbación de índole sexual. Esto se complicó con un mal funcionamiento sexual no orgánico que se manifestó como impotencia eréctil. Aun cuando el trastorno sexual era aparentemente primario y los otros trastornos pueden ser considerados secundarios, el principio jerárquico de la CIE10 da precedencia a desórdenes que tienen un más bajo valor F -en este caso el trastorno de ansiedad generalizada.

Tratamiento psicológico Técnicas de Condicionamiento Clásico: Las técnicas conductuales utilizadas en el tratamiento de las parafilias sexuales se han basado principalmente en la aplicación de métodos aversivos de extinción fundados en el paradigma del condicionamiento clásico. Terapéuticamente, se asocia un estímulo aversivo incondicionado con una respuesta condicionada no deseada. La esperanza terapéutica es la de producir una nueva respuesta condicionada, tipo aversiva, en presencia de los estímulos condicionados Parafilias

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provocadores de la respuesta sexual disfuncional. El estí...


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