Escrituras goticas - Breve resumen sobre la historia de la letra gótica PDF

Title Escrituras goticas - Breve resumen sobre la historia de la letra gótica
Course Paleografía General I
Institution Universidad de Málaga
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Breve resumen sobre la historia de la letra gótica...


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Las escrituras góticas. a) Nomenclatura y aparición. El renacimiento cultural europeo. El término fue utilizado por los humanistas para calificar las creaciones de los siglos XII al XV, que ellos consideraban bárbaras por no acogerse a los cánones clásicos; por ello les aplicaron el nombre de uno de los pueblos germánicos más directamente relacionados en la caída del Imperio Romano y la destrucción de la civilización clásica. En lo que a escritura se refiere, lo que hoy conocemos por letras góticas comenzó a recibir este nombre en el siglo XVI. Hasta el siglo XI, la mayor parte de los códices europeos estaban escritos en letra carolina. La escritura gótica no es una escritura nueva que se sobrepone a la carolina, sino la propia minúscula carolina en su último período. El factor técnico que condiciona la evolución de la escritura carolina hacia la gótica, la pluma de ave cortada en bisel hacia la izquierda, era conocido desde mucho tiempo atrás, por ejemplo en el Scriptorium de Montecassino, y la fractura, que está considerada como una de las principales características de la escritura gótica, está presente desde época muy antigua en los manuscritos de los países celtas. El estilo gótico no es sólo una nueva forma de caligrafía, sino también y sobre todo una nueva manera de entender el libro y las actividades de leer y de escribir, como apunta Petrucci refiriéndose al renacimiento cultural medieval de finales del siglo XI.

En el siglo XII como consecuencia de las crecientes necesidades de documentación y comunicación escrita, determinadas por los cambios económicos, sociales y culturales, se estaba formando una masa de escribientes, laicos y clérigos, especulativos y prácticos, articulada en los más diversos ambientes y estratos sociales, que hacían usos distintos de la escritura y también la aprendían de distinta manera. En España generalmente se ha propuesto una fecha en torno a 1150 para ubicar el comienzo del empleo de las escrituras góticas. Sin embargo, recientes investigadores, como Gimeno Blay, permiten adelantar esta fecha a principios de siglo, en que ya puede constatarse el empleo de la pluma biselada hacia la izquierda. En realidad, la situación escrituraria peninsular es bastante compleja, pues con la excepción de los condados catalanes, a lo largo del siglo XII conviven la escritura visigótica por una parte y la minúscula carolina, más o menos gotizada, por la otra. La gótica perduraría tanto en la escritura libraria como en la documental hasta el siglo XV en todas partes. La gótica se siguió empleando en libros litúrgicos, especialmente los corales, durante todo el siglo XVI; en Alemania, ha sido la escritura habitual hasta mediados del siglo XX.

b) Caracteristicas generales y morfología de las letras. Una serie de estudiosos como Panofsky o Marichal encuentran un cierto paralelismo entre la manera de diseñar la escritura y la manera de concebir un edificio. La línea uniforme y apretada de la letra gótica tiene un finísimo sentido del ritmo gráfico que trasciende las formas de las letras individuales para llegar a una elaboración casi geométrica, lo que hace de la gótica no sólo una de las escrituras más caligráficas, sino también una de las más pictóricas y perfectas. Las características más notables de las escrituras góticas son las siguientes: tendencia a la uniformidad de los signos con grafías tendentes a la verticalidad; trazos que habían sido curvos en la carolina se vuelven angulosos; unión de curvas contrapuestas tratando a los pares de letras como si fuesen un solo carácter, como si se tratara de una escritura silábica; caídos rematados en punta, como los de la f, p, q y s; la grafía c se une por lo general a la letra siguiente por medio de su trazo superior, etc… Si para la escritura carolina se establece una diferenciación genérica entre redonda o libraria y documental o cursiva, para las góticas resulta un contrasentido esta distinción, puesto que, si bien hay góticas redondas, la angulosidad del aspecto es uno de sus rasgos más característicos. Así pues, la primera división que cabe en las góticas es la existente entre gótica libraria derecha y gótica documental o

cursiva, existiendo una división tripartita y más matizada en el primer grupo: letra de texto, litterae bastardae y litterae scholasticae o escrituras universitarias.

c) Las universidades y los libros. El libro adopta por esta época la forma tractatus, es decir, el libro de texto de la cultura escolástica universitaria. Se caracteriza por su gran formato, con la escritura dispuesta en dos columnas relativamente estrechas. El texto, bastante apretado, aparece articulado por una serie de divisiones y subdivisiones, que facilitan la comprensión y sobre todo la consulta. Estas divisiones se efectúan por medio de instrumentos gráficos tales como las rúbricas, marcas de parágrafo, iniciales y mayúsculas de mayor tamaño, títulos corrientes, llamadas, índices, listas alfabéticas. Las abreviaturas se multiplican, con lo cual la lectura se acelera, en la óptica de la época claro está. En los márgenes alrededor del texto se disponían los comentarios y las notas para la lectura y el estudio. A partir de ahora las actividades de lectura y escritura aparecerán indisolublemente unidas. En el siglo XII se sustituye el pautado en seco por el pautado en lápiz de plomo, que produce una línea mucho más definida; poco después se utilizará una tinta tenue. La producción del libro se urbaniza y los escribanos, atraídos por la buena coyuntura laboral del momento, acuden en masa a estos centros estudiantiles, como lo atestigua el hecho de que en la ciudad de Bolonia, para el

período comprendido entre 1265 y 1268, se documenten 139 amanuenses, dos de ellos mujeres. La institución universitaria comienza a controlar la producción del libro y la difusión de los textos, llegando al sistema de los pecia, documentado en París y en Bolonia: una primera copia oficial de la obra que se quería poner en circulación se hacía en cuadernos de cuatro folios, independientes los unos de los otros; cada uno de estos cuadernos, que era en realidad una piel de carnero doblada en cuatro, llevaba el nombre de pecia, pieza. La reunión de estas piezas constituía el ejemplar, un texto corregido y controlado por la universidad. Las piezas se dividían luego entre los copistas encargados de copiarlas, disminuyendo de esta forma el tiempo necesario para la copia del manuscrito. En las Universidades también comenzó a disminuir el tamaño de los libros, ya que debían ser transportados asiduamente, se aminora la ornamentación y se comienza a utilizar la minúscula gótica de trazado más rápido, litterae scholasticae. La lectura universitaria se vería fuertemente condicionada, en el curso del siglo XIII, por la aparición de la biblioteca como lugar destinado a la lectura y al estudio comunitario. Por otro lado, en la Península Ibérica la Baja Edad Media es la época de los Reyes bibliófilos. La serie empieza con Alfonso X en Castilla, Jaime I el Conquistador en Aragón y Teobaldo I, el rey trovador, en Navarra, y a partir de

ellos raro será el hijo de rey que no se enorgullezca de poseer una gran biblioteca. Los reyes y los nobles convirtieron el libro en un tesoro.

d) Las escrituras góticas cursivas españolas. Desde finales del siglo XIII, las minúsculas documentales, que habían mantenido una uniformidad notable, empiezan a desarrollar características peculiares en las distintas áreas geográficas, por lo que distinguiremos entre las cursivas castellano-leonesas y las aragonesas. Afortunadamente, para compensar, no existen diferencias sustanciales entre las escrituras cancillerescas y las notariales, aunque estas últimas sean ejecutadas con mayor descuido. En la Corona de Castilla, para los documentos más solemnes, se utilizó durante un largo período, que abarca desde el siglo XIII hasta el XVI, la llamada minúscula diplomática o letra de privilegios, derivación de la minúscula libraria para empleos documentales. Hay en ella ausencia de angulosidad, alargamiento de los astiles en relación con el cuerpo de las letras y, aunque no siempre, prolongación de los caídos hacia la izquierda, con poca naturalidad. Las letras suelen estar bien separadas entre sí, salvando la unión de las curvas contrapuestas de la que ya se habló en las características generales. Esta letra se utilizó para documentos solemnes.

La escritura gótica cursiva de albalaes aparece en el período alfonsí y se utilizó hasta comienzos del reinado de Pedro I (1350-1369). Se le bautizó con este nombre poco afortunado pero consolidado, ya que el albalá es un tipo documental aparecido bastante después, en el siglo XVIII. Es una letra más menuda que la letra de privilegios y manifiesta una ligera inclinación en un ángulo obtuso respecto a la línea del renglón, junto con una peculiar tendencia de los caídos a subir por la izquierda, buscando la caja de escritura y formando como una línea paralela con el trazo fundamental de la letra.

Como continuación de la letra de albalaes, y sin ninguna ruptura, a partir del reinado de Pedro I y hasta 1425 se utiliza la llamada escritura gótica cursiva precortesana, otro término puesto en entredicho, que no es otra cosa que la ulterior cursivización de la escritura de la época inmediatamente anterior. Es una letra de transición preludio de la gótica cursiva cortesana.

El siguiente estadio de evolución de las cursivas documentales castellanas es la letra gótica cursiva cortesana, esta vez con nombre bien justificado por cuanto así aparece en las fuentes. Se trata de una escritura de alto nivel plástico, que produce una impresión estética similar a la de las portadas platerescas. Se empleó

entre 1425 y 1500 y en ella se ha conservado gran cantidad de documentación. Es una letra de trazado libre y variado.

Las bellas curvaturas, los lazos y los bucles que habían dado a la cortesana su alta plasticidad estética fueron también su perdición. Los excesos de los notarios, que cobraban por el número de líneas escritas, y la jactancia de algunos jóvenes nobles, que tenían a gala escribir mal, convirtieron a la letra cortesana en procesal, escritura denostada por los primeros humanistas, difícil de leer. En su primera etapa, segunda mitad del siglo XV, es prácticamente igual que la cortesana, aunque de trazado menos elegante y más deslavazado. Poco a poco se fue

complicando de forma creciente, hasta que en el siglo XVII, en manos de los notarios, evolucionó hacia una cursividad ininteligible, procesal encadenada o letra de cadenilla. Con estas premisas, la reforma emprendida por la letra humanística estaba más que justificada.

En los reinos de la Corona de Aragón el desarrollo cursivo de las escrituras documentales fue mucho más discreto que en Castilla. La influencia humanística fue muy fuerte desde época muy antigua, lo que impidió que se produjeran las

exageraciones que encontramos en Castilla. En Navarra, la evolución de la escritura documental se encuentra por entero sometida al influjo francés, no sólo por geografía, sino también porque desde Teobaldo I (1234-1253), todas las dinastías reales navarras son de origen francés....


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