Gómez, Pedro Arturo - Apunte de cátedra sobre Fake News y posverdad PDF

Title Gómez, Pedro Arturo - Apunte de cátedra sobre Fake News y posverdad
Author Miranda Majorel
Course Teoría de la Comunicación I
Institution Universidad Nacional de Tucumán
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Apuntes breves y sinteticos sobre fake news y posverdad...


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TEORÍA DE LA COMUNICACIÓN I - 2020 Facultad de Filosofía y Letras UNT Cátedra: Pedro Arturo Gómez JTP Lic. Selva Ilardo - ADG Lic. Eva Fontdevila y Dr. Rubén Kotler Programa Iniciación a la docencia: Macarena Hidalgo Ayudante estudiantil: León Torrente Apunte de cátedra FAKE NEWS Y POSVERDAD

Tradicionalmente el periodismo ha sido el actor institucional de recolección, procesamiento, edición y difusión de la información en la sociedad, a través de diversos canales, formatos y soportes como las publicaciones periódicas impresas, la radiofonía, la televisión e Internet. Sin embargo, los dispositivos de la era digital como las plataformas y las redes sociales han producido el aumento exponencial y la aceleración de los flujos de información, puesta en circulación por fuera de los procedimientos del newsmakingpropios de la institución periodística. Esta nueva dinámica ha favorecido la presencia cada vez mayor y más intensa de noticias falsas que lesionan el protocolo de veracidad fundamento de la información de interés público, generando desinformación, entendida ésta como “cualquier contenido informativo falso que haya sido creado y difundido de forma deliberada”. Ciertamente, las noticias falsas no son un fenómeno nuevo, ya que desde los inicios del periodismo en el siglo XVIII aparecía este tipo de información en libelos, una herramienta de los poderosos que los gobiernos totalitarios llevaron a su máxima expresión en el siglo XX con fines propagandísticos. Sin embargo, gracias a Internet y las redes sociales el rumor cobra una dimensión nueva amparado por la producción participativa de la información, el anonimato, el ocultamiento de las fuentes y la capacidad de pregnancia no sólo cognoscitiva sino también emocional. Aunque las TIC han favorecido cierta democratización informativa, el proceso comunicativo multidireccional que las caracteriza habilita alos ciudadanos a convertirse en productores de noticias exentas de controles deveracidad, con lo cual desaparece el rigor informativo y la verificación de datos, cualidades intrínsecas del Periodismo. En este contexto informativo descentralizado, las noticias creadas por periodistasconviven con las producidas por cualquier usuario de las TIC, generándose un espacio de superabundancia informativa que unido al anonimato que favorecen las plataformas digitales genera el caldo de cultivo idóneo para la proliferación de

noticias falsas.Además, la facilidad de producción que poseen las redes sociales provoca que el contenido que circula a través de ellas pueda ser manipulado para ensamblar, añadir o remover información, abriéndose paso con ello a procesos de reencuadre, de reasignación de sentido o de recontextualización de la información que pueden alterar su significado. Mientras que los medios tradicionales han ido perdiendo audiencia entre las generaciones más jóvenes, las redes sociales han pasado a ser hegemónicas en el consumo de información, basándose en las posibilidades que abren de un descubrimiento “casual” de las noticias, por lo cual los usuarios no tienen que ser buscadores activos para estar expuestos a ellas, en contraste con el modelo tradicional por el cual es el público quien, de forma intencionada, acude a buscar la información. Favorecidas por estas nuevas modalidades de circulación y acceso, las fake news se sirven también de ciertas prácticas en los usos digitales como el deslizamiento del cursor (scroll) en la pantalla para el consumo veloz de un repertorio diverso, que va desde estados y fotografías hasta enlaces a noticias, de las que se lee sólo el titular y quizá la bajada sin abrir el enlace (Murolo, 2019). Este hábito beneficia tanto la implantación de las noticias falsas como su viralización. Leonardo Murolo(2019) propone la siguiente clasificación de los enlaces que son portadores de fake news: -

Títulos falsos que luego se desmienten o atenúan en el cuerpo de la nota. Pueden provenir de medios reconocidos o tradicionales que usan el condicional en sus enunciados.

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Títulos falsos con notas falsas. Por lo general se trata de sitios dedicados generar fakes news según los cánones de la producción periodística, pero con información no verdadera.

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Títulos falsos con notas inexistentes. Sitios dedicados a producir fake news sólo con títulos, apelando a que los usuarios sólo “scrolleen” sin abrir el enlace.

La efectividad de las fake news no sólo se asienta en la instantaneidad y velocidad de los consumos digitales, sino también en los sesgos cognitivos que resultan de la sedimentación de imaginarios, representaciones y creencias consolidadas en patrones ideológicos que formatean la construcción de la realidad y recortan el pensamiento, los sentimientos y las acciones. Las noticias falsas, aunque carecen de veracidad, adquieren verosimilitud por su correspondencia con esos patrones, no con el estado

de cosas y hechos de la realidad. A este valor de verosimilitud se le denomina “posverdad”. En la convivencia entre medios tradicionales y nuevas plataformas digitales , se ha instaurado un modelo de información continua que obliga a los periodistas profesionales a generar y difundir noticias en un flujo permanente, lo cual ha creado una dependencia con respecto a las redes sociales, en particular Twitter, además de la sobre-acentuación emocional de la información, como ocurre con el avance del “infoentretenimiento” en el periodismo televisivo. A la contaminación del ecosistema informativo por parte de las fake news hacen su aporte los llamados “trolls”, usuarios de los dispositivos de Internet que publican en redes y plataformas contenidos polémicos, agresivos o sensibles para otros usuarios, publicaciones que también inyectan desinformación. Los trolls se inmiscuyen en foros, comunidades de usuarios y en otros servicios de comunicaciones públicas de Internet y redes sociales, en algunos casos organizados corporativamente al servicio de los intereses de sectores ideológicos o políticos partidarios. Un reciente estudio, publicado en 2018 en la revistaScience, afirma que la información falsa se extiende hasta seis veces más rápido que laverdad. De hecho, una noticia falsa tiene un 70% más de probabilidades de serretuiteada que una historia real, y este fenómeno se produce en base a dos mecanismosconvergentes: el efecto cascada y la polarización de grupos.Ambos factores provocan que la señal se refuerce cuantamás gente la recibe, hasta llegar a un punto en que es casi imposible resistirse a ella; altiempo que se produce una asimilación tendenciosa, es decir, nuestras opiniones sefortalecen cuando las compartimos con personas afines y éstas nos las corroboran, perotambién cuando las discutimos con quienes discrepamos afianzándonos de nuevo ensu supuesto error y en nuestro supuesto acierto. Para hacer frente a este contexto de inseguridad informativa, Facebook ha puesto enmarcha un programa para detectar informaciones falsas. La compañía ha lanzado un sistema de avisos, similar al FactCheck de Google, para indicar a los usuarios si unanoticia es falsa o no, al tiempo que ha creado un equipo exclusivo.La desinformación también se ha convertido en una lacra a erradicar en Twitter.Un reciente estudio publicado por KnightFoundation (2018), sobre un total de 10millones de tuits de 700.000 cuentas distintas, sostiene que esta red social publica más de un millón de tuits falsos al día, al tiempo que destaca que la mayoría de las cuentas centradas en difundir noticias falsas son bots o cuentas semiautomatizadas.Para hacer frente a la proliferación de noticias falsas, Twitter ha eliminado casi 70millones de cuentas entre los meses de mayo y junio de 2018, al tiempo que haintroducido actualizaciones y la supervisión activa de los contenidos.

Por su parte, el uso de WhatsApp para el consumo deinformación se ha duplicado en los últimos cuatro años, coincidiendo con la crisis deFacebook y el desplome de la prensa.La aplicación de mensajería instantánea más popular del mundo, con más de 1.500millones de usuarios en 180 países y que ha triplicado desde 2014 su uso informativo,también se ha convertido en un nuevo canal para la proliferación de las noticias falsas. Su potencial peligro reside en el títulopersonal de los mensajes, pues es otra persona quien los comparte y el hecho de queprovenga de uno de nuestros contactos genera que la noticia falsa alcance un mayorgrado de credibilidad. A esto se suma que detectar noticias falsas en esta plataforma es particularmente difícil ya que lasconversaciones, personales o de grupo, están encriptadas y son privadas. El método FactCheckimplementado por Google permite cotejar fragmentos detexto con las publicaciones presentes en su catálogo de búsquedas, ha establecidoacuerdos con compañías de verificación y mejorado elsistema de filtrado de resultados que realiza su algoritmo.También con objeto de garantizar los estándares de confianza en las noticiaspublicadas, el consorcio internacional de medios de comunicación ha puesto en marchaThe Trust Project que trabaja con plataformas tecnológicas, afin de reafimar el compromiso del periodismo con la transparencia, la precisión, lainclusión y la imparcialidad.The Trust Project funciona como un indicador de veracidad que amplía la informacióncontextual de las noticias, de manera que se puede saber quién ha publicado un artículo,qué citas y referencias incorpora y cuáles son los estándares éticos en los que sesustenta. Según la Real Academia Española, posverdad es la “distorsión deliberada de la realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”. De tal definición se destaca una palabra: “emociones”, porque la capacidad de las redes sociales de generar efectos emocionales -aunque se trate de una discusión falsamente orientada- las convierte en un poderoso instrumento capaz de modelar la percepción e interpretación de la realidad. Según un estudio publicado en 2016, seis de cada diez hipervínculos son compartidos en Twitter sin haber sido abiertos, es decir, información que presumiblemente no ha sido leída. Más allá del software capaz de diseminar información, los principales agentes para difundir información falsa son los usuarios mismos Ahí radica la principal complejidad de limitar el impacto de las noticias falsas en la agenda pública. Por lo tanto, los usuarios de redes sociales y plataformas son un pilar indispensable en la lucha contra las noticias falsas, y para ello es necesario facilitarle la adquisición de las competencias que les permita acceder, comprender, analizar, evaluar y distinguir entre las informaciones reales y las falsas. La libertad de expresión y de información, pilares básicos de la democracia, deben encontrar un límite en el derecho a la

veracidad de las informaciones que recibimos. El conocimiento de la realidad es lo que nos permite a los a los usuarios de la información formarnos opinión sobre el mundo que nos rodea, sin embargo, el flujo permanente de información y las noticias falsas erosionan esa credibilidad.

Fuentes Este apunte ha sido elaborado a partir de los siguientes artículos: ALONSO GONZÁLEZ, M. (2019): “Fake News: desinformación en la era de la sociedad de la información”. En ÁMBITOS. REVISTA INTERNACIONAL DE COMUNICACIÓN Nº 45, 2019: pp.29-52. MUROLO, L. (2019): “La posverdad es mentira. Un aporte conceptual sobre fake news y periodismo”. En R. Aparici y D. García Marín: La posverdad. Una cartografía de los medios, las redes y la política. Barcelona, Gedisa: pp. 65-80....


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