Guerra de la Independencia Española en detalle PDF

Title Guerra de la Independencia Española en detalle
Author Marco Veizaga
Course Historia Universal
Institution Universidad del Valle de México
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Historia de la guerra de la independencia española a detalle y todo lo que deberia saber...


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Guerra de la Independencia Española Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

Este artículo o sección tiene una redacción que mantiene un punto de vista regional, centrado en España. Por favor, edítalo para globalizarlo. Mientras tanto, no elimines este aviso. Guerra de la Independencia Española Guerra de la Quinta Coalición Guerra de la Sexta Coalición Parte de Guerras napoleónicas El dos de mayo de 1808 en Madrid.jpg El dos de mayo de 1808 en Madrid, pintura de Francisco de Goya que ilustra uno de los episodios del levantamiento popular que desembocaría en la guerra. Fecha 2 de mayo de 1808-17 de abril de 1814 Lugar Península ibérica Casus belli Aprehensión del rey Fernando VII de España. Levantamiento del 2 de mayo. Abdicaciones de Bayona. Intento de los franceses de conquistar toda la península ibérica y de apoderarse de los tronos español y portugués. Resultado

Victoria hispano-anglo-portuguesa

Consecuencias Tratado de Valençay. Restauración del trono de Fernando VII. Retirada de las fuerzas de ocupación francesas. Promulgación y derogatoria de la Constitución de Cádiz. Comienzo de las Guerras de independencia hispanoamericanas. Beligerantes Bandera de España Regencia de España e Indias Bandera de Reino Unido Imperio Británico Bandera de Portugal Reino de Portugal Bandera de Francia Imperio francés

•Bandera de España 1808-1813.svg España napoleónica • Reino de Italia •Flag of Poland.svg Ducado de Varsovia Comandantes Bandera de España Francisco Castaños Bandera de España «El Empecinado» Bandera de España «El Cura Merino» Bandera de España José de Palafox Bandera de España Gregorio de la Cuesta Bandera de España Álava y Esquivel Bandera de España Joaquín Blake Bandera de España Andrade y Armijo Bandera de España Espoz y Mina Bandera de España Gabriel de Mendizábal Bandera de España Teodoro Reding Bandera de España Diego de Alvear Bandera de España José María de la Cueva y de la Cerda Bandera de España Pedro Velarde † Bandera de España Luis Daoiz † Bandera de España Francisco Solano Ortiz de Rozas † Bandera de Reino Unido Arthur Wellesleya Bandera de Reino UnidoBandera de Portugal William Beresford Bandera de Reino Unido John Moore † Bandera de Portugal Bernardino Freire Bandera de Portugal Miguel Pereira y Forjaz Bandera de Portugal Francisco da Silveira

Bandera de Francia Napoleón I

Bandera de España 1808-1813.svgBandera de Francia José I Bandera de Francia Joaquín Murat Bandera de Francia Jean-Andoche Junot Bandera de Francia Jean de Dieu Soult Bandera de Francia André Masséna

Bandera de Francia Michel Ney Bandera de Francia Louis Gabriel Suchet Bandera de Francia Joseph Mortier Bandera de Francia Auguste de Marmont Bandera de Francia Bessières Bandera de Francia Jean-Baptiste Jourdan Bandera de Francia Claude-Victor Perrin Bandera de Francia Dupont de l'Étang Bandera de Francia Colbert-Chabanais † Bandera de Francia Louis Henri Loison Bandera de España 1808-1813.svg Mariano Luis de Urquijo Fuerzas en combate Bandera de España 140 000 al inicio2

600 0002

Bajas Bandera de España 300 000-500 000 muertos3 Bandera de España 25 000 guerrilleros muertos4 Bandera de Portugal 150 000 muertos3 180 000 muertos en combate contra guerrilleros5 300 000 muertos2 237 000 heridos4 1 000 000 muertos4 [editar datos en Wikidata] [mostrar] Guerra Peninsular 1808-1814 [mostrar] Guerras franco-españolas La guerra de la Independencia Española fue un conflicto bélico que se dio entre 1808 y 1814 dentro del contexto de las guerras napoleónicas, que enfrentó a las potencias aliadas de España, Reino Unido y Portugal contra el Primer Imperio francés, cuya pretensión era la de instalar en el trono español al hermano de Napoleón, José Bonaparte, tras las abdicaciones de Bayona.

La guerra de la Independencia, también conocida en español como la francesada,b Guerra Peninsular,6 Guerra de España,6 Guerra del Francés,6 Guerra de los Seis Años6 o «levantamiento y revolución de los españoles»,6 se solapa y confunde con lo que la historiografía anglosajona llama Peninsular War (Guerra Peninsular), iniciada en 1807 al declarar Francia y España la guerra a Portugal, tradicional aliado del Reino Unido. También tuvo un importante componente de guerra civil a nivel nacional entre afrancesados y patriotas. El conflicto se desarrolló en plena crisis del Antiguo Régimen y sobre un complejo trasfondo de profundos cambios sociales y políticos impulsados por el surgimiento de la identidad nacional española y la influencia en el campo de los «patriotas» de algunos de los ideales nacidos de la Ilustración y la Revolución francesa, paradójicamente difundidos por la élite de los afrancesados. Con motivo del bicentenario de la Guerra de la Independencia, Frigdiano Álvaro Durántez Prados puso en tela de juicio dicho nombre, ya que no se trata de un conflicto de carácter independentista, según el carácter que se le ha ido dando a estas conflagraciones, y propuso la denominación Guerra de 1808 o Guerra Peninsular.7

Según el Tratado de Fontainebleau de 27 de octubre de 1807, el primer ministro Manuel Godoy preveía, de cara a una nueva invasión hispanofrancesa de Portugal, el apoyo logístico necesario al tránsito de las tropas imperiales. Bajo el mando del general Junot, las tropas francesas entraron en España el 18 de octubre de 1807, cruzando su territorio a toda marcha en otoño, y llegaron a la frontera con Portugal el 20 de noviembre. Sin embargo, los planes de Napoleón iban más allá, y sus tropas fueron tomando posiciones en importantes ciudades y plazas fuertes con objeto de derrocar a la dinastía de los Borbones y suplantarla por su propia dinastía, convencido de contar con el apoyo popular.

El resentimiento de la población por las exigencias de manutención y los desmanes de las tropas extranjeras, que dio lugar a numerosos incidentes y episodios de violencia, junto con la fuerte inestabilidad política surgida por la querella entre Carlos IV y su hijo y heredero Fernando VII, orquestada por los franceses, que se inició con el Proceso de El Escorial y culminó con el Motín de Aranjuez y el ascenso al poder de Fernando VII, precipitó los acontecimientos que desembocaron en los primeros levantamientos en el norte de España y el Dos de Mayo en la capital del Reino. La difusión de las noticias de la brutal represión, inmortalizada en las obras de Francisco de Goya, y de las abdicaciones de Bayona del 5 y 9 de mayo, que extendieron por la geografía española el llamamiento, iniciado en Móstoles, a enfrentarse a las tropas imperiales, decidieron la guerra por la vía de la presión popular a pesar de la actitud contraria de la Junta de Gobierno designada por Fernando VII.

La guerra se desarrolló en varias fases en las que ambos bandos tomaron sucesivamente la iniciativa, y se destacó por el surgimiento del fenómeno guerrillero, que, junto con los ejércitos regulares aliados dirigidos por el duque de Wellington, provocó el desgaste progresivo de las fuerzas bonapartistas. La población civil, que padeció los efectos de una guerra total, en la que tanto franceses como aliados se cebaron con la población y objetivos civiles, saqueando y pillajeando a gran escala y devastando, por ejemplo, la industria española, considerada una amenaza para sus respectivos intereses.c Los primeros éxitos de las fuerzas españolas en la primavera y el verano de 1808, con la batalla del Bruch, la resistencia de Zaragoza y Valencia y, en particular, la sonada victoria de Bailén, lograda por un ejército exclusivamente español,

provocaron la evacuación de Portugal y retirada francesa al norte del Ebro, seguida en el otoño de 1808 por la entrada de la Grande Armée, encabezada por el propio Napoleón, que culminó el máximo despliegue francés hasta mediados de 1812. La retirada de efectivos con destino a la campaña de Rusia fue aprovechada por los aliados para retomar la iniciativa a partir de su victoria en los Arapiles (22 de julio de 1812) y, contrarrestando la ofensiva francesa, avanzar a lo largo de 1813 hasta los Pirineos, derrotando a los franceses en las batallas de Vitoria (21 de junio) y San Marcial (31 de agosto). El Tratado de Valençay de 11 de diciembre de 1813 restauró a Fernando VII y dejaba a España libre de la presencia extranjera, pero no evitó la invasión del territorio francés, siendo la batalla de Toulouse (10 de abril de 1814) el último enfrentamiento de la guerra. Refiriéndose a la guerra, Napoleón, en su exilio, declaró:

Esta maldita Guerra de España fue la causa primera de todas las desgracias de Francia. Todas las circunstancias de mis desastres se relacionan con este nudo fatal: destruyó mi autoridad moral en Europa, complicó mis dificultades, abrió una escuela a los soldados ingleses... esta maldita guerra me ha perdido. Fraser, Ronald: La maldita guerra de España. Historia social de la guerra de la Independencia, 1808-1814.8 En el terreno socioeconómico, la guerra costó en España una pérdida neta de población de 215 000 a 375 000 habitantes,d por causa directa de la violencia y las hambrunas de 1812, y que se añadió a la crisis arrastrada desde las epidemias de enfermedades y la hambruna de 1808, resultando en un balance de descenso demográfico de 560 000 a 885 000 personas,e que afectó especialmente a Cataluña, Extremadura y Andalucía. A la alteración social y la destrucción de infraestructuras, industria y agricultura se sumó la bancarrota del Estado y la pérdida de una parte importante del patrimonio cultural.

A la devastación humana y material se sumó la debilidad internacional del país, privado de su poderío naval y excluido de los grandes temas tratados en el Congreso de Viena, donde se dibujó el posterior panorama geopolítico de Europa. Al otro lado del Atlántico, las colonias americanas obtendrían su independencia tras la guerras de independencia hispanoamericanas. En el plano político interno, el conflicto fraguó la identidad nacional española y abrió las puertas al constitucionalismo, concretado en las primeras constituciones del país, el Estatuto de Bayona y la Constitución de Cádiz. Sin embargo, también dio inicio a una era de guerras civiles entre los partidarios del absolutismo y los del liberalismo, llamadas Guerras Carlistas, que se extenderían a todo el siglo XIX y que marcarían el devenir del país.

Índice 1

Antecedentes: política exterior y crisis de la monarquía española (1800-1808)

1.1

Alianza hispanofrancesa y guerras contra Gran Bretaña

1.2

El Bloqueo Continental

1.3

Desprestigio político de la Monarquía española: sucesos de El Escorial y Aranjuez

1.4

Levantamiento contra los franceses

2

Desarrollo de la guerra

2.1

Sublevaciones y la declaración de guerra

2.2

Repliegue del ejército imperial (junio-noviembre 1808)

2.3 Intervención de la Grande Armée: dominación y resistencia (diciembre 1808-abril 1812) 2.4

De Arapiles a San Marcial: retirada y derrota (1812-1813)

2.5

Invasión del sur de Francia (1813-1814)

3

Aspectos de la guerra

3.1

El fenómeno de la guerra de «guerrillas» o la petite guerre

4

Consecuencias

5

Conmemoración

6

Véase también

7

Notas

8

Referencias

9

Bibliografía

10

Enlaces externos

Antecedentes: política exterior y crisis de la monarquía española (1800-1808) Alianza hispanofrancesa y guerras contra Gran Bretaña

Napoleón cruzando los Alpes (1801), de Jacques-Louis David, en el Museo nacional de Château de Malmaison. El tratado de San Ildefonso de 1796, firmado entre la Convención Nacional Francesa y Carlos IV de España, representado por el favorito y primer Ministro Manuel Godoy, así como el tratado de Aranjuez de 1801 con el Consulado de Napoleón Bonaparte, restablecieron la alianza tradicional que desde la proclamación de Felipe V de España había regido las relaciones entre la corona española y la de Francia, llevándolas durante el siglo XVIII, en la disputa de intereses económicos y coloniales, a una serie de sucesivos enfrentamientos armados con el Imperio británico.

En mayo de 1801, cuando Napoleón decidió forzar la neutralidad de Portugal que se resistía a romper como aliado de la corona británica, el ejército español intervino en Portugal provocando la efímera Guerra de las Naranjasf que puso de manifiesto la falta de resolución de la corte española, aunque esta supo aprovechar la ocasión para recuperar la plaza de Olivenza (Badajoz). Supuso el inicio de un conflicto entre ambos países por la soberanía de esta hasta la actualidad. Desde 1803, España ayudó económicamente y puso a disposición su Armada para

la guerra naval contra los británicos, que culminaría en octubre de 1805 en la batalla de Trafalgar.

La gravedad de la derrota de Trafalgar no tuvo las mismas repercusiones en España y Francia. Napoleón, proclamado ya en 1804 Empereur des Français, hubo de renunciar entonces a la invasión inmediata por vía marítima de Gran Bretaña, pero pudo equilibrar su posición con los triunfos militares sucesivos en Austerlitz,g el 2 de diciembre de 1805 y de Jena, el 14 de octubre de 1806, alcanzando acuerdos de paz con austriacos, rusos y prusianos. Sin embargo, en España, la destrucción de una parte importante de su Armada agravó la crisis económica al no permitir las comunicaciones con las colonias americanas, en tanto que aumentaba el recelo hacia la política de alianza.

El Bloqueo Continental

Napoleón Bonaparte por Andrea Appiani (1805). El fracaso de las negociaciones con el gobierno británico del primer ministro Lord Grenville indujo a Napoleón a relanzar con el Decreto de Berlín del 21 de noviembre de 1806 el enfrentamiento directo con los británicos mediante la práctica de la guerra económica total del Bloqueo Continental, que ya se venía aplicando de facto tras el aumento de las tasas aduaneras, el cierre de los puertos del norte de Francia y de las desembocaduras del Elba y el Weser en la primavera de 1806.10

La política del Bloqueo orientó el interés de Napoleón hacia la península ibérica y el Mediterráneo occidental,11 incrementando la presión sobre la corte de Portugal, a la que se le advirtió para que adoptase medidas para el cierre al comercio con los británicos desde sus puertos, así como la confiscación de los bienes y bloqueo de los residentes en el país. Ante la inacción portuguesa, en agosto de 1807 Napoleón encargó a Jean-Andoche Junot la organización en Bayona del Cuerpo de Observación de la Gironda con una fuerza de unos 30 000 soldados, y retomando la fórmula de 1801 para forzar a aceptar el Bloqueo a los portugueses, reclamó el apoyo de la corte española que, con este fin, envió a través del conde de Campo Alange un ultimátum al gobierno portugués el 12 de agosto de 1807. A partir del 25 de septiembre de 1807 los portugueses expulsaron a los navíos ingleses, pero, anteriormente notificados de que el gobierno británico no permitiría ningún acto hostil contra sus ciudadanos en Portugal, no se realizó ninguna acción en este sentido.12

El 18 de octubre de 1807, Junot atraviesa la frontera y pocos días después, el 27 de octubre, el representante de Godoy firma el tratado de Fontainebleau en el que se estipula la invasión militar conjunta, la cesión a la corona de los nuevos reinos de Lusitania y Algarves, así como el reparto de las colonias.13

Desprestigio político de la Monarquía española: sucesos de El Escorial y Aranjuez

A finales de 1807 Napoleón decidió que la monarquía de Carlos IV, aliada, pero independiente, era ya de muy escasa utilidad y que sería mucho más conveniente para sus designios la creación de un Estado satélite, situación a la que se llegaría por un cúmulo de circunstancias que resume el historiador Jean Aymes:

...la expedición a España deriva de una serie de consideraciones entre las que se encuentran mezclados la debilidad militar del estado vecino, la complacencia de los soberanos españoles, la presión de los fabricantes franceses, la necesidad de arrojar a los ingleses fuera de Portugal, la enemistad del Emperador hacia la dinastía de los Borbones, los imperativos de una estrategia política para el conjunto del Mediterráneo y, por fin, para remate y para ocultar ciertos cálculos sucios, los designios de Dios o las exigencias de una filosofía ad hoc Aymes, Jean R.: La Guerra de la Independencia, Madrid, Siglo XXI, 1974. La presencia de tropas francesas en España en virtud del tratado de Fontainebleau se había ido haciendo amenazante a medida que iban ocupando (sin ningún respaldo del tratado) diversas localidades españolas, como lo fueron Burgos, Salamanca, Pamplona, San Sebastián, Barcelona o Figueras. El total de soldados franceses acantonados en España ascendía a unos 65 000, que controlaban no solo las comunicaciones con Portugal, sino también con Madrid y la frontera francesa.[cita requerida]

Caída y prisión del Príncipe de la Paz (c. 1814); grabado de Francisco de Paula Martí de un dibujo de Zacarías Velázquez que refleja el día 19 de marzo en la ciudad de Aranjuez. La presencia de estas tropas terminó por alarmar a Godoy. En marzo de 1808, temiéndose lo peor, la familia real se retiró al Palacio Real de Aranjuez para, en caso de necesidad, seguir camino hacia el sur, hacia Sevilla y embarcarse para América, como ya había hecho Juan VI de Portugal.141516

El 17 de marzo de 1808, tras correr por las calles de Aranjuez el rumor del viaje de los reyes, la multitud, dirigida por miembros del partido fernandino, nobles cercanos al príncipe de Asturias, se agolpa frente al Palacio Real y asalta el palacio de Godoy, quemando todos sus enseres. El día 19, por la mañana, Godoy es encontrado escondido entre esteras de su palacio y trasladado hasta el Cuartel de Guardias de Corps, en medio de una lluvia de golpes. Ante esta situación y el temor de un linchamiento, interviene el príncipe Fernando, verdadero dueño de la situación, en el que abdica su padre al mediodía de ese mismo día, convirtiéndolo en Fernando VII.[cita requerida]

Aprovechando los sucesos derivados del motín de Aranjuez y el hecho de que tropas francesas al mando de Murat habían ya ocupado el norte de España (amparándose en el tratado de Fontainebleau), Napoleón forzó la cesión de la corona española a su hermano, José Bonaparte, como José I en las Abdicaciones de Bayona.

Levantamiento contra los franceses Artículo principal: Levantamiento del 2 de mayo

La defensa del parque de Monteleón durante el Levantamiento del 2 de mayo en Madrid. Óleo de Joaquín Sorolla.h El levantamiento contra los franceses partió de las clases populares y de los notables locales. Comenzó como una serie de motines espontáneos, pero su reiteración y su rápida expansión por todo el país permiten entrever cierto grado de inducción o, cuando menos, de coordinación. Es probable que el detonante fuera la presión de las tropas de ocupación sobre la población civil, la obligación de mantener a un ejército depredador de alimentos y bienes de consumo básico, máxime cuando el país había atravesado recientemente por un ciclo de hambrunas y malas cosechas. Ya en abril hubo revueltas en ciudades como León o Burgos, si bien, tras el levantamiento de Madrid, el 2 de mayo de 1808, las acciones contra los ocupantes se propagaron por toda España. La difusión de las noticias sobre la represión ejercida por el ejército invasor en Madrid y en otras localidades alentó la insurrección. Asimismo, la sublevación tuvo cierta continuidad con el Motín de Aranjuez, que derribó a Godoy en marzo de 1808: quienes entonces habían combatido la alianza contra Napoleón se unieron de nuevo contra el ejército del Norte. Un sector mayoritario de la Iglesia, que consideraba en peligro la religión y la tradición ante la oleada secularizadora proveniente de Francia, viv...


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