Guerras de independencia hispanoamericanas HEROhistoria del peru y de la region historia del peru y de la region historia del peru y de la region historia del peru y de la region historia del peru y de la region PDF

Title Guerras de independencia hispanoamericanas HEROhistoria del peru y de la region historia del peru y de la region historia del peru y de la region historia del peru y de la region historia del peru y de la region
Author Arhon RS
Course Harvard Immigration and Refugee Clinic
Institution Harvard University
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Guerras de independencia hispanoamericanas Ir a la navegaciónIr a la búsqueda Guerras de independencia hispanoamericanas Parte de las emancipaciones americanas y revoluciones atlánticas Acción militar en Pueblo Viejo.jpg Congreso de Cúcuta.jpg Cruce Andes 1.jpg Cortes de cadiz.jpg Arriba: La batalla de Tampico de 1829. Al medio a la izquierda: el congreso de Cúcuta de 1821. Al medio a la derecha: el cruce de los Andes de 1817. Abajo: las Cortes de Cádiz de 1810. Fecha 25 de septiembre de 1808-29 de septiembre de 18331? Lugar Hispanoamérica Resultado Victoria independentista. Creación de nuevos Estados en América. España pierde la mayor parte de su imperio de ultramar en América. Beligerantes Realistas Independentistas Comandantes Realistas[mostrar] Independentistas[mostrar] Unidades militares Ejército Realista Ejércitos Independentistas Fuerzas en combate ± 35 000 realistas nativos2? ± 40 000 realistas españoles ± 130 000 independentistas nativos3? españoles4? Bajas Muertos ± 34 400 españoles5? ± 35 000 nativos2? Muertos ± 250 000 nativos en Nueva España5? ± 320 000 nativos en Nueva Granada5? [editar datos en Wikidata] Las guerras de independencia hispanoamericanas fueron una serie de conflictos armados que se desarrollaron en las posesiones americanas del Imperio español a principios del siglo XIX, entre 1810 y 1829, en los cuales se enfrentaron el bando a favor de las independencias, también denominado patriota o revolucionario, en una operación conjunta contra el bando a favor de mantener la integridad de la Monarquía española,6? que se conocería más tarde como realista o virreinal. Según la postura historiográfica, estos conflictos además de guerras de independencia, son considerados también guerras civiles7?8? o bien, una combinación de diversas formas de guerras.9?15? Los movimientos independentistas de Hispanoamérica adquirieron en principio formas políticas variadas de acuerdo con las condiciones que imperaban en cada región, y todos convergen finalmente en el Estado liberal.17? Así, una postura historiográfica dice que la emancipación hispanoamericana tiene sus raíces en la independencia de las colonias británicas de América del Norte en 1776, la Revolución francesa o la Revolución haitiana. El antecedente inmediato de la emancipación hispanoamericana son las abdicaciones de los reyes Borbones en 1808 ante la invasión francesa de España. Como respuesta a la entronización del rey José Bonaparte en España, entre 1808 y 1810 se instalaron juntas de gobierno que ejercieron la soberanía en nombre del abdicado rey Fernando VII, tanto en la península ibérica, como en los territorios americanos. La resistencia de las juntas americanas a someterse a todos los gobiernos formados en España, radicalizó las posiciones y llevó a la lucha armada entre realistas y patriotas. A partir de 1810 diversos movimientos americanos comenzaron a declararse autónomos del gobierno español, y más tarde, estados nacionales independientes bajo regímenes republicanos, y formaron ejércitos "patriotas" o "libertadores", entre los que destacaron los comandados por Hidalgo y Morelos en México, y las del file:///C/Users/i7-3770k/Desktop/HERO%20HERO/Guerras%20de%20independencia%20hispanoamericanas%20HERO.txt[20/06/2021 9:18:30]

rioplatense José de San Martín y el venezolano Simón Bolívar en América del Sur. La independencia de los nuevos estados de América se consolidó en la década de 1820, con el Trienio Liberal, derivando en la creación en México del Ejército Trigarante en 1821 y terminando en América del Sur con la destrucción del último ejército virreinal en la batalla de Ayacucho en 1824, suceso al que se suele recurrir como el fin de las grandes campañas de las guerras de independencia en América del Sur.18?19?20? Aunque el periodo estricto de lucha militar iría desde el combate de Cotagaita (1810) hasta la batalla de Tampico (1829).21? Los últimos bastiones españoles son el Castillo San Felipe en Puerto Cabello hasta 1823; en San Juan de Ulúa, Veracruz hasta 1825. Por último, en enero de 1826, caen los reductos españoles del Callao y Chiloé. Solo permanecen como últimos dominios españoles las islas de Cuba y Puerto Rico, que resisten como bases de la reconquista tras los frustrados planes colombo-mexicanos de expedición conjunta para la liberación de Cuba (18201827).22? El último capítulo de la guerra terminó con la tentativa de reconquista de España contra sus antiguas posesiones mexicanas en 1829, cuando la expedición de Isidro Barradas llegó a Tampico y fue derrotada por el Ejército Mexicano. Sin embargo los gobiernos independientes tuvieron que enfrentar las guerrillas realistas, por ejemplo entre 1823 y 1827 en Venezuela; entre 1822 y 1826 en Pasto, Colombia; hasta 1832 en el sur de Chile, apoyados por mapuches y pehuenches; y hasta la década de 1830, la guerrilla de Iquicha en Perú. El reconocimiento internacional de las independencias llega desde el Reino Unido de Portugal y Brasil en primer lugar. Seguidamente los Estados Unidos, el Reino Unido y Francia establecieron relaciones comerciales con los nuevos gobiernos americanos y posteriormente reconocieron la soberanía de los nuevos estados a lo largo de la década de 1820. Sin embargo España sólo abandonó los planes de reconquista después de la muerte del rey Fernando VII, ocurrida en 1833. Las Cortes españolas renunciaron a sus posesiones en América en 1836 y autorizaron al gobierno para realizar tratados de paz y reconocimiento con todos los nuevos estados surgidos en el continente.23?24?25?26? Índice 1 Contexto 2 Antecedentes al proceso independentista 2.1 En Hispanoamérica 2.2 En España 2.3 Internacionales 3 Fundamentos del proceso independentista 3.1 En América 3.2 En Europa 3.3 Internacional 4 La formación de los estados hispanoamericanos 4.1 Inicio: las juntas autónomas hispanoamericanas 4.2 Radicalización: congresos constituyentes y declaraciones de independencia 5 Desarrollo del conflicto 5.1 Campañas militares 5.2 Participantes 5.2.1 Realistas 5.2.2 Independentistas 5.2.3 Participación extranjera 5.2.3.1 Intervención estadounidense 5.2.3.2 Intervención británica 5.3 Territorios 5.3.1 Sudamérica 5.3.1.1 Ofensiva desde Buenos Aires 5.3.1.2 Contrarrevolución en Córdoba 5.3.1.3 Expedición a las Provincias Interiores y Alto Perú (Bolivia) 5.3.1.4 Paraguay 5.3.1.5 Uruguay 5.3.2 Norteamérica 5.3.2.1 Estados Unidos 5.3.2.2 México

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6 Consecuencias 6.1 Mortalidad 6.2 Consecuencias para Hispanoamérica 6.2.1 Países desaparecidos proclamados autónomos o declarados independientes en las guerras de emancipación 6.2.2 Países independientes fuera de las guerras de emancipación 6.3 Consecuencias para España 6.3.1 Expulsión de los españoles 6.3.2 Negociaciones de paz y reconciliación, Tratados de Paz y Amistad 7 Notas 8 Referencias 9 Bibliografía adicional 10 Enlaces externos Contexto Al acabar el siglo XVIII, gracias a su dilatado imperio, España figuraba aún entre las grandes potencias internacionales. El imperio no solo aportaba prestigio y peso diplomático; también resultaba crucial para la economía española. En el último tercio del siglo el tráfico con los territorios de ultramar representó cerca de la mitad del comercio exterior. Absorbía un 48% de las exportaciones, integradas por productos españoles pero también por artículos europeos, pues España en calidad de metrópoli ejercía el monopolio del comercio, y todos los países que quisieran traficar con las Indias debían hacerlo a través de los puertos españoles. Los territorios americanos también ofrecían un suministro constante de metales preciosos: entre 1784 y 1796 las minas de plata de México y el Alto Perú aportaron una media anual de 355 millones de pesos. Sin embargo, sostener el imperio no resultaba fácil. Si preservar el monopolio comercial y eliminar el contrabando en tiempos de paz ya era de por sí complicado, más lo fue desde finales del siglo XVIII, cuando la alianza de España con Francia obligó a mantener un estado prácticamente permanente de guerra con Gran Bretaña. Las contiendas hispano-británicas entorpecieron el comercio español con América, hasta el punto de interrumpirlo casi por completo: en 1801 el promedio anual de exportaciones a las Indias había descendido un 93%; las importaciones también cayeron radicalmente. Tras la destrucción de la flota española en la batalla de Trafalgar, en 1805, Gran Bretaña se aventuró, incluso, al ataque directo a las costas americanas. En 1806 y 1807 la armada británica trató de ocupar el puerto de Buenos Aires y las autoridades virreinales rechazaron el ataque. Una acción que reveló la impotencia de España para defender sus reinos ultramarinos y demostró a los criollos (descendientes de españoles nacidos en América) la propia fuerza que tuvieron en el desarrollo y el triunfo frente a las pretensiones inglesas. Antecedentes al proceso independentista Muchos años antes del comienzo del conflicto en 1808, se reconocen antecedentes al proceso independentista en Hispanoamérica. Algunos se produjeron en la América española, otros en la metrópoli española, y el último grupo fueron internacionales, de influencia mundial reconocida, como la independencia de los Estados Unidos de América (1776) y la revolución francesa (1789). En Hispanoamérica Desde décadas anteriores existieron revoluciones de las más diversas características y finalidades, pero que no formaron parte del movimiento independentista hispanoamericano, entre las que se destacaron la rebelión de Túpac Amaru I en Perú (1570), la Guillén de Lampart en México (1640-1643), las Revoluciones de los Comuneros en Paraguay (1721-1735), la del canario Juan Francisco de León contra el monopolio de la Real Compañía Guipuzcoana en Venezuela (1748), el levantamiento maya liderado por Jacinto Canek en Yucatán, México (1761), y el levantamiento quechua-aimara liderado por Túpac Amaru II en el Cuzco, Perú (1780-1781). La Revolución de los comuneros en Socorro (actual Santander, Colombia), además de la guerra de Arauco en la que el pueblo mapuche había detenido el avance español por más de dos siglos. Las ideas liberales de la Ilustración que fueron difundidas en América y en toda Europa y que llegaban a las universidades, las academias literarias y las sociedades económicas fomentaron los ideales revolucionarios que eran contrarios a la actuación de la Monarquía española en su Imperio. Entre estas nuevas ideas sobresalían el principio de soberanía nacional, el contrato social de Rousseau, y los derechos individuales, opuestos al absolutismo real. Los encuentros de los máximos dirigentes hispanoamericanos de la revolución en el exterior y la participación de algunos de ellos en las revoluciones liberales europeas, así como sus contactos con los gobiernos exteriores. En España Artículo principal: Proyectos españoles para la independencia de América En varias ocasiones a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, la Corona española se planteó la posibilidad

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de crear reinos independientes en los territorios americanos. Según estos planes, los virreinatos pasarían a ser gobernados por miembros de la familia real, convirtiéndose en monarquías hereditarias. Los sucesos dramáticos de la política europea española al final del reinado de Carlos IV en 1808 supusieron el abandono definitivo de estos planes.27? Internacionales La Declaración de Independencia de los Estados Unidos realizada en 1776 por las trece colonias americanas de Inglaterra, dio inicio a los procesos de independencia del colonialismo europeo; La Declaración de Derechos de Virginia de 1776, la primera en proclamar que todos los hombres son por naturaleza libres e independientes y tienen una serie de derechos inherentes de los cuales no pueden ser privados. La Revolución Francesa en 1789 que proclamó la igualdad de todos los franceses y sus derechos fundamentales; aunque excluía a los esclavos de sus colonias. La revolución haitiana de 1805 realizada por los esclavos negros de esa colonia francesa, la primera en abolir la esclavitud y la primera en lograr la independencia del colonialismo en América Latina y el Caribe, aprovechando que el emperador Napoleón no evitaría la independencia al estar involucrados en sus guerras por toda Europa. La derrota de la flota española en la Batalla de Trafalgar en 1805 a manos del Imperio británico. Los fallidos intentos del Imperio británico para ocupar directamente nuevos territorios continentales americanos, como el que había protagonizado contra Cuba y Cartagena de Indias en la Guerra del Asiento (1741) o las dos Invasiones Inglesas en el Virreinato del Río de la Plata en 1806 y 1807, que llevó a generar una conciencia hispanoamericana de las capacidades y poderes propios y a la creación de varios cuerpos militares locales como el Regimiento de Patricios. El intento fallido de invadir y liberar Venezuela en 1806 por una expedición naval organizada en los Estados Unidos, liderada por el general Francisco de Miranda. Fundamentos del proceso independentista Placa recordando la ayuda de cazadores británicos en la batalla de Maipú, en Mendoza. El proceso independentista en Hispanoamérica estalló en 1808 con los movimientos juntistas americanos, y al ser un proceso tan largo, complejo y amplio, está lleno de particularidades. En América El descontento de la población americana, en los criollos, que querían la independencia para cambiar un sistema colonial al que consideraban injusto ya que los excluía de las máximas decisiones políticas y económicas en las castas, al tratarse de grupos explotados. Los criollos querían dirigir el poder político y practicar el librecambio o libre mercado, pudiendo desarrollar libremente sus actividades comerciales. Tales libertades en el comercio estaban frenadas por el monopolio que se ejercía desde la metrópoli, sumado a gabelas y trabas. Insistían en tomar el control de los cabildos y la administración de las colonias. El concepto del derecho indiano, según el cual Hispanoamérica era un bien realengo perteneciente a la corona española como patrimonio de la familia real, provocó que cuando el rey Fernando VII junto con su padre Carlos IV fueron retenidos en Francia, las provincias americanas no reconocieran a las cortes de Cádiz ni a la Junta Suprema Central sino que formaran Juntas de Gobierno en cada país, con el objetivo inicial de gobernar y posteriormente de sustituir al estado español. Una parte de la aristocracia criolla no estaba de acuerdo con algunos aspectos fundamentales de la constitución española de 1812, como el reparto de la tierra o la igualdad política entre ellos y los indios. Este motivo fue determinante sólo en México, de modo que, cuando la constitución española entró en vigor nuevamente en 1820, estos criollos, liderados por Agustín de Iturbide, cambiaron de bando y pasaron de defender la unidad de la Monarquía Española a luchar por la independencia. En Europa La coyuntura del gobierno de España, inmerso en las guerras napoleónicas. Si bien en un principio fue aliada a Francia por el Tratado de San Ildefonso (1796), posteriormente se opuso a Napoleón, quien pretendió imponer una monarquía liberal afín. La caída del antiguo régimen español con las abdicaciones de Bayona implicaba que los reinos castellanos de Indias perderían el estatus especial que le otorgaban las Leyes de Indias, según las cuales eran patrimonio de la monarquía española (aunque previamente, en 1768, en la práctica, los reinos americanos habían sido mermados a una condición colonial por las reformas borbónicas del Imperio Español). Ahora en el nuevo régimen de corte liberal, tanto en las disposiciones del estatuto de Bayona (1808)[2], como igualmente en la Constitución española (1812)[3], los europeos pretendían disminuir o desaparecer la representatividad o el número de representantes americanos del parlamento. El vacío de gobierno en España, causado sucesivamente por la guerra con Napoleón y por el Trienio Liberal que

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ocupó la revolución del constitucionalismo español, abrió la oportunidad para que la clase dominante hispanoamericana, formada por criollos europeos, dieran impulso y sostuvieran el movimiento y la guerra por la independencia como medio definitivo de conservar y mejorar su estatus, disminuido o en riesgo de perderse por el liberalismo. La independencia de la Patria fue el carácter esencial del movimiento que finalmente predominó en todos los lugares de América, por encima de otros movimientos independentistas que, como el fallido de Hidalgo en México, se pretendían acompañar también de una verdadera revolución social. En algunos países resultó una continuidad de las prácticas de castas coloniales, donde esclavos, indígenas y criollos no ejercían los mismos derechos. Internacional La negativa de ningún apoyo de parte de Gran Bretaña y Francia a favor del rey Fernando VII de España para recuperar sus reinos americanos, declarada en el Memorandum Polignac, y la finalidad de dichos países de establecer un libre comercio con los países independientes americanos. La intención de Gran Bretaña, finalmente alcanzada, de la posición de potencia hegemónica mundial en el tráfico internacional marítimo, a expensas de España. El apoyo que Inglaterra dio en su territorio a la formación de las logias masónicas que apoyaron la independencia de América y a sus jefes, que acabaron siendo posteriormente los líderes de la independencia de América, como Simón Bolívar y José de San Martín. La ayuda de Inglaterra en la logística de las tropas independentistas, el movimiento naval de sus tropas, por ejemplo a Venezuela, de manera limitada durante las guerras Napoleónicas y más abiertamente después, o el traslado y armado de tropas pro independencia desde Europa e Inglaterra, como los más de 5000 fusileros polacos. La formación de los estados hispanoamericanos Inicio: las juntas autónomas hispanoamericanas El Rey Fernando VII. Su cautiverio durante la invasión napoleónica provocó la creación de múltiples Juntas de Gobierno, lo que derivaría finalmente en la emancipación de las colonias españolas en América. En Europa, la ocupación de la Francia Napoleónica de España tuvo un giro tras el Motín de Aranjuez por el cual el entonces príncipe de Asturias derrocaba del gobierno del príncipe de la Paz, Manuel Godoy, seguido de la abdicación de Carlos IV en beneficio suyo, erigiéndose como Fernando VII. Sin embargo, tan pronto como pudo, Carlos IV protestó su abdicación y así se lo hizo saber a Napoleón. Por lo tanto, el emperador aprovechó tal situación en su beneficio. Primero postergó el reconocimiento de Fernando VII hasta entrevistarse con él haciéndolo ir hasta territorio francés en Bayona. Allí hizo llegar a Carlos IV a quien en todo momento le reconocía como aún rey con quien pactó a través de Godoy su abdicación a la corona a cambio de mantener la integridad de la corona española y sus posesiones americanas, por lo cual aceptó. Finalmente, entre todos convencieron a Fernando VII para que fuera buen y leal hijo y le devolviese la corona a su padre, a lo cual Fernando VII terminó por aceptar sin saber del pacto elaborado en la víspera. Napoleón, ya poseedor de los derechos sucesorios sobre todos los reinos de la monarquía, arrancó las renuncias a sus derechos al príncipe de Asturias y a los infantes herederos de Carlos IV, ofreciendo una pensión millonaria a la ahora familia real española en suelo francés, aunque en realidad quedaba toda la familia cautiva del emperador. Napoleón comenzó a gobernar directamente sobre España y organizó la creación del Acta Constitucional de España, redactada allí mismo en Bayona, y al mes de las abdicaciones nombró a su hermano mayor José I Bonaparte, en ese momento rey de Nápoles, como nuevo rey de las Españas y de las Indias. José Bonaparte desde luego aceptó la corona española, renunciando a las napolitana, juró la nueva constitución de Bayona y entró en Madrid como rey protestado por las tradicionales instituciones españolas que aceptaban de facto las abdicaciones de Bayona. Sin embargo, el pueblo españ...


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