Historia de la Micología PDF

Title Historia de la Micología
Author Anonymous User
Course LAB Micología
Institution Universidad Autónoma de Santo Domingo
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tarea de micología...


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Historia de la Micología Los hongos, o las enfermedades que producen, se conocen desde la más remota antigüedad; los griegos y los romanos describieron algunas de las manifestaciones clínicas de las dermatofitosis, como el querión y la mentagra. La micología es una rama de la microbiología que se desarrolló primero. Los aspectos clínicos de algunas micosis superficiales fueron descritos desde la época de Hipócrates (460-377 a. C.) quien fue el primero en documentar la candidosis seudomembranosa con el nombre de “afta alba”, lo cual fue corroborado después por Galeno (130-200 d. C.). Celso reconoció la tiña inflamatoria o querión y el favus. Con el invento del microscopio (Antonie Van Leeuwenhoek [1632-1723]) en el siglo xvll, se inició el estudio científico de los hongos microscópicos junto con el de otros microorganismos. En 1729, Pier A. Micheli publicó investigaciones sobre hongos en su obra Nova Plantarum; a él se debe el término Aspergillus. El conocimiento de la relación entre hongo y enfermedad precedió a la floreciente época bacteriológica desarrollada por Robert Koch y Louis Pasteur. La historia de la micología médica inició en 1835 con Agostino Bassi, de origen italiano y alumno de Lazzaro Spallanzani, el fundador de la biología moderna. Descubrió que la muscardina del gusano de seda era producida por un hongo (Beauveria bassiana). En 1838, el botánico y entomólogo francés Víctor Audouin confirmó estas observaciones y las publicó. En 1845, Per Hendrik Malmsten descubrió el género Trichophyton con su más representativa especie, T. tonsurans.

En 1850, J. B. Georg W. Fresenius utilizó por primera vez el término “aspergilosis” para una de las primeras micosis reconocidas en humanos o animales, aunque desde 1815 H. P. Mayer y G. H. Emmert ya habían descrito una infección en los pulmones de un cuervo. En 1839, Johann Lukas Schönlein estudió el hongo del favus, aunque se señala que él había sospechado su existencia desde 1827. En 1837, Robert Remak, descubrió que la tiña fávica era causada por un hongo al cual dio el nombre de Achorion schoenleinii en honor a su maestro alemán Schönlein. No se le otorgó el crédito correspondiente, pues hizo sus publicaciones en 1845, en lo que se considera el primer tratado de micología. Por estas circunstancias, persisten las controversias acerca de quién es el fundador de la micología dermatológica. En 1839, Bernhard Rudolph Conrad von Lagenbeck descubrió una levadura en el algodoncillo y en 1845 señaló la actinomicosis en humanos.

En 1840, el famoso dermatólogo Alphée Cazenave observó una epidemia de tiña de la cabeza y propuso el nombre de Herpes tonsurans capillitii. En 1846, Carl Ferdinand Eichstedt encontró en las escamas de pitiriasis versicolor un hongo que luego Charles Phillippe Robin llamó Microsporum furfur y, en 1898, Henri Ernest Baillon lo clasifi có en el género Malassezia. En 1874, Louis Charles Malassez identifi có el “champignon de la pelade”; en 1884, J. Bizzozero lo encontró en Pityriasis simplex y Sabouraud le llamó Pityrosporum. En 1855, Gottlob Friedrich H. Kurchenmeister describió el primer caso de mucormicosis, aunque este término fue acuñado hasta 1885 por Arnold Paltauf.

En 1870, Ferdinand von Hebra (fi gura 1-5) identificó la tinea cruris debida a Epidermophyton fl occosum, mientras que William Tilbury Fox identifi có por su parte la tinea mannum. Uno de los micólogos más eminentes del siglo xix fue el sabio francés Raymond Jacques Adrien Sabouraud, quien Clasificó los agentes causales de las dermatofi tosis en cuatro grupos: Achorion, Epidermophyton, Trichophyton y Microsporum, y sostuvo la idea de que las dermatofitosis eran causadas por más de una especie de hongos. A fi nales del siglo xix y principios del xx se hicieron grandes descubrimientos, no tanto en Europa sino en diferentes partes del mundo. Así, en 1860, Henry Vandick Carter (fi gura 1-7), en India, describió y acuñó el término “micetoma”; fue un gran médico que luchó porque se aceptara a las mujeres en las escuelas de medicina. En 1874, Ch. McQuestin, médico estadounidense, estudió los primeros micetomas de América en Hermosillo, Sonora, México. En 1876, Otto Bollinger, en Europa, reconoció la actinomicosis como enfermedad parasitaria. En 1877, Karl O. Harz encontró el grano actinomicético en la mandíbula de un buey y lo llamó Actinomyces (del griego actys “rayo de sol” y myké “hongo”) bovis. En 1883, Domenico Majocchi (fi gura 1-8) describió el granuloma tricofítico. En 1892, Celalettin Muhtar Ozden (Celal Muhtar o Djelaleddin-Mouktar) dermatólogo del entonces Imperio Otomano hizo importantes contribuciones en infecciones dermatofíticas como la identifi cación de las hifas en la tiña de los pies y manos, por lo que también lleva su nombre en Turquía.

En 1889, Vittore Trevisan, en honor a Edmund Nocard, quien hizo importantes aportaciones en el campo de la bacteriología con técnicas para la recuperación de microorganismos a partir de muestras sanguíneas y el desarrollo de medios de cultivo bacteriológicos, creó el género Nocardia y, en 1890, Hans Eppinger describió la nocardiosis en humanos.

1905, Samuel Taylor Darling (fi gura 1-11), describió la histoplasmosis; en 1934, William De Monbreun cultivó el hongo, demostró su naturaleza dimorfa y reprodujo la enfermedad de modo experimental. En 1908, Adolfo Lutz (fi gura 1-12), en Brasil, informó el primer caso de paracoccidioidomicosis; a partir de 1909 Adolfo Splendore, médico italiano, inició el estudio del hongo y lo clasificó como levadura. En 1911, Alexandrino de Moraes Pedroso describió en Sao Paulo la cromomicosis (cromoblastomicosis).

En 1916, Bruno Bloch, en Suiza, realizó los primeros estudios sobre inmunología de las micosis y efectuó estudios inyectando extractos de polisacáridos no purifi cados obtenidos a partir de colonias de dermatofi tos en personas con dermatofi tosis y sanas; con lo que observó una respuesta clínica semejante a la descrita por Koch en su estudio de la tuberculosis. Ese mismo año, el Dr. Albert John Chalmers y el capitán R. G. Archivald precisaron las diferencias etiológicas de actinomicetos y eumicetos en el micetoma. En 1920, Joseph Gardner Hopkins y Rhoda Williams Benham (fi gura 1-14), de la Columbia University, iniciaron el estudio científi co de la micología médica. A Benham se le considera la fundadora de la micología médica moderna. En 1934, Chester Wilson Emmons propuso la taxonomía actual para los dermatofitos. Adoptó un riguroso criterio basado en las normas aceptadas para la clasifi cación con base en las nomenclaturas para clasificar microorganismos, incluyendo a todas las especies de dermatofitos en tres géneros: Microsporum, Trichophyton y Epidermophyton.

Definición: es la ciencia que se dedica al estudio de los hongos.

GENERALIDADES de los hongos

Actinomicetos constituyen un grupo heterogéneo de bacterias que en algún momento de su ciclo de crecimiento desarrollan filamentos ramificados que se fragmentan en elementos cocoides, bacilares o ambos. Los actinomicetos patógenos se clasifi can en procariontes del filo (phylum) Schizomycota, clase Eubacter y orden Actinomicetales. Este orden incluye los siguientes géneros aerobios: Corynebacterium, Mycobacterium, Nocardia, Rhodococcus, Gordona, Tsukamurella, Actinomadura, Streptomyces y Dermatophilus, y anaerobios como Actinomyces, Arachnia y Rhotia. Por lo general son heterótrofos y usan gran variedad de sustancias como fuentes de nitrógeno y carbono, crecen en gelosa con pH neutro o ligeramente alcalino. Dan un olor característico a las aguas y el suelo; tienen actividad en procesos de fertilización, producen antibióticos (Streptomyces), se utilizan como fuentes de vitaminas, o desintegran diferentes sustancias y alimentos. Los actinomicetos tienen características de bacterias, como su pequeño tamaño (menos de 1 micrómetro), núcleos procarióticos (es decir, con DNA distribuido de forma libre en la célula y no organizado en el núcleo), presencia de ácido murámico en la pared celular, no contener quitina ni celulosa y sintetizar lisina a partir de ácido diaminopimélico; llegan a producir micelio (conjunto de fi lamentos) que se fragmenta en forma perpendicular, y fragmentación en elementos cocoides y bacilares. Algunos de los actinomicetos anaerobios tienen interés médico, como Actinomyces, Bifi dobacterium, Propionibacterium (Arachnia) y Rothia (fi gura 2-4), y entre los aerobios, Nocardia, Actinomadura, Streptomyces, Corynebacterium y Dermatophilus (fi guras 2-5 y 2-6). Las enfermedades que ocasionan comprenden: micetoma, nocardiosis, dermatofi losis o estreptotricosis, neumonía alérgica por actinomicetos termotolerantes, actinomicosis, eritrasma, queratólisis plantar, tricomicosis axilar y eccema epidérmico.

Hongos Los hongos son organismos eucariontes que constituyen un complejo y fascinante grupo de organismos, tan grande que se calculan alrededor de 200 000 especies, pero se cree que hay más de un millón y medio; viven en los medios más variados, y sólo alrededor de 400 son necesariamente patógenos para mamíferos, aunque también hay patógenos de vegetales, insectos (entomógenos) o de otros hongos (microparásitos), y unos pocos cientos son hongos oportunistas.

Las primeras descripciones morfológicas de los hongos hacen referencia a un material “fungus = sponge = ‘algo con muchos poros’ ”, que es el aspecto que tienen los macromicetos. De acuerdo con la posibilidad de apreciar las características morfológicas básicas, los hongos pueden ser macroscópicos o microscópicos. Los hongos mejor conocidos por todos son los macroscópicos, denominados también setas o champiñones, con tamaño, forma y color de lo más variado.

Los hongos macroscópicos, que alcanzan hasta algunas decenas de centímetros, están constituidos por agregaciones miceliales formando cuerpos fructíferos o carpóforos en donde se localizan, además, estructuras de reproducción sexual (basidios con basidiosporas). Los macromicetos están formados por una fructififi cación carnosa llamada píleo (“sombrero”), unido por su parte central al ápice de un estípite (o tallo) bien diferenciado. De manera simple, los hongos se pueden agrupar en: hongos ornamentales, alimenticios, venenosos o tóxicos, alucinógenos, medicinales, contaminantes y patógenos. los hongos sirven como alimento o se utilizan en la elaboración de otros: pan, vino, cerveza (Saccharomyces cerevisiae) y quesos, como el Roquefort (Penicillium roquefortii), el Camembert (P. camembertii) y el Reblochon (Geotrichum candidum); se usan para elaborar salsa de soja (Rhizopus oligosporum), fermentar la mandioca o yuca (Corynebacterium y Geotrichum candidum) y producir tapioca. Se emplean en procesos industriales, como la elaboración de ácido cítrico (Aspergillus niger); por sus usos en la industria se ha perfeccionado mucho la ingeniería genética, sobre todo en levaduras. También producen metabolitos de interés en medicina y en biotecnología que sirven para obtener antibióticos, como la penicilina (Penicillium notatum, P. chrysogenum), las cefalosporinas (Cephalosporium), la griseofulvina (Penicillium griseofulvum) y el ácido fusídico (Fusidium, Mucor), así como hormonas y enzimas. El Cordyceps, un género de hongos, ha sido empleado para tratar trastornos respiratorios, hepáticos, renales y cardiovasculares, y ha sido investigado como inmunosupresor por el Transplantation and Immunology Department del Novartis Institute for Biomedical Research. En humanos, la micopatología es variada. Al envenenamiento producido por la ingestión de un hongo macromiceto (setas tóxicas) se llama micetismo. El micetismo puede ser citotóxico, en cuyo caso ocasiona la muerte en 6 a 10 horas; neurotóxico, que se manifi esta en 20 minutos a 2 horas; autonómico, que en ocasiones produce alucinaciones y se manifiesta en 30 minutos a 4 horas, y gastrointestinal, que se presenta en 30 minutos a 3 horas.

Micosis Las infecciones causadas por hongos microscópicos se llaman micosis y toman su nombre de la parte del organismo que invaden (onicomicosis) o del hongo que las causa (coccidioidomicosis). Los agentes de las micosis son alrededor de 100 y pueden ser de origen endógeno o exógeno. En humanos, hay micosis como la tiña de los pies y las candidosis (candidiasis), Los hongos endógenos se encuentran en mucosas o tegumentos de individuos sanos, y sólo en estados especiales del huésped (inmunosupresión, diabetes, antibioticoterapia) se convierten en patógenos, por ejemplo, Candida. Los hongos exógenos viven fuera del humano o de los animales; algunos son parásitos obligatorios (dermatofi tos) y otros son saprobios (Aspergillus, Mucorales) y de modo excepcional se convierten en patógenos. Éstos, junto con algunas levaduras, constituyen el grupo de los oportunistas o patógenos facultativos. La mayor parte de los hongos exógenos penetran por vía aérea o cutánea. Según su localización, las micosis se clasifican en cuatro grandes grupos: superficiales, subcutáneas, sistémicas y por oportunistas. Las micosis subcutáneas y sistémicas también pueden agruparse en las micosis profundas. las micosis superficiales se generan por contacto directo con el hongo o con una persona o animal infectado, y afectan la piel, los anexos y las mucosas, por ejemplo, tiñas y candidosis (cuadro 2-3). Se considera dermatomicosis cualquier infección cutánea fúngica, y no exclusivamente las dermatofitosis. las micosis subcutáneas se adquieren del ambiente y el hongo penetra por un traumatismo, por ejemplo, en la esporotricosis, el micetoma y la cromoblastomicosis.

En las micosis sistémicas, las esporas del hongo penetran por inhalación (coccidioidomicosis, histoplasmosis, paracoccidioidomicosis, blastomicosis), después ocurre colonización y, en la mayoría de personas de áreas endémicas, se presenta una infección pulmonar asintomática; en un porcentaje pequeño se produce micosis pulmonar primaria (neumonía aguda) que se acompaña de síntomas generales (fi gura 2-8). Las micosis sistémicas pueden afectar la piel o las mucosas, y micosis las superficiales, extenderse hacia órganos

profundos. Solamente deben considerarse si se altera más de un órgano profundo y sólido.

Las micosis por oportunistas son causadas por hongos saprobios que se transforman en patógenos en diferentes situaciones del huésped....


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