HORA Santa Niños - oraciones PDF

Title HORA Santa Niños - oraciones
Author rca car
Course Derecho Romano
Institution Universidad de Navarra
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HORA SANTA NIÑOS ADOREMOS A JESÚS AMIGO DE LOS NIÑOS Exposición del Santísimo Canto: Cantemos al amor de los amores. Monición: El Ángel de Fátima exhortó a los tres niños, Lucía, Francisco y Jacinta a la adoración y a la reparación eucarística. Siguiendo su ejemplo, todos los niños del mundo se esmeran en adorar con frecuencia al Santísimo Sacramento. 1.- ADORACIÓN Padre bueno, hoy estamos de fiesta, porque Tú has querido que nos reunamos delante de ti, junto con tu Hijo Jesús, que también está con nosotros, escondido en la Hostia Santa. Te adoramos, junto con todos los niños de la tierra, con las dos oraciones que el Ángel les enseño a los tres niños de Fátima:

Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman. (Tres veces.) Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro profundamente y te ofrezco los preciosísimos Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes con los cuales Él es ofendido. Por los infinitos méritos de su Sagrado Corazón y por los del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pecadores. 2.- ALABANZA Y ACCIÓN DE GRACIAS NIÑO 1: Jesús, nuestro amigo, te alabamos por todas las cosas bellas que has hecho en el mundo y por la alegría que has dado a nuestros corazones. NIÑO 2: Te alabamos por la luz del sol que ilumina nuestras vidas y por esta tierra hermosa en la que vivimos, por los hombres que la habitan y por habernos hecho el regalo de la vida. NIÑO 1: De verás, Jesús, Tú nos amas, eres bueno con nosotros y haces maravillas por nosotros. Por eso todos juntos te cantamos:

Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en el nombre del Señor. Hosanna en el cielo. NIÑO 2: Tú, Jesús te preocupas siempre por nosotros y no quieres estar lejos de nosotros. Por eso has querido bajar del cielo a la tierra para salvarnos y para estar con nosotros. NIÑO 1: Has curado a los enfermos, has perdonado a los pecadores, te hiciste amigo de los niños, los bendecías y abrazabas, has resucitado a la niña, hija de Jairo, y también resucitaste al hijo de la viuda de Naím. Por eso te cantamos: En unión del coro de los Ángeles en el cielo te alaba el coro de tu iglesia en la tierra. Hosanna en las alturas. Bendito el que viene, en el nombre del Señor. 3.- LECTURA BÍBLICA Lectura del Santo Evangelio según san Lucas. Lc 10, 21-22 En aquel tiempo, Jesús se llenó d gozo en el Espíritu Santo, y dijo: “Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quien es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”. Palabra de Dios. Mt 9, 33-37 Mt 19, 13-14 Momento de silencio R. ¡ESTAMOS CONTENTOS, JESÚS! Jesús, estamos contentos porque nos amas a pesar de nuestras faltas y caprichos. R. Jesús, estamos contentos porque te amamos y estamos aquí en tu compañía. R.

Jesús estamos contentos porque podemos amar y ayudar a los demás niños. R. Jesús estamos contentos porque Tú estás presente en la eucaristía. R. Jesús, estamos contentos porque Tú nos pides mucho, pero nos has dado mucho más. R. Jesús, estamos contentos porque Tú eres nuestro amigo y nuestro hermano. R. Jesús, estamos contentos porque Tú eres el camino, la verdad y la vida. R. Jesús, estamos contentos porque Tú eres hermoso, bueno y misericordioso. R. Jesús, estamos contentos y te damos gracias porque nos has dado a unos papás muy buenos. R. Jesús, estamos contentos, porque nos has dado a tantos compañeros, buenos y respetuosos. R. Jesús, estamos contentos porque nos has dado como Madre a tu misma Madre María. R. CANTO DE MEDITACIÓN Tú has venido a la orilla 4.- REPARACIÓN Te pedimos perdón por los criminales que organizan el secuestro y el robo de niños y compran su inocencia por poco dinero. Te pedimos perdón, Jesús, por los mismos niños que se escapan de la casa para vivir en la calle, víctimas de la droga y del sida. Jesús, tú que has dicho: “Dejen que los niños vengan a mí”, pon remedio a todos estos males que afectan a millones de niños en el mundo; acógelos y estréchalos en tus brazos, bendícelos y sálvalos. Ya sabemos, Jesús, que Tú estás muy afligido por todos estos males de los niños y queremos consolarte, por el amor y la intercesión de tu Santísima Madre.

Oh Virgen santísima, danos tu corazón para consolar a tu Hijo. Oh Jesús te ofrecemos el corazón de tu Madre para darte consuelo, amor y reparación, y te prometemos portarnos mejor en adelante. 5.- SÚPLICA Oremos por todos los niños del mundo Oh Jesús, amigo de los niños, te pedimos por nuestra santa Iglesia Católica, para que se sienta siempre más animada en la tarea de educar en la fe a los niños. R. Escúchanos, Jesús. Para que los gobernantes de los pueblos sean conscientes de la dignidad y de la formación de los niños, evitando toda marginación. R. Por los papás de todos los niños del mundo, para que sepan aceptar, educar y amar a sus hijos. R. Por los niños del mundo, eliminados antes que nazcan, los niños no aceptados en sus familias, los niños maltratados, humillados. R. Por los niños, recien bautizados, para que vivan siempre como hijos de Dios. R. Por los niños que se acercan por primera vez a la Comunión, para que tomen con gusto el pan de los ángeles y sepan lo que es comulgar. R. Por los niños del mundo hambrientos y enfermos, pobres, abandonados y obligados a trabajar. R. Por los niños huérfanos a causa de la guerra, por los niños refugiados. R.

CONSAGRACIÓN A LOS SAGRADOS CORAZONES DE JESÚS Y MARÍA Oh sagrados corazones de Jesús y María, nosotros los niños, sus hijos más pequeños, queremos ser sus mejores amigos junto con nuestros padres y hermanos, con nuestros compañeros de escuela y vecinos. Oh Sagrados Corazones de Jesús y María, les prometemos ser obedientes, cumplir con nuestros deberes, amarnos sin distinción y especialmente amar a los niños pobres y necesitados. Oh Sagrados Corazones de Jesús y María, los abrazamos, los besamos y les pedimos que nos tengan siempre dentro de sus Corazones para que nuestro pequeño corazón se llene continuamente de su amor. Así sea. BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO Canto Final: Yo tengo un amigo que me ama.

ADOREMOS A CRISTO VERBO ENCARNADO (Tiempo de adviento y navidad)

Exposición del Santísimo canto: Ven, ven, Señor, no tardes. Monición San Lucas, en el episodio del nacimiento de Jesús, subraya el valor simbólico claramente eucarístico de Belén que significa “casa del pan” y del pesebre en donde fue puesto el Salvador. La tradición patrística afirma que la Eucaristía es un don materno de María. María es el templo en el que Dios se hizo sacerdote y víctima. 1. ADORACIÓN Te adoro, oh Trinidad Santa y Eterna, y te alabo en Ti misma y en tus Obras, en la unidad de tu esencia y en la igualdad de tus Personas, en la profundidad de tu ciencia, en la inmensidad de tu Sabiduría, en la amplitud de tu Providencia, en la belleza de tus Misterios, en la obra de tus obras que hace a Dios, hombre y a una Virgen, Madre de Dios. Adoro, oh Dios, Padre Todopoderoso, el amor infinito que te inclinó a entregar a tu Hijo muy amado al mundo, objeto de tus eternas complacencias, maltratado por los muchos pecados del mundo. Adoro tu Divina Caridad que se manifiesta en la Encarnación de tu Hijo. Tú creaste y enriqueciste a la Virgen María con los más grandes dones de la Gracia para que fuera digna Madre de tu amadísimo Hijo. En el orden de la naturaleza, de la Gracia y de la Gloria, Ella es la Obra maestra salida de tus manos divinas. En el orden de la existencia de las cosas creadas, nunca hiciste ni harás nada más grande, más noble y más perfecto que la Virgen bendita. Te adoro, oh Verbo Eterno y Divino, porque aceptaste y recibiste de tu Padre la suprema misión de rescatarnos, de salvarnos y de librarnos de la esclavitud del pecado, de rehabilitarnos, de devolvernos la vida de la Gracia e incorporarnos a la vida eterna de la Gloria. Te adoro, oh Jesús, dispuesto a prescindir de los esplendores de tu Gloria para volverte como uno de nosotros. ¿Pero qué diría yo, oh Verbo Divino, de tu relación con María en el momento de la anunciación? Quieres ser el Hijo de esta Virgen sin mancha, como eres el hijo único de Dios. ¡Tienes a Dios como Padre y quieres tener a María como Madre para dárnosla a todos! Por todo tu poder y tu infinita Bondad, la haces tu digna Madre, para que seas realmente Madre de todos los hombres. Humildemente le obedeces en esta vida terrestre y, coronando tu Obra, le concedes en el Cielo la gloria que le corresponde a su sagrada dignidad. Te adoro, Espíritu de Poder, de Luz y de Amor, que hiciste en María tu Obra augusta de la Encarnación ¡con cuánta perfección, oh Santificador Divino, enriqueciste el alma Inmaculada de la Augusta Madre de Dios, adornándola con todas las virtudes, todas las gracias y todos los dones! Te adoro, oh Espíritu de Amor, que formaste milagrosamente en María el Cuerpo de nuestro Divino Salvador. Ante este gran misterio yo me inclino; ante esta maravilla mi corazón enmudece de admiración. “Y concibió por obra del Espíritu Santo”, y todo mis ser vibra de agradecimiento.

MOMENTO DE SILENCIO 2. ALABANZA Y ACCIÓN DE GRACIAS Con los Ángeles del cielo que cantaron sobre la cueva de Belén, decimos también nosotros: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria, te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre. Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros. Porque solo tú eres santo, sólo tú Señor, sólo tú altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén. Cántico Paulino

Col 1,12-20

Demos gracias con alegría al Padre que nos hizo dignos de tener parte en la herencia de los consagrados en la luz. Porque él nos sacó del dominio de las tinieblas para trasladarnos al Reino de su Hijo querido, por quien obtenemos la redención, el perdón de los pecados. Tú, Señor Jesús, eres imagen de Dios invisible, primogénito de toda creatura; pues por medio de ti fueron creadas todas las cosas: Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por ti y para ti. Tú eres anterior a todos, y todo se mantiene en ti. Tú eres la cabeza del cuerpo de la iglesia. Tú eres el principio, el primogénito

de entre los muertos y así eres el primero en todo. Porque en ti quiso que residiera toda plenitud. Y por ti quiso reconciliar consigo todas las cosas haciendo la paz por la sangre de tu cruz con todos los seres, así del cielo como de la tierra. 3.- LECTURA BÍBLICA Lectura del libro del profeta Isaías 25, 6-9 Salmo responsorial 22 R. Habitaré en la casa del Señor toda la vida. El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre.

R. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. R. Prepara una mesa ante mí en frente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume y mi copa rebosa. R. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término. R. CANTO DE MEDITACIÓN Mi alma glorifica al Señor 4.- REPARACIÓN Jesús se prepara a venir a este mundo como el gran “Reparador”, para expiar los pecados del mundo. Por eso, al entrar en este mundo, dice: “Sacrificio y oblación no quisiste: pero me has formado un cuerpo. Entonces dije: He aquí que vengo a hacer, oh Dios, tu voluntad”

Hebreos 10, 5-7. A la reparación de Jesús, debemos unir la nuestra. ACTO DE REPARACIÓN Oh Jesús, que estás aquí presente en el Santísimo Sacramento, queremos en este momento renovar los votos de nuestro bautismo. Renunciamos al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios. Renunciamos a todas las seducciones del mal para que el pecado no nos esclavice. Renunciamos a Satanás, padre y autor de todo pecado. Detestamos, aborrecemos y renunciamos no sólo a todo lo que desde el primer instante de nuestra existencia ha sido causa de pecado mortal, venial e imperfecciones, sino que ofrecemos, Señor de manera irrevocable todo el tiempo de nuestra existencia, del primer al último respiro, en un purísimo y desinteresado acto de amor en tu divina Voluntad. Renegamos del modo más absoluto de todo aquello que nos pudo haber impedido o nos impedirá esta promesa. Este acto de renuncia y ofrecimiento, lo ponemos en las manos de María, nuestra Madre. Que ella lo garantice, lo selle y lo presente, oh Jesús, a tu amantísimo Corazón. Rebautízanos, Jesús, en tu preciosísima Sangre, y quedaremos recubiertos de tus infinitos méritos. Amén.

5.-SÚPLICA Ofrecimiento a María, Madre del Verbo Encarnado. Oh María, Madre del Verbo Encarnado y dulcísima Madre nuestra, en tus manos y en tu Corazón ponemos todo nuestro ser. Tuyos seremos con la voluntad, con el pensamiento, con el corazón y con todo nuestro ser. Forma en nosotros, en este día, con tu materna bondad, una vida nueva, la vida de Jesús. Acompaña con tu inspiración materna, oh Reina del cielo, hasta nuestras más pequeñas acciones, para que todo sea puro y aceptado en el momento del Sacrificio santo e inmaculado. Oh Madre buena, haznos santos, santos como quiere Jesús, como nos lo pide tu corazón y ardientemente lo desea. Así sea. Invoquemos a Cristo, alegría y júbilo de cuantos esperan su llegada, y digámosle: R.- Ven, Señor, y no tardes más. Tú que existes antes de los tiempos, ven y salva a los que viven en el tiempo. R. Tú que creaste el mundo y todos los que en él habitan, ven a restaurar la obra de tus manos. R. Tú que no despreciaste nuestra naturaleza mortal, ven y arráncanos del dominio del pecado. R. Tú que viniste para que tuviéramos vida abundante, ven y danos tu vida eterna. R.

O BIEN: Señor, tú has nacido en Belén para ser el pan de vida del mundo. R. Bendito Tú que vienes en el nombre del Señor.

Tú conoces el hambre y la angustia, el deseo y las esperas de todos los hombres: resplandece en nuestra noche como el sol que ilumina y calienta. R. Tú estás presente en medio de nosotros con tu cuerpo como en Belén: haz que reconozcamos esta tu presencia en el misterio eucarístico. R. Tú eres el pan que el Padre nos ofrece en la mesa del amor fraterno: guarda y haz perfecta la unidad de tu iglesia. R. BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO Canto final: El Señor hizo en mí maravillas.

ADOREMOS LA EUCARISTÍA MEMORIAL DE LA PASIÓN DE JESÚS (Tiempo de cuaresma) Exposición del Santísimo Canto: perdona a tu pueblo, Señor. Monición Del costado atravesado de Jesús salió sangre y agua, símbolos y figuras de la eucaristía y del bautismo, los dos sacramentos que forman y alimentan a la iglesia. En la simbología de la edad media se ve a una mujer que, a la diestra de Cristo bajo la cruz, levanta una copa para recibir la sangre que brota de la herida del costado de Cristo. En la mujer que levanta la copa, la tradición cristiana ve a María en su relación con la eucaristía. 1.- ADORACIÓN Señor Jesucristo, que has unido estrechamente tu misterio eucarístico al mandamiento de amar....


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