Jefe ¡No, por favor .pdf · versión 1 PDF

Title Jefe ¡No, por favor .pdf · versión 1
Course literatura
Institution Instituto Superior de Letras Eduardo Mallea
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dhaweureiwr...


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Preámbulo

Karen es una mujer casada, dedicada a su hogar, ya que su esposo Manuel así lo quiso y ella accedió solo por complacerlo dejando olvidada sus ganas de superarse. Un tiempo después ella se dio cuenta que de nada servía tanta devoción que tenía por su esposo, el igual la ignoraba. Un día el llego y le planteo que consiguiera un empleo y así lo hizo. Pero todo eso tenía un fin, y era abandonarla, ella quería morirse ya su vida no tenía sentido sin él, pero llego alguien que le quiera mostrar un mundo diferente, pero ella está cerrada al amor. Y solo le queda decir jefe, no por favor, no creo en el amor...

y in Apartado 1 - Un trabajo - Mi amor, llegaste. - dije dirigiéndome hasta la sala de estar donde él estaba dejando su maletín y chaqueta de trabajo. - Eso parece.- dice ignorando mis ganas de darle un beso. No le preste atención seguro estaba cansado. - ¿Tienes hambre? Ya está lista la comida, ven siéntate.- le dije y lo tome de la mano para guiarlo hasta el comedor. - Si, obvio que tengo hambre, paso todo el día trabajando.- respondió soltándose de mi mano y sentándose a comer. - Y ¿cómo te fue en el trabajo? - Dije mientras me sentaba a su lado también para cenar también. - Bien.- fue lo que respondió, no está muy hablador, bueno en realidad tiene tiempo así, pensé, debe ser por tanto trabajo que tiene. Terminamos de comer en silencio para después levantarse diciendo que se iba a dar un baño, lo espere en la habitación. - Ven amor te daré un masaje. - dije una vez salió del baño. - No, gracias, tengo mucho sueño.- dijo mientras se acostaba y se arropada dándome la espalda. No dije nada, y también me acosté. Mañana será otro día y tal vez este de mejor ánimo. Otro día más y la misma rutina, me levanto hago el desayuno y él se va al trabajo y yo me quedo aquí limpiando y ordenando la casa. Como extraño mi vida antes de casarme, todo era tan diferente, trabajaba, salía con mis amigos, me sentía alguien importante y valiosa. Bueno en realidad es que con Manuel no es que me vaya mal, de hecho estos dos primero años me ha tratado como una princesa, y mis amigos lo sigo tratando, no como antes pero si los sigo viendo, pero es que.... de un tiempo para acá exactamente dos meses él ha cambiado, esta distante, casi no habla conmigo y en dos meses no me ha hecho el amor, y casi todo los viernes está llegando tarde y los sábado siempre tiene algo que hacer en la oficina, pero yo lo entiendo, él trabaja mucho y no es fácil llevar una casa el solo... si tan solo me dejara trabajar. - Amor la cena esta lista. - dije una vez tuve toda la mesa preparada, comimos como siempre, solamente hablaba yo y el me respondía con monosílabos. - Karen... me llamo Manuel, cuando salió del baño. - ¿Si? Dije y me voltee hacia él ya que ya había terminado de tender la cama. - Quiero que busques un trabajo. -dijo y lo mire asombrada. ¿Él en serio dijo que buscará un trabajo? - ¿Que? Dije aún si poder creer lo que había escuchado. - Quiero que busques un empleo.- repitió. -¿En serio? Pregunte todavía dudosa. - Si, Karen, tú has estudiado mucho, tienes estudios en secretariado general, administración y sin contar que sabes otro idioma, como para que estés aquí encerrada... Además necesitas valerte por ti misma... esto último lo dijo casi en un susurro, que no preste atención, ya que lo que me importaba es que me había dicho que empezará a buscar empleo y con eso solo me valía.

- Gracias, gracias Manuel. No sabes cuánto te lo agradezco, verás como ahora no tendrás que trabajar tanto, ya que con lo que yo gane estaremos mejor, ya lo verás.- dije toda ilusionada porque al fin tendría un empleo, después de tanto tiempo. - Si, si como sea, ahora déjame dormir ¿sí? - mencionó y se acostó de nuevo dándome la espalda. No le preste atención, estaba realmente feliz y nada perturbaría mi felicidad. - Mónica... te tengo una noticia.- dije cuando mi amiga contesto la llamada. Apenas mi esposo se fue al trabajo tome el teléfono y le llame. - Debe ser buena porque te noto emocionada.- dijo y se podía notar en su voz que sonreía. - Manuel, me dio permiso de buscar un empleo.- dije casi gritando por la emoción. La escuche bufa y decir unas cosas que no logre entender. - Karen, eres mi amiga, casi mi hermana, y te quiero y como tal te digo, así que me veo en el derecho de decirte que no ¡SEAS ESTUPIDA! ese idiota no tiene por qué darte permiso para nada, tu puedes hacer lo que quieras, eres libre. - Estoy casada. - le respondí, Mónica nunca le ha caído bien Manuel y ¿no entiendo por qué? - Está casada cariño pero no eres su esclava, él no es tu dueño, además. - Ya, dejemos esto hasta aquí ¿Si? La cuestión está en que me tienes que ayudar a conseguir trabajo, tal vez en la empresa donde tu trabajas, o con algún conocido, que se yo. - dije interrumpiendo lo que me iba a decir. - Esta bien cariño, veré que puedo hacer por ti, y de verdad me alegra que puede trabajar y no quedarte encerrada entre cuatro paredes y hay que avisar a los demás, hay que festejar. - No, no, mejor lo hacemos cuando tenga el empleo, y yo misma me encargo de avisarle a Robert a Cris… y a Karol. - ¿Tenemos que invitar a Karol? Pregunto Mónica. Pues ellas no se llevaban muy bien. - Es nuestra amiga. - dije - Es tu amiga, yo solo le trato y es por ti. - Bueno como sea, es un día importante y quiero que estén todos. - Si bueno, te aviso si encuentro algo para ti, Chao, tengo que seguir trabajando. - ya voy, señor Martínez.- la escuche que dijo antes de colgar. Ya era lunes y Mónica aún no me llamaba, así que decidí comprar la prensa y ver las ofertas de trabajo. Empecé a ojear y marque varios a los cuales iría a llevar mi currículo una vez Manuel se fue a trabajar decidí yo empezar con mi búsqueda. Fui a varias empresas y tan sólo recibían mi currículo y me despedían con "cualquier cosa la llamaremos" y eso sonaba más a un "no vuelva por aquí" Resignada decidí entra a un local y tomar un café, sentándome en una silla al fondo del local, para volver a ojear el periódico. Narra Andrés Era media mañana estaba agotado ya, hacer entrevistas tan temprano para conseguir una secretaria no era nada placentero y todo por querer escogerla yo mismo de acuerdo a mis

necesidades y que no me pasara lo mismo que con la anterior, que no tenía conocimiento de nada y solo quería ligar conmigo. Tengo una hora libre antes de mi próxima entrevista así que salgo de la empresa monto en mi auto y me dirijo a local donde vendan café y no esté cerca de la empresa, necesito alejarme de esto antes de que me vuelva loco. ¡Carajo! es que todas las que llegan son tontas. Entro al local y me dirijo a una mesa, una chica llega a anotar mi pedido. Y se retira por él, entonces cuando levanto la vista es cuando la veo, la mujer más bella que alguna vez haya visto. Blanca pelo liso, castaña, nariz perfilada y unos labios perfecto que invitan a que los bese y esos ojos, esos ojos color gris son mi perdición. Ella mira el periódico como buscando algo y no se percata que yo la observo como tonto. La veo buscar algo en su cartera y saca el celular y contesta una llamada. - Sí, ¿enserio? No lo puedo creer.- dice y creo que escucho a los ángeles cantar cuando oigo su voz. - Ya voy para allá, te debo una.- dice y empieza a buscar en su cartera hasta que saca un billete mientras que escucha lo que la otra persona dice al otro lado del teléfono. - Si, ok, chao, te quiero. - dice y cuelga y claro debe ser el su novio con quien hablaba, no creo que una mujer tan bella este soltera. Maldigo en mi interior y por primera vez en mi vida siento envidia de alguien. Me quedo viéndola hasta que la pierdo de vista, imaginándome como seria verme reflejado aunque sea una sola vez en esos hermosos ojos. Salgo de trance y al percatarme ya tengo mi café en la mesa... ¿Pero en qué momento? ni siquiera me di cuenta cuando lo dejaron, lo bebo lentamente mientras sigo pensando en ese hermosa mujer, creo que me costará sacarla de mi mente, me fijo en mi reloj después de un rato y me doy cuenta que ya es hora de volver a la empresa debo continuar con la tortura… digo entrevistas. Llego a la oficina, y atiendo a una muchacha que no tiene ningún tipo de conocimiento en nada, son de esas que piensan que por vestirse lo que ellas creen que es sexy van a conseguir lo que quieren... pero que va, yo no busco apariencia, busco conocimiento, lo vuelvo a decir, son… tontas La atiendo por ser cortes pero desde un principio que entró supe que no era lo que buscaba. Después de unos minutos, la despido diciéndole que "cualquier cosa se le llamara" Pero ni que este tan desesperado la llamo, así duro hasta que atiendo a dos o tres más, y a todas las despido con la misma frase, creo que ya no encontraré a adecuada para el puesto. Y ya cuando me estoy empezando a resignar y a la vez a frustrar la puerta se abre y entra ella, la chica del café. La veo entrar un poco nerviosa y mirando a todos lados hasta que se topa conmigo, y ya puedo morir en paz, ya sus ojos me miraron. - Buenas.- digo sonriendo y esperando que no sea como las demás. Una cabeza hueca. Narra Karen Me encontraba tomando mi café cuando escucho mi teléfono soñar, así que lo saco de mi bolso. Era Mónica. - Tienes una entrevista a las 11 en la empresa de tecnología del señor Andrés Lara- dice apenas contesto la llamada.

- Sí, ¿enserio? No lo puedo creer.- digo emocionada. - Si y no me quedes mal, me costó mucho conseguir que colocaran tu nombre en la lista para las entrevistas y por tu culpa hora debo un favor, así que tú me deberás uno a mí también. - dice y empieza a reír. - ya voy para allá te debo una.- digo y empiezo a buscar en mi cartera hasta que saco un billete y lo dejo encima de la mesa para pagar mi café. - Claro que me la debes y me la vas a pagar no creas que esto te saldrá gratis, quiero tu cuerpo.- dice y sigo riendo, sé que está jugando conmigo en lo de que quiere mi cuerpo, pero no sé qué va a querer por el favor... pero ahorita no tengo tiempo para eso, estoy algo retirada de esa empresa y si voy a tomar el bus tengo que ir ahora. - Si, ok, chao, te quiero.- digo para cortar la llamar y salir directo a la entrevista. Llego justo a la hora, una chica estaba saliendo cuando me nombran a mí, la chica me dice que entre a la oficina que allí me hará la entrevista el jefe. Entro y estoy un poco nerviosa y miro a todos lados observando lo grande y lujosa que es la oficina pero de pronto me topo con él. Un hombre que no aparenta un poco más de mi edad, es blanco cabello negro un poco largo tiene unos rulos que me hacen querer pasar mi dedos por ellos, tiene un barba junto con unos bigotes que le hace lucir sexy lo que me hace preguntarme si pícara en el contacto con mi piel y para concluir tiene unos preciosos ojos azules que deslumbran a cualquiera, sacudo mi cabeza sacando esos pensamiento de mi mente, no puedo pesar así, estoy casada por Dios. - Buenas... dice sonriendo...y vaya que es un sonrisa bonita, se le forman unos hoyos cuando lo hace, solo espero que no sea como esos hombres que se creen que porque son, hermosos tienen derecho a cortejar a cualquier mujer que se les traviesa y llevársela a la cama, porque conmigo eso no va a funcionar, estoy casada y a pesar de todo quiero a mi esposo.

Apartado 2 - Trabajo - Buen día señor Lara. - digo tragando el nudo que se formó en mi garganta por los nervios. - siéntese señorita.- dice y deja la frase sin terminar esperando que yo la concluya. - señora Karen de Torres. - dije, y me senté donde me indicaba, tenía que dejar en claro que estaba casada pues no me molestaba y donde iba tenía que decirlo, me sentía orgullosa de ser la esposa de Manuel . Lo vi arrugar la frente, para después asentir. - Bien, señora torres, dígame ¿por qué quiere el trabajo?, y ¿qué estudios tiene? Dijo el señor Lara. - Pues, quiero superarme, desempeñarme en lo que el he estudiado y también ayudar en los gasto de mi hogar. -dice decidida a hablar con un poco de la verdad. -y ¿que ha estudiado? Pregunto nuevamente. - Tengo estudios en secretariado general, y administración, también se hablar inglés y tengo conocimientos en computación.- dije mientras le entregaba mi currículo.

Él lo tomo y lo hojeo, lo veía hacer muecas raras, de verdad este hombre era lindo. - ¿Cuántos años tiene? Aquí no lo dice. - Sí disculpe, tengo 25 años.- respondí sonriendo, el me miro de arriba a abajo y me sentí extraña. - veo aquí que dice disponibilidad inmediata, ¿puede empezar hoy mismo? Pregunta y no puedo creer lo que escuche ¿Me dio el trabajo? Voy a poder ayudar a Manuel con los gastos de la casa ahora tendrá más tiempo libre ya que no trabajará tanto y podrá estar más relajado. - Señora.- escuche que me llamo causando que saliera de mi burbuja futurista y me diera cuenta que se había puesto de pies a mi lado y me veo preocupado. -claro que ¡sí! - Dije emocionada y no sé por qué mierda me lance a sus brazos, mientras que decía gracias repetida veces. - Disculpe fue la emoción. - dije una vez me separe de él, no dijo nada solo sonrió. - Bueno- dijo aclarando su garganta su voz se notaba un poco ronca.- vaya con Elizabeth, ella le dirá cuál es su escritorio, a partir de ahora será mi secretaria y asistente personal, por ahora quiero que ordene los documento que se encuentran en el escritorio por fecha, después me los trae.- continua. - ah y bienvenida a la empresa señora Torres. - Gracias de nuevo, le prometo que no se arrepentirá. - digo y salgo de la oficina con una sonrisa. Camino hasta donde está la chica que me atendió en un principio y aun mi sonrisa no sale de mi rostro. - Buenas, el señor Lara me pidió que hablará con Elizabeth. - dije dirigiéndome a chica. - Sí, yo soy Elizabeth, en que te puedo ayudar. - respondió amablemente. - Soy la nueva secretaria del señor Lara, y me dijo que tú me guiaras hasta el escritorio que usare. - digo sonriendo, creo que seremos buenas amigas me cae bien. -oh, qué bien, ven acompáñame. - dice y me guía hasta una oficina al lado de la del jefe. - Esta será tu oficina.- dice cuando abre la puerta - puedes decorarla como quieras, esta es la contraseña de la computadora, y está es para poder entrar a los archivos - dijo entregando un papel con dos claves. - Gracias- dije y me quedé observando la oficina, era bonita, las partes estaban de un color marfil, había un estante con documentos, carpetas y archivos. También había un cuadro con la foto de una computadora antigua que captó mi atención. - Esa fue la primera que se creó- dijo acercándose a mí, no dije nada y seguí observando la oficina. En el centro había un escritorio con una computadora de última generación, un porta lápices con lapiceros, lápiz y marcadores. Y las carpetas que el señor Lara me pidió ordenar. En una pared estaba colgado una pizarra con anotaciones y por último me fije que también había dos puertas. - Una de las puertas es para un baño privado y la otra va directo a la oficina de Andrés. dijo y levante una ceja por el abuso de confianza. - Tranquila, aquí somos una familia y todos nos tratamos así. - dijo sonriendo y no pude evitar devolverle la sonrisa. - Gracias.- dije.

- No hay de que, y bienvenida, ahora te dejo sola para que te familiarices. - dijo dando la vuelta y marcharse. Me senté frente al escritorio, y tome las carpetas para empezar con lo que sería mi primera orden, eran más o menos la 1 de la tarde cuando termine. Las tome en mis manos y con una fuerte bocanada de aire abrí la puerta que dividía mi oficina con la de mi jefe y entre, él estaba de pie mirando por la enorme ventana hacia el exterior. Aclare mi garganta y el volteó y se me quedo mirando con esos ojos azules que me hacían sentir algo incómoda. - Aquí tiene lo que me pidió.- digo caminando hasta su escritorio y colocando las carpetas en él. - ¿Tan rápido? - dijo sonriendo. - si bueno, no era tan difi.... y no termine pues en ese momento mi estómago hizo un sonido extraño avisando que no había comido y quise morir de vergüenza pues fue tan fuerte que mi jefe escucho, mis mejillas se tiñeron de rojo enseguida y baje mi rostro para mirar mis manos mientras susurraba un "perdón" -Veo, que tiene hambre.- dijo en tono burlón y mi vergüenza se multiplicó - tranquila, yo también tengo, venga la invito a almorzar- dijo y empezó a ponerse su chaqueta. - No creo que sea buena idea.- dije para negarme. - Boberías, usted tiene hambre, yo tengo hambre, y ¿Que se hace cuando se tiene hambre? - pregunto. - Comer.- respondí lo obvio. - Pues entonces no se hable más, y vamos a comer, además debe acostumbrarse, no será ni la primera ni la última vez que tengamos que salir a comer... ah y cuando vengamos le daré un recorrido por la empresa... - dijo y abrió la puerta para que saliera. - Espere- dije una vez salimos fuera de su oficina y corrí hasta la mía, tome mi bolso y volví a salir. - No es necesario subir al auto, iremos al que está frente a la empresa, prepara una comida muy deliciosa. - dijo y sonrió al igual que yo. Llegamos al restaurante y era un lugar muy lindo y tranquilo, un camarero llego y anoto nuestra orden para después marcharse, en eso mi celular suena. Pensé que podía ser Manuel pero después me acordé que él hace tiempo no me llama, ni me escribe, ni nada. Solté un suspiro al ver en la pantalla decía Mónica. - Hola... dije apenas conteste. - ¿dime como te fue? ¿Te contrataron? ¿Ya estás en tu casa?- Si. - respondí. -¿Si, que? ¿Te contrataron? - Claro que sí. - dije y me percaté que mi jefe me miraba y sonreía. -¡Oh, por Dios! ¿Ya conociste a papi chulo de Andrés Lara? - Si, ahora mismo estoy almorzando…con él. - esto último lo dije en un susurro. - ¿Está contigo ahora? -dijo emocionada. - Aja. - ¿Tienes que contarme todo? - Si claro cuando llegue, chao… Te quiero. - dije y colgué la llamada antes de que siguiera con su preguntadera.

Sonreí, y guarde mi celular de nuevo en el bolso, para luego volver a prestar atención a mi jefe. - ¿Su esposo? - pregunto. - ¿qué? No, no él no era. - respondí. - Disculpe mi indiscreción pero ¿Por qué se casó tan joven? - Pregunto, por lo visto esto no era un almuerzo común, era un interrogatorio. - Bueno, conocí a Manuel cuando tenía 20 años, después de tres años de relación, pensamos que ya era tiempo suficiente para comprometernos y casarnos, así que hace dos años dimos ese gran paso, pues él me quería y yo lo quiero, así que. - Mmnnnn ok, y ¿qué tal va su relación ahora? - Supongo que bien y ¿usted es casado? Pregunte y después me arrepentí. ¿A mí que mierda me importa su vida sentimental? - No, no estoy casado Karen.- dijo sonriendo. -y ¿por qué no? Si es un hombre apuesto. - y de nuevo yo y mi gran bocaza. - Gracias.- pude notar un poco de rubor en sus mejillas. Wow, había hecho que mi jefe se sonrojara. - Simplemente no ha llegado la indicada. -respondió. No volvimos a hablar de cosas personales. No dedicamos a almorzar tranquilos entre charlas de mi obligaciones como su secretaria y como su asistente personal, me hablo de algunas cenas o tal vez viajes que teníamos que hacer, lo cual me preocupo, no podía irme de viaje así no más, estoy casada, así que le plantee mi inquietud y él dijo que trataría de no necesitarme para los viajes, cosa que le agradecí. Llegamos a la empresa alrededor de las 2:30 pm. Pero me llevo a hacer el recorrido por la empresa tal cual me había dicho. Empezó por la recepción donde me presento a Marta, y los vigilantes de seguridad, Raúl y Marcos, después me llevo al área de creativa, es allí donde se crea y surgen la ideas de nuevos proyectos, después me llevo al área de diseño, ahí como su nombre lo indica diseñan el prototipo del nuevo producto, después me llevo al área de prueba de los nuevas cosas creada, luego pasamos por el área donde se crea cada pieza al mayor. Para luego ser llevada al área de ensamblaje, y luego a exportación. Me dijo que no sólo se crean equipos de computación, sino también electrodomésticos, teléfono, Tablet y consolas de juegos, entre otras cosas. Pasamos la tarde en casi todo eso, y como a las cuatro de la tarde me dijo que podía marcharme, se lo agradecí y despidiéndome con un hasta mañana regrese a mi casa con una sonrisa en mi rostro y feliz por haber encontrado un empleo. Apartado 3 - Me dejó Cuando llegue a mi casa eran alrededor de las 5, deje mi bolso en el perchero, quite mis zapatos y los puse a un lado para que no molestaran, y me fui directo a la cocina a p...


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